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viernes, 29 de diciembre de 2023

“Todos los cambios en educación tienen que ver con la incentivación del mercado”


Consultado por La Izquierda Diario sobre las reformas educativas en la Ley Ómnibus, Dario Balvidares, Profesor y Licenciado en Letras (UBA), Investigador en Política Educativa y fundador del colectivo editor Tramas – Periodismo en Movimiento, nos comentó sus primeras apreciaciones.

No nos llama para nada la atención, porque ya conocemos cual era el proyecto que tenía el señor presidente para educación. Todo tiene que ver con la incentivación del mercado. No vamos a decir aquí que esto ya no existía, lo que pasa es que aparece ahora más desembozado. Hay toda una directriz en estas modificaciones y sustituciones de artículos de la Ley Nacional de Educación, la Ley de Cooperadoras Escolares y la Ley de Financiamiento, que si nos fijamos en realidad, no son tantos los que se modifican pero son sustanciales. El recorrido que están haciendo estas modificaciones, están en línea con varios documentos del Banco Mundial, por ejemplo, y del no menos prestigioso PREAL (Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe). Ya en el 2018, en una publicación que hace la comisión de diálogo interamericano llamado “Argentina: El estado de las políticas públicas docentes” nos muestra un poco lo que se habla en el proyecto de la Ley Ómnibus.

En estas modificaciones está claro que iban a entrar textualizadas las organizaciones de la sociedad civil, las ONG y las fundaciones que ya vienen participando desde hace mucho tiempo, tanto de los gobiernos Kirchnersitas como del PRO.Osea no hay nada nuevo, lo que sí aparece textualizado todo aquello que se va a forzar.

El tema de los 5 años para revalidar las titulaciones en el marco del proceso de evaluación continua es una aspiración de la organización de estados iberoamericanos que también data de los 90.

Se termina el resguardo y el anonimato de la información sobre las pruebas estandarizadas. Algo que el Banco Mundial recomendó en el documento ya citado bajo la idea de la necesidad de que los padres deberían saber cómo habían salido sus hijos en estas pruebas. Esa es una modificación con respecto a la Ley Nacional de Educación, que tampoco nos sorprende porque estaba en pugna.

Se incorporan como variables específicas la cobertura, repetición, deserción, egreso, promoción, sobreedad. Esto que vuelve a textualizar, estaba en la Ley de Educación Nacional, simplemente que va agregando algunas otras cuestiones como la medición de los aprendizajes adquiridos para los estudiantes que egresan del nivel secundario. Un punto que se viene discutiendo hace años y que algunas provincias argentinas lo han querido sostener y se sostiene en algunos países latinoamericanos como Perú por ejemplo.

El tema de la evaluación a los docentes y la revalidación de los títulos, por ejemplo en CABA, vienen caducando los cursos de capacitación cada 3 años. Es una política que ya se lleva a cabo, lo que sería novedoso serían los exámenes para los docentes.

El documento que citamos más arriba, tiene que ver con que se requieren los mejores docentes, y para Argentina eso era una especie de deuda para las políticas públicas de educación. Esto quiere decir que va a haber ranking de docentes y vamos a ir por fuera del estatuto, de ahí el ingreso de las organizaciones de sociedad civil y el ingreso de “entidades profesionales dentro del sistema educativo”. ¿Qué va a pasar con los concursos? Seguro van a desaparecer o adquirirán una forma distinta.

En otro punto, se elimina la excepcionalidad para mayores de 25 años de comenzar los estudios de grado. Se introduce el examen de ingreso o proceso de nivelación para los institutos terciarios. Estamos caminando a un proceso de hipercontrol. Me gustaría hacer la salvedad respecto del tema de enunciar básicamente que los padres deben recibir las notificaciones de las evaluaciones de sus hijos, no tiene que ver con la información a sus padres, sino crear una conciencia de mercado respecto de las escuelas y también sucede respecto al “mercado docente”. No querer entender esto es no querer entender hacia donde nos esta llevando la reforma mercantilista de la educación, en lo que al menos venimos hablando hace más de 30 años. Ese mercado docente tiene que ver con las exigencias de los organismos internacionales. Nada de esto nos puede asombrar, se quiere poner en práctica algunos de estos puntos de manera compulsiva y sin debate. Creo que vamos hacia el embudo.

Hace muchos años, cuando era docente en el Hipólito Vieytes por el año 94 decíamos que no iba a pasar mucho tiempo para que en lugar de tener algún cartel en la escuela para convocar a los padres para la cooperadora, aparecería alguna multinacional o empresa que nos deslumbraría con carteles luminosos diciendo que esta escuela está patrocinada por tal gaseosa o tal fábrica de hamburguesas. Si esto continúa en este camino, como panorama general, es lo que puede llegar a suceder con la Ley Ómnibus si en la comisión de educación, salvo la izquierda, hacen pasar las propuestas que hace el señor presidente.

Fuente: Ley Ómnibus. Darío Balvidares: “Todos los cambios en educación tienen que ver con la incentivación del mercado”
Reproducido en tramas.ar el 29-12-23

jueves, 28 de diciembre de 2023

De anarco nada, de capitalismo todo




Los mensajes desde el poder siempre intentan ser performativos, es decir crear un efecto en la recepción, de manera que cuando el resto del discurso se teje sobre dos o tres ideas-fuerza, se genera ilusión de verdad, lo dicho es verosímil.

El anarco-callejero y showman, hoy “el señor presidente”, se paseaba por las calles con una motosierra en mano preanunciando que sería él quien terminaría con “la casta”, lo mismo repetía en programas televisivos por los que aparecía una y otra vez.

Sucede que, a partir de su flamante investidura, “la casta” desapareció de su discurso performativo y verosímil, no porque de un plumazo la haya exterminado “el señor presidente”, sino porque por la propia alquimia capitalista, él se diluyó en ella.

La idea de “terminar con la casta”, funcionó como idea-fuerza para millones que creyeron en el verosímil del discurso de campaña.

Recordamos que el concepto de verosímil hace que un relato sea “creíble”, no verdadero; puesto que significa parecido a la verdad. Rápidamente podemos repasar otros embustes tales como el latiguillo menemista sobre “la revolución productiva”; la macrísima, “revolución de la alegría” y más cerca, las albertistas consignas “no se va a pagar la deuda, hasta que no se investigue” y “vamos a expropiar Vicentín”; son algunas de las frases sobre las que se montaron los discursos de campaña, todos dirigidos a la población como el que dice que “el ajuste lo va a pagar la política”, también de autoría de “el señor presidente”.

A propósito de los latiguillos menemistas, recomiendo la lectura de la nota de Alfredo Grande, compañero de ruta en este portal, Los chicos pobres que tienen tristeza.

Pero eso ya es historia, el hecho es que la variopinta casta está en los cargos (o en las sombras) del Estado. Luis Caputo, “el Messi de las finanzas”, según el verosímil macrista, como ministro de Economía, que ya puso en ejecución el feroz ajuste y la brutal devaluación qué impacta directamente sobre la mayoría de la población, es el mismo que nos dejó una deuda a cien años durante su estadía como funcionario del gobierno de Juntos por el Cambio, que la Auditoría General de la Nación (AGN) calificó como una emisión “poco transparente e ineficiente, que comprometió a generaciones futuras de argentinos”; pero nada lo detiene, en su tercer día en el cargo y a través de su ex socio en la consultora Anker Latinoamérica S.A., Santiago Bausili, actual titular del Banco Central (que todavía no detonó), se ofreció el Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), cuestionado por distintos refrentes económicos, porque estaría siendo un instrumento de estatización de deuda privada de los importadores, que se estima en 30.000 millones de dólares (el déjà vu).

Simple, la economía del país está en las manos de una consultora, puesto que “el Messi de las finanzas” también se llevó de su emprendimiento privado a otros tres economistas. Nunca tan certera la nota publicada, a tres días de la asunción de “el señor presidente”, en este medio por nuestro compañero, Daniel Campione, bajo el título, ¿Arrasarán con todo?.

Mientras tanto, la otra idea – fuerza que sostiene “el señor presidente” es que Argentina fue “primera potencia mundial”, una idea que nos revelaría un pasado épico de finales del siglo XIX y principios del XX, genocidio roquista mediante, que nunca existió. Ya ni siquiera se trata del verosímil, sino de una falacia lisa y llana, tal como lo expone en su excelente artículo, nuestro nuevo colaborador, Gustavo Guevara.

Así las cosas, mensajes para la población en general y otros para la casta, en particular, como los posibles “salvadores” de una situación económica y social, que lejos de buscar soluciones para el conjunto de la población, se empuja hacia la agudización de la crisis.

Película que ya conocemos, la transferencia de recursos a los más ricos, textualizado literalmente por Guillermo Francos, a la sazón ministro del Interior, quien había sido designado, anteriormente, director ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por el ex presidente, Alberto Fernández, además fue fundador del Partido Federal, junto a Francisco Manrique, ex ministro de Bienestar Social durante la dictadura de 1970 a 1973 (o sea, bien casta), que dijo: “El objetivo es quitarle al sector privado el peso del Estado, lo van a ver en los próximos días con algunos decretos y resoluciones. Tenemos que abrir la economía para que el sector privado haga, como dice el presidente, lo que deben hacer ustedes que es hacerse ricos”.

El plan está claro, ¿a costa de quiénes, van a hacerse más ricos los ricos? La cuestión no es, solamente, “sacarle el peso de Estado al sector privado” (impuestos), es entregarle el patrimonio público, lo que es de todos, lo común.

En esa línea, uno de los que se va a hacer más rico es Paolo Rocca, quien realizó la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner con su empresa Techint, proveedora de los caños y así benefició a su petrolera Tecpetrol en el aumento de la producción de gas. Sin embargo, no fue suficiente negocio como para votar a Sergio Massa, pues fue aportante en la campaña de Patricia Bullrich, en la primera vuelta y luego aportó por “el señor presidente” en el balotaje. Ahora decide los ministros y le pide (ordena) a Francos que “apure la reforma laboral”.

¡Combo perfecto, apropiación de lo público (Vaca Muerta) y mano de obra esclava!

En el orden internacional, con la misma lealtad que sus perros le brindan, “el señor presidente”, se alinea a la dependencia explícita, su declarado encolumnamiento con los Estados Unidos, manteniendo un gesto histórico de fidelidad imperial.

El cambio de postura internacional de nuestro país (¿o debería decir, de ellos?) en la Asamblea General de la ONU, con la abstención al apoyo a la resolución que reclamaba el “Alto el fuego humanitario en la Franja de Gaza”, Argentina integra el grupo de 23 países que “decidieron” esa opción, sobre la que reflexiona Guillermo Cieza en su breve y contundente artículo, en este Portal.

Dije “gesto histórico de fidelidad imperial”, porque “el señor presidente” siempre nombra a Juan Bautista Alberdi como uno de sus “héroes” máximos, quien dijo, ante la acción imperialista en la India: “…mis simpatías en esta lucha son todas por Inglaterra. El día que ella triunfare en la India, debería ser un día de fiesta, para todo el mundo cristiano. La mitad de nuestra prosperidad en Sud América depende de la Inglaterra y la libertad del mundo entero tiene en esa nación noble y brava, su más poderoso baluarte” (Viñas1995).

Es seguro que “el señor presidente”, acuerda con su ídolo histórico del siglo XIX, sobre el encantamiento que produce la acción invasora imperial para colonizar territorios, lo demuestra cuando declara sus simpatías por Margaret Thatcher, asesina de guerra en Malvinas.

En el mismo orden de vasallaje, la canciller Diana Mondino, respecto de la abstención en la ONU, dijo que: “Israel está actuando acorde al conflicto y al derecho internacional”, flagrante mentira sobre evidente genocidio palestino.

Es tan sintomático que mientras el gobierno argentino se abstiene de votar de manera afirmativa por la resolución del “Alto el fuego…”, “el señor presidente” estaba reunido con el embajador estadounidense, Marc Stanley, que fue acompañado por algunos funcionarios del Consejo de Seguridad de Estados Unidos. Tan curiosa la casualidad como que los enviados como representantes de ese país para el acto de asunción de “el señor presidente”, fueran “…la secretaria de Energía, Jennifer Granholm; Carlos Monje, subsecretario para Política de Transporte, y Andrew Light, secretario adjunto de Asuntos Internacionales, también del Departamento de Energía”.

¿Energía y transporte para un acto de asunción presidencial?

Entre otras cosas, la canciller Mondino había dicho, respecto del aumento de los precios, en un programa de televisión ante la pregunta de uno de los conductores sobre los aumentos de precios, que “no te hace falta educación, si no tiene plata en el bolsillo no va a comprar cosas muy caras…”, refiriendo, con el escuálido razonamiento, que de esa forma se frena el proceso inflacionario. Aunque parece que le falta un poco de educación a la canciller, que debería saber que quien no tiene plata en el bolsillo, no compra ni cosas caras, ni baratas. ¡No compra! ¡No come!¡Se enferma!

Como nota de color es importante repasar que es la misma Mondino, que tiene su nombre y el de su marido, Eugenio Pendas, vinculado “al ex Banco Integrado Departamental (BID), un banco cooperativo de Venado Tuerto, y el llamado «fraude bancario más grande de la historia argentina»”.

Hasta aquí tenemos una consultora haciéndose cargo de la economía argentina, como si el país fuera un fondo de inversión similar a Black Rock donde lo importante es aumentar las ganancias de los “inversores” a como dé lugar, a lo buitre, si fuera necesario. Si se me permite, esa parece ser la lógica, cuando el ministro del Interior le asegura a los millonarios ser “más ricos”, lo que nos deja como resultado que, por un lado, todos los demás seremos más pobres y por otro, los millonarios no tendrán riesgo en este sistema dispuesto por “el señor presidente”.

No sólo se trata de consultoras, también la Educación está en manos de fundaciones, tanto que el propio ex ministerio, ahora secretaría, tiene sus “gerentes” en fundaciones.

De hecho, el flamante secretario, Carlos Torrendell, de quien hemos hablado en un artículo anterior, donde repasamos su procedencia, su actuación y su ideario, lo que nos conduce, inexorablemente, a la privatización del sistema.

Y no es exageración, si descubrimos que su primer aparición pública-privada fue hace unos días en el XVI Foro de Calidad y Equidad Educativa organizado por la fundación Educar 2050, donde planteó los problemas del sistema como si se tratara de una cuestión psicoanalítica que tiene que ver con el “miedo”, relacionó los procesos de sanación personal con la innovación educativa, para concluir que “en definitiva la innovación y la mejora es un proceso de sanación (…) Ningún sistema educativo, ninguna política, ninguna escuela va a mejorar si tenemos miedo”. Y así sugiere el libro “Trust in Schools” (“La confianza en las escuelas”), del sociólogo estadounidense Anthony Bryk, para señalar que “en las escuelas donde hay confianza, la gente aprende más”. El sociólogo estadounidense, está vinculado a la elitista Universidad de San Andrés.

Resulta, a priori, incómodo para quien ha pasado 30 años en el sistema público de educación, primero que un funcionario, con un rango máximo, hoy secretaría, no haga su primera aparición pública en alguna de todas las universidades nacionales que dependen de su cartera, o en alguna de los miles de escuelas públicas que hay en todo el país.

Es decididamente un problema de “miedos”, por los que un secretario de educación de la Nación, se refugia en una de las ong que más incide en los procesos de endoprivatización educativa, pruebas estandarizadas y “revisión” de la carrera docente, incluso con algunos de sus miembros que se han desempeñado como funcionarios para asegurar la incidencia de las políticas que promocionan, siempre alineadas con los mandatos de los organismos internacionales, de los que también reciben “cooperación”.

La visión del nuevo secretario pone, como lo promocionan las políticas internacionales y las fundaciones y ong parasitarias, el problema de la crisis en las escuelas, por ende en los docentes que tienen “miedo a innovar”, reduciendo la problemática a una cuestión particular.

El Foro tuvo lugar en la sede de la Fundación Telefónica de la cual fue Ceo, el titular de Educar 2050, Manuel Álvarez Trongé. Allí tuvo su “bautismo” Carlos Torrendell, quién en su disertación, además de hablar de no tener miedo y que la innovación es un proceso de sanación, propuso trabajar sobre las “buenas prácticas” educativas; otro concepto tomado del diccionario de eufemismos neoliberales, donde también se establecen “las buenas prácticas agrícolas” (mientras nos fumigan con pesticidas), o las “buenas prácticas empresariales” (mientras nos despojan con los aumentos de precios y la apropiación de territorios físicos y simbólicos).

La Educación pública es uno de los territorios donde las “buenas prácticas del mercado” han desembarcado e invadido para definirla según sus intereses.

Así como el territorio público de la Ciudad de Buenos Aires, fue perdiendo espacios por las “buenas prácticas del mercado inmobiliario”, también sus plazas fueron enrejadas después de diciembre de 2001 como “buena práctica del Estado disciplinador”.

De la misma forma se “enreja” el derecho a la protesta, a peticionar a las autoridades, a la huelga, todos derechos conculcados por la pedagogía del sheriff, ahora llevada a cabo a través de un protocolo arbitrario, discrecional e inconstitucional, presentado por la ministra de (in) Seguridad, Patricia Bullrich, que frente a la inminente marcha del 20 de diciembre, convoca a “quedarse en casa”, al mismo tiempo, que en el mismo tono de su tristemente célebre y dipsómana frase, “el que quiera andar armado que ande armado”; espetó, “ Ese día se quedan en su casa o vayan a realizar un trabajo. Que vayan a hacer lo que tienen que hacer en vez de marchar”.

El protocolo que habilita la impunidad de la acción de las fuerzas de seguridad tuvo un fuerte rechazo a nivel nacional e internacional, ya está en la relatoría de la propia ONU que entiende sobre los derechos de libertad de reunión y asociación, el propio relator, Clement Nyaletsossi Voule expresó: “Estoy recibiendo informes muy preocupantes sobre un anuncio presidencial que criminaliza la protesta pacífica y otorga poder ilimitado a las fuerzas del orden para el uso de la fuerza. Silenciar voces disidentes no es la respuesta para resolver las crisis sociales”.

Lo evidente es que “el señor presidente”, privatiza el gobierno con una consultora a cargo de la Economía; la colonialidad manifiesta en Cancillería; fundaciones y ong en la Educación y el delirio represivo en (in)Seguridad.

Estamos en pleno proceso de aplicación de la “doctrina del Shock” y las furias desatadas del “capitalismo salvaje”, como tan bien describió Naomi Klein. Lejos del anarco-capitalismo, “el señor presidente” intenta construir un Estado vigilante, en el que, parafraseando a Noam Chomsky, “la democracia es empresarial, sin la intervención de la chusma inoportuna”.

Digresión final

Vaya mi humilde homenaje implícito a la excelente novela de denuncia social del escritor guatemalteco y premio Nobel, Miguel Ángel Asturias, El Señor Presidente.

Darío Balvidares

Publicado en tramas.ar el 18-12-23

Imagen destacada: Perfil


martes, 12 de diciembre de 2023

Audio entrevista a Darío Balvidares - Radio Futura

 

Comparto el audio de la entrevista que me realizaran en el programa "Micrófono Abierto" en Radio Futura FM 90.5 La Plata (11-12-23)

Conversamos sobre los cambios en Educación, la degradación de ministerio nacional a secretaría  de pendiente del nuevo ministerio de Capital Humano y la designación del flamante secretario, Carlos Torrendell.

Aquí el audio

lunes, 11 de diciembre de 2023

Educación: pase el que sigue




Con el estilo frenético que caracteriza al presidente electo, otra vez aparecen los cambios en el armado institucional. El nombre que apareció ahora para la secretaría de Educación es el de Carlos Torrendell, licenciado en Ciencias de la Educación, egresado de la Universidad Católica Argentina.

Hace algunos días escribíamos en este mismo medio, bajo el título de Capital humano y la lógica del sometimiento, sobre lo que significa, en el contexto del gobierno que propone el promulgado presidente, Javier Milei, la noción de capital humano, vinculada al mercado y a la educación por competencias que tiene como fin último lograr la performatividad económica de los estudiantes para la empleabilidad en el estrecho mercado de trabajo, en detrimento de la formación intelectual que debería ser, sin dudas, el objetivo de una educación trasformadora que se apoye en las pedagogías críticas con la mirada puesta en un fin colectivo, la emancipación social.

Parece que estamos cada vez más lejos de esos objetivos, la formación intelectual, el pensamiento crítico fueron desplazados por la instrucción instrumental: “saber hacer” (la tarea encargada) y “saber ser”, un sujeto con la suficiente educación emocional para adaptarse e incluso, dejar de ser quien es. Es decir, tener la capacidad de sublimar nuestros deseos y nuestros sueños y aprender a flexibilizarnos frente al orden impuesto.

En ese contexto de raigambre neoliberal de desubjetivación se produce, además, la confiscación de la palabra “libertad”, que el partido La Libertad Avanza ha realizado, paradojalmente, retrocediendo. Instalado un movimiento regresivo que deja de interpelar a la educación como pública, gratuita y científica, además de negarla como derecho.

No digo que esa aspiración sea privativa de Milei, muy lejos está de la originalidad, más bien se trata de expresar el auge de los “servicios educativos”, tal como lo son en Chile, para no abundar, luego del experimento de Milton Friedman y los chicago boys.

Decíamos en el artículo mencionado que todavía no había confirmación de quién ocuparía la cartera educativa devenida en secretaría dependiente del ministerio de Capital Humano, que mientras escribíamos, hace 7 días, iba a estar conformado por, Educación, Salud, Desarrollo Social y Trabajo, aunque en otro ademán anarco-institucional parece que en este momento la cosa volvió a cambiar y Niñez y Familia toma el lugar de Desarrollo Social, según esta última innovación se agrega un área cercana a quien será la ministra, Sandra Pettovello, licenciada en Ciencias para la Familia de la Universidad Austral y licenciada en Periodismo por la Universidad de Belgrano; políticamente formada y ex vicepresidenta del partido liberal, Unión del Centro Democrático (Ucede); también trabajó en producción de programas periodísticos. De acuerdo con su CV nunca pasó por la gestión pública.

Indicábamos, entonces, que el primer nombre que sonaba para Educación fue el de Martín Krause, Licenciado en Administración de Empresas, egresado de la Universidad Católica de La Plata, integrante de la fundación Libertad y Progreso e impulsor del sistema voucher y de la competencia entre escuelas, pero fue descartado luego de su intervención en un encuentro en la Universidad Torcuato Di Tella, donde espetó una nefasta y forzada alocución en el contexto de poner en duda el cumplimiento de los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios dijo que “somos unos chantas, no cumplimos nada (…) si la Gestapo hubieran sido argentinos, ¿no hubiera sido mucho mejor? Porque en vez de matar seis millones de judíos, seguramente eran mucho menos, porque hubiera habido coimas, hubiera habido ineficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos, pero eran alemanes ¿viste?, ese es el problema que hubo…”.

Luego de que Krause haya quedado ¡afuera!, Milei designó para la transición en Educación a Eleonora Urrutia, abogada egresada de la Universidad de Cuyo, además de su presencia en Chile con la Fundación para el Progreso en la que se desempeña como investigadora y miembro del consejo directivo; también es PhD en Administración de Negocios, Master en Economía y Ciencia Política, ambas certificaciones son de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas, creada en Buenos Aires por Alberto Benegas Lynch en 1977, el mentor de Milei); asimismo muestra su recorrido como consultora Banco Mundial y del BID para Latinoamérica y el Caribe en desarrollo del sector privado y gestión del sector público y algunas otras certificaciones.

Además de su actuación en el mundo privado de la educación, salvo su paso como estudiante de abogacía por la Facultad de Derecho de la UNC, su formación fue íntegramente en instituciones privadas.

Comentamos en el artículo anterior que se desempeñaba como articulista de la Revista chilena El Líbero en donde el 29 de marzo de 2018, había publicado un artículo bajo el título, “La verdad oficial sobre la última dictadura militar argentina”, interesante título donde el negacionismo es tal, que la palabra “dictadura” no aparece en todo el texto, tras calificar de “pacífica sublevación militar”, a las vejaciones cometidas por la dictadura cívico-militar, vuelve sobre la noción de la “guerra” y califica como “aberración jurídica” la tipificación de los delitos de lesa humanidad. Su fuerte vinculación con Chile, tiene lazos con su historia familiar puesto que está casada con Hernán Büchi, quien ocupó el cargo de ministro de Economía entre 1985 y 1989 durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Tanto Martín Krause, como Eleonora Urrutia no son Educadores, no están formados en didácticas y mucho menos en pedagogía, están formados en negocios, en administración de empresas, aunque no parece ser ese el motivo por el cual quedaran fuera de la carrera, sobre todo Urrutia que ya estaba trabajando en la transición.

Así las cosas, el nombre en danza a 3 días de la asunción presidencial, es el Dr. en Ciencias de la Educación, Carlos Torrendell, doctorado adquirido en la Pontificia Universidad Católica de Chile (UCA), institución que tiene la particularidad de haber sido el faro para llevar a cabo la reforma en Latinoamérica, conectada con Diálogo Internacional (IAD), una fundación de derecho privado creadora del Programa Preal (Programa para Reforma Educativa para América Latina y el Caribe) con sede en Washington.

A propósito de la UCA de Chile, en 1953, Albion Patterson (director de la Administración para la Cooperación en Chile (posteriormente USAID). Theodore Schultz (presidente del Dpto. de Economía de la Universidad de Chicago) conversaban sobre la urgencia de “cambiar la formación de los hombres, influir en la educación…” “el gobierno de USA no se empeñaba demasiado en la guerra intelectual contra el marxismo (…) queremos que los países pobres trabajen su salvación económica vinculándose a nosotros y su desarrollo económico se consiga a nuestra manera” (Klein 2008). Así que fueron a ofrecerle servicios al rector de la Universidad de Chile para la formación de los nuevos economistas, pero no aceptó, entonces ofrecieron los medios y los dineros a la UCA, que ni siquiera tenía Facultad de Ciencias Económicas, pero gracias a los enviados norteamericanos, la fundan. Milton Friedman ya tenía su experimento.

Siempre es bueno conocer la historia y saber sobre las instituciones y sus perfiles de formación, sus objetivos y sus posiciones ideológicas.

Con Carlos Torrendell en educación se amplifica el horizonte privado, es un intelectual formado íntegramente en instituciones privadas de elite; como vimos, la UCA es su cuna, ha realizado cursos en la Universidad de San Andrés (UdeSA) vinculados a educación como explicita en su CV. Es colaborador de la Fundación Argentinos por la Educación, la ong de CEOS empresariales que tiene entre sus fundadores a Roberto Souviron, dueño de Despegar.com, egresado de la UdeSA, como Administrador de Empresas. En ese camino de la injerencia de la autopercibida “sociedad civil”, Torrendell está vinculado con la Fundación Lúminis y con Enseña por Argentina (ExA), organizaciones siempre cercanas al Pro, en la ciudad de Buenos Aires, en el caso de ExA con convenios firmados con el ministerio de Educación, aun cuando Oscar Ghillione, que fuera el fundador, también se desempeñe como funcionario de la ministra saliente, Soledad Acuña.

El casi flamante secretario de educación en la era mileiniana, también ha pasado por la función pública en el gobierno de la Ciudad, entre los años 2012 y 2017, se desempeñó como coordinador de Formación en el Desarrollo de Políticas Curriculares Cooperativas para la Formación Docente de CABA y Asesor de Planeamiento Educativo y en Formación Docente, durante las gestiones de Mauricio Macri (PRO) y de Horacio Rodríguez Larreta (PRO) como jefes del gobierno porteños.

Es importante destacar su participación en el Departamento de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria (CEPAU), prosecretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Educación Católica (CEEC) y miembro del Comité de Educación de la Comisión Arquidiocesana para la Cultura (Buenos Aires). Como vemos, se trata de un hombre con fuertes lazos con el poder eclesiástico.

Hay tres o cuatro conceptos sobre los que Torrendell trabaja en su cruzada por el lugar que le otorga a la “sociedad civil” como par del “Estado” en la cuestión educativa; dicho de otro modo, en la concepción de Torrendell es necesario el desplazamiento del Estado para dar lugar a la “sociedad civil”, lo que se traduce en lo que venimos anunciando hace más de 30 años, la injerencia de las ong , fundaciones e instituciones de derecho privado asumiendo el poder de decisión, en lugar del Estado, generando la ilusión de que el conjunto de la población está incluido en el concepto de “sociedad civil” que hace eje en el concepto de school choice (elección de escuelas) o más profundamente, libre elección, hasta la conclusiva libertad de enseñanza, vinculada a la libertad educativa, conceptos todos que sólo pueden funcionar con un definitivo “alejamiento” del Estado, que desde su visión también estaría asociado al mercado: “…la educación estatal fue utilizada en reiteradas oportunidades y ámbitos para imponer opciones ideológicas. En este sentido, el Estado se ha constituido en un ámbito privilegiado para que se aniden grupos de interés que sobreviven gracias al poder y al erario público imponiendo a los sectores sociales a su alcance su agenda y cosmovisión. Podríamos decir que lo público estatal se convirtió en “privado-sectario”… mucho más “privado” aún que lo público de gestión privada pues se camufló exitosamente bajo el manto de lo “neutro y laico“, son algunas de las consideraciones que realiza en su ensayo “School Choice: entre la libertad de enseñanza y la libertad de mercado”.

El planteamiento de la “libertad educativa” como iniciativa del complejo de poder que Torrendell define como “sociedad civil”, entra en conflicto con la iniciativa de igualdad que propone el Estado, según el propio Torrendell, cosa que no es tan así puesto que como venimos exponiendo desde los inicios de nuestra crítica a la reforma, cada vez es mayor la dependencia del Estado de los sectores de la “sociedad civil” a la que alude, de hecho él mismo es un factor surgido y formado en el sector privado (aunque lo llame con el eufemismo, sociedad civil), ocupando cargos públicos en un Estado que describe como “mar de mediocridad con archipiélagos de excelencia” como expresó en el programa “Buenos días América” en el canal A24.

Pero es, paradójicamente, que la “mediocridad” del Estado se comenzó a acentuar cuando sus sucesivas dirigencias autopercibidas progresistas y las de centroderecha estrecharon más lo vínculos con la vidriosa “sociedad civil”, que en la mayoría de sus propios nichos reciben los fondos de la “mediocridad” estatal, las corporaciones empresariales y/o los organismos internacionales.

Cuanto más ese maridaje se consolida, lo público, como lo común se desvanece en el aire, por los efluvios tóxicos de lo que se defiende como “pluralidad”, otro de los conceptos en los que se recuesta Torrendell; extraño concepto de pluralidad que encubre la fragmentación social, que permeabiliza la elitista autoproclamada “libertad”.

El debate no es, solamente, sobre la libre elección, la pluralidad, la libertad de enseñanza o el rol de la subsidiariedad del Estado; se trata de la lucha contra la desposesión de la educación pública, único lugar de síntesis donde las diferencias se amalgaman.

Darío Balvidares

Imagen destacada: elDiarioAR.com

Artículo publicado originalmente Educación: pase el que sigue 07-12-23

lunes, 4 de diciembre de 2023

Capital humano y la lógica del sometimiento

 



El presidente proclamado, Javier Milei, está en momentos de definición sobre los nombres propios de su gabinete, que oscilan dentro del arco neoliberal desde la derecha hasta la ultraderecha negacionista y filogolpista.

Pero de lo que hablaremos aquí es de lo que hay detrás del concepto de capital humano que da nombre a uno de los ministerios del proclamado presidente y de los nombres, que fueron surgiendo para la secretaría de Educación.

Javier Milei manifestó, en varias ocasiones, la creación de un ministerio de “Capital Humano” y en el imaginario social (y periodístico) funciona como si se tratara de una caja boba que albergará distintas áreas, Educación, Salud, Desarrollo Social y Trabajo, que se degradan en secretarías (perdiendo un peso específico, que en la realidad no tuvieron desde hace muchísimo tiempo). Así es como se percibe, desde la construcción de un pragmatismo político clásico rayano con el sentido común.

Lo cierto es que, en el caso de educación, que es por dónde transitaremos el artículo, el ministerio hace rato que tiene las funciones que la reforma le impuso, entre otras, como alguna vez dijo el entonces ministro, Daniel Filmus, “es el lugar de concertación con los organismos internacionales”, conste que estamos hablando del ministerio de educación.

Y por supuesto que esas funciones se fueron ampliando a convenios con ong y fundaciones empresariales que comenzaron a constituir la parte activa del modelo privatizador por su actuación directa en las decisiones políticas.

Un ministerio nacional que se redujo a difundir el financiamiento del que no es propietario, ni siquiera del proyecto, porque lo hizo el ministro de economía en retirada, Sergio Massa (a imagen y semejanza del que diera origen a la Ley de Financiamiento Educativo – Filmus / Kirchner – sancionada en 2005), el mismo que ha tomado las decisiones de sumar créditos del Banco Mundial para efectivizar las becas Progresar y aceptando los condicionamientos de la educación por resultados que el Banco impone, para los que el gobierno saliente, tampoco ha puesto objeciones, porque ha adoptado el sistema de colonialidad dispuesto por la estandarización del tándem OCDE-Banco Mundial-UNESCO, sin ningún filtro crítico, ni en estos tiempos, ni desde el “Menem lo hizo”, ni siquiera reparó en el desguace del sistema educativo, iniciado en 1979 durante la dictadura genocida de Jorge Rafael Videla, cuando se transfirieron las escuelas primarias a las provincias, de un plumazo y sin presupuesto.

Todos los gobiernos que pasaron desde la dictadura han aceptado sin más, un campo semántico que se repite como letanía en distintos ámbitos que van desde especialistas, periodistas, conductorxs de televisión, de la esfera política, del mundo empresarial, algunxs sindicalistas del ramo y un largo etcétera: “hay que enseñar a nuestros estudiantes lo que demanda el siglo XXI”; “enseñar lo que los alumnos necesitan” “aprender a aprender”; “aprender para toda la vida”; “saber hacer”; “saber ser”; “formación por competencias”; “adaptación y flexibilidad”; “aprendizajes mensurables”; “educación de calidad (resultados)”; “puesta en valor” “gestión”.

Cualquier personaje que genere el discurso bajo los parámetros que indica ese “libreto”, se hace pasar por amigo del futuro, pero sabe que está siendo evaluado por la mirada invisible del mercado para el cuál actúa, porque debe adaptarse, porque se sabe controlado, porque cualquier insinuación critica lo excluye.

Hablar de la educación como herramienta para el ascenso social es, en estas épocas de metas y objetivos de éxito, mentirle descaradamente a la población en general y a lxs estudiantes en particular, desde cualquier lugar que se enuncie, en el mejor de los casos, todo el dispositivo de la transformación educativa es la competencia descarnada por acceder a un lugar en el mercado de la empleabilidad, es por eso que la finalidad última, como lo hemos dicho y reiterado en otros artículos, es la performatividad económica del estudiante.

Vista la complejidad del dispositivo transformación, al final del cual el estudiante que puso en valor sus habilidades deberá continuar su ciclo de formación en el desarrollo de las competencias en las que será evaluado en tanto recurso humano.

“Hay que enseñar a nuestros estudiantes lo que demanda el siglo XXI”

¿Qué demanda el siglo XXI?

¡Capital Humano!

Dicho esto, volvamos al ministerio de Capital Humano, que mas allá del ministerio, el propio presidente proclamado define el concepto como “el conjunto de habilidades, aptitudes, experiencias y conocimientos de cada persona, imprescindible para la economía de un país, invirtiendo en él se aumenta la productividad y se impulsa el progreso tecnológico, además de los múltiples beneficios que se obtienen en otras áreas como las sociales o científicas”.

Hasta parece fascinante la construcción discursiva que podría generar la ilusión de un progreso ilimitado, pero no; salvo que aceptemos el sometimiento ilimitado, que es la dirección a la que llevan estos dispositivos de transformación social, para nombrarlo con propiedad.

Así las cosas, el Estado ya no legitima conocimientos, sino que el mercado se hace cargo de legitimar las competencias y de esta manera se legaliza el modelo de instrucción empresarial y todo el sistema queda subsumido a sus intereses.

Para que no haya dudas, estamos en presencia de un modelo de instrucción en el que no interesa el desarrollo intelectual, ni los deseos de lxs estudiantes, sino la adquisición de competencias necesarias (que fije el mercado) para su posible empleabilidad y éxito personal.

La gestión es la herramienta para ejercer el control del capital humano, de hecho, hay todo un mercado de “herramientas para el control de gestión”. De acuerdo con la propia compañía IBM: “La gestión del capital humano se centra en agregar valor a los empleados de una organización para que puedan ofrecer los mejores resultados. Comprende funciones de recursos humanos, compensación y otras áreas principales vitales para la visión y misión de una empresa. La HCM proporciona un proceso para optimizar el rendimiento y la eficiencia del personal de una empresa, ofreciendo una estrategia general para guiar la atracción de talentos, el reclutamiento, la incorporación y la capacitación, la administración de beneficios y los informes”.

Se define y naturaliza, “agregar valor a los empleados (…) para que puedan ofrecer los mejores resultados (…) optimizar el rendimiento y la eficiencia del personal…”. Eso es la gestión, la creación de una cultura organizacional de desposesión de la subjetividad.

En ese contexto, así como el sistema voucher, funciona como instrumento de segregación social, como ya lo hemos explicado en otra publicación, el control de gestión se efectúa en la “educación” por competencias (conjunto de saberes/habilidades de carácter instrumental cuya validez es perecedera) medibles a través de la evaluación que determina aptos y no aptos.

Breve digresión

Yo mismo, en ocasión del debate sobre la Ley de Educación Técnica y Formación Profesional, antes de su sanción en septiembre de 2005, escuché al presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) de ese entonces, en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, decir que era muy importante que se sancionara porque el producto salido de esas escuelas iba a generar valor a sus productos. Lo que da cuenta del lugar simbólico que ocupan lxs trabajadorxs en el imaginario empresarial y la representación que se hace de lxs estudiantes. Pero cuando llamé la atención sobre la alocución del empresario, la respuesta fue: “es una manera de decir” y la mayoría de diputados y diputadas, presentes en la reunión, esbozaron una sonrisa de aprobación al referente de la UIA. (Fin de la digresión)

La finalidad de las competencias

De esa experiencia a hoy, lxs que intentamos poner la mirada crítica sobre los “fascinantes” cambios de la transformación educativa sabemos y por eso lo manifestamos, del grado de insoportable liviandad con que se han propuesto los debates y se han impuesto las consignas de la desposesión, con la anuencia de los autopercibidos progresismos (filo-neoliberales) y la inclemencia represora de las derechas y desde ahora, con el resurgimiento de la ultraderecha recargada, aunque transparente en sus objetivos de transformación (devastación).

Es importante resaltar, tomando las palabras de Angelique del Rey, que la idea de competencias no se reduce a la relación educativa y al modelo de enseñanza/aprendizaje, sino que se sitúa la noción de competencia en el centro de un nuevo modelo institucional, al permitir articular por medio de la educación la valoración del capital propio de cada individuo, la rentabilidad de la inversión educativa y sus apuestas del crecimiento económico.

A lo que tenemos que agregar, la capacidad de ampliar las rentabilidades empresariales en función de la administración de la gestión del capital humano. Las Recomendaciones del Parlamento Europeo y el Consejo de Europa (2006) expresan que “las competencias clave necesarias para la plena realización personal, la ciudadanía activa, la cohesión social y la empleabilidad en la sociedad del conocimiento (…) son esenciales en una sociedad basada en el conocimiento y garantizan una mayor flexibilidad de la mano de obra. La flexibilidad de ésta le permite adaptarse más rápidamente a la evolución constante del mundo, caracterizada por una mayor interconexión”.

Está más que claro que no se trata de una transformación educativa con miras al desarrollo intelectual de lxs estudiantes para trazar un camino colectivo hacia la emancipación; sino, todo lo contrario, la adaptación a una forma de vida, de pensamiento y de sometimiento.

Donde cualquier conflicto se resuelve con la adaptación, de ahí que una de las competencias sea el control de las emociones y quien no se adapta, no es apto, fracasó. La consecuencia es la exclusión, sin derecho a la protesta y bajo amenaza de represión.

Los dispositivos: el ministerio y la secretaría de educación

Hasta aquí hemos tratado de mostrar que para los cultivadores de la teoría del capital humano lo que sirve para la empresa, sirve para la educación e incluso para la vida, pero para muchxs de nosotrxs resulta que la “transformación” implementa un nuevo orden social, gestión de nuestras vidas, culturas, deseos a través de instrumentos que implantan un estándar de organización/obediencia con las herramientas que vehiculizan el control de gestión y entonces, qué mejor que controlar la estandarización del pensamiento y las emociones desde la escuela con la educación basada en las competencias.

Cuando desandamos los conceptos, la definición que daba Milei sobre capital humano, ya no parece tan inocente, ni inofensiva, es, más bien, un complejo dispositivo de alienación.

Mientras este artículo está en desarrollo, todavía no hay confirmación de quién ocupará la cartera educativa, si bien después de haber pasado por algunos nombres como el de Martín Krause, Licenciado en Administración de Empresas, egresado de la Universidad Católica de La Plata, integrante de la fundación Libertad y Progreso e impulsor del sistema voucher y de la competencia entre escuelas para adquirir sus fondos de financiamiento particulares para el funcionamiento, fue descartado luego de su intervención en un encuentro en la Universidad Torcuato Di Tella, donde espetó una nefasta y forzada alocución en el contexto de poner en duda el cumplimiento de los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios dijo que “somos unos chantas, no cumplimos nada (…) si la Gestapo hubieran sido argentinos, ¿no hubiera sido mucho mejor? Porque en vez de matar seis millones de judíos, seguramente eran mucho menos, porque hubiera habido coimas, hubiera habido ineficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos, pero eran alemanes ¿viste?, ese es el problema que hubo…”. Sobra cualquier comentario frente a la repulsiva comparación que trivializa el holocausto.

En estos días a quien Milei designó para la transición en Educación es a Eleonora Urrutia, que se presenta como abogada egresada de la Universidad de Cuyo, además de su presencia en Chile con la Fundación para el Progreso en la que se desempeña como investigadora y miembro del consejo directivo; también es PhD en Administración de Negocios, Master en Economía y Ciencia Política, ambas certificaciones son de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas, creada en Buenos Aires por Alberto Benegas Lynch en 1977, el mentor de Milei); asimismo muestra su recorrido como consultora Banco Mundial y del BID para Latinoamérica y el Caribe en desarrollo del sector privado y gestión del sector público y algunas otras certificaciones.

Además de su actuación en el mundo privado de la educación, salvo su paso como estudiante de abogacía por la Facultad de Derecho de la UNC, su formación fue íntegramente en instituciones privadas, lo que comparte con el fallido aspirante al cargo, Martín Krause, pero eso lo dejamos para dentro de unos renglones, porque también hay que resaltar que se desempeña como articulista de la Revista chilena El Líbero en donde el 29 de marzo de 2018, publicó, la posible futura secretaria de educación, un artículo bajo el título, “La verdad oficial sobre la última dictadura militar argentina”, interesante título donde el negacionismo es tal, que la palabra “dictadura” no aparece en todo el texto, tras calificar de “pacífica sublevación militar”, a las vejaciones cometidas por la dictadura cívico-militar, vuelve sobre la noción de la “guerra” y califica como “aberración jurídica” la tipificación de los delitos de lesa humanidad.

Su fuerte vinculación con Chile, tiene lazos con su historia familiar puesto que está casada con Hernán Büchi, quien ocupó el cargo de ministro de Economía entre 1985 y 1989 durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Al igual que otros integrantes de La Libertad Avanza, como la vicepresidenta proclamada, Victoria Villarruel, pretenden poner en duda lo que la mayoría de la población y las instituciones de su siempre invocada República suscribieron: fue Terrorismo de Estado, fueron 30.000, fue un genocidio.

Como vemos en ambos perfiles, tanto el del “no apto” Martín Krause, como en el de la encargada de la transición, Eleonora Urrutia entre varios denominadores comunes que hacen a sus trayectorias, formaciones y ámbitos de actuación, sobresale para el tema que nos ocupa, que no son Educadores, dan clases en alguna universidad, es cierto; pero no son educadores, no están formados en didácticas y mucho menos en pedagogía, están formados en negocios, en administración de empresas.

Y, es esa formación en el ámbito de la mercancía y la administración de negocios las que le otorgan, en este caso particular a Eleonora Urrutia, las competencias necesarias para integrar una de las secretarías del inmediato ministerio de Capital Humano. ¡Lo que vale para la empresa, vale para la educación! Leitmotiv neoliberal.

La colonialidad del poder está a punto de concretar su objetivo, la sumisión total de la educación al mercado y el mercado como administrador de los flujos de aprendizajes para la instrucción por competencias en función de sus propios intereses.

No son necesarios los educadores, no hay nada que enseñar, los aprendizajes serán provistos por el capitalismo digital en su versión plataformas, o por charlas TED de experiencias de millonarios en formato cuento para principiantes y en pantalla gigante.

No son necesarios los educadores, pero sí los PhD en Administración de negocios, porque de lo que se trata es del control de gestión en todos los niveles para asegurar que las futuras cohortes de alienados, tengan el suficiente control emocional para no protestar ni rebelarse contra el fracaso social potenciado por el experimento libertario.

Darío Balvidares
Imagen destacada Bizneo

lunes, 13 de noviembre de 2023

Lo malo y lo monstruoso

 



Estamos atravesando tiempos de pocas preguntas y de respuestas tecnocráticas, la economía domina el centro de la escena discursiva de las pantallas y los portales informativos, entretanto alguien vino a representar lo monstruoso que no estaba derrotado, sino agazapado.

Lo malo

Parece mucho hablar de 40 años de democracia, como si se tratara de un solo espacio cívico que habitamos, nos desenvolvemos y constitucionalmente respiramos; siendo que no lo habitamos igual, no nos desenvolvemos igual y nuestras respiraciones no exhalan ni inhalan los mismos aires, aunque la trama ideológica que la encubre como “manto sagrado” nos produzca la sensación de la “noble igualdad”. Esa “noble igualdad”, cantada en el himno, no verificada en el mundo real y por la que siempre preguntaba y luchaba, el maestro, Osvaldo Bayer, frente a las injusticias institucionalizadas.

Vivir en la era del rendimiento, de las mediciones estandarizadas, de la rendición de cuentas, de la autodegradación y autoculpa, como formantes del individualismo extremo no importa una cuestión natural, es el derrotero de la cultura neoliberal que se impone con sus modales de emprendedorismo exacerbado y del mundo al servicio de la producción y consumo de mercancías, con la correspondiente consecuencia, la marginación y exclusión.

La finalidad de la educación por competencias y habilidades no es la formación intelectual del estudiante, sino el logro de la performatividad económica para su desenvolvimiento en el mercado. Un ejemplo inmediato de esta mirada es la del ministro/candidato, Sergio Massa que, en ocasión de su visita a un Parque Industrial, afirma que “…el sistema educativo tiene que preparar a nuestros hijos para el nuevo mercado de trabajo…”. Idea que expresa, claramente, la educación como servicio y obtura que la educación sólo es transformadora de la sociedad cuando forma para la emancipación y no para los ciclos de reproducción capitalista, es por eso que no se habla de formación intelectual y sí de “capital humano” y eso es, exactamente, el proyecto que el neoliberalismo viene imponiendo desde todos sus dispositivos de control, formales y no formales, desde hace más de 40 años.

La legalización y el pago de la estafa conjunta entre el FMI y el macrismo, donde las consecuencias solo las paga el conjunto de la población y los mayores impactos son sobre más del 40% de la población, explica la continuidad de la colonialidad del poder bajo el paraguas de la “unidad nacional”, eufemismo de alianzas espurias para reafirmar la dependencia y la entrega en desiguales asociaciones público-privadas con las mismas reglas del juego y los mismos operadores (especuladores).

Como muy bien, expone en su artículo, Mariano Féliz “ también se muestran gestos cada vez más claros de los matices conservadores/liberales de un posible (incierto aun) gobierno de UxP: declaraciones en favor de la reforma laboral, acciones de “mejora en la eficiencia” (recortes) en la administración de los programas sociales, reducción de impuestos a empresas petroleras (para que suban menos el precio de los combustibles), devaluaciones fiscales (dólar exportador) y anuncios de reducciones de aportes patronales a empresas que aumenten su planta de personal. Todas decisiones o expresiones en línea con la ortodoxia económica…”, muestran la inclinación política proempresarial de Sergio Massa.

Lo monstruoso

El proyecto neoliberal intrínseco a la alienación y el fetichismo, para utilizar las categorías de Marx en cuanto a lo social y a la relación con el mercado es a lo que venimos asistiendo de manera tradicional, pero un objetivo aún más sórdido: la deshumanización total como nuevo horizonte teleológico con un feroz componente antisolidario es lo que se avecina, en nombre de la “libertad” de los antiderechos.

La voucherización de la educación y la salud públicas son el punto extremo del mercado, el voucher es el dispositivo de destrucción de lo público en beneficio del devenir privatizador, enajenador de lo que nos es común, como la escuela y el hospital.

La promesa de campaña de Javier Milei respecto del voucher en educación y en salud, desnuda el carácter de mercancía que Milei otorga a la educación. En la versión siniestra de Milei, donde “todo se paga”, la vida es una transacción dineraria donde la salvación está al resguardo del dueño de la motosierra.

¿Qué ocurre si con el sistema voucher las escuelas tienen baja matrícula?, le preguntaron al candidato de LLA. Su respuesta fue contundente: “cierra”. Sin embargo, casi al mismo tiempo dice, “sigue la educación pública pero no con Baradel en el medio sacándole días de clase a tus hijos”, en lo que intentó ser un podcast de campaña (sin comentarios).

Lo curioso es que cuando algún canal de televisión sale con sus movileros a la calle y pregunta a los ocasionales transeúntes si está de acuerdo con la propuesta de privatización de la educación pública que propone Milei, no es tan minoritario el sector de la población que lo acepta, hasta llegan a desearlo, en el convencimiento falaz de que “la privatización” trae la “mejora” por algún extraño efluvio mágico que opera no sólo por pensamiento de clase, sino por alienación.

Lo monstruoso da miedo, pero al mismo tiempo, fascina. Una parte del periodismo atribuyó la cantidad de votos que obtuvo La Libertad Avanza (LLA) a cierto “cansancio” en sectores de la población que no encontraron respuesta en las dos coaliciones, entonces mayoritarias, Unión por la Patria (UP) y en desmembrado Juntos por el Cambio (JxC).

Sin embargo, si reparamos en la imagen de un tipo con una motosierra en sus manos haciendo ademanes de ir contra lo que se le oponga y no esté en su registro de “realidad”, al grito de “viva la libertad, carajo”, lo aborrecible, lo disruptivo (en el sentido de provocador y agresivo) y lo grotesco dan forma al aciago showman, que es a quien votaron sus seguidores de todas las edades y condiciones sociales.

Tomando la hipótesis del “malestar” social que llevó a la existencia de Milei de saltimbanqui televisivo a candidato a presidente, la proyección de una crisis sostenida en el tiempo (como la que atravesamos en Argentina) tiene posibilidades de corporizarse en un ser monstruoso, en una especie de Asterión, la mítica figura del Minotauro, pero en la versión de Jorge L. Borges, en la que no solo aparece humanizado, sino que es el propio narrador de sus perversiones, contradicciones e ignominias.

Borges personifica lo monstruoso como tópico en la ficción; Milei exterioriza lo monstruoso como showman – candidato a presidente, con metáforas repulsivas como la comparación del Estado con un pedófilo, “…el Estado es el pedófilo en el jardín de infantes con los nenes encadenados y bañados en vaselina…” o “usted sale de la caverna y sí, puede haber bichos peligrosos, pero por lo menos tiene una chance de vivir. Adentro de la caverna se muere…”, aludiendo al mito de la caverna de Platón en comparación con la “incertidumbre” que significará su gobierno y “los bichos peligrosos”.

Brevemente. El mito de la Caverna, es una alegoría sobre el conocimiento y los universos contrapuestos entre el mundo sensible y el mundo de las ideas que Platón narra en su libro la República. Uno de los abordajes es, justamente, epistemológico, Platón se pregunta por el valor del conocimiento.

Lejos está el mito platónico de la esperpéntica interpretación mileiniana sobre “los bichos peligrosos” (que podrían habitar en su eventual gobierno)

De hecho, la “bichosidad” peligrosa no es una posibilidad, habita con nosotros, son portadores de lo monstruoso, Milei y sus mileinianos a los que se le suman, Mauricio Macri y Patricia Bullrich y otros pro(bsecuentes), maestros de la estafa ética (para usar una palabra generalizadora, aunque les quede grande).

La pedagogía de la crueldad se manifiesta no sólo en sus decires, cargados de etnocentrismo desde donde validan la xenofobia, el racismo y la discriminación. Las propuestas aberrantes de venta de órganos o de niños; la libre tenencia y portación de armas, la dolarización de la economía, la desaparición del Banco Central, eliminación de la obra pública se suman a la privatización de Aerolíneas Argentinas, del CONICET y la ya nombrada voucherización de la educación y la salud públicas, entre otras necedades como la privatización de los ríos (como el modelo chileno) y alambrar el mar para salvar a las ballenas.

La frutilla envenenada del postre filo fascista se consuma con las apariciones de Victoria Villarruel (candidata a vice) y su reverberar de la dictadura genocida con todas sus obscenidades, torturas, desapariciones, robos de bebés, vuelos de la muerte y todas las atrocidades ya documentadas por la historia, los juicios y los sobrevivientes del terrorismo de Estado, que la “sociopatía libertaria”, que anida en ella pretende no sólo negar como a los 30.000 desaparecidos, sino que reivindica el accionar de los asesinos, en el onírico y funesto imaginario de una guerra, que no existió.

No hay dudas que algo ha fallado si la elección es entre “lo malo”, conocido y “lo monstruoso”, por reeditar, corregido y aumentado, tan previsible como imprevisible.

Aunque lo monstruoso, debe quedar sólo como tema para la literatura, ya hemos vivido la era del minotauro.

Darío Balvidares

Publicado en tramas.ar (9-11-23)

viernes, 27 de octubre de 2023

Neoliberalismo y despojo educativo: conversatorio internacional

 

En este espacio comparto mis breves intervenciones en la Asamblea Pedagógica Distrital , convocada por la Asociación Distrital de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de Bogotá (ADE) el 3/10/23.

Esta primera parte de mi exposición gira en torno a la pregunta ¿Cómo se hace presente el neoliberalismo educativo en la escuela pública, a nivel mundial, en América latina, Colombia y se refleja en las prácticas escolares en todos los ciclos?



En la segunda parte, mi exposición gira en torno a la pregunta: ¿Cuáles políticas educativas profundizan el neoliberalismo en América latina y Colombia?


En la tercera parte mi exposición gira en torno a la siguiente pregunta: ¿Cómo enfrentar el neoliberalismo educativo desde espacios como los sindicatos, la academia, las organizaciones sociales? ¿Qué acciones urgentes se deben realizar para fortalecer la escuela pública?



Breve cierre y algunas reflexiones.





Capitalismo educativo y balotaje

 


Cobertura conjunta Contrahegemoníaweb y Tramas 


Recuperar los conceptos de educación común, pública, gratuita y científica es imprescindible para poder hablar de derechos efectivos y no en el terreno de algunos enunciados vacíos a la hora de los discursos de campaña.

En esta nota intentamos poner en foco algunas conceptualizaciones que parecen pasar desapercibidas no sólo en el ruido del debate presidencial, sino, decididamente ausentes en los pliegues de la trama de desposesión educativa propuesta por la reforma, a la que todos los oficialismos adhirieron en los términos de la macropolítica de la educación.

En tiempos de extrema fragmentación social y elevados índices de pobreza la importancia de la educación común, se hace vital a la hora de retomar la posibilidad de nacionalizar un sistema no solo atomizado en 24 subsistemas que se corresponden a las 24 jurisdicciones (23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), con el agregado de la acción privada a través del proceso de endoprivatización creciente, direccionado por los intereses empresariales.

La excusa para mantener y encubrir la desnacionalización del sistema educativo, que comienza durante la dictadura genocida con la transferencia de las escuelas primarias a las provincias en 1979 y continúa como parte del programa privatizador y de desguace de Carlos Menem en la década de 90 del siglo pasado con el traspaso de las escuelas secundarias y los institutos terciarios, mientras las universidades nacionales mantienen su autonomía (relativa, puesto que quedan presas de la todavía vigente Ley de Educación Superior) se realiza en función de un dudoso federalismo, que paradójicamente, nacionaliza la actividad privada de fundaciones y ong en los asuntos públicos.

La máscara de ese federalismo encubre que el desaguisado educativo es producto de los mandatos reformistas, que incluyen el debilitamiento sindical como parte del paquete de “modernización” del Estado, eufemismo utilizado en el proceso de privatización y tercerización de lo que debía ser estatal.

Desde el peronismo menemista pasando por el pastiche de la Alianza que deriva en la pueblada de 2001 y luego del intervalo complementario de Eduardo Duhalde, llegan los 12 años de kirchnerismo, que con otros paquetes de leyes (Educación; Financiamiento; Técnica y Formación Profesional) no se revierte el tema de la desnacionalización del sistema y sí se profundiza el carácter instrumental de la educación, el sesgo mercantilista y el enfoque en la performatividad económica de la formación.

Se mantienen las solicitudes de créditos y el endeudamiento educativo con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidades generadoras del creciente mercado educativo y promotoras junto a la UNESCO y la OCDE de la participación privada en la educación como asunto público.

En ese marco de políticas macro en las relaciones con los organismos internacionales, no hay diferencias con los 4 años de profundización de los procesos de endoprivatización que se llevaron a cabo en el período de Mauricio Macri (2015-2019) hasta la actualidad con el ministro/candidato, Sergio Massa, que celebra los créditos recientemente contraídos con el Banco Mundial para el “mejoramiento de la educación por resultados”, de manera que los lineamientos del Banco son los adoptados acríticamente desde una pedagogía no sólo instrumental, sino de sometimiento, como lo venimos remarcando desde hace muchos años.

Cuando desde el actual oficialismo, el ministro/candidato, Sergio Massa, insta al Congreso a aprobar el proyecto por la Nueva Ley de Financiamiento Educativo, lo hace desde los parámetros antes descriptos, en completa alineación (por no decir dependencia) con las macropolíticas educativas formuladas por los organismos internacionales, al igual que sucede con el reconocimiento de la (estafa) deuda con el FMI. En ese sentido nada ha cambiado, ni nada se transforma.

Pero del proyecto sobre el nuevo financiamiento educativo ya hemos hecho nuestra mirada crítica sobre conceptualizaciones que aparecen en el articulado que lejos de clarificar, oscurecen los propios conceptos que dicen defender, como lo dejamos expuesto en Financiamiento educativo, el déjà vu.

Este martes, Sergio Massa, asistió a la inauguración de una nueva escuela técnica de Formación Profesional en San Miguel, provincia de Buenos Aires. Esa actividad le dio el marco ideal para acentuar sus diferencias con su (todavía) competidor en el balotaje, Javier Milei, de acuerdo con el resultado de la elección del domingo pasado.

En su caudal discursivo, aprovechó, el ministro/candidato para instalar el campo semántico del “Estado presente y eficiente”; “la educación pública, gratuita, inclusiva y de calidad”; en ese espacio discursivo afirma: “Defendemos la Argentina de la educación pública, gratuita, de calidad, inclusiva como línea de largada en igualdad de oportunidades. Que un pibe de cualquier barrio de San Miguel pueda salir a pelear la vida con las mismas herramientas”.

En principio, no se trata de defender la educación pública, se trata de construir lo público en educación, puesto que esa categoría está siendo progresivamente diezmada, sustituida por una concepción de espacio que se opone a lo privado, donde lo privado puede actuar e incluso diluir lo público de acuerdo con sus propios intereses y con las legalidades que le ofrece el “Estado eficiente”, de ahí que surge la urgente necesidad de debatir lo público, en relación con lo común,concepto del que hablamos al principio de esta nota.

Otro de los problemas de la argumentación de campaña respecto de los calificativos de la educación es la “gratuidad”, puesta en discusión por Javier Milei, “porque nada es gratis y alguien lo tiene que pagar” y que, también, como Sergio Massa, nos habla del “Estado eficiente” y en resguardo de esa “eficiencia”, propone la voucherización educativa (de lo que hablaremos en unos cuantos renglones más).

Cabe la pregunta: ¿Qué es la eficiencia? En términos pedestres es “más con menos”, es decir, la capacidad de lograr mucho con pocos recursos.

Una de las consecuencias de la aplicación de ese principio está a la vista, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) dada a conocer el 27 de septiembre, el Informe muestra que en la franja etaria de 0 a 5 años el 51,6% sean pobres; también están en esa condición el 58,6% de la franja de 6 a 11 años y el 59,4% que va de los 12 a los 17 años.

Mientras que el concepto ideológico en el imaginario de la reforma educativa enmarcada en la llamada “modernización” del Estado propone la “eficiencia” asociada a la “calidad” de la gestión; la realidad demuestra que el resultado es la precarización de la vida en todas sus instancias.

El concepto de inclusión, se debe hacer extensivo para oponer a la “sociedad de la exclusión” que se construye con la “eficiencia del Estado”.

La “calidad”, los “resultados”, la “gestión” son conceptos coloniales, formantes del campo semántico de la “eficiencia”. Pero, lejos de la pretendida “mejora” que el eficientísimo ofrece, lo que se logró fue una puesta en crisis fenomenal del sistema (los sistemas) educativo(s).

Breve digresión

El latiguillo sobre la “igualdad de oportunidades”, en este contexto de extrema pobreza de más del 50% de la población en edad escolar, producto de las políticas del gobierno, no es más que otro de los velos que la ideología dominante utiliza para enmascarar la realidad de la precarización social y sus impactos en el desarrollo cognitivo, para no abundar en otros asuntos. Fin de la digresión.

Retomemos. Decía el ministro en ese mismo enunciado: “Que un pibe de cualquier barrio de San Miguel pueda salir a pelear la vida con las mismas herramientas”.

No sólo está reconociendo (tipificando) como pobre al “pibe (…) de San Miguel”, también está marcando su destino, “pelear la vida”. Pregunta: ¿Con las mismas herramientas que quién? Y podríamos dejar abierta la posibilidad de poner el significante; la idea de que la vida se “pelea”, contra “algo”, contra “alguien”; tal como usted, señor ministro, está haciendo este pólemos discursivo contra Javier Milei como destinatario, aún sin nombrarlo: “el derecho a estudiar no se arregla ni con un voucher, ni con el mercado”, aunque, en el acto puntual, los receptores fueran quienes lo rodeaban en la inauguración de la escuela, los medios que reproducían su discurso lo vehiculizaban al verdadero destinatario.

Lo cierto es que el “pibe de San Miguel”, sí va a tener que “pelear la vida”, contra (para sintetizar) el capitalismo que usted, señor ministro y su (eventual) contrincante representan, aunque las versiones aparezcan como distintas; para poner los significantes de “algo” y “alguien”, como pelean la vida millones de trabajadorxs, precarizadxs y excluidxs.

Del otro lado, en el balotaje, del mismo capitalismo en general y educativo en particular, no mucho se puede decir de la propuesta puntual y mal formulada por el propio Javier Milei sobre la voucherización de la educación. Milei puso como ejemplo a Chile y si bien es cierto que el país trasandino durante la dictadura de Augusto Pinochet implementó ese sistema de monetización de la educación, el voucher fue el instrumento para generar la competencia entre escuelas, pero lo que subvencionaba era la oferta y no la demanda como dice Milei que va a implementar acá en caso de ser gobierno.

Subvencionar la oferta (Chile) es otorgar el voucher a las escuelas en función de su matrícula de manera de ponerlas a competir todas contra todas, por lo cual las escuelas públicas también compiten entre sí y con las privadas. En esa falsa competencia como estrategia de mercado las escuelas que pierdan matrícula de manera progresiva cierran sus puertas. Lxs docentes, también, entran en el juego de la competencia para ver si son los “mejores” y así mantener sus trabajos, cualquier lazo de solidaridad desaparece en esos sistemas.

Pero el instrumento voucher va más más allá de las lógicas del mercado, desde su nacimiento se crea como un bono para mantener la segregación racial y hoy ampliada a la segregación por condiciones socio-económicas.

Breve reseña

En 1896 en los Estados Unidos se decretaba la segregación racial en las escuelas públicas con la doctrina “separados pero iguales”, cuestión que no funcionó en los términos de “igualdad”, los afrodescendientes no recibían la misma educación que la población blanca.

En 1954 queda sin efecto la doctrina, pero hay resistencia de sectores blancos, el economista libertario James Buchanan (teoría de la libre elección) consideró que la decisión afectaba a las escuelas públicas y nace la idea de proporcionar “subvenciones” a los padres para que pudieran enviar a sus hijxs a escuelas privadas para blancos.

La cuestión continúa en debate con idas y venidas en Estados Unidos, pero lo que tuvo mayor aceptación fue la charterización de las escuelas públicas, que son gerenciadas por organizaciones privadas, fundaciones, ong, en muchos casos disfrazadas de asociaciones de padres, como las experiencias en San Luis y Ushuaia, aquí en Argentina.

Problemas similares de segregación socioeconómica por la implementación de los vauchers se manifiestan en Suecia. En Noruega, fue la socialdemocracia la facilitadora de la adopción de políticas pro-privatizadoras que alimentan la segregación étnica sobre los inmigrantes. España, Bélgica y Países Bajos son los países de la OCDE con mayor número de matrícula privada en primario y secundario. También rigen las Asociaciones Público Privadas (APP). Fin de la reseña.

Como vemos, nada de lo que propone el libertario (filo-fascista) Javier Milei es novedoso, más bien atrasa, reproduce la teoría elección de James Buchanan. Todas estas estrategias son de privatización además de ser organizadoras de la segregación. Por supuesto que la OCDE y los otros organismos internacionales promocionan estos formatos en relación directa con la noción de “Estados eficientes”.

Y aquí vale la reflexión: ambos candidatos, Massa y Milei y sus respectivos espacios políticos, Unión por la Patria y La Libertad Avanza, además del implosionado Juntos x el Cambio o el que representa Juan Schiaretti abrevan en el abanico de la gramática reformista que les imponen los mismos y obsoletos organismos internacionales que aparentan tener es la misteriosa y mágica clave del conocimiento y el trabajo del siglo XXI, aunque lo que realmente tienen es mucho más terrenal: es el candado que les asegura la colonialidad educativa de acuerdo a los requerimientos de los intereses empresariales y el formateo ontológico para ejercer el control disciplinar.

No se trata de educar a lxs estudiantes para la emancipación, sino de instruirlos en un conjunto determinado ya no de saberes/conocimientos para el desarrollo de su formación intelectual y científica, capaz de interpelar y de interpelarse; sino de aprendizajes que serán obsoletos en poco tiempo como producto de la vertiginosidad del cambio, según el canon neoliberal, por eso el principio de adaptación rige como una de las habilidades blandas más importantes, de ahí la solicitud del ministro/candidato de la implementación de las carreras cortas.

Porque lo relevante en la pedagogía instrumental no es formar para la autonomía del sujeto desde la soberanía educativa, en función de la transformación social, política, económica y ambiental de un mundo en descomposición; sino de todo lo contrario, adaptar el “capital humano” en la carrera de lo que llamaron “economía del conocimiento”, nicho relativamente nuevo en un capitalismo al que los “mercados” se le agotan o se le pudren, o queman o archicontaminan, por el saqueo y la desposesión.

Un Estado eficiente no va a mejorar la situación de las mayorías vulneradas, estafadas, defraudadas, engañadas; va a mejorar sólo la relación costo-beneficio en términos de los “gastos” del propio Estado.

El paquete del capitalismo educativo incluye cambios ontológicos y epistemológicos con efectos palmarios en la formación en la performatividad económica de lo que llaman el futuro “capital humano”, antes estudiantes y las “tecnologías del aprendizaje”, sustitución tecno-digital de la enseñanza, del docente y la didáctica a través de las empresas EdTech.

Para finalizar, por supuesto que es indiscutible que “los chicos lleven en la mochila una computadora y no un arma”, como dice el ministro/candidato en su argumento de campaña, frente al delirio mileiniano de la libre circulación de armas. Lo que es discutible es para qué llevan la computadora en el contexto del aprendizaje por competencias que no ofrece la formación intelectual para el desarrollo del pensamiento crítico para discernir en una experiencia robótica, por ejemplo, si lo que está diseñando es una licuadora inteligente o una ojiva nuclear.

¿Acaso no son ambas importantes para el mercado?

Recuperar los conceptos de educación común, pública, gratuita y científica es imprescindible, tal como, también, propone el Frente de Izquierda, para poder hablar de derechos efectivos y no en el terreno de algunos enunciados vacíos a la hora de los discursos de campaña solo favorables a engrosar el capitalismo educativo como formador del capital humano para el enriquecimiento de las minorías que traman nuestros destinos.

Es importante la realización de un congreso pedagógico ante la avanzada reformista para poner en debate toda esta temática, pero a la luz de la pedagogía crítica.

Darío Balvidares
Fuente: Capitalismo educativo y balotaje en tramas.ar 26/10/23

martes, 10 de octubre de 2023

Darío Balvidares invitado al Seminario: "Los 50 años de CTERA" por Tribuna Docente (23-09-23)


Reproduzco aquí el enlace del video realizado por Tribuna Docente, en ocasión del Seminario: "Los 50 años de CTERA (1973-2023)

Escuelas voucher: el planteo de Milei y el fracaso en Chile, Suecia y otros. Programas educativos de los candidatos del FMI. El ataque a la educación pública, la docencia y sus conquistas. Cómo organizarnos en su defensa. Exponen: Darío Balvidares (prof. y lic. en Letras, docente, investigador con numerosas publicaciones sobre políticas educativas, integrante del colectivo editor de Tramas-Periodismo en movimiento). Andrés Brenner (profesor de Filosofía y Sociólogo, investigador y escritor sobre temas educativos). Daniel Sierra (congresal Suteba y dirigente de Tribuna Docente). Moderador: Miguel Eibusyc.



martes, 3 de octubre de 2023

Financiamiento educativo, el déjà vu

 



El ministro de economía y candidato presidencial, Sergio Massa, lanzó el “Nuevo Proyecto de Ley de Financiamiento Educativo”, que hace dos días ingresó formalmente a la comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación a la que asistió el responsable del área, Jaime Perczyk, para hacer la presentación frente a lxs legisladorxs.

El nuevo proyecto, establece sobre el anterior, registrado por la Ley 26.075, sancionada en diciembre de 2005, que, si bien aquella ley establecía que el porcentaje del presupuesto destinado a educación debería haber llegado al 6% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2010, no llegó, aunque hay que hacer la siguiente salvedad, en 2009 la misma ley prescribía el 5,6 % y se superó con el 5,9% y en 2010 volvió a caer al 5,4 %; para luego cumplir con el 6% estipulado sólo en 2013 y 2015.

Lo que deja como conclusión, que la ley no se cumplió o se cumplió muy parcialmente y también, el trasfondo político rayano con la impunidad porque no tiene consecuencias para los gobiernos, ni funcionarios el incumplimiento. Ni siquiera todos esos miles de millones que no estuvieron volcados al sistema educativo generaron ni una mínima autocrítica. Sin embargo, les sobran críticas y tonos amenazantes cuando el conjunto de la docencia decide actividades de protesta y lucha como consecuencia de los incumplimientos gubernamentales de sus propias leyes.

Se le descuentan los paros al docente en huelga, se lo persigue con los sumarios administrativos y/o se le crean causas judiciales; pero a los funcionarios de turno, responsables por no cumplir con las propias leyes, con las obligaciones que esas mismas leyes les imponen (la creación de un número determinado de escuelas, o los sistemas de conectividad, o el mantenimiento necesario para prevenir accidentes, por ejemplo), no tiene consecuencias, como no tiene consecuencias subejecutar el presupuesto asignado.

El proyecto Massa/Perczyk propone un acrecentamiento que llevaría de manera escalonada al 8% del PBI la inversión en educación en el año 2030, es decir que se vuelve a proponer un instrumento poco confiable respecto del cumplimiento. Además, se invierte la ecuación respecto de los porcentajes, con el nuevo proyecto la Nación se hace cargo del 60% de la inversión, quedando para las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 40% del financiamiento educativo.

Hagamos un breve ejercicio comparativo que muestra status quo en varias de las temáticas que conforman el articulado; en la ley de 2005 se proponía “erradicar el analfabetismo en todo el territorio nacional…” (artículo 2º- inciso e); en el nuevo proyecto dice: “erradicar el analfabetismo en todo el territorio nacional” (art. 6º-inc. b). Pasaron 18 años y todavía tenemos que volver sobre los mismos postulados. Particularmente, el tema del analfabetismo se vincula a cuestiones tales como falta de planificación y de organización; pero también de proyección respecto de la estimación del crecimiento demográfico y paradójicamente, la falta de inversión.

La sensación con este nuevo proyecto de financiamiento es que deja en evidencia el desengaño del anterior, en cuanto a la realidad de las inversiones y el destino que deberían haber tenido, puesto que se repiten los mismos temas inconclusos. En la ley de 2005 se expresaba: “… extender la enseñanza de una segunda lengua” (art.2º-inc. g). El actual proyecto prevé “asegurar la enseñanza de una segunda lengua en los niveles primario y secundario” (art. 6º-inc. h).

Inclusive, hay un tema que sigue dando vueltas y que nunca alcanza una resolución, a pesar de estar en boca de todos los funcionarios “responsables” a la hora de hablar de la educación en la primera infancia. En el nuevo proyecto se determina: “Promover y financiar la creación de jardines maternales para los niños y las niñas de CUARENTA Y CINCO (45) días a DOS (2) años de edad, priorizando los sectores sociales y las zonas geográficas más desfavorecidas” (art. 6º-inc. d); recordemos que la Ley de Educación Nacional (20.206) de diciembre de 2006, es decir que fue sancionada justo un año después de la primera ley de financiamiento, expresa “Los Jardines Maternales atenderán a los/as niños/as desde los CUARENTA Y CINCO (45) días a los DOS (2) años de edad inclusive y los Jardines de Infantes a los/as niños/as desde los TRES (3) a los CINCO (5) años de edad inclusive” (art 24º-inc. a). Pasaron 17 años de la promulgación de ley de educación y 18 de la primera ley de financiamiento y la cuestión continúa en stand by a pesar de las propagandas de los distintos oficialismos y la promoción de la “innumerable” cantidad de jardines infantiles que (no) construyen.

No es motivo de esta nota hacer un trabajo comparado sobre la primera ley de financiamiento y el proyecto de la nueva ley que envió el ministro Sergio Massa al Congreso, en el que también se impulsa una fuerte reforma en el nivel secundario con la propuesta de programación y robótica como dos asignaturas obligatorias que deben estar en el segundo ciclo de la educación secundaria y “Destinar los recursos necesarios para la implementación de políticas de transformación curricular del nivel secundario que adecuen los contenidos a los desafíos actuales que enfrentan las generaciones jóvenes” (art.6º-inc. m). También se actualiza lo de las pasantías, tutorías y mentorías para reforzar la idea del vínculo con el trabajo (precario). Vale aclarar que la “transformación curricular (…) que adecuen los contenidos a los desafías actuales…” donde desafíos actuales es un eufemismo de alinear los currículos con el mercado laboral, según la recomendación OCDE 2017.

Hace falta un paréntesis, porque en el fragor de presentar dudosas soluciones con leyes que funcionan a media máquina o no funcionan en su aplicación en el mundo real de la inversión; el informe del INDEC sobre la pobreza en el primer semestre es la muestra palpable de las condiciones paupérrimas que sufre poco menos de la mitad de la población; aunque en el desagregado, si vemos las condiciones de lxs niñxs y adolescentes, el desamparo es extremo.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) dada a conocer el 27 de septiembre, el Informe muestra que para este primer semestre la población entre 0 y 5 años la indigencia alcanza al 12,5% y la pobreza al 39,1%; mientras que los comprendidos entre los 6 y 11 años el 13.6% es indigente y el 44,9% es pobre y el crecimiento de la indigencia se manifiesta entre los adolescentes de 12 a 17 años con un porcentaje del 16,4% en la indigencia y 43.1% de pobres; lo que lleva a totalizar que en la franja etaria de 0 a 5 años el 51,6% sean pobres; mientras que, también están en esa condición el 58,6% de la franja de 6 a 11 años y el 59,4% que va de los 12 a los 17 años.

El Informe de la EPH debería ser una fuerte señal contra los enunciados vacíos de contenido, como el expresado por el ministro de educación, Jaime Perczyk invitado a la comisión de educación, como dijimos más arriba, para la presentación del proyecto de financiamiento: “…para cuidar la educación pública, hay que transformarla” y manifestó que el proyecto establece el cumplimiento de 190 días de clase, como si se tratara de un logro pedagógico; también habló del “esfuerzo” para la provisión de libros a lxs estudiantes, y que el proyecto amplía y asegura el otorgamiento de becas (con financiamiento vía crédito del Banco Mundial), continuar con el programa de Conectar Igualdad; cumplir con el derecho a la educación sexual integral (ESI) como marca la ley 26.150 (otro ejemplo de incumplimiento sin consecuencias); financiar la construcción de escuelas nuevas; mantener la paritaria nacional docente, son otros de los puntos que están en el proyecto, referidos por el ministro.

Es de esperar que respecto del Programa Conectar Igualdad se cumpla con el compromiso asumido en los fundamentos del presupuesto 2023 para educación que dice: “se prevé la provisión de conectividad a 51 mil establecimientos educativos… (pág.11)”, puesto que en agosto del año pasado se recortaron 30.000 millones de pesos de ese programa, así como otros 15.000 millones que correspondían al Plan de Fortalecimiento Edilicio para Jardines de Infantes y otros 5.000 a programas de infraestructura y equipamiento (ver nota completa aquí).

Prueba contundente que el cumplimiento del acuerdo de sumisión al FMI por el pago de la deuda (estafa) es más importante que la inversión en su propio modelo educativo.

Con relación a la universidad, el ministro Perczyk comentó que el proyecto apunta a la creación de carreras más cortas y títulos intermedios con salida laboral, también a desarrollar la carrera del investigador universitario y continuar con los programas de infraestructura universitaria y equipamiento tecnológico.

Por supuesto que es bienvenida, también, la creación de carreras, así como la creación de universidades públicas que también dijo el ministro de economía que iba a promover.

Y por supuesto, el tema de la formación y capacitación docente continua y del sistema nominal de evaluación e información educativa, SINIDE, fue, palabras más, palabras menos, la descripción que hizo el ministro Perczyk del proyecto.

Pregunta: ¿Por qué para cuidar la educación pública hay que transformarla?

El “hay que transformarla”, en el campo semántico de la reforma impone, tal cambio en el paradigma que lo que hace es declarar obsoleto que la educación tenga como objetivo el desarrollo intelectual del estudiante, cuanto más en la formación universitaria, el modelo científico, teórico y crítico que fuera propio de la educación pública secundaria y universitaria es suplantado por el modelo que limita el conocimiento a un conjunto de competencias instrumentales de carácter utilitario para operar en el mercado.

Una de las cuestiones que es necesario discutir en este punto es si la creación de universidades tiene como objetivo la Investigación básica en función del bienestar social o ese conocimiento producido en la universidad pública es para responder a los intereses privados de las corporaciones, como sucede, por ejemplo, con el trigo transgénico HB4 producido en la asociación entre un sector del CONICET y la empresa Bioceres, con las correspondientes consecuencias, puesto que por un lado los dineros públicos son parte de la rentabilidad privada y el producto resultante integra la colección que necesita de los agrotóxicos, de manera que la ciencia pública se organiza en función del agronegocio.

Este caso ilustra que la relación público-privado es siempre de sumisión a los intereses particulares y esto sucede porque, justamente, el financiamiento responsabilidad del Estado sufre los recortes que impone la mentada eficiencia de recursos.

Este proyecto de ley, ni ninguna de las leyes anteriores, se resiste al modelo neoliberal de educación, por el contrario, es el que adopta, que pone al estudiante al servicio de los intereses del mercado y de la economía definida por él. El conocimiento aparece organizado de manera modular en función de su condición instrumental para la eficiencia de su utilitarismo.

El continuismo de la reforma neoliberal se profundiza en la era del capitalismo digital y la intervención de las EdTech en el mercado educativo con sus tecnologías del aprendizaje que desplazan al docente de su función pedagógica, porque esos contenidos y sus didácticas ya aparecen en el chip del dispositivo. De ahí que la formación docente continua también sea en un conjunto de competencias que permitan el desarrollo de ciertas capacidades, pero no de otras.

La aceptación acrítica de este modelo desde hace más de tres décadas y su implementación se encolumna con el entramado que propone a la educación vinculada al crecimiento económico de manera que si no hay crecimiento económico en términos de la macroeconomía, la responsabilidad recae en la escuela o en las universidades que no han sabido adaptarse a las inciertas “demandas del siglo XXI”, eufemismo que interpretamos como intereses de las corporaciones empresariales. Pero si hay crecimiento en los mismos términos macroeconómicos, responde a las “buenas prácticas comerciales”, aunque la acumulación de la riqueza y la ausencia de la regulación distributiva arroje las escalofriantes cifras de pobreza que la EPH nos muestra.

El candidato Massa, formula este nuevo proyecto de financiamiento como instrumento contra las posiciones de voucherización educativa, que presenta el “libertario”, Javier Miley, también frente a la plataforma de Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio, con su plan de educación dual, “tres días en la fábrica y dos en la escuela”, según manifestó la candidata en el Instituto Renault de Córdoba; provincia en la que Juan Schiaretti, el candidato de Hacemos por Nuestro País, arma su campaña con el Programa Avanzado de educación secundaria (ProA), 40 escuelas en la que se forma a los jóvenes en desarrollo de software y biotecnología (para competir por cuál es el candidato que más posibilidades da a la intervención de las EdTech en la educación).

No hay duda que ninguno de los cuatro candidatos del establishment, como lo adelantamos en el artículo, La campaña electoral y la desposesión de la educación pública, se está cuestionando que la desnacionalización del sistema produjo el estallido que originó 24 sistemas educativos inconexos en el país. Ninguno de los cuatro reivindica el carácter público de lo que nació como educación común.

La gratuidad puede ser el punto de aparente diferenciación, según el discurso de Massa, pero si la gratuidad se sostiene con créditos del Banco Mundial y del BID, la conclusión es el endeudamiento y la pérdida absoluta de soberanía educativa a lo que se suma la adhesión a acuerdos firmados con otros organismos internacionales (UNESCO, OCDE, Diálogo Internacional) que condicionan el pensamiento sobre el o los sentidos de la educación. Tampoco se cuestionan la separación de la Iglesia del Estado, de manera que la doctrina católica no sea el obstáculo para el cumplimiento cabal de la ESI.

El Frente de Izquierda Unidad (FIT) y su candidata Myriam Bregman impulsa en su plataforma la renacionalización del sistema, preservar el carácter público, gratuito y científico.

Lo que supone, sin intervención privada ni de organismos internacionales ni de fundaciones corporativas en la toma de decisiones.

En esos cuatro conceptos, de alguna manera se recupera el espíritu de la educación común, debate que parecía saldado en 1884, con la sanción de la ley 1420, pero que habrá que volver a poner en la escena educativa para desenmascarar el proceso de desposesión creciente de la educación.

Podemos avanzar más en nuestra mirada crítica sobre la coyuntura educativa que plantea la reforma neoliberal, pero finalizamos esta nota tratando de interpretar lo que surge de la definición de responsabilidad del Estado.

El artículo 4º de la Ley de Educación Nacional (LEN) establece que: “El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias”.

El nuevo proyecto de Financiamiento, en el artículo 2º dice: “La educación es un derecho humano fundamental, de carácter personal y social, y por tanto el Estado Nacional tiene la responsabilidad principal e indelegable de proveer los medios para garantizar una educación integral, permanente, gratuita y de calidad, que profundice el ejercicio pleno de ese derecho y la igualdad real de oportunidades a todos/as los/as habitantes de la Nación” (los resaltados son míos).

De la responsabilidad principal e indelegable de proveer educación (en la LEN), el Estado pasa a ser responsable, solamente, de proveer los medios.

Ya habíamos pasado del Estado educador al Estado proveedor, el proceso de desresponsabilización es creciente, de proveer educación (acción controvertida) a proveer los medios. En el primer caso, sugiere la educación como un producto; en el segundo, el Estado se termina de transformar en operador.

Dos conclusiones:

Una, lo que hay que resolver es el marco de desigualdad social que expresa el informe del INDEC y no es responsabilidad de la escuela, la vulneración se manifiesta en la escuela, no se produce.

Dos, están cambiando la clave epistemológica de la educación pública, la están disolviendo de manera proporcional al decrecimiento de la responsabilidad del Estado y el seguidismo colonial de los mandamientos internacionales.

Darío Balvidares
Artículo publicado en  el portal de noticias tramas - periodismo en movimiento Financiamiento educativo, el déjá vu (29-09-23)