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viernes, 27 de octubre de 2023

Neoliberalismo y despojo educativo: conversatorio internacional

 

En este espacio comparto mis breves intervenciones en la Asamblea Pedagógica Distrital , convocada por la Asociación Distrital de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de Bogotá (ADE) el 3/10/23.

Esta primera parte de mi exposición gira en torno a la pregunta ¿Cómo se hace presente el neoliberalismo educativo en la escuela pública, a nivel mundial, en América latina, Colombia y se refleja en las prácticas escolares en todos los ciclos?



En la segunda parte, mi exposición gira en torno a la pregunta: ¿Cuáles políticas educativas profundizan el neoliberalismo en América latina y Colombia?


En la tercera parte mi exposición gira en torno a la siguiente pregunta: ¿Cómo enfrentar el neoliberalismo educativo desde espacios como los sindicatos, la academia, las organizaciones sociales? ¿Qué acciones urgentes se deben realizar para fortalecer la escuela pública?



Breve cierre y algunas reflexiones.





Capitalismo educativo y balotaje

 


Cobertura conjunta Contrahegemoníaweb y Tramas 


Recuperar los conceptos de educación común, pública, gratuita y científica es imprescindible para poder hablar de derechos efectivos y no en el terreno de algunos enunciados vacíos a la hora de los discursos de campaña.

En esta nota intentamos poner en foco algunas conceptualizaciones que parecen pasar desapercibidas no sólo en el ruido del debate presidencial, sino, decididamente ausentes en los pliegues de la trama de desposesión educativa propuesta por la reforma, a la que todos los oficialismos adhirieron en los términos de la macropolítica de la educación.

En tiempos de extrema fragmentación social y elevados índices de pobreza la importancia de la educación común, se hace vital a la hora de retomar la posibilidad de nacionalizar un sistema no solo atomizado en 24 subsistemas que se corresponden a las 24 jurisdicciones (23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), con el agregado de la acción privada a través del proceso de endoprivatización creciente, direccionado por los intereses empresariales.

La excusa para mantener y encubrir la desnacionalización del sistema educativo, que comienza durante la dictadura genocida con la transferencia de las escuelas primarias a las provincias en 1979 y continúa como parte del programa privatizador y de desguace de Carlos Menem en la década de 90 del siglo pasado con el traspaso de las escuelas secundarias y los institutos terciarios, mientras las universidades nacionales mantienen su autonomía (relativa, puesto que quedan presas de la todavía vigente Ley de Educación Superior) se realiza en función de un dudoso federalismo, que paradójicamente, nacionaliza la actividad privada de fundaciones y ong en los asuntos públicos.

La máscara de ese federalismo encubre que el desaguisado educativo es producto de los mandatos reformistas, que incluyen el debilitamiento sindical como parte del paquete de “modernización” del Estado, eufemismo utilizado en el proceso de privatización y tercerización de lo que debía ser estatal.

Desde el peronismo menemista pasando por el pastiche de la Alianza que deriva en la pueblada de 2001 y luego del intervalo complementario de Eduardo Duhalde, llegan los 12 años de kirchnerismo, que con otros paquetes de leyes (Educación; Financiamiento; Técnica y Formación Profesional) no se revierte el tema de la desnacionalización del sistema y sí se profundiza el carácter instrumental de la educación, el sesgo mercantilista y el enfoque en la performatividad económica de la formación.

Se mantienen las solicitudes de créditos y el endeudamiento educativo con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidades generadoras del creciente mercado educativo y promotoras junto a la UNESCO y la OCDE de la participación privada en la educación como asunto público.

En ese marco de políticas macro en las relaciones con los organismos internacionales, no hay diferencias con los 4 años de profundización de los procesos de endoprivatización que se llevaron a cabo en el período de Mauricio Macri (2015-2019) hasta la actualidad con el ministro/candidato, Sergio Massa, que celebra los créditos recientemente contraídos con el Banco Mundial para el “mejoramiento de la educación por resultados”, de manera que los lineamientos del Banco son los adoptados acríticamente desde una pedagogía no sólo instrumental, sino de sometimiento, como lo venimos remarcando desde hace muchos años.

Cuando desde el actual oficialismo, el ministro/candidato, Sergio Massa, insta al Congreso a aprobar el proyecto por la Nueva Ley de Financiamiento Educativo, lo hace desde los parámetros antes descriptos, en completa alineación (por no decir dependencia) con las macropolíticas educativas formuladas por los organismos internacionales, al igual que sucede con el reconocimiento de la (estafa) deuda con el FMI. En ese sentido nada ha cambiado, ni nada se transforma.

Pero del proyecto sobre el nuevo financiamiento educativo ya hemos hecho nuestra mirada crítica sobre conceptualizaciones que aparecen en el articulado que lejos de clarificar, oscurecen los propios conceptos que dicen defender, como lo dejamos expuesto en Financiamiento educativo, el déjà vu.

Este martes, Sergio Massa, asistió a la inauguración de una nueva escuela técnica de Formación Profesional en San Miguel, provincia de Buenos Aires. Esa actividad le dio el marco ideal para acentuar sus diferencias con su (todavía) competidor en el balotaje, Javier Milei, de acuerdo con el resultado de la elección del domingo pasado.

En su caudal discursivo, aprovechó, el ministro/candidato para instalar el campo semántico del “Estado presente y eficiente”; “la educación pública, gratuita, inclusiva y de calidad”; en ese espacio discursivo afirma: “Defendemos la Argentina de la educación pública, gratuita, de calidad, inclusiva como línea de largada en igualdad de oportunidades. Que un pibe de cualquier barrio de San Miguel pueda salir a pelear la vida con las mismas herramientas”.

En principio, no se trata de defender la educación pública, se trata de construir lo público en educación, puesto que esa categoría está siendo progresivamente diezmada, sustituida por una concepción de espacio que se opone a lo privado, donde lo privado puede actuar e incluso diluir lo público de acuerdo con sus propios intereses y con las legalidades que le ofrece el “Estado eficiente”, de ahí que surge la urgente necesidad de debatir lo público, en relación con lo común,concepto del que hablamos al principio de esta nota.

Otro de los problemas de la argumentación de campaña respecto de los calificativos de la educación es la “gratuidad”, puesta en discusión por Javier Milei, “porque nada es gratis y alguien lo tiene que pagar” y que, también, como Sergio Massa, nos habla del “Estado eficiente” y en resguardo de esa “eficiencia”, propone la voucherización educativa (de lo que hablaremos en unos cuantos renglones más).

Cabe la pregunta: ¿Qué es la eficiencia? En términos pedestres es “más con menos”, es decir, la capacidad de lograr mucho con pocos recursos.

Una de las consecuencias de la aplicación de ese principio está a la vista, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) dada a conocer el 27 de septiembre, el Informe muestra que en la franja etaria de 0 a 5 años el 51,6% sean pobres; también están en esa condición el 58,6% de la franja de 6 a 11 años y el 59,4% que va de los 12 a los 17 años.

Mientras que el concepto ideológico en el imaginario de la reforma educativa enmarcada en la llamada “modernización” del Estado propone la “eficiencia” asociada a la “calidad” de la gestión; la realidad demuestra que el resultado es la precarización de la vida en todas sus instancias.

El concepto de inclusión, se debe hacer extensivo para oponer a la “sociedad de la exclusión” que se construye con la “eficiencia del Estado”.

La “calidad”, los “resultados”, la “gestión” son conceptos coloniales, formantes del campo semántico de la “eficiencia”. Pero, lejos de la pretendida “mejora” que el eficientísimo ofrece, lo que se logró fue una puesta en crisis fenomenal del sistema (los sistemas) educativo(s).

Breve digresión

El latiguillo sobre la “igualdad de oportunidades”, en este contexto de extrema pobreza de más del 50% de la población en edad escolar, producto de las políticas del gobierno, no es más que otro de los velos que la ideología dominante utiliza para enmascarar la realidad de la precarización social y sus impactos en el desarrollo cognitivo, para no abundar en otros asuntos. Fin de la digresión.

Retomemos. Decía el ministro en ese mismo enunciado: “Que un pibe de cualquier barrio de San Miguel pueda salir a pelear la vida con las mismas herramientas”.

No sólo está reconociendo (tipificando) como pobre al “pibe (…) de San Miguel”, también está marcando su destino, “pelear la vida”. Pregunta: ¿Con las mismas herramientas que quién? Y podríamos dejar abierta la posibilidad de poner el significante; la idea de que la vida se “pelea”, contra “algo”, contra “alguien”; tal como usted, señor ministro, está haciendo este pólemos discursivo contra Javier Milei como destinatario, aún sin nombrarlo: “el derecho a estudiar no se arregla ni con un voucher, ni con el mercado”, aunque, en el acto puntual, los receptores fueran quienes lo rodeaban en la inauguración de la escuela, los medios que reproducían su discurso lo vehiculizaban al verdadero destinatario.

Lo cierto es que el “pibe de San Miguel”, sí va a tener que “pelear la vida”, contra (para sintetizar) el capitalismo que usted, señor ministro y su (eventual) contrincante representan, aunque las versiones aparezcan como distintas; para poner los significantes de “algo” y “alguien”, como pelean la vida millones de trabajadorxs, precarizadxs y excluidxs.

Del otro lado, en el balotaje, del mismo capitalismo en general y educativo en particular, no mucho se puede decir de la propuesta puntual y mal formulada por el propio Javier Milei sobre la voucherización de la educación. Milei puso como ejemplo a Chile y si bien es cierto que el país trasandino durante la dictadura de Augusto Pinochet implementó ese sistema de monetización de la educación, el voucher fue el instrumento para generar la competencia entre escuelas, pero lo que subvencionaba era la oferta y no la demanda como dice Milei que va a implementar acá en caso de ser gobierno.

Subvencionar la oferta (Chile) es otorgar el voucher a las escuelas en función de su matrícula de manera de ponerlas a competir todas contra todas, por lo cual las escuelas públicas también compiten entre sí y con las privadas. En esa falsa competencia como estrategia de mercado las escuelas que pierdan matrícula de manera progresiva cierran sus puertas. Lxs docentes, también, entran en el juego de la competencia para ver si son los “mejores” y así mantener sus trabajos, cualquier lazo de solidaridad desaparece en esos sistemas.

Pero el instrumento voucher va más más allá de las lógicas del mercado, desde su nacimiento se crea como un bono para mantener la segregación racial y hoy ampliada a la segregación por condiciones socio-económicas.

Breve reseña

En 1896 en los Estados Unidos se decretaba la segregación racial en las escuelas públicas con la doctrina “separados pero iguales”, cuestión que no funcionó en los términos de “igualdad”, los afrodescendientes no recibían la misma educación que la población blanca.

En 1954 queda sin efecto la doctrina, pero hay resistencia de sectores blancos, el economista libertario James Buchanan (teoría de la libre elección) consideró que la decisión afectaba a las escuelas públicas y nace la idea de proporcionar “subvenciones” a los padres para que pudieran enviar a sus hijxs a escuelas privadas para blancos.

La cuestión continúa en debate con idas y venidas en Estados Unidos, pero lo que tuvo mayor aceptación fue la charterización de las escuelas públicas, que son gerenciadas por organizaciones privadas, fundaciones, ong, en muchos casos disfrazadas de asociaciones de padres, como las experiencias en San Luis y Ushuaia, aquí en Argentina.

Problemas similares de segregación socioeconómica por la implementación de los vauchers se manifiestan en Suecia. En Noruega, fue la socialdemocracia la facilitadora de la adopción de políticas pro-privatizadoras que alimentan la segregación étnica sobre los inmigrantes. España, Bélgica y Países Bajos son los países de la OCDE con mayor número de matrícula privada en primario y secundario. También rigen las Asociaciones Público Privadas (APP). Fin de la reseña.

Como vemos, nada de lo que propone el libertario (filo-fascista) Javier Milei es novedoso, más bien atrasa, reproduce la teoría elección de James Buchanan. Todas estas estrategias son de privatización además de ser organizadoras de la segregación. Por supuesto que la OCDE y los otros organismos internacionales promocionan estos formatos en relación directa con la noción de “Estados eficientes”.

Y aquí vale la reflexión: ambos candidatos, Massa y Milei y sus respectivos espacios políticos, Unión por la Patria y La Libertad Avanza, además del implosionado Juntos x el Cambio o el que representa Juan Schiaretti abrevan en el abanico de la gramática reformista que les imponen los mismos y obsoletos organismos internacionales que aparentan tener es la misteriosa y mágica clave del conocimiento y el trabajo del siglo XXI, aunque lo que realmente tienen es mucho más terrenal: es el candado que les asegura la colonialidad educativa de acuerdo a los requerimientos de los intereses empresariales y el formateo ontológico para ejercer el control disciplinar.

No se trata de educar a lxs estudiantes para la emancipación, sino de instruirlos en un conjunto determinado ya no de saberes/conocimientos para el desarrollo de su formación intelectual y científica, capaz de interpelar y de interpelarse; sino de aprendizajes que serán obsoletos en poco tiempo como producto de la vertiginosidad del cambio, según el canon neoliberal, por eso el principio de adaptación rige como una de las habilidades blandas más importantes, de ahí la solicitud del ministro/candidato de la implementación de las carreras cortas.

Porque lo relevante en la pedagogía instrumental no es formar para la autonomía del sujeto desde la soberanía educativa, en función de la transformación social, política, económica y ambiental de un mundo en descomposición; sino de todo lo contrario, adaptar el “capital humano” en la carrera de lo que llamaron “economía del conocimiento”, nicho relativamente nuevo en un capitalismo al que los “mercados” se le agotan o se le pudren, o queman o archicontaminan, por el saqueo y la desposesión.

Un Estado eficiente no va a mejorar la situación de las mayorías vulneradas, estafadas, defraudadas, engañadas; va a mejorar sólo la relación costo-beneficio en términos de los “gastos” del propio Estado.

El paquete del capitalismo educativo incluye cambios ontológicos y epistemológicos con efectos palmarios en la formación en la performatividad económica de lo que llaman el futuro “capital humano”, antes estudiantes y las “tecnologías del aprendizaje”, sustitución tecno-digital de la enseñanza, del docente y la didáctica a través de las empresas EdTech.

Para finalizar, por supuesto que es indiscutible que “los chicos lleven en la mochila una computadora y no un arma”, como dice el ministro/candidato en su argumento de campaña, frente al delirio mileiniano de la libre circulación de armas. Lo que es discutible es para qué llevan la computadora en el contexto del aprendizaje por competencias que no ofrece la formación intelectual para el desarrollo del pensamiento crítico para discernir en una experiencia robótica, por ejemplo, si lo que está diseñando es una licuadora inteligente o una ojiva nuclear.

¿Acaso no son ambas importantes para el mercado?

Recuperar los conceptos de educación común, pública, gratuita y científica es imprescindible, tal como, también, propone el Frente de Izquierda, para poder hablar de derechos efectivos y no en el terreno de algunos enunciados vacíos a la hora de los discursos de campaña solo favorables a engrosar el capitalismo educativo como formador del capital humano para el enriquecimiento de las minorías que traman nuestros destinos.

Es importante la realización de un congreso pedagógico ante la avanzada reformista para poner en debate toda esta temática, pero a la luz de la pedagogía crítica.

Darío Balvidares
Fuente: Capitalismo educativo y balotaje en tramas.ar 26/10/23

martes, 10 de octubre de 2023

Darío Balvidares invitado al Seminario: "Los 50 años de CTERA" por Tribuna Docente (23-09-23)


Reproduzco aquí el enlace del video realizado por Tribuna Docente, en ocasión del Seminario: "Los 50 años de CTERA (1973-2023)

Escuelas voucher: el planteo de Milei y el fracaso en Chile, Suecia y otros. Programas educativos de los candidatos del FMI. El ataque a la educación pública, la docencia y sus conquistas. Cómo organizarnos en su defensa. Exponen: Darío Balvidares (prof. y lic. en Letras, docente, investigador con numerosas publicaciones sobre políticas educativas, integrante del colectivo editor de Tramas-Periodismo en movimiento). Andrés Brenner (profesor de Filosofía y Sociólogo, investigador y escritor sobre temas educativos). Daniel Sierra (congresal Suteba y dirigente de Tribuna Docente). Moderador: Miguel Eibusyc.



martes, 3 de octubre de 2023

Financiamiento educativo, el déjà vu

 



El ministro de economía y candidato presidencial, Sergio Massa, lanzó el “Nuevo Proyecto de Ley de Financiamiento Educativo”, que hace dos días ingresó formalmente a la comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación a la que asistió el responsable del área, Jaime Perczyk, para hacer la presentación frente a lxs legisladorxs.

El nuevo proyecto, establece sobre el anterior, registrado por la Ley 26.075, sancionada en diciembre de 2005, que, si bien aquella ley establecía que el porcentaje del presupuesto destinado a educación debería haber llegado al 6% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2010, no llegó, aunque hay que hacer la siguiente salvedad, en 2009 la misma ley prescribía el 5,6 % y se superó con el 5,9% y en 2010 volvió a caer al 5,4 %; para luego cumplir con el 6% estipulado sólo en 2013 y 2015.

Lo que deja como conclusión, que la ley no se cumplió o se cumplió muy parcialmente y también, el trasfondo político rayano con la impunidad porque no tiene consecuencias para los gobiernos, ni funcionarios el incumplimiento. Ni siquiera todos esos miles de millones que no estuvieron volcados al sistema educativo generaron ni una mínima autocrítica. Sin embargo, les sobran críticas y tonos amenazantes cuando el conjunto de la docencia decide actividades de protesta y lucha como consecuencia de los incumplimientos gubernamentales de sus propias leyes.

Se le descuentan los paros al docente en huelga, se lo persigue con los sumarios administrativos y/o se le crean causas judiciales; pero a los funcionarios de turno, responsables por no cumplir con las propias leyes, con las obligaciones que esas mismas leyes les imponen (la creación de un número determinado de escuelas, o los sistemas de conectividad, o el mantenimiento necesario para prevenir accidentes, por ejemplo), no tiene consecuencias, como no tiene consecuencias subejecutar el presupuesto asignado.

El proyecto Massa/Perczyk propone un acrecentamiento que llevaría de manera escalonada al 8% del PBI la inversión en educación en el año 2030, es decir que se vuelve a proponer un instrumento poco confiable respecto del cumplimiento. Además, se invierte la ecuación respecto de los porcentajes, con el nuevo proyecto la Nación se hace cargo del 60% de la inversión, quedando para las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 40% del financiamiento educativo.

Hagamos un breve ejercicio comparativo que muestra status quo en varias de las temáticas que conforman el articulado; en la ley de 2005 se proponía “erradicar el analfabetismo en todo el territorio nacional…” (artículo 2º- inciso e); en el nuevo proyecto dice: “erradicar el analfabetismo en todo el territorio nacional” (art. 6º-inc. b). Pasaron 18 años y todavía tenemos que volver sobre los mismos postulados. Particularmente, el tema del analfabetismo se vincula a cuestiones tales como falta de planificación y de organización; pero también de proyección respecto de la estimación del crecimiento demográfico y paradójicamente, la falta de inversión.

La sensación con este nuevo proyecto de financiamiento es que deja en evidencia el desengaño del anterior, en cuanto a la realidad de las inversiones y el destino que deberían haber tenido, puesto que se repiten los mismos temas inconclusos. En la ley de 2005 se expresaba: “… extender la enseñanza de una segunda lengua” (art.2º-inc. g). El actual proyecto prevé “asegurar la enseñanza de una segunda lengua en los niveles primario y secundario” (art. 6º-inc. h).

Inclusive, hay un tema que sigue dando vueltas y que nunca alcanza una resolución, a pesar de estar en boca de todos los funcionarios “responsables” a la hora de hablar de la educación en la primera infancia. En el nuevo proyecto se determina: “Promover y financiar la creación de jardines maternales para los niños y las niñas de CUARENTA Y CINCO (45) días a DOS (2) años de edad, priorizando los sectores sociales y las zonas geográficas más desfavorecidas” (art. 6º-inc. d); recordemos que la Ley de Educación Nacional (20.206) de diciembre de 2006, es decir que fue sancionada justo un año después de la primera ley de financiamiento, expresa “Los Jardines Maternales atenderán a los/as niños/as desde los CUARENTA Y CINCO (45) días a los DOS (2) años de edad inclusive y los Jardines de Infantes a los/as niños/as desde los TRES (3) a los CINCO (5) años de edad inclusive” (art 24º-inc. a). Pasaron 17 años de la promulgación de ley de educación y 18 de la primera ley de financiamiento y la cuestión continúa en stand by a pesar de las propagandas de los distintos oficialismos y la promoción de la “innumerable” cantidad de jardines infantiles que (no) construyen.

No es motivo de esta nota hacer un trabajo comparado sobre la primera ley de financiamiento y el proyecto de la nueva ley que envió el ministro Sergio Massa al Congreso, en el que también se impulsa una fuerte reforma en el nivel secundario con la propuesta de programación y robótica como dos asignaturas obligatorias que deben estar en el segundo ciclo de la educación secundaria y “Destinar los recursos necesarios para la implementación de políticas de transformación curricular del nivel secundario que adecuen los contenidos a los desafíos actuales que enfrentan las generaciones jóvenes” (art.6º-inc. m). También se actualiza lo de las pasantías, tutorías y mentorías para reforzar la idea del vínculo con el trabajo (precario). Vale aclarar que la “transformación curricular (…) que adecuen los contenidos a los desafías actuales…” donde desafíos actuales es un eufemismo de alinear los currículos con el mercado laboral, según la recomendación OCDE 2017.

Hace falta un paréntesis, porque en el fragor de presentar dudosas soluciones con leyes que funcionan a media máquina o no funcionan en su aplicación en el mundo real de la inversión; el informe del INDEC sobre la pobreza en el primer semestre es la muestra palpable de las condiciones paupérrimas que sufre poco menos de la mitad de la población; aunque en el desagregado, si vemos las condiciones de lxs niñxs y adolescentes, el desamparo es extremo.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) dada a conocer el 27 de septiembre, el Informe muestra que para este primer semestre la población entre 0 y 5 años la indigencia alcanza al 12,5% y la pobreza al 39,1%; mientras que los comprendidos entre los 6 y 11 años el 13.6% es indigente y el 44,9% es pobre y el crecimiento de la indigencia se manifiesta entre los adolescentes de 12 a 17 años con un porcentaje del 16,4% en la indigencia y 43.1% de pobres; lo que lleva a totalizar que en la franja etaria de 0 a 5 años el 51,6% sean pobres; mientras que, también están en esa condición el 58,6% de la franja de 6 a 11 años y el 59,4% que va de los 12 a los 17 años.

El Informe de la EPH debería ser una fuerte señal contra los enunciados vacíos de contenido, como el expresado por el ministro de educación, Jaime Perczyk invitado a la comisión de educación, como dijimos más arriba, para la presentación del proyecto de financiamiento: “…para cuidar la educación pública, hay que transformarla” y manifestó que el proyecto establece el cumplimiento de 190 días de clase, como si se tratara de un logro pedagógico; también habló del “esfuerzo” para la provisión de libros a lxs estudiantes, y que el proyecto amplía y asegura el otorgamiento de becas (con financiamiento vía crédito del Banco Mundial), continuar con el programa de Conectar Igualdad; cumplir con el derecho a la educación sexual integral (ESI) como marca la ley 26.150 (otro ejemplo de incumplimiento sin consecuencias); financiar la construcción de escuelas nuevas; mantener la paritaria nacional docente, son otros de los puntos que están en el proyecto, referidos por el ministro.

Es de esperar que respecto del Programa Conectar Igualdad se cumpla con el compromiso asumido en los fundamentos del presupuesto 2023 para educación que dice: “se prevé la provisión de conectividad a 51 mil establecimientos educativos… (pág.11)”, puesto que en agosto del año pasado se recortaron 30.000 millones de pesos de ese programa, así como otros 15.000 millones que correspondían al Plan de Fortalecimiento Edilicio para Jardines de Infantes y otros 5.000 a programas de infraestructura y equipamiento (ver nota completa aquí).

Prueba contundente que el cumplimiento del acuerdo de sumisión al FMI por el pago de la deuda (estafa) es más importante que la inversión en su propio modelo educativo.

Con relación a la universidad, el ministro Perczyk comentó que el proyecto apunta a la creación de carreras más cortas y títulos intermedios con salida laboral, también a desarrollar la carrera del investigador universitario y continuar con los programas de infraestructura universitaria y equipamiento tecnológico.

Por supuesto que es bienvenida, también, la creación de carreras, así como la creación de universidades públicas que también dijo el ministro de economía que iba a promover.

Y por supuesto, el tema de la formación y capacitación docente continua y del sistema nominal de evaluación e información educativa, SINIDE, fue, palabras más, palabras menos, la descripción que hizo el ministro Perczyk del proyecto.

Pregunta: ¿Por qué para cuidar la educación pública hay que transformarla?

El “hay que transformarla”, en el campo semántico de la reforma impone, tal cambio en el paradigma que lo que hace es declarar obsoleto que la educación tenga como objetivo el desarrollo intelectual del estudiante, cuanto más en la formación universitaria, el modelo científico, teórico y crítico que fuera propio de la educación pública secundaria y universitaria es suplantado por el modelo que limita el conocimiento a un conjunto de competencias instrumentales de carácter utilitario para operar en el mercado.

Una de las cuestiones que es necesario discutir en este punto es si la creación de universidades tiene como objetivo la Investigación básica en función del bienestar social o ese conocimiento producido en la universidad pública es para responder a los intereses privados de las corporaciones, como sucede, por ejemplo, con el trigo transgénico HB4 producido en la asociación entre un sector del CONICET y la empresa Bioceres, con las correspondientes consecuencias, puesto que por un lado los dineros públicos son parte de la rentabilidad privada y el producto resultante integra la colección que necesita de los agrotóxicos, de manera que la ciencia pública se organiza en función del agronegocio.

Este caso ilustra que la relación público-privado es siempre de sumisión a los intereses particulares y esto sucede porque, justamente, el financiamiento responsabilidad del Estado sufre los recortes que impone la mentada eficiencia de recursos.

Este proyecto de ley, ni ninguna de las leyes anteriores, se resiste al modelo neoliberal de educación, por el contrario, es el que adopta, que pone al estudiante al servicio de los intereses del mercado y de la economía definida por él. El conocimiento aparece organizado de manera modular en función de su condición instrumental para la eficiencia de su utilitarismo.

El continuismo de la reforma neoliberal se profundiza en la era del capitalismo digital y la intervención de las EdTech en el mercado educativo con sus tecnologías del aprendizaje que desplazan al docente de su función pedagógica, porque esos contenidos y sus didácticas ya aparecen en el chip del dispositivo. De ahí que la formación docente continua también sea en un conjunto de competencias que permitan el desarrollo de ciertas capacidades, pero no de otras.

La aceptación acrítica de este modelo desde hace más de tres décadas y su implementación se encolumna con el entramado que propone a la educación vinculada al crecimiento económico de manera que si no hay crecimiento económico en términos de la macroeconomía, la responsabilidad recae en la escuela o en las universidades que no han sabido adaptarse a las inciertas “demandas del siglo XXI”, eufemismo que interpretamos como intereses de las corporaciones empresariales. Pero si hay crecimiento en los mismos términos macroeconómicos, responde a las “buenas prácticas comerciales”, aunque la acumulación de la riqueza y la ausencia de la regulación distributiva arroje las escalofriantes cifras de pobreza que la EPH nos muestra.

El candidato Massa, formula este nuevo proyecto de financiamiento como instrumento contra las posiciones de voucherización educativa, que presenta el “libertario”, Javier Miley, también frente a la plataforma de Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio, con su plan de educación dual, “tres días en la fábrica y dos en la escuela”, según manifestó la candidata en el Instituto Renault de Córdoba; provincia en la que Juan Schiaretti, el candidato de Hacemos por Nuestro País, arma su campaña con el Programa Avanzado de educación secundaria (ProA), 40 escuelas en la que se forma a los jóvenes en desarrollo de software y biotecnología (para competir por cuál es el candidato que más posibilidades da a la intervención de las EdTech en la educación).

No hay duda que ninguno de los cuatro candidatos del establishment, como lo adelantamos en el artículo, La campaña electoral y la desposesión de la educación pública, se está cuestionando que la desnacionalización del sistema produjo el estallido que originó 24 sistemas educativos inconexos en el país. Ninguno de los cuatro reivindica el carácter público de lo que nació como educación común.

La gratuidad puede ser el punto de aparente diferenciación, según el discurso de Massa, pero si la gratuidad se sostiene con créditos del Banco Mundial y del BID, la conclusión es el endeudamiento y la pérdida absoluta de soberanía educativa a lo que se suma la adhesión a acuerdos firmados con otros organismos internacionales (UNESCO, OCDE, Diálogo Internacional) que condicionan el pensamiento sobre el o los sentidos de la educación. Tampoco se cuestionan la separación de la Iglesia del Estado, de manera que la doctrina católica no sea el obstáculo para el cumplimiento cabal de la ESI.

El Frente de Izquierda Unidad (FIT) y su candidata Myriam Bregman impulsa en su plataforma la renacionalización del sistema, preservar el carácter público, gratuito y científico.

Lo que supone, sin intervención privada ni de organismos internacionales ni de fundaciones corporativas en la toma de decisiones.

En esos cuatro conceptos, de alguna manera se recupera el espíritu de la educación común, debate que parecía saldado en 1884, con la sanción de la ley 1420, pero que habrá que volver a poner en la escena educativa para desenmascarar el proceso de desposesión creciente de la educación.

Podemos avanzar más en nuestra mirada crítica sobre la coyuntura educativa que plantea la reforma neoliberal, pero finalizamos esta nota tratando de interpretar lo que surge de la definición de responsabilidad del Estado.

El artículo 4º de la Ley de Educación Nacional (LEN) establece que: “El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias”.

El nuevo proyecto de Financiamiento, en el artículo 2º dice: “La educación es un derecho humano fundamental, de carácter personal y social, y por tanto el Estado Nacional tiene la responsabilidad principal e indelegable de proveer los medios para garantizar una educación integral, permanente, gratuita y de calidad, que profundice el ejercicio pleno de ese derecho y la igualdad real de oportunidades a todos/as los/as habitantes de la Nación” (los resaltados son míos).

De la responsabilidad principal e indelegable de proveer educación (en la LEN), el Estado pasa a ser responsable, solamente, de proveer los medios.

Ya habíamos pasado del Estado educador al Estado proveedor, el proceso de desresponsabilización es creciente, de proveer educación (acción controvertida) a proveer los medios. En el primer caso, sugiere la educación como un producto; en el segundo, el Estado se termina de transformar en operador.

Dos conclusiones:

Una, lo que hay que resolver es el marco de desigualdad social que expresa el informe del INDEC y no es responsabilidad de la escuela, la vulneración se manifiesta en la escuela, no se produce.

Dos, están cambiando la clave epistemológica de la educación pública, la están disolviendo de manera proporcional al decrecimiento de la responsabilidad del Estado y el seguidismo colonial de los mandamientos internacionales.

Darío Balvidares
Artículo publicado en  el portal de noticias tramas - periodismo en movimiento Financiamiento educativo, el déjá vu (29-09-23)