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jueves, 30 de mayo de 2019

Acá les dejo el audio de mi columna "La educación en la era corporativa": "Los reformadores no ven la realidad". en el programa "La Deuda Eterna" del 29-05-19.

lunes, 20 de mayo de 2019


De la reforma, la esquizofrenia y los errores conceptuales
Por Darío Balvidares*                                                                                                              21/05/19

El poder de algunos medios para amplificar ciertas voces que hablan con dudosas “preocupaciones” por la educación, la docencia y los estudiantes; en general sus discursos se construyen desde la “falta”… de capacitación; de interés; de una currícula adecuada (es decir, no alineada con lo que el mercado requiere en la construcción de capital humano), para no abundar.
Además de provenir de áreas privadas o son titulados o “masterizados” en universidades privadas y por lo general, se dedican a hacer negocios con la educación.
Claro que no es en todos los casos, también existen los que si vienen del ámbito de la educación pública pero venden su “fuerza de trabajo” a la ideología reformista de la desposesión.
Dicho lo anterior, motiva este artículo lo sucedido recientemente en un programa de televisión de preguntas y respuestas cuando una docente no pudo responder una pregunta que se suponía sencilla.
No se hicieron esperar los reformadores corporativos para caer con el peso de su “autoridad” sobre el problema de la formación docente, la meritocracia, el estatuto e infinidad de cuestiones que expresan en el contenido de sus enunciados el proceso incesante de desposesión por el que han puesto en crisis todo el sistema educativo público desde los inicios de la reforma, además de poner en contra de los docentes a una porción de la población que los escucha por la amplificación que algunos medios les ofrecen. Medios, en muchos casos, que son parte interesada en la desposesión de la educación pública.
Pero sigamos con lo acontecido; la participante del programa no recordó en qué continente se ubica Ucrania, una simple anécdota para este artículo, por lo que respecta al olvido, el nerviosismo y todos los factores que pueden atravesar a la participante en esa situación de exposición televisiva o incluso un error en su registro de información, en fin…
La curiosidad se revela en lo que desata en los reformadores en sus repeticiones de cadenas enunciativas peyorativas aunque, como siempre, con la esquizofrenia característica de un discurso pendular.
Veamos, no hay reformador que se precie de tal y sea un “militante” fan de la reforma que no diga, hasta el cansancio, que lo importante es “aprender a aprender” y que ya no son “importantes los saberes (contenidos) porque están en internet” y que “en caso de necesitarlos, allí están” y a partir de este… ¿razonamiento?, nos machacan con la “educación por competencias” impuesta doctrinariamente y sin debate.
Entonces, desde sus razonamientos reformistas, lo que sucedió con la participante del programa debería haber sido de una insignificancia tal que no provocase ninguna trascendencia.
Pero no, por el contrario y dentro de la lógica esquizofrénica de la reforma  (tan esquizofrénica que el avance reformista de la educación pública se decide desde ámbitos privados) los mercaderes educativos salieron con sus alquimias enunciativas a mostrar, burdamente, sus propios dislates conceptuales. Cabe la pregunta: ¿saberes o competencias? Pero esta discusión la daremos, en un gran Congreso Pedagógico, los educadores; sin la presencia empresarial corporativa reformista.
Consultado por el portal Infobae[1], Juan María Segura[2], dijo, tomando como referencia, lo que sucedió en el programa de preguntas y respuestas: “Resulta difícil escindir la calidad de los aprendizajes escolares de la preparación y pericia de sus docentes. Los alumnos son un poco espejo de sus maestros. Es cierto que otros elementos entran en juego, ya sean externos como el nivel socioeconómico o internos como la currícula, pero los alumnos son termómetros de sus docentes. Y en Argentina, a través del operativo Aprender, sabemos que nuestros alumnos aprenden poco y mal de casi todo (…) La formación docente no está logrando su cometido. No está preparando a los maestros para lograr su objetivo. Hay varias hipótesis: se falla en los contenidos, se equivoca el abordaje pedagógico, se obvia la evidencia científica o se malinterpreta la integración de las tecnologías”.
Me pregunto si esa mirada que lo lleva a reflexionar, al vicepresidente de la Asociación de Graduados de la University of Chicago en Argentina, desde el alucinatorio esquizofrénico reformista pueda comprender la situación real de los docentes, con sueldos por debajo de la línea de pobreza, “atacados” por funcionarios políticos de manera sistemática y capacitados por fundaciones y ong, por una parte. Y, por la otra, más de la mitad de los chicos/as sumergidos en la pobreza, como resultado de estas políticas, que se aferran a la escuela para tener un plato de comida.  Decir que “nuestros alumnos aprenden poco y mal casi todo” sería sólo una falacia, si no fuera perverso, en el contexto argentino.
Mientras que la pedagogía instrumental con la que hacen sus mediciones solo responde a la falsa doctrina que se sustenta en el mercado educativo valuado en tres trillones de dólares, como había dicho el billonario Sunny Varkey, cuya fundación cobra millones de dólares en convenios celebrados con el Ministerio de Educación de la Nación y los de las provincias por capacitación a directores de escuela.
La mirada de los new chicagos boys obvia la realidad objetiva y la experiencia sensible porque la doctrina impide ver la totalidad, que también incluye en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, escuelas en que el hacinamiento es un dato de la realidad, que no habitan los reformadores, como lo señala este informe: “La situación es insostenible", afirma un referente del Distrito Escolar 6 que pide anonimato ante el hostigamiento que sufre por parte del Ministerio. Algunos ejemplos: el Jardín de Infantes Integral N° 8 "María Schiavoni de López", de Boedo al 600, tiene 30 alumnos por aula, cuando deberían ser 20. Lo mismo ocurre en la Escuela N° 11 "José Federico Moreno, de Humberto Primo al 3100; en el JII N° 2 "Federico Fröbel", de Av. Independencia al 3300; y en la Escuela Nº 1 "Esteban de Luca", de Alsina y Alberti.
En el postergado sur, Villa Soldati, Lugano, Mataderos y Villa Riachuelo encabezan el ranking de escuelas superpobladas. Los distritos más comprometidos son el 13, el 18, 19, 20 y 21. En muchas aulas hay entre seis y diez alumnos más de lo que habilita la norma.
Pero el caso emblemático de hacinamiento es la Escuela Nº 25 "Bandera Argentina", de Retiro, que funciona "provisoriamente" en un galpón desde hace más de un año. Las aulas, de durlock y 35 m2, tienen hasta 31 alumnos. "El gobierno especula con que nuestra población tiene altos índices de ausentismo", dice Paulina Vera, profesora de Educación Plástica. Hay 550 inscriptos, "y el día que vienen todos los chicos, no se puede caminar". Sin ventilación ni luz natural, los pibes comen, hacen el recreo (todos juntos, los de inicial y los de 7° grado) y tienen educación física en el mismo espacio. Las ventanas están a doble altura y no se abren, y las que sí dan al edificio de la Policía de la Ciudad, con un constante ruido de automóviles y sirenas. Las sillas no alcanzan para que todos se sienten a almorzar[3].



En una entrevista realizada por un diario de Salta[4], el mismo consultor, asesor, innovador educativo decía que “los chicos aprenden mal…”, lo mismo que aparece en la nota actual, pero también decía algo más interesante sobre nuestra historia: “… El estado ha tenido que colonizar territorios que hace 100 0 150 años estaban despoblados y ha tenido que crear ciudadanos para que lo protejan de ataques externos. Hoy ya no hace falta eso porque no tenés problemas limítrofes en el mundo…
¿Será que los consultores, asesores, innovadores aprenden mal?
Porque llamó “colonización” al exterminio, al genocidio indígena; además agrega “territorios despoblados”, su información es muy precaria porque no da cuenta de los pueblos preexistentes.
Incluso sobre el final agrega: “… no tenés problemas limítrofes en el mundo…”, sería muy conmocionante decirle que acá nomás hay un diferendo entre Bolivia y Chile; para no hablar de la Franja de Gaza.
No vale la pena continuar con los otros consultados por Infobae por que más o menos dicen lo mismo.
Pero podríamos dar un ejemplo más para ver “errores”, “olvidos”, incluso,  “desconocimientos”.  El mismo portal, durante la Feria del libro, cubrió a varios de los disertantes del estand de TICMAS (aunque de esto ya escribí en mi artículo anterior[5], quiero rescatar, para lo que nos ocupa en éste, alguna cuestión puntual de deslizamiento de “errores conceptuales” en los reformadores, como vimos que sucedió con el propio consultor, asesor, innovador, vicepresidente de la Asociación de Graduados de la University of Chicago en Argentina). En este caso se trata de Judit Scheneider[6] “… responsable de Formación Docente del Instituto Nacional de Educación Técnica (INET), que disertó sobre los ‘Saberes digitales en la escuela del futuro’”, de acuerdo con lo que dice el portal[7], en cuya nota podemos leer que la responsable de Formación docente del INET dijo: "Ya no estamos más en el mundo de las TICs", siguió Schneider. "Las TICs han terminado: estamos en el momento de las TACs, las tecnologías del aprendizaje y la comunicación. Esto tiene que ver con que el sujeto ya no está centrado en las formas de enseñar sino en las formas de aprender".
Pero parece que hay algunos “errores conceptuales” en los enunciados de la responsable Formación Docente del INET, porque la aparición de las TAC’s no hacen desaparecer a las TIC´S puesto que para que existan las primeras, necesariamente deben existir las segundas.
Las TIC´s son las Tecnologías de la Información y la Comunicación y la TAC´s son las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento, éstas son las que se nutren de las anteriores para poder para “conocer sus usos didácticos”.
Y más allá de esta suerte de triunfalismo tecnológico, incluso parece haber ciertas confusiones, en este caso en la expositora de marras.
Las TAC tratan de orientar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) hacia unos usos más formativos, tanto para el estudiante como para el profesor, con el objetivo de aprender más y mejor. Se trata de incidir especialmente en la metodología, en los usos de la tecnología y no únicamente en asegurar el dominio de una serie de herramientas informáticas. Se trata en definitiva de conocer y de explorar los posibles usos didácticos que las TIC tienen para el aprendizaje y la docencia. Es decir, las TAC van más allá de aprender meramente a usar las TIC y apuestan por explorar estas herramientas tecnológicas al servicio del aprendizaje y de la adquisición de conocimiento[8].
Como vemos existen “errores” en la forma de presentar lo que quiso exponer la responsable de la formación docente del INET, al igual que en las “percepciones” y/o “informaciones” del vicepresidente de la Asociación de Graduados de la University of Chicago en Argentina.
Como sea, estos “desaciertos” gozan de mayor gravedad intelectual porque  generan sentido en el espacio del discurso público, intentan ser enunciados performativos, aunque, confrontados con la realidad, el propio movimiento pendular esquizofrénico de la reforma revela la vacuidad de sus argumentos.

* Profesor y Licenciado en Letras (egresado FFyL-UBA). Docente durante 30 años en la Escuela de Comercio 3 Hipólito Vieytes (CABA) de la que se retiró como Rector en 2015. Autor del Ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación” (2005) con prólogo de Osvaldo Bayer y de numerosos artículos. Publicado recientemente, “La educación en la era corporativa (la trama de la desposesión)” un esfuerzo conjunto de Ediciones Herramienta y el Portal Contrahegemonía Web. Además es productor periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna”.







martes, 7 de mayo de 2019


De la reforma educativa y el imperativo colonial tecnológico
por Darío Balvidares*
En tiempos en que se desarrolla en la Ciudad de Buenos Aires la Feria del Libro, todo espacio es bueno para que los agentes “pedagógicos” de la reforma  diserten sobre los por qué de los “malos resultados” de la educación pública y el importante aporte de las bondades de la tecnología, es decir, de los servicios educativos digitales.
Cabe una pregunta: ¿Por qué durante el evento  del  libro, esos referentes  asociados al “cambio” reformista y absolutamente empeñados en la “renovación”, desarrollan su visión apocalíptica de la educación pública en TICMAS?
Porque “TICMAS es una plataforma modular que acompaña a estudiantes, docentes e instituciones educativas en la transformación digital, brindando contenidos y herramientas de aprendizaje” (según su propia página web)[1].
También podemos pensar en que las charlas se dan en ese espacio para promocionar los libros digitales, lo que sería de alta ingenuidad.
Para ilustrar el artículo sólo diremos que entre otros disertantes pasaron por allí Mariano Narodowski, ex ministro de educación de la Ciudad de Buenos Aires y Guillermina Tiramonti, que fue directora del Programa “Buenos Aires hace escuela” y coordinadora del Consejo de la Dirección de Formación Docente Continua en la Provincia de Buenos Aires entre 2016 y 2018. Ambos participan del Observatorio Argentinos por la Educación, fundado por el ceo de Despegar.com y otros ceos empresariales.
La corporación empresarial junto a los pedagogos (funcionarios-funcionales) definen las políticas de aplicación de la reforma siempre desde un discurso confrontativo y deslegitimador con los docentes, incluso la mirada peyorativa sobre los pobres que sus propias políticas generan.
Dijo, entre otras cosas, el ex ministro. “La idea de que preparamos gente para trabajos que no existen es muy limitada. En Argentina, el 50% de los chicos está por debajo de la línea de pobreza. Para esos chicos, el futuro va a ser de un trabajo precario o trabajo popular o planes sociales o, en el peor de los casos, dentro de la economía del delito. Hay que acotar y ser claros[2].
Parece que para el exministro, la pobreza es una cuestión natural en la que la política tal vez sea hasta un detalle menor, y por supuesto, como es costumbre de los que hablan desde el espacio “cambiemos” el 50% de los pibes y pibas pobres (¡producto de sus políticas!) harán su devenir en el delito.
En principio, que el 50% de los chicos y chicas estén por debajo de la línea de la pobreza ¡es un delito!, perpetrado por los que son funcionarios del Estado.
Mientras condenan al 50% de los niños y niñas, dan charlas para promocionar el negocio digital en el sistema educativo del que ustedes son responsables y no los maestros.
30 años de reformas sobre reformas de las que ustedes y muchos más de la pléyade reformista han participado, incluso dando esos cursos y seminarios de capacitación, para después continuar diciendo que “los docentes son del siglo XX y las escuelas del siglo XIX y los alumnos del XXI”.

El discurso siempre es peyorativo, dice la ex directora de Programa: “La Argentina tiene un docente cada 12 alumnos. Pero si ustedes van a una escuela de cualquier tipo, eso no es así. Se pagan tres docentes por cada docente que está en el aula. Eso se llama oscuridad presupuestaria. No hay transparencia en qué gastamos la plata[3].
Otra vez el falso argumento del 3x1, para después dejar abierto el camino para hacer desaparecer el régimen de licencias. Pero la pregunta sería: ¿Dónde va la plata? Porque en la provincia, donde usted fue funcionaria, murieron un docente y un auxiliar y hubo que cerrar cientos de escuelas por no estar en condiciones estructurales, para no abundar.
¿Dónde va la plata? Cuando se realizan convenios por miles de pesos, cuando no millones, con ong y fundaciones privadas de las que participan casi todos los reformadores, a las que se les paga del erario público, ahí va la plata.
La “oscuridad presupuestaria” es justamente porque la plata no va a dónde tiene que ir, sino a negocios de servicios digitales, que ustedes promocionan, sin que haya mínima infraestructura para para el funcionamiento del sistema eléctrico básico en todas las escuelas.
El negocio de la exoprivatización educativa es el que inscribe la “oscuridad presupuestaria”, el entramado corporativo/pedagógico/ministerial promociona la doble vía: negocio, por una parte;
colonialidad educativa, por la otra.

PUNTO APARTE
La educación digital no se define en las aulas, en las aulas se ejecutan los contenidos digitalizados. La corporación empresarial ha devenido en la orientadora de las nuevas pedagogías como nuevo producto de mercado.
Decíamos que TICMAS se presenta como una plataforma digital de aprendizaje, pero en realidad es un potente negocio con penetración ideológica.
Veamos, el Grupo VI-DA[4] es el propietario de TICMAS, sin embargo, “a través de Omidyar Network, junto a Elevar Equity y The Rise Fund invierten en la empresa argentina Grupo VIDA para impulsar el lanzamiento la lectura digital y la educación (…) los fondos respaldarán el lanzamiento de TICMAS, una nueva plataforma educativa cuyo objetivo es brindar apoyo a profesores y estudiantes para fomentar la inclusión digital, el desarrollo de habilidades blandas y el aprendizaje basado en proyectos[5].
Como vemos, no se trata de una inocente plataforma digital donde aparecen inversiones millonarias en dólares porque los inversores padecen de filantropía aguda.
Por el contrario, si vemos, por ejemplo, quién es Pierre Omidyar, el titular de Omidyar Network, para muestras sobra un botón. Es nada menos que la fortuna 120° con un capital de 12.7 billones de dólares, dueño de empresas y copropietario de cadenas de resort según la revista Forbes[6].

DETRÁS DEL TRIUNFALISMO TECNOLÓGICO

En realidad la visión degradada de la escuela que ponen los reformadores, es la puesta en crisis necesaria para que pase la desposesión de los apropiadores de lo público, desposesión que comienza con la estigmatización de los que hacen la escuela pública, estudiantes y docentes, además de la imposición de una mirada ideológica que naturaliza los procesos de colonialidad y servidumbre educativa.
Es necesario, antes de cerrar este artículo, recurrir a Peter Mc Laren y su mirada desde la pedagogía crítica: “Los avances tecnológicos nos están integrando funcionalmente a los circuitos ideológicos y a los imperativos globales de la clase transnacional capitalista, instigándonos a desarrollar nuestras identidades de acuerdo a la transcripción oculta de la agenda neoliberal: crear ciudadanos consumistas que formen una clase compradora ciber ciudadana y actúen como centinelas que aseguren la promulgación de una mentalidad colonial[7]
Ya que estamos en el siglo XXI: ¿No deberíamos declarar obsoleto por falso, aquello de “combatir la pobreza” y proponer un nuevo objetivo que sea ¡combatir la riqueza! para que no exista pobreza, además de que la educación la decidan los educadores y no los ceos corporativos de la mano de los pedagogos de la reforma contaminante y extractiva?


*Profesor y Licenciado en Letras. Docente durante 30 años en la Escuela de Comercio 3  Hipólito Vieytes (CABA) de la que se retiró como Rector en 2015. Autor del Ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación” (2005) con prólogo de Osvaldo Bayer  y  de numerosos artículos.
Publicado recientemente, “La educación en la era corporativa (la trama de la desposesión)” un esfuerzo conjunto de Ediciones Herramienta y el Portal Contrahegemonía Web.
Además es productor periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna”.