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martes, 2 de abril de 2024

El león y la dama, de educación nada

 

Sin sorpresas por las obtusas declaraciones tanto del señor presidente como las de hace casi un mes de su diputada Lilia Lemoine, redoblan la apuesta de la ignorancia en cuantas oportunidades tienen.

El león

En el camino por la denostación de la educación pública y contra la lucha docente, no vacila el señor presidente en sus diatribas aludiendo de manera compulsiva a la figura del “adoctrinamiento”, que como ya habíamos analizado en un artículo anterior, referido a la charla que había dado a lxs alumnxs del Colegio Cardenal Copello, de donde egresó el primer mandatario, en su discurso de base delirante ,les decía cosas tales como: “… estábamos tan contaminados de socialismo, teníamos tanto rojo encima, que lo natural fuera que la revolución fuera liberal, otra cosa que pasa es que los jóvenes llevan menos tiempo expuestos al mecanismo de lavado de cerebro que es la educación pública, independientemente que sea de gestión estatal o privada, porque cuando determinan los contenidos, están recontra rojos los contenidos, entonces eso también favorece no estar expuestos, porque entre tener la cabeza contaminada o tenerla limpia, prefiero que esté limpia…”

Su permanente rugir contra el “socialismo”, “los contenidos teñidos de rojo”, “la cabeza contaminada”, formas discursivas que no sólo emulan el mal, en el imaginario presidencial, sino que pertenecen, como habíamos afirmado en ese mismo artículo, al campo semántico utilizado en el documento de la dictadura genocida, “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)” de 1977, por los puntos de contacto respecto de la generación del enemigo interno y externo, marxismo y comunismo.

En la compleja articulación discursiva del párrafo citado, no porque haya complejidad teórica, sino por el magma, peligrosamente delirante, con que fluye en los discursos públicos del otrora panelista de televisión, nunca definió el “rojo” de los contenidos educativos, aunque puede intuirse que entre los que aparecerían con ese colorido se encuentran los derechos humanos, la ley de interrupción voluntaria del embarazo, la propia Educación Sexual Integral (ESI), las cuestiones de género, la mirada crítica sobre la historia, cierta economía “colectivista” y el cambio climático, entre otros.

Un señor presidente que detesta la educación pública, podríamos arriesgar, por dos motivos: uno, porque no la conoció, ni la conoce; el otro, por la ceguera que le impone su velo ideológico, para utilizar una caracterización del “barbudo alemán”, como llamó a Karl Marx en su umbrosa disertación realizada en el Foro Económico Internacional de las Américas, en el que, casi con un tono de perverso festejo, anunció “haber terminado de cuajo con la obra pública” y “dar de baja 70.000 contratos” de trabajadores estatales, así como la eliminación de “200.000 programas sociales entregados irregularmente”, según su propia palabra, en el Foro que reúne lo más rancio de la corporación empresarial.

Pero, para esta breve nota, lo que destacamos es la obsesión del mandatario contra las universidades públicas, a las que ha decidido desfinanciar para provocar su cierre en esta escalada hacia el depredador superávit fiscal, aunque no es el único motivo. En la estrechez de su imaginario, habita la idea de que “cerrando” las universidades públicas, destierra el manto rojo que las cubre. En la misma intervención, reafirma que “…la educación pública – porque toda es pública, puede ser de gestión privada o de gestión estatal – ha hecho muchísimo daño lavando el cerebro de la gente y llevado a la lectura de autores que verdaderamente, han sido verdaderamente nefastos para la historia de la humanidad y en especial para Argentina. Yo siempre hago el chiste que si ustedes van a la Universidad de Buenos Aires a la facultad de Ciencias Económicas y le preguntan quién es Ludwig von Mises, le van a decir que es el número 9 de Holanda y para otros es el mejor economista de todos los tiempos junto a Murray Newton Rothbard; eso sí, al barbudo, sí lo conocen, el barbudo alemán, digamos, a ese empobrecedor de Marx, a ese sí lo conocen…” (es textual). (ver el video aquí).

El señor presidente usó la palabra, la retomamos para calificar lo empobrecedor de sus, no sé si llamarlas reflexiones, prefiero llamarlos (en su conjunto) comentarios filofascistas, en principio por la escases argumental y luego por el regocijo que parece provocarle la denigración tipificante que recorre sus corroídos discursos cuando se refiere a lo público.

En el recorrido expositivo, sus economistas de cabecera siempre están presentes, también cobran presencia en los nombres de sus “hijitos de cuatro patas”, como le gusta llamar a sus perros al señor presidente. Respecto de lo del “9 de Holanda” hemos escuchado en estos días, declaraciones, de investigadores, de profesionales y egresados recientes de Ciencias Económicas de la UBA, que por supuesto, en su formación han estudiado a los economistas libertarios, así como también al filósofo alemán.

Me permito, como información, recordar que en las facultades de la UBA, existe la libertad de cátedra, lo que, por lo general no deviene en un aluvión de cátedras que enmarquen sus contenidos en la visión marxista, ni de la historia, ni de la economía y eso sucede porque las llamadas carreras tradicionales son de neto corte liberal.

La historia de la UBA y su prestigio no se empaña porque el señor presidente la descalifique en su reflujo rugir antiestatal. En la era de los rankings QS que establecen métricas de la calidad de las universidades más influyentes sobre un total de casi 24.000 que hay en el mundo entre públicas y privadas, la UBA está en el puesto 95º del ranking global, es decir entre las 100 mejores desde 2015 y la mejor de Argentina, mientras que la privada universidad de Belgrano, donde estudió el señor presidente, fluctúa entre los puestos 761 -770. Vale la información como dato de la realidad, no como producto de eólicos rugidos, si se me permite la expresión.

Así que el plan motosierra y licuadora, con los despidos y cierre de Télam, de los organismos públicos, de la TV Pública, del INCAA, del Anses, más la depreciación en los salarios, el saqueo a las jubilaciones, la obscena liberación de las tarifas de energía y transporte, etc. etc. responden a los deseos de destrucción y desaparición del Estado, aunque no solo del Estado, sino que es el gestionamiento del exterminio social y cultural, consecuencia evidente de las políticas que se están llevando a cabo. En términos del “barbudo alemán”, para que los grandes capitalistas agiganten la apropiación de la renta común y de la plusvalía generada por lxs trabajadorxs, que son los verdaderos damnificados del designio empobrecedor de las “fuerzas del cielo”.

La dama

Unas breves líneas, para que podamos reflexionar sobre el nivel de humanidad de quienes accedieron a los cargos que traman nuestros destinos y los del país en su conjunto.

Lilia Lemoine es diputada de la Nación por el partido del señor presidente. A principios de noviembre de 2023, cuando ya había sido electa, se viralizó un video en el que con tono delirante vociferaba: “Me cago en la asignación universal por hijo, me cago en la educación publica gratuita a la que vos podés asistir, me cago en todos los servicios públicos”.

Más allá de asumirse, libertaria, el formato soez de su discurso da cuenta de su diarreico pensamiento, ya ni siquiera de panelista guionado, sino de exponente de la era del pospensamiento, era a la que nos están llevando personajes que tienen la legalidad de la investidura, pero la dudosa legalidad para usufructuarla.

Aquí el testimonio

Crédito Minuto Uno

No es todo, hace unos días también, durante una entrevista, cuestionó el trabajo docente desde una perspectiva propia del “sentido común” próximo al fascismo para principiantes, pero fascismo al fin.

Este fue el razonamiento lemoineano: “… sobre los maestros. Estaba mirando lo que ganan. Ganan más o menos lo mismo que un jefe de guardia de hospital, con la diferencia (…) los números son alarmantes, los chicos no aprenden. En cualquier trabajo, si vos hacés mal tu trabajo, no cobrás o te despiden. La pregunta es cómo estos maestros pueden reclamar un salario mejor, no digo todos, porque hay muy buenos maestros porque hay algunos que no quieren parar y faltar a sus labores, ¿no? Pero si los chicos no aprenden, por qué les vamos a seguir pagando. Durante la cuarentena, dos años casi no hubo clases, fue un desastre, cobraron igual. La pregunta es: ¿qué nos pasó? Terminamos destruidos en cuanto a la educación, pero acá seguimos (sic). La educación debería ser esencial o no es. Entonces, estamos obligados a pagar a los maestros y ellos no están obligados a trabajar…”. (ver video)

La pobreza del razonamiento de la diputada y el grado de aversión contra los docentes, que, según su mirada, los “buenos” son los que no paran, los que no luchan por sus derechos y el resto serían los “malos”, que deben quedarse sin trabajo.

El reduccionismo “los chicos no aprenden” y asociar el aprendizaje a la relación con el maestro, haciendo caso omiso de las múltiples variables que dificultan el aprendizaje es de una perversión absoluta.

Además, falsea la enorme tarea que tuvieron que hacer lxs docentes con sus propios esfuerzos personales, sin horarios fijos y pagando la conectividad para sostener el sistema en la virtualidad, que mostró la falta de inversión y desnudó la cara más cruel de la fragmentación social y de la pobreza infantil y juvenil, expuesta por la “pantalla” que fue la cuarentena durante la pandemia.

La conclusión sobre el carácter “esencial de la educación”, como categoría restrictiva contra las luchas sindicales, muestra su paupérrima posición respecto de la educación. Claro, unos meses antes la usaba de “inodoro”, ¿por eso creerá que deba ser “esencial?

¿Qué hizo Lemoine en más de tres meses de gestión como integrante de la Cámara de diputados?

Si entramos al sitio de la Cámara de Diputados y buscamos el perfil de Lilia Lemoine, nos vamos a encontrar que en la página que corresponde a la Declaración Jurada no está hecha la presentación.

Pero pasemos a la página de proyectos realizados. Tampoco nos vamos a encontrar con gran cosa. Un proyecto de Declaración de repudio a una agresión que habría sufrido el señor presidente el 10 de diciembre, día de la asunción, aunque, curiosamente, nunca explicita la agresión. Además, la diputada se equivoca y cree que el proyecto es de resolución.

En tanto el otro proyecto solicita la modificación de un artículo 32 sobre “transparencia Activa”, de la Ley 25.275 de “Acceso a la Información Pública”. Y nada más, como se puede apreciar en la siguiente foto.

Captura de pantalla realizada de https://www.hcdn.gob.ar/diputados/lbolukalol/listado-proyectos.html

De acuerdo con sus propias definiciones de productividad, es evidente que no ha trabajado, cabe la pregunta: ¿Cuál sería el motivo por el que hay que pagarle el sueldo? ¿Acaso su sueldo de diputada nacional es por hacer presentaciones televisivas? ¿Por denostar a lxs docentes? ¿Por gritar que se “caga” en la educación pública en un video?

Más que nunca el proyecto político, económico y social debe al mismo tiempo que desenmascarar el fraude político que nos encamina a la desintegración social y pensar un modelo alternativo que se funde sobre la base de lo público, de lo común. Un modelo que valorice la propiedad pública, física y simbólica, no se puede avanzar sobre las mismas recetas que nos condujeron a la zozobra absoluta que ahora nos propones el gobierno libertario.

Es desde abajo, la construcción de un modelo emancipador que socialice un modelo productivo que no esté fundado en la máquina extractivista, que nos permita salir de la trampa colonial a las que nos tienen acostumbrados los mismos de siempre, que nos terminan explicando por qué hay que “ajustar” mientras se consustancian con las políticas de entrega del FMI.

Este sistema ya nos ha probado que no va a dar respuestas que beneficien a la mayoría de la población; aunque también nos va exhibiendo su degradación en sus exponentes políticos, afectos a la violencia simbólica y material; rugidores del pospensamiento, como dice el señor presidente, que prefiere “tener la cabeza limpia y no contaminada”. Discrepo, la cabeza “contaminada”, tiene pensamiento, en cambio la “limpieza” de pensamiento es peligrosamente vacua.

Darío Balvidares

Imagen destacada: El Destape

Publicado originalmente en Tramas (28/3/24)

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