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viernes, 29 de diciembre de 2023

“Todos los cambios en educación tienen que ver con la incentivación del mercado”


Consultado por La Izquierda Diario sobre las reformas educativas en la Ley Ómnibus, Dario Balvidares, Profesor y Licenciado en Letras (UBA), Investigador en Política Educativa y fundador del colectivo editor Tramas – Periodismo en Movimiento, nos comentó sus primeras apreciaciones.

No nos llama para nada la atención, porque ya conocemos cual era el proyecto que tenía el señor presidente para educación. Todo tiene que ver con la incentivación del mercado. No vamos a decir aquí que esto ya no existía, lo que pasa es que aparece ahora más desembozado. Hay toda una directriz en estas modificaciones y sustituciones de artículos de la Ley Nacional de Educación, la Ley de Cooperadoras Escolares y la Ley de Financiamiento, que si nos fijamos en realidad, no son tantos los que se modifican pero son sustanciales. El recorrido que están haciendo estas modificaciones, están en línea con varios documentos del Banco Mundial, por ejemplo, y del no menos prestigioso PREAL (Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe). Ya en el 2018, en una publicación que hace la comisión de diálogo interamericano llamado “Argentina: El estado de las políticas públicas docentes” nos muestra un poco lo que se habla en el proyecto de la Ley Ómnibus.

En estas modificaciones está claro que iban a entrar textualizadas las organizaciones de la sociedad civil, las ONG y las fundaciones que ya vienen participando desde hace mucho tiempo, tanto de los gobiernos Kirchnersitas como del PRO.Osea no hay nada nuevo, lo que sí aparece textualizado todo aquello que se va a forzar.

El tema de los 5 años para revalidar las titulaciones en el marco del proceso de evaluación continua es una aspiración de la organización de estados iberoamericanos que también data de los 90.

Se termina el resguardo y el anonimato de la información sobre las pruebas estandarizadas. Algo que el Banco Mundial recomendó en el documento ya citado bajo la idea de la necesidad de que los padres deberían saber cómo habían salido sus hijos en estas pruebas. Esa es una modificación con respecto a la Ley Nacional de Educación, que tampoco nos sorprende porque estaba en pugna.

Se incorporan como variables específicas la cobertura, repetición, deserción, egreso, promoción, sobreedad. Esto que vuelve a textualizar, estaba en la Ley de Educación Nacional, simplemente que va agregando algunas otras cuestiones como la medición de los aprendizajes adquiridos para los estudiantes que egresan del nivel secundario. Un punto que se viene discutiendo hace años y que algunas provincias argentinas lo han querido sostener y se sostiene en algunos países latinoamericanos como Perú por ejemplo.

El tema de la evaluación a los docentes y la revalidación de los títulos, por ejemplo en CABA, vienen caducando los cursos de capacitación cada 3 años. Es una política que ya se lleva a cabo, lo que sería novedoso serían los exámenes para los docentes.

El documento que citamos más arriba, tiene que ver con que se requieren los mejores docentes, y para Argentina eso era una especie de deuda para las políticas públicas de educación. Esto quiere decir que va a haber ranking de docentes y vamos a ir por fuera del estatuto, de ahí el ingreso de las organizaciones de sociedad civil y el ingreso de “entidades profesionales dentro del sistema educativo”. ¿Qué va a pasar con los concursos? Seguro van a desaparecer o adquirirán una forma distinta.

En otro punto, se elimina la excepcionalidad para mayores de 25 años de comenzar los estudios de grado. Se introduce el examen de ingreso o proceso de nivelación para los institutos terciarios. Estamos caminando a un proceso de hipercontrol. Me gustaría hacer la salvedad respecto del tema de enunciar básicamente que los padres deben recibir las notificaciones de las evaluaciones de sus hijos, no tiene que ver con la información a sus padres, sino crear una conciencia de mercado respecto de las escuelas y también sucede respecto al “mercado docente”. No querer entender esto es no querer entender hacia donde nos esta llevando la reforma mercantilista de la educación, en lo que al menos venimos hablando hace más de 30 años. Ese mercado docente tiene que ver con las exigencias de los organismos internacionales. Nada de esto nos puede asombrar, se quiere poner en práctica algunos de estos puntos de manera compulsiva y sin debate. Creo que vamos hacia el embudo.

Hace muchos años, cuando era docente en el Hipólito Vieytes por el año 94 decíamos que no iba a pasar mucho tiempo para que en lugar de tener algún cartel en la escuela para convocar a los padres para la cooperadora, aparecería alguna multinacional o empresa que nos deslumbraría con carteles luminosos diciendo que esta escuela está patrocinada por tal gaseosa o tal fábrica de hamburguesas. Si esto continúa en este camino, como panorama general, es lo que puede llegar a suceder con la Ley Ómnibus si en la comisión de educación, salvo la izquierda, hacen pasar las propuestas que hace el señor presidente.

Fuente: Ley Ómnibus. Darío Balvidares: “Todos los cambios en educación tienen que ver con la incentivación del mercado”
Reproducido en tramas.ar el 29-12-23

jueves, 28 de diciembre de 2023

De anarco nada, de capitalismo todo




Los mensajes desde el poder siempre intentan ser performativos, es decir crear un efecto en la recepción, de manera que cuando el resto del discurso se teje sobre dos o tres ideas-fuerza, se genera ilusión de verdad, lo dicho es verosímil.

El anarco-callejero y showman, hoy “el señor presidente”, se paseaba por las calles con una motosierra en mano preanunciando que sería él quien terminaría con “la casta”, lo mismo repetía en programas televisivos por los que aparecía una y otra vez.

Sucede que, a partir de su flamante investidura, “la casta” desapareció de su discurso performativo y verosímil, no porque de un plumazo la haya exterminado “el señor presidente”, sino porque por la propia alquimia capitalista, él se diluyó en ella.

La idea de “terminar con la casta”, funcionó como idea-fuerza para millones que creyeron en el verosímil del discurso de campaña.

Recordamos que el concepto de verosímil hace que un relato sea “creíble”, no verdadero; puesto que significa parecido a la verdad. Rápidamente podemos repasar otros embustes tales como el latiguillo menemista sobre “la revolución productiva”; la macrísima, “revolución de la alegría” y más cerca, las albertistas consignas “no se va a pagar la deuda, hasta que no se investigue” y “vamos a expropiar Vicentín”; son algunas de las frases sobre las que se montaron los discursos de campaña, todos dirigidos a la población como el que dice que “el ajuste lo va a pagar la política”, también de autoría de “el señor presidente”.

A propósito de los latiguillos menemistas, recomiendo la lectura de la nota de Alfredo Grande, compañero de ruta en este portal, Los chicos pobres que tienen tristeza.

Pero eso ya es historia, el hecho es que la variopinta casta está en los cargos (o en las sombras) del Estado. Luis Caputo, “el Messi de las finanzas”, según el verosímil macrista, como ministro de Economía, que ya puso en ejecución el feroz ajuste y la brutal devaluación qué impacta directamente sobre la mayoría de la población, es el mismo que nos dejó una deuda a cien años durante su estadía como funcionario del gobierno de Juntos por el Cambio, que la Auditoría General de la Nación (AGN) calificó como una emisión “poco transparente e ineficiente, que comprometió a generaciones futuras de argentinos”; pero nada lo detiene, en su tercer día en el cargo y a través de su ex socio en la consultora Anker Latinoamérica S.A., Santiago Bausili, actual titular del Banco Central (que todavía no detonó), se ofreció el Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), cuestionado por distintos refrentes económicos, porque estaría siendo un instrumento de estatización de deuda privada de los importadores, que se estima en 30.000 millones de dólares (el déjà vu).

Simple, la economía del país está en las manos de una consultora, puesto que “el Messi de las finanzas” también se llevó de su emprendimiento privado a otros tres economistas. Nunca tan certera la nota publicada, a tres días de la asunción de “el señor presidente”, en este medio por nuestro compañero, Daniel Campione, bajo el título, ¿Arrasarán con todo?.

Mientras tanto, la otra idea – fuerza que sostiene “el señor presidente” es que Argentina fue “primera potencia mundial”, una idea que nos revelaría un pasado épico de finales del siglo XIX y principios del XX, genocidio roquista mediante, que nunca existió. Ya ni siquiera se trata del verosímil, sino de una falacia lisa y llana, tal como lo expone en su excelente artículo, nuestro nuevo colaborador, Gustavo Guevara.

Así las cosas, mensajes para la población en general y otros para la casta, en particular, como los posibles “salvadores” de una situación económica y social, que lejos de buscar soluciones para el conjunto de la población, se empuja hacia la agudización de la crisis.

Película que ya conocemos, la transferencia de recursos a los más ricos, textualizado literalmente por Guillermo Francos, a la sazón ministro del Interior, quien había sido designado, anteriormente, director ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por el ex presidente, Alberto Fernández, además fue fundador del Partido Federal, junto a Francisco Manrique, ex ministro de Bienestar Social durante la dictadura de 1970 a 1973 (o sea, bien casta), que dijo: “El objetivo es quitarle al sector privado el peso del Estado, lo van a ver en los próximos días con algunos decretos y resoluciones. Tenemos que abrir la economía para que el sector privado haga, como dice el presidente, lo que deben hacer ustedes que es hacerse ricos”.

El plan está claro, ¿a costa de quiénes, van a hacerse más ricos los ricos? La cuestión no es, solamente, “sacarle el peso de Estado al sector privado” (impuestos), es entregarle el patrimonio público, lo que es de todos, lo común.

En esa línea, uno de los que se va a hacer más rico es Paolo Rocca, quien realizó la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner con su empresa Techint, proveedora de los caños y así benefició a su petrolera Tecpetrol en el aumento de la producción de gas. Sin embargo, no fue suficiente negocio como para votar a Sergio Massa, pues fue aportante en la campaña de Patricia Bullrich, en la primera vuelta y luego aportó por “el señor presidente” en el balotaje. Ahora decide los ministros y le pide (ordena) a Francos que “apure la reforma laboral”.

¡Combo perfecto, apropiación de lo público (Vaca Muerta) y mano de obra esclava!

En el orden internacional, con la misma lealtad que sus perros le brindan, “el señor presidente”, se alinea a la dependencia explícita, su declarado encolumnamiento con los Estados Unidos, manteniendo un gesto histórico de fidelidad imperial.

El cambio de postura internacional de nuestro país (¿o debería decir, de ellos?) en la Asamblea General de la ONU, con la abstención al apoyo a la resolución que reclamaba el “Alto el fuego humanitario en la Franja de Gaza”, Argentina integra el grupo de 23 países que “decidieron” esa opción, sobre la que reflexiona Guillermo Cieza en su breve y contundente artículo, en este Portal.

Dije “gesto histórico de fidelidad imperial”, porque “el señor presidente” siempre nombra a Juan Bautista Alberdi como uno de sus “héroes” máximos, quien dijo, ante la acción imperialista en la India: “…mis simpatías en esta lucha son todas por Inglaterra. El día que ella triunfare en la India, debería ser un día de fiesta, para todo el mundo cristiano. La mitad de nuestra prosperidad en Sud América depende de la Inglaterra y la libertad del mundo entero tiene en esa nación noble y brava, su más poderoso baluarte” (Viñas1995).

Es seguro que “el señor presidente”, acuerda con su ídolo histórico del siglo XIX, sobre el encantamiento que produce la acción invasora imperial para colonizar territorios, lo demuestra cuando declara sus simpatías por Margaret Thatcher, asesina de guerra en Malvinas.

En el mismo orden de vasallaje, la canciller Diana Mondino, respecto de la abstención en la ONU, dijo que: “Israel está actuando acorde al conflicto y al derecho internacional”, flagrante mentira sobre evidente genocidio palestino.

Es tan sintomático que mientras el gobierno argentino se abstiene de votar de manera afirmativa por la resolución del “Alto el fuego…”, “el señor presidente” estaba reunido con el embajador estadounidense, Marc Stanley, que fue acompañado por algunos funcionarios del Consejo de Seguridad de Estados Unidos. Tan curiosa la casualidad como que los enviados como representantes de ese país para el acto de asunción de “el señor presidente”, fueran “…la secretaria de Energía, Jennifer Granholm; Carlos Monje, subsecretario para Política de Transporte, y Andrew Light, secretario adjunto de Asuntos Internacionales, también del Departamento de Energía”.

¿Energía y transporte para un acto de asunción presidencial?

Entre otras cosas, la canciller Mondino había dicho, respecto del aumento de los precios, en un programa de televisión ante la pregunta de uno de los conductores sobre los aumentos de precios, que “no te hace falta educación, si no tiene plata en el bolsillo no va a comprar cosas muy caras…”, refiriendo, con el escuálido razonamiento, que de esa forma se frena el proceso inflacionario. Aunque parece que le falta un poco de educación a la canciller, que debería saber que quien no tiene plata en el bolsillo, no compra ni cosas caras, ni baratas. ¡No compra! ¡No come!¡Se enferma!

Como nota de color es importante repasar que es la misma Mondino, que tiene su nombre y el de su marido, Eugenio Pendas, vinculado “al ex Banco Integrado Departamental (BID), un banco cooperativo de Venado Tuerto, y el llamado «fraude bancario más grande de la historia argentina»”.

Hasta aquí tenemos una consultora haciéndose cargo de la economía argentina, como si el país fuera un fondo de inversión similar a Black Rock donde lo importante es aumentar las ganancias de los “inversores” a como dé lugar, a lo buitre, si fuera necesario. Si se me permite, esa parece ser la lógica, cuando el ministro del Interior le asegura a los millonarios ser “más ricos”, lo que nos deja como resultado que, por un lado, todos los demás seremos más pobres y por otro, los millonarios no tendrán riesgo en este sistema dispuesto por “el señor presidente”.

No sólo se trata de consultoras, también la Educación está en manos de fundaciones, tanto que el propio ex ministerio, ahora secretaría, tiene sus “gerentes” en fundaciones.

De hecho, el flamante secretario, Carlos Torrendell, de quien hemos hablado en un artículo anterior, donde repasamos su procedencia, su actuación y su ideario, lo que nos conduce, inexorablemente, a la privatización del sistema.

Y no es exageración, si descubrimos que su primer aparición pública-privada fue hace unos días en el XVI Foro de Calidad y Equidad Educativa organizado por la fundación Educar 2050, donde planteó los problemas del sistema como si se tratara de una cuestión psicoanalítica que tiene que ver con el “miedo”, relacionó los procesos de sanación personal con la innovación educativa, para concluir que “en definitiva la innovación y la mejora es un proceso de sanación (…) Ningún sistema educativo, ninguna política, ninguna escuela va a mejorar si tenemos miedo”. Y así sugiere el libro “Trust in Schools” (“La confianza en las escuelas”), del sociólogo estadounidense Anthony Bryk, para señalar que “en las escuelas donde hay confianza, la gente aprende más”. El sociólogo estadounidense, está vinculado a la elitista Universidad de San Andrés.

Resulta, a priori, incómodo para quien ha pasado 30 años en el sistema público de educación, primero que un funcionario, con un rango máximo, hoy secretaría, no haga su primera aparición pública en alguna de todas las universidades nacionales que dependen de su cartera, o en alguna de los miles de escuelas públicas que hay en todo el país.

Es decididamente un problema de “miedos”, por los que un secretario de educación de la Nación, se refugia en una de las ong que más incide en los procesos de endoprivatización educativa, pruebas estandarizadas y “revisión” de la carrera docente, incluso con algunos de sus miembros que se han desempeñado como funcionarios para asegurar la incidencia de las políticas que promocionan, siempre alineadas con los mandatos de los organismos internacionales, de los que también reciben “cooperación”.

La visión del nuevo secretario pone, como lo promocionan las políticas internacionales y las fundaciones y ong parasitarias, el problema de la crisis en las escuelas, por ende en los docentes que tienen “miedo a innovar”, reduciendo la problemática a una cuestión particular.

El Foro tuvo lugar en la sede de la Fundación Telefónica de la cual fue Ceo, el titular de Educar 2050, Manuel Álvarez Trongé. Allí tuvo su “bautismo” Carlos Torrendell, quién en su disertación, además de hablar de no tener miedo y que la innovación es un proceso de sanación, propuso trabajar sobre las “buenas prácticas” educativas; otro concepto tomado del diccionario de eufemismos neoliberales, donde también se establecen “las buenas prácticas agrícolas” (mientras nos fumigan con pesticidas), o las “buenas prácticas empresariales” (mientras nos despojan con los aumentos de precios y la apropiación de territorios físicos y simbólicos).

La Educación pública es uno de los territorios donde las “buenas prácticas del mercado” han desembarcado e invadido para definirla según sus intereses.

Así como el territorio público de la Ciudad de Buenos Aires, fue perdiendo espacios por las “buenas prácticas del mercado inmobiliario”, también sus plazas fueron enrejadas después de diciembre de 2001 como “buena práctica del Estado disciplinador”.

De la misma forma se “enreja” el derecho a la protesta, a peticionar a las autoridades, a la huelga, todos derechos conculcados por la pedagogía del sheriff, ahora llevada a cabo a través de un protocolo arbitrario, discrecional e inconstitucional, presentado por la ministra de (in) Seguridad, Patricia Bullrich, que frente a la inminente marcha del 20 de diciembre, convoca a “quedarse en casa”, al mismo tiempo, que en el mismo tono de su tristemente célebre y dipsómana frase, “el que quiera andar armado que ande armado”; espetó, “ Ese día se quedan en su casa o vayan a realizar un trabajo. Que vayan a hacer lo que tienen que hacer en vez de marchar”.

El protocolo que habilita la impunidad de la acción de las fuerzas de seguridad tuvo un fuerte rechazo a nivel nacional e internacional, ya está en la relatoría de la propia ONU que entiende sobre los derechos de libertad de reunión y asociación, el propio relator, Clement Nyaletsossi Voule expresó: “Estoy recibiendo informes muy preocupantes sobre un anuncio presidencial que criminaliza la protesta pacífica y otorga poder ilimitado a las fuerzas del orden para el uso de la fuerza. Silenciar voces disidentes no es la respuesta para resolver las crisis sociales”.

Lo evidente es que “el señor presidente”, privatiza el gobierno con una consultora a cargo de la Economía; la colonialidad manifiesta en Cancillería; fundaciones y ong en la Educación y el delirio represivo en (in)Seguridad.

Estamos en pleno proceso de aplicación de la “doctrina del Shock” y las furias desatadas del “capitalismo salvaje”, como tan bien describió Naomi Klein. Lejos del anarco-capitalismo, “el señor presidente” intenta construir un Estado vigilante, en el que, parafraseando a Noam Chomsky, “la democracia es empresarial, sin la intervención de la chusma inoportuna”.

Digresión final

Vaya mi humilde homenaje implícito a la excelente novela de denuncia social del escritor guatemalteco y premio Nobel, Miguel Ángel Asturias, El Señor Presidente.

Darío Balvidares

Publicado en tramas.ar el 18-12-23

Imagen destacada: Perfil


martes, 12 de diciembre de 2023

Audio entrevista a Darío Balvidares - Radio Futura

 

Comparto el audio de la entrevista que me realizaran en el programa "Micrófono Abierto" en Radio Futura FM 90.5 La Plata (11-12-23)

Conversamos sobre los cambios en Educación, la degradación de ministerio nacional a secretaría  de pendiente del nuevo ministerio de Capital Humano y la designación del flamante secretario, Carlos Torrendell.

Aquí el audio

lunes, 11 de diciembre de 2023

Educación: pase el que sigue




Con el estilo frenético que caracteriza al presidente electo, otra vez aparecen los cambios en el armado institucional. El nombre que apareció ahora para la secretaría de Educación es el de Carlos Torrendell, licenciado en Ciencias de la Educación, egresado de la Universidad Católica Argentina.

Hace algunos días escribíamos en este mismo medio, bajo el título de Capital humano y la lógica del sometimiento, sobre lo que significa, en el contexto del gobierno que propone el promulgado presidente, Javier Milei, la noción de capital humano, vinculada al mercado y a la educación por competencias que tiene como fin último lograr la performatividad económica de los estudiantes para la empleabilidad en el estrecho mercado de trabajo, en detrimento de la formación intelectual que debería ser, sin dudas, el objetivo de una educación trasformadora que se apoye en las pedagogías críticas con la mirada puesta en un fin colectivo, la emancipación social.

Parece que estamos cada vez más lejos de esos objetivos, la formación intelectual, el pensamiento crítico fueron desplazados por la instrucción instrumental: “saber hacer” (la tarea encargada) y “saber ser”, un sujeto con la suficiente educación emocional para adaptarse e incluso, dejar de ser quien es. Es decir, tener la capacidad de sublimar nuestros deseos y nuestros sueños y aprender a flexibilizarnos frente al orden impuesto.

En ese contexto de raigambre neoliberal de desubjetivación se produce, además, la confiscación de la palabra “libertad”, que el partido La Libertad Avanza ha realizado, paradojalmente, retrocediendo. Instalado un movimiento regresivo que deja de interpelar a la educación como pública, gratuita y científica, además de negarla como derecho.

No digo que esa aspiración sea privativa de Milei, muy lejos está de la originalidad, más bien se trata de expresar el auge de los “servicios educativos”, tal como lo son en Chile, para no abundar, luego del experimento de Milton Friedman y los chicago boys.

Decíamos en el artículo mencionado que todavía no había confirmación de quién ocuparía la cartera educativa devenida en secretaría dependiente del ministerio de Capital Humano, que mientras escribíamos, hace 7 días, iba a estar conformado por, Educación, Salud, Desarrollo Social y Trabajo, aunque en otro ademán anarco-institucional parece que en este momento la cosa volvió a cambiar y Niñez y Familia toma el lugar de Desarrollo Social, según esta última innovación se agrega un área cercana a quien será la ministra, Sandra Pettovello, licenciada en Ciencias para la Familia de la Universidad Austral y licenciada en Periodismo por la Universidad de Belgrano; políticamente formada y ex vicepresidenta del partido liberal, Unión del Centro Democrático (Ucede); también trabajó en producción de programas periodísticos. De acuerdo con su CV nunca pasó por la gestión pública.

Indicábamos, entonces, que el primer nombre que sonaba para Educación fue el de Martín Krause, Licenciado en Administración de Empresas, egresado de la Universidad Católica de La Plata, integrante de la fundación Libertad y Progreso e impulsor del sistema voucher y de la competencia entre escuelas, pero fue descartado luego de su intervención en un encuentro en la Universidad Torcuato Di Tella, donde espetó una nefasta y forzada alocución en el contexto de poner en duda el cumplimiento de los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios dijo que “somos unos chantas, no cumplimos nada (…) si la Gestapo hubieran sido argentinos, ¿no hubiera sido mucho mejor? Porque en vez de matar seis millones de judíos, seguramente eran mucho menos, porque hubiera habido coimas, hubiera habido ineficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos, pero eran alemanes ¿viste?, ese es el problema que hubo…”.

Luego de que Krause haya quedado ¡afuera!, Milei designó para la transición en Educación a Eleonora Urrutia, abogada egresada de la Universidad de Cuyo, además de su presencia en Chile con la Fundación para el Progreso en la que se desempeña como investigadora y miembro del consejo directivo; también es PhD en Administración de Negocios, Master en Economía y Ciencia Política, ambas certificaciones son de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas, creada en Buenos Aires por Alberto Benegas Lynch en 1977, el mentor de Milei); asimismo muestra su recorrido como consultora Banco Mundial y del BID para Latinoamérica y el Caribe en desarrollo del sector privado y gestión del sector público y algunas otras certificaciones.

Además de su actuación en el mundo privado de la educación, salvo su paso como estudiante de abogacía por la Facultad de Derecho de la UNC, su formación fue íntegramente en instituciones privadas.

Comentamos en el artículo anterior que se desempeñaba como articulista de la Revista chilena El Líbero en donde el 29 de marzo de 2018, había publicado un artículo bajo el título, “La verdad oficial sobre la última dictadura militar argentina”, interesante título donde el negacionismo es tal, que la palabra “dictadura” no aparece en todo el texto, tras calificar de “pacífica sublevación militar”, a las vejaciones cometidas por la dictadura cívico-militar, vuelve sobre la noción de la “guerra” y califica como “aberración jurídica” la tipificación de los delitos de lesa humanidad. Su fuerte vinculación con Chile, tiene lazos con su historia familiar puesto que está casada con Hernán Büchi, quien ocupó el cargo de ministro de Economía entre 1985 y 1989 durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Tanto Martín Krause, como Eleonora Urrutia no son Educadores, no están formados en didácticas y mucho menos en pedagogía, están formados en negocios, en administración de empresas, aunque no parece ser ese el motivo por el cual quedaran fuera de la carrera, sobre todo Urrutia que ya estaba trabajando en la transición.

Así las cosas, el nombre en danza a 3 días de la asunción presidencial, es el Dr. en Ciencias de la Educación, Carlos Torrendell, doctorado adquirido en la Pontificia Universidad Católica de Chile (UCA), institución que tiene la particularidad de haber sido el faro para llevar a cabo la reforma en Latinoamérica, conectada con Diálogo Internacional (IAD), una fundación de derecho privado creadora del Programa Preal (Programa para Reforma Educativa para América Latina y el Caribe) con sede en Washington.

A propósito de la UCA de Chile, en 1953, Albion Patterson (director de la Administración para la Cooperación en Chile (posteriormente USAID). Theodore Schultz (presidente del Dpto. de Economía de la Universidad de Chicago) conversaban sobre la urgencia de “cambiar la formación de los hombres, influir en la educación…” “el gobierno de USA no se empeñaba demasiado en la guerra intelectual contra el marxismo (…) queremos que los países pobres trabajen su salvación económica vinculándose a nosotros y su desarrollo económico se consiga a nuestra manera” (Klein 2008). Así que fueron a ofrecerle servicios al rector de la Universidad de Chile para la formación de los nuevos economistas, pero no aceptó, entonces ofrecieron los medios y los dineros a la UCA, que ni siquiera tenía Facultad de Ciencias Económicas, pero gracias a los enviados norteamericanos, la fundan. Milton Friedman ya tenía su experimento.

Siempre es bueno conocer la historia y saber sobre las instituciones y sus perfiles de formación, sus objetivos y sus posiciones ideológicas.

Con Carlos Torrendell en educación se amplifica el horizonte privado, es un intelectual formado íntegramente en instituciones privadas de elite; como vimos, la UCA es su cuna, ha realizado cursos en la Universidad de San Andrés (UdeSA) vinculados a educación como explicita en su CV. Es colaborador de la Fundación Argentinos por la Educación, la ong de CEOS empresariales que tiene entre sus fundadores a Roberto Souviron, dueño de Despegar.com, egresado de la UdeSA, como Administrador de Empresas. En ese camino de la injerencia de la autopercibida “sociedad civil”, Torrendell está vinculado con la Fundación Lúminis y con Enseña por Argentina (ExA), organizaciones siempre cercanas al Pro, en la ciudad de Buenos Aires, en el caso de ExA con convenios firmados con el ministerio de Educación, aun cuando Oscar Ghillione, que fuera el fundador, también se desempeñe como funcionario de la ministra saliente, Soledad Acuña.

El casi flamante secretario de educación en la era mileiniana, también ha pasado por la función pública en el gobierno de la Ciudad, entre los años 2012 y 2017, se desempeñó como coordinador de Formación en el Desarrollo de Políticas Curriculares Cooperativas para la Formación Docente de CABA y Asesor de Planeamiento Educativo y en Formación Docente, durante las gestiones de Mauricio Macri (PRO) y de Horacio Rodríguez Larreta (PRO) como jefes del gobierno porteños.

Es importante destacar su participación en el Departamento de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria (CEPAU), prosecretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Educación Católica (CEEC) y miembro del Comité de Educación de la Comisión Arquidiocesana para la Cultura (Buenos Aires). Como vemos, se trata de un hombre con fuertes lazos con el poder eclesiástico.

Hay tres o cuatro conceptos sobre los que Torrendell trabaja en su cruzada por el lugar que le otorga a la “sociedad civil” como par del “Estado” en la cuestión educativa; dicho de otro modo, en la concepción de Torrendell es necesario el desplazamiento del Estado para dar lugar a la “sociedad civil”, lo que se traduce en lo que venimos anunciando hace más de 30 años, la injerencia de las ong , fundaciones e instituciones de derecho privado asumiendo el poder de decisión, en lugar del Estado, generando la ilusión de que el conjunto de la población está incluido en el concepto de “sociedad civil” que hace eje en el concepto de school choice (elección de escuelas) o más profundamente, libre elección, hasta la conclusiva libertad de enseñanza, vinculada a la libertad educativa, conceptos todos que sólo pueden funcionar con un definitivo “alejamiento” del Estado, que desde su visión también estaría asociado al mercado: “…la educación estatal fue utilizada en reiteradas oportunidades y ámbitos para imponer opciones ideológicas. En este sentido, el Estado se ha constituido en un ámbito privilegiado para que se aniden grupos de interés que sobreviven gracias al poder y al erario público imponiendo a los sectores sociales a su alcance su agenda y cosmovisión. Podríamos decir que lo público estatal se convirtió en “privado-sectario”… mucho más “privado” aún que lo público de gestión privada pues se camufló exitosamente bajo el manto de lo “neutro y laico“, son algunas de las consideraciones que realiza en su ensayo “School Choice: entre la libertad de enseñanza y la libertad de mercado”.

El planteamiento de la “libertad educativa” como iniciativa del complejo de poder que Torrendell define como “sociedad civil”, entra en conflicto con la iniciativa de igualdad que propone el Estado, según el propio Torrendell, cosa que no es tan así puesto que como venimos exponiendo desde los inicios de nuestra crítica a la reforma, cada vez es mayor la dependencia del Estado de los sectores de la “sociedad civil” a la que alude, de hecho él mismo es un factor surgido y formado en el sector privado (aunque lo llame con el eufemismo, sociedad civil), ocupando cargos públicos en un Estado que describe como “mar de mediocridad con archipiélagos de excelencia” como expresó en el programa “Buenos días América” en el canal A24.

Pero es, paradójicamente, que la “mediocridad” del Estado se comenzó a acentuar cuando sus sucesivas dirigencias autopercibidas progresistas y las de centroderecha estrecharon más lo vínculos con la vidriosa “sociedad civil”, que en la mayoría de sus propios nichos reciben los fondos de la “mediocridad” estatal, las corporaciones empresariales y/o los organismos internacionales.

Cuanto más ese maridaje se consolida, lo público, como lo común se desvanece en el aire, por los efluvios tóxicos de lo que se defiende como “pluralidad”, otro de los conceptos en los que se recuesta Torrendell; extraño concepto de pluralidad que encubre la fragmentación social, que permeabiliza la elitista autoproclamada “libertad”.

El debate no es, solamente, sobre la libre elección, la pluralidad, la libertad de enseñanza o el rol de la subsidiariedad del Estado; se trata de la lucha contra la desposesión de la educación pública, único lugar de síntesis donde las diferencias se amalgaman.

Darío Balvidares

Imagen destacada: elDiarioAR.com

Artículo publicado originalmente Educación: pase el que sigue 07-12-23

lunes, 4 de diciembre de 2023

Capital humano y la lógica del sometimiento

 



El presidente proclamado, Javier Milei, está en momentos de definición sobre los nombres propios de su gabinete, que oscilan dentro del arco neoliberal desde la derecha hasta la ultraderecha negacionista y filogolpista.

Pero de lo que hablaremos aquí es de lo que hay detrás del concepto de capital humano que da nombre a uno de los ministerios del proclamado presidente y de los nombres, que fueron surgiendo para la secretaría de Educación.

Javier Milei manifestó, en varias ocasiones, la creación de un ministerio de “Capital Humano” y en el imaginario social (y periodístico) funciona como si se tratara de una caja boba que albergará distintas áreas, Educación, Salud, Desarrollo Social y Trabajo, que se degradan en secretarías (perdiendo un peso específico, que en la realidad no tuvieron desde hace muchísimo tiempo). Así es como se percibe, desde la construcción de un pragmatismo político clásico rayano con el sentido común.

Lo cierto es que, en el caso de educación, que es por dónde transitaremos el artículo, el ministerio hace rato que tiene las funciones que la reforma le impuso, entre otras, como alguna vez dijo el entonces ministro, Daniel Filmus, “es el lugar de concertación con los organismos internacionales”, conste que estamos hablando del ministerio de educación.

Y por supuesto que esas funciones se fueron ampliando a convenios con ong y fundaciones empresariales que comenzaron a constituir la parte activa del modelo privatizador por su actuación directa en las decisiones políticas.

Un ministerio nacional que se redujo a difundir el financiamiento del que no es propietario, ni siquiera del proyecto, porque lo hizo el ministro de economía en retirada, Sergio Massa (a imagen y semejanza del que diera origen a la Ley de Financiamiento Educativo – Filmus / Kirchner – sancionada en 2005), el mismo que ha tomado las decisiones de sumar créditos del Banco Mundial para efectivizar las becas Progresar y aceptando los condicionamientos de la educación por resultados que el Banco impone, para los que el gobierno saliente, tampoco ha puesto objeciones, porque ha adoptado el sistema de colonialidad dispuesto por la estandarización del tándem OCDE-Banco Mundial-UNESCO, sin ningún filtro crítico, ni en estos tiempos, ni desde el “Menem lo hizo”, ni siquiera reparó en el desguace del sistema educativo, iniciado en 1979 durante la dictadura genocida de Jorge Rafael Videla, cuando se transfirieron las escuelas primarias a las provincias, de un plumazo y sin presupuesto.

Todos los gobiernos que pasaron desde la dictadura han aceptado sin más, un campo semántico que se repite como letanía en distintos ámbitos que van desde especialistas, periodistas, conductorxs de televisión, de la esfera política, del mundo empresarial, algunxs sindicalistas del ramo y un largo etcétera: “hay que enseñar a nuestros estudiantes lo que demanda el siglo XXI”; “enseñar lo que los alumnos necesitan” “aprender a aprender”; “aprender para toda la vida”; “saber hacer”; “saber ser”; “formación por competencias”; “adaptación y flexibilidad”; “aprendizajes mensurables”; “educación de calidad (resultados)”; “puesta en valor” “gestión”.

Cualquier personaje que genere el discurso bajo los parámetros que indica ese “libreto”, se hace pasar por amigo del futuro, pero sabe que está siendo evaluado por la mirada invisible del mercado para el cuál actúa, porque debe adaptarse, porque se sabe controlado, porque cualquier insinuación critica lo excluye.

Hablar de la educación como herramienta para el ascenso social es, en estas épocas de metas y objetivos de éxito, mentirle descaradamente a la población en general y a lxs estudiantes en particular, desde cualquier lugar que se enuncie, en el mejor de los casos, todo el dispositivo de la transformación educativa es la competencia descarnada por acceder a un lugar en el mercado de la empleabilidad, es por eso que la finalidad última, como lo hemos dicho y reiterado en otros artículos, es la performatividad económica del estudiante.

Vista la complejidad del dispositivo transformación, al final del cual el estudiante que puso en valor sus habilidades deberá continuar su ciclo de formación en el desarrollo de las competencias en las que será evaluado en tanto recurso humano.

“Hay que enseñar a nuestros estudiantes lo que demanda el siglo XXI”

¿Qué demanda el siglo XXI?

¡Capital Humano!

Dicho esto, volvamos al ministerio de Capital Humano, que mas allá del ministerio, el propio presidente proclamado define el concepto como “el conjunto de habilidades, aptitudes, experiencias y conocimientos de cada persona, imprescindible para la economía de un país, invirtiendo en él se aumenta la productividad y se impulsa el progreso tecnológico, además de los múltiples beneficios que se obtienen en otras áreas como las sociales o científicas”.

Hasta parece fascinante la construcción discursiva que podría generar la ilusión de un progreso ilimitado, pero no; salvo que aceptemos el sometimiento ilimitado, que es la dirección a la que llevan estos dispositivos de transformación social, para nombrarlo con propiedad.

Así las cosas, el Estado ya no legitima conocimientos, sino que el mercado se hace cargo de legitimar las competencias y de esta manera se legaliza el modelo de instrucción empresarial y todo el sistema queda subsumido a sus intereses.

Para que no haya dudas, estamos en presencia de un modelo de instrucción en el que no interesa el desarrollo intelectual, ni los deseos de lxs estudiantes, sino la adquisición de competencias necesarias (que fije el mercado) para su posible empleabilidad y éxito personal.

La gestión es la herramienta para ejercer el control del capital humano, de hecho, hay todo un mercado de “herramientas para el control de gestión”. De acuerdo con la propia compañía IBM: “La gestión del capital humano se centra en agregar valor a los empleados de una organización para que puedan ofrecer los mejores resultados. Comprende funciones de recursos humanos, compensación y otras áreas principales vitales para la visión y misión de una empresa. La HCM proporciona un proceso para optimizar el rendimiento y la eficiencia del personal de una empresa, ofreciendo una estrategia general para guiar la atracción de talentos, el reclutamiento, la incorporación y la capacitación, la administración de beneficios y los informes”.

Se define y naturaliza, “agregar valor a los empleados (…) para que puedan ofrecer los mejores resultados (…) optimizar el rendimiento y la eficiencia del personal…”. Eso es la gestión, la creación de una cultura organizacional de desposesión de la subjetividad.

En ese contexto, así como el sistema voucher, funciona como instrumento de segregación social, como ya lo hemos explicado en otra publicación, el control de gestión se efectúa en la “educación” por competencias (conjunto de saberes/habilidades de carácter instrumental cuya validez es perecedera) medibles a través de la evaluación que determina aptos y no aptos.

Breve digresión

Yo mismo, en ocasión del debate sobre la Ley de Educación Técnica y Formación Profesional, antes de su sanción en septiembre de 2005, escuché al presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) de ese entonces, en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, decir que era muy importante que se sancionara porque el producto salido de esas escuelas iba a generar valor a sus productos. Lo que da cuenta del lugar simbólico que ocupan lxs trabajadorxs en el imaginario empresarial y la representación que se hace de lxs estudiantes. Pero cuando llamé la atención sobre la alocución del empresario, la respuesta fue: “es una manera de decir” y la mayoría de diputados y diputadas, presentes en la reunión, esbozaron una sonrisa de aprobación al referente de la UIA. (Fin de la digresión)

La finalidad de las competencias

De esa experiencia a hoy, lxs que intentamos poner la mirada crítica sobre los “fascinantes” cambios de la transformación educativa sabemos y por eso lo manifestamos, del grado de insoportable liviandad con que se han propuesto los debates y se han impuesto las consignas de la desposesión, con la anuencia de los autopercibidos progresismos (filo-neoliberales) y la inclemencia represora de las derechas y desde ahora, con el resurgimiento de la ultraderecha recargada, aunque transparente en sus objetivos de transformación (devastación).

Es importante resaltar, tomando las palabras de Angelique del Rey, que la idea de competencias no se reduce a la relación educativa y al modelo de enseñanza/aprendizaje, sino que se sitúa la noción de competencia en el centro de un nuevo modelo institucional, al permitir articular por medio de la educación la valoración del capital propio de cada individuo, la rentabilidad de la inversión educativa y sus apuestas del crecimiento económico.

A lo que tenemos que agregar, la capacidad de ampliar las rentabilidades empresariales en función de la administración de la gestión del capital humano. Las Recomendaciones del Parlamento Europeo y el Consejo de Europa (2006) expresan que “las competencias clave necesarias para la plena realización personal, la ciudadanía activa, la cohesión social y la empleabilidad en la sociedad del conocimiento (…) son esenciales en una sociedad basada en el conocimiento y garantizan una mayor flexibilidad de la mano de obra. La flexibilidad de ésta le permite adaptarse más rápidamente a la evolución constante del mundo, caracterizada por una mayor interconexión”.

Está más que claro que no se trata de una transformación educativa con miras al desarrollo intelectual de lxs estudiantes para trazar un camino colectivo hacia la emancipación; sino, todo lo contrario, la adaptación a una forma de vida, de pensamiento y de sometimiento.

Donde cualquier conflicto se resuelve con la adaptación, de ahí que una de las competencias sea el control de las emociones y quien no se adapta, no es apto, fracasó. La consecuencia es la exclusión, sin derecho a la protesta y bajo amenaza de represión.

Los dispositivos: el ministerio y la secretaría de educación

Hasta aquí hemos tratado de mostrar que para los cultivadores de la teoría del capital humano lo que sirve para la empresa, sirve para la educación e incluso para la vida, pero para muchxs de nosotrxs resulta que la “transformación” implementa un nuevo orden social, gestión de nuestras vidas, culturas, deseos a través de instrumentos que implantan un estándar de organización/obediencia con las herramientas que vehiculizan el control de gestión y entonces, qué mejor que controlar la estandarización del pensamiento y las emociones desde la escuela con la educación basada en las competencias.

Cuando desandamos los conceptos, la definición que daba Milei sobre capital humano, ya no parece tan inocente, ni inofensiva, es, más bien, un complejo dispositivo de alienación.

Mientras este artículo está en desarrollo, todavía no hay confirmación de quién ocupará la cartera educativa, si bien después de haber pasado por algunos nombres como el de Martín Krause, Licenciado en Administración de Empresas, egresado de la Universidad Católica de La Plata, integrante de la fundación Libertad y Progreso e impulsor del sistema voucher y de la competencia entre escuelas para adquirir sus fondos de financiamiento particulares para el funcionamiento, fue descartado luego de su intervención en un encuentro en la Universidad Torcuato Di Tella, donde espetó una nefasta y forzada alocución en el contexto de poner en duda el cumplimiento de los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios dijo que “somos unos chantas, no cumplimos nada (…) si la Gestapo hubieran sido argentinos, ¿no hubiera sido mucho mejor? Porque en vez de matar seis millones de judíos, seguramente eran mucho menos, porque hubiera habido coimas, hubiera habido ineficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos, pero eran alemanes ¿viste?, ese es el problema que hubo…”. Sobra cualquier comentario frente a la repulsiva comparación que trivializa el holocausto.

En estos días a quien Milei designó para la transición en Educación es a Eleonora Urrutia, que se presenta como abogada egresada de la Universidad de Cuyo, además de su presencia en Chile con la Fundación para el Progreso en la que se desempeña como investigadora y miembro del consejo directivo; también es PhD en Administración de Negocios, Master en Economía y Ciencia Política, ambas certificaciones son de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas, creada en Buenos Aires por Alberto Benegas Lynch en 1977, el mentor de Milei); asimismo muestra su recorrido como consultora Banco Mundial y del BID para Latinoamérica y el Caribe en desarrollo del sector privado y gestión del sector público y algunas otras certificaciones.

Además de su actuación en el mundo privado de la educación, salvo su paso como estudiante de abogacía por la Facultad de Derecho de la UNC, su formación fue íntegramente en instituciones privadas, lo que comparte con el fallido aspirante al cargo, Martín Krause, pero eso lo dejamos para dentro de unos renglones, porque también hay que resaltar que se desempeña como articulista de la Revista chilena El Líbero en donde el 29 de marzo de 2018, publicó, la posible futura secretaria de educación, un artículo bajo el título, “La verdad oficial sobre la última dictadura militar argentina”, interesante título donde el negacionismo es tal, que la palabra “dictadura” no aparece en todo el texto, tras calificar de “pacífica sublevación militar”, a las vejaciones cometidas por la dictadura cívico-militar, vuelve sobre la noción de la “guerra” y califica como “aberración jurídica” la tipificación de los delitos de lesa humanidad.

Su fuerte vinculación con Chile, tiene lazos con su historia familiar puesto que está casada con Hernán Büchi, quien ocupó el cargo de ministro de Economía entre 1985 y 1989 durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Al igual que otros integrantes de La Libertad Avanza, como la vicepresidenta proclamada, Victoria Villarruel, pretenden poner en duda lo que la mayoría de la población y las instituciones de su siempre invocada República suscribieron: fue Terrorismo de Estado, fueron 30.000, fue un genocidio.

Como vemos en ambos perfiles, tanto el del “no apto” Martín Krause, como en el de la encargada de la transición, Eleonora Urrutia entre varios denominadores comunes que hacen a sus trayectorias, formaciones y ámbitos de actuación, sobresale para el tema que nos ocupa, que no son Educadores, dan clases en alguna universidad, es cierto; pero no son educadores, no están formados en didácticas y mucho menos en pedagogía, están formados en negocios, en administración de empresas.

Y, es esa formación en el ámbito de la mercancía y la administración de negocios las que le otorgan, en este caso particular a Eleonora Urrutia, las competencias necesarias para integrar una de las secretarías del inmediato ministerio de Capital Humano. ¡Lo que vale para la empresa, vale para la educación! Leitmotiv neoliberal.

La colonialidad del poder está a punto de concretar su objetivo, la sumisión total de la educación al mercado y el mercado como administrador de los flujos de aprendizajes para la instrucción por competencias en función de sus propios intereses.

No son necesarios los educadores, no hay nada que enseñar, los aprendizajes serán provistos por el capitalismo digital en su versión plataformas, o por charlas TED de experiencias de millonarios en formato cuento para principiantes y en pantalla gigante.

No son necesarios los educadores, pero sí los PhD en Administración de negocios, porque de lo que se trata es del control de gestión en todos los niveles para asegurar que las futuras cohortes de alienados, tengan el suficiente control emocional para no protestar ni rebelarse contra el fracaso social potenciado por el experimento libertario.

Darío Balvidares
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