Buscar este blog

jueves, 29 de febrero de 2024

Lenguaje inclusivo ¡Afuera!

 

Otra vez aparece el tema del lenguaje inclusivo, porque al señor presidente se le ocurrió prohibirlo en el ámbito de la administración nacional.

Primero había sucedido en el ámbito castrense a través de una resolución del ministerio de Defensa a cargo de Luis Petri. En el artículo 3 de la mencionada norma expresa: “Prohíbase la utilización del llamado lenguaje inclusivo en el ámbito del MINISTERIO DE DEFENSA, la FUERZAS ARMADAS y los organismos descentralizados del MINISTERIO DE DEFENSA” y luego advierte sobre la responsabilidad de incurrir en el incumplimiento.

Interesante resolución, parece que como no hay hipótesis de guerra, se entabla la lucha contra el LENGUAJE INCLUSIVO (para usar en pie de igualdad la misma grafía que el ministro en la resolución).

Como, seguramente, el señor presidente sintió que la resolución ministerial no había salido de su propio acervo de prohibiciones, es que mandó a su vocero, Manuel Adorni, a anunciar que: “Por decisión del presidente, Javier Milei,se van a proceder a iniciar las actuaciones para prohibir el lenguaje inclusivo y todo lo referente a la perspectiva de género en toda la administración pública nacional”; para luego continuar “explicando” la prohibición de la “e”, “@”, “x”, así como “evitar la innecesaria inclusión del femenino en todos los documentos de la administración pública”.

Crédito Télam

Según el vocero, devenido en incipiente seudo lingüísta o, tal vez, en aprendiz de falso filólogo, afirma que “el lenguaje que contempla a todos los sectores es el que utilizamos, es la lengua castellana, es el español…” y frente a una aclaración de una de las periodistas acreditadas en sus conferencias matutinas, que le explicaba que, “…eso entró en debate…”; Adorni le contestó, “…es un debate en el que no vamos a participar, porque consideramos que las perspectivas de género se han utilizado, también, como negocio de la política…”.

Tanto el argumento político de Adorni sobre la perspectiva de género como “negocio de la política”, como la obtusa reflexión sobre “el lenguaje que contempla a todos los sectores (…) es la lengua castellana…”, son afirmaciones propias del autoritarismo lingüístico como de la deriva colonial que habita en el poco lúcido “sentido común”.

Breve paréntesis citadino

Ya habíamos debatido este tema cuando al otrora jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, se le había ocurrido lo mismo, pero con otro argumento tan o más estúpido, que los usados por Adorni.

En aquel momento el argumento fue que el uso del lenguaje inclusivo había sido perjudicial para el aprendizaje y eso aparecía reflejado en los magros resultados de las pruebas estandarizadas. El Informe del gobierno decía que: “un adecuado desarrollo del lenguaje, facilita el aprendizaje, siendo éste la base del rendimiento escolar (…) entendiendo que la deformación del uso del lenguaje tiene un impacto negativo en los aprendizajes…

Argumento que cae por el solo peso de la mentira cuando lxs trabajadorxs de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa (UEICEE), dependiente del ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, en ese tiempo, a cargo de Soledad Acuña, habían sacado un comunicado en el que aclaraban “… que los equipos profesionales de la UEICEE no han sido convocados ni han realizado estudios en relación con este tema. Tampoco tenemos conocimiento que los actuales resultados de las evaluaciones TESBA y FEPBA hayan sido analizados desde una hipótesis de trabajo que los vincule con el uso del lenguaje inclusivo en el aula”.

Lo que confirma que la mentira es el eje conductor de las decisiones políticas de gobiernos que tienen la prohibición como estandarte, en este caso particular contra la soberanía del lenguaje, que mal que les pese va a continuar su evolución como sucede desde el comienzo de la humanidad.

¿Cuáles son las formas del español?

Un grupo de lingüistas escribieron un artículo en el que se aclaran las cuestiones técnicas, que no son propiedad de la Real Academia Española (RAE): “Una investigación del año 2018 sobre el uso de formas de género no binario muestra que la –e, la –x o la –@ se comportan como morfemas del español, igual que los tradicionales –a y –o. Además, su uso es sistemático, estable, tiene un significado bien definido y forma parte de una continuidad de formas de marcación de género, todas igualmente válidas y disponibles para les hablantes”.

Justamente es la RAE, la institución monárquica de la que también hay que independizarse, claro está que no es el caso de este gobierno el que lo va a impulsar, como tampoco de ninguno de los que lo antecedieron, los matices diferenciales son muy modestos, si bien lo cierto es que los de derecha y ultraderecha son los más conservadores y miserablemente indispuestos a participar de este y ningún debate; tampoco los “peronismos” y los autopercibidos “progresismos”, tienen un mayor desapego al status quo.

Las luchas en y por el lenguaje, por supuesto que son políticas e ideológicas, la RAE juega su juego imperial para sostener su dominación cultural y encuentra tierra fértil en las mentalidades de un sector muy amplio de las dirigencias políticas y en el establishment académico, como la Academia Nacional de la Educación Argentina de neto corte colonial.

La apropiación y construcción, por ahora lexicográfica, de diversos grupos sociales que encuentran la forma lingüística de representar la diversidad no es privativo de la Argentina, es un movimiento mundial, como la marea verde.

Les prohibidores seriales o les conservacionistas institucionales como la RAE, la Academia Argentina de Letras y la ya nombrada Academia Nacional de la Educación con sus posiciones político-ideológicas funcionan como cosificadores seriales del lenguaje.

El lenguaje es dinámico y no hay cómo detener su evolución lingüística, ni sociohistórica, no tiene títulos de propiedad. Lo que llaman “español”, no es más que el “castellano” que se impone como lengua nacional en la península, a partir de coyunturas socio-históricas, sobre las otras variantes dialectales con las que convive, como el bable o asturiano en Asturias; el gallego en Galicia y el catalán en Cataluña.

Si no fuera por la evolución lingüística producto de las transformaciones sociohistóricas, las lenguas romances jamás hubieran existido y hablaríamos el latín del imperio romano, o tal vez en griego ático, o jónico o dórico; o más atrás, indoeuropeo o sanscrito. Aunque pensándolo bien, si nunca hubieran llegado los conquistadores, hablaríamos quechua, o maya, o náhuatl, o mapudungún, o guaraní, o cualquiera de los cientos de lenguas que componían el universo lingüístico de nuestros pueblos originarios, si no hubiese habido genocidio y la imposición de la lengua de los conquistadores.   

Latinoamérica, tiene sus propias variables lectales que distan cada vez más de ese español cosificado de la RAE, además la mundialización del lenguaje inclusivo jaquea al patriarcado lingüístico que el vocero del señor presidente considera que es el que “contempla a todos los sectores”; pues no, no contempla a todos los sectores, naturaliza su invisibilidad lexicográfica bajo el manto patriarcal del uso del “masculino”, como es el caso del colectivo “no binario” y lo que no se nombra, no existe y como no existe, no tiene derechos.

La desaparición del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad es otra prueba de invisibilización de problemáticas concretas y de la inercia gubernamental hacia la quita de derechos.

La historia nos ha mostrado, que la monárquica RAE fue creada en 1713 para controlar la expansión del español en las colonias.  “Al elaborar su diccionario, su gramática y su ortografía, la RAE elige las formas y los significados que considera “correctos” (mejores, más “precisos”, más “elegantes”) y descarta los otros. ¿Cuál es la variedad del español que la RAE seleccionó siempre para elaborar estas herramientas? La que hablan los sectores medios y altos de Madrid y sus alrededores”.

La batalla cultural es lingüística, es política y es ideológica, porque somos lenguaje y la lengua es una construcción arbitraria que no se somete indefinidamente. Primero es el uso, después la costumbre y por último la norma y cuando se provoca la tensión entre los nuevos usos y la norma, aparece la disputa política del lenguaje.

El uso del lenguaje inclusivo no es “un negocio de la política”, como supone el vocero, desde su estrechismo ideológico y supongo que el del señor presidente, puesto que Adorni es su “lenguaraz”, sino una formación lingüística que genera conmoción en las políticas del lenguaje impuestas por el imperialismo y gratamente aceptadas por la colonialidad del poder vernáculo y su alelado y beligerante sentido común.

Darío Balvidares

Imagen destacada: Agenda Salta

Publicado en Tramas 28-02-24

miércoles, 14 de febrero de 2024

El ajuste en educación estaba cantado

 

A Milei nada lo obliga a pagar el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), la amenaza a las provincias es más bien una sentencia, las políticas que el ejecutivo no pudo lograr mediante la ley ómnibus, las va a conseguir en tanto el DNU 70/2023 tenga vigencia.

Luego de las reuniones del 8 y 9 de febrero del Consejo Federal de Educación (CFE) en la Ciudad de Buenos Aires, cuyo tema fue el compromiso con la alfabetización, lxs 23 ministrxs de educación firmaron una carta, dirigida al secretario de esa cartera, Carlos Torrendell, en la que expresan su “incertidumbre” en virtud de la “falta de remisión de los fondos en el marco de la legislación vigente: Leyes 26.075 y 25.053”, que son las leyes de Financiamiento educativo y de la creación del Fondo Nacional de Incentivo Docente, respectivamente.

Los fondos de referencia por los que lxs ministrxs expresan su “incertidumbre” son un combo que viene desde hace años pero que no terminan de consolidarse, se refieren al “Fondo de Compensación Salarial Docente, Fondo Nacional de Incentivo Docente, Conectividad y Material Didáctico, Programas Educativos Nacionales y Fondo de Infraestructura”.


Si bien el secretario, Torrendell había anunciado que no había problemas con la efectivización de las partidas. De todas maneras, no solo el problema es que no se pagaron, sino la desactualización en caso de decidir hacerlo, porque el señor presidente resolvió mantener el presupuesto 2023, durante el 2024, lo que puede durar un trimestre en función del desaguisado en la economía que provocaron las medidas que tomó junto al responsable de esa cartera, (el reconocido endeudador serial) Luis Caputo.

Muchos de los ministros que ahora ponen la firma en la cartuja donde expresan su “incertidumbre”, estuvieron de acuerdo, junto con sus gobernadores y algunos diputados, en acompañar el proyecto de ley Ómnibus que declaraba a la educación como “servicio esencial”, con todos los perjuicios que conlleva tal decisión.  

Recordemos que el DNU, aún vigente, dice expresamente en el artículo 24, referido a las actividades que se consideran servicios esenciales, inciso f: “cuidado de menores y educación de niveles guardería, preescolar, primario y secundario, así como la educación especial”. Lo que demuele el concepto de la educación como derecho en todos los niveles educativos.

Esa es la línea propuesta por el señor presidente, fundada en la noción neoliberal de mercado educativo que se lleva al extremo en el paroxismo anarco capitalista.

La noción de mercado educativo ha seducido no solo a los “derechistas”, sino también a los “progres” que durante sus gobiernos sancionaron leyes que abrieron, desembozadamente, el espacio a la participación de los intereses privados enmascarados en las denominadas organizaciones de la sociedad civil, cuya participación profundizó el proceso de endoprivatización creciente. Un ejemplo de esto es la llegada de Carlos Torrendell a la secretaría de educación de la nación; formado en la Pontificia Universidad Católica y vinculado a distintas organizaciones de la sociedad civil, de quien ya habíamos hablado en otro artículo.

La reforma educativa nunca fue ni nacional ni popular, se fue ejecutando en base a los coloniales mandatos internacionales, Banco Mundial; UNESCO; BID, OCDE, los intereses empresariales y el mercado. De esto hemos hablado en innumerables ocasiones a lo largo de más de 30 años.

Volviendo al tema, cuando se hacía cada vez más necesario mantener una coherencia respecto del componente salarial de maestrxs y profesorxs nunca tuvieron sustentabilidad, ni sostenibilidad, palabritas tan usadas por las dirigencias que quieren pasar por amigos del siglo XXI. Los salarios docentes no son sustentables, no pueden asegurar el sustento de trabajadores y trabajadoras y la única sostenibilidad que tienen es la de ser, invariablemente, salarios precarizados.

El salario docente se fue descomponiendo año tras año, desde hace décadas, no solo depreciando, sino descomponiendo en múltiples ítems, sumas fijas, montos bonificables y no bonificables, otros remunerativos y no remunerativos, presentismo o “ítem aula” y otros tantos que se hace imposible sostener la magra integridad salarial.

Ahora se suma la “discrecionalidad” del FONID, que a pesar de la ley, nunca tuvo automatismo, siempre fue “discrecional”.

¿Por qué hay que mantener el carácter perentorio del FONID? Porque así fue promulgado.

Veamos, sin ir a la prehistoria del FONID, en diciembre de 2005 se incluye dicho Fondo en la Ley de Financiamiento Educativo, donde se prorroga la vigencia por 5 años más a partir de su creación por ley 25.053 del 1 de enero de 2004.

Para no hacerlo muy largo, se iba renovando su vigencia antes de cada vencimiento, el hecho es que el último decreto que lo mantuvo fue el Decreto N° 88/2022  firmado por el expresidente, Alberto Fernández, que prorrogó su vigencia por dos años a partir del 1 de enero de 2022. ¡Nada para preguntar! Perdió la vigencia el 1 enero de 2024.

Así las cosas, Caputo y Milei se ajustaron a la norma, que en general no respetan y entonces sin ninguna ética mediante y en “guerra” con los gobernadores, hasta hoy, no hay transferencias.

Pero eso no es todo, es una obviedad que, aunque el proyecto de ley Ómnibus haya sido desmantelado, el señor presidente cuando les anticipó el recorte a los gobernadores, pone en vigencia de hecho el que fuera artículo 552 de su frustrado proyecto de ley, que afirmaba un cambio de rumbo respecto del financiamiento educativo a las provincias: “Acuerdo con las Provincias. Las provincias, a cuyo cargo se encuentra la gestión de la educación en los distintos niveles, acordarán cada una de ellas en su jurisdicción, las condiciones laborales, el calendario educativo, el salario mínimo docente y la carrera docente”.

El Estado nacional se desentiende de la educación en cuanto al sostenimiento económico, la prueba fehaciente es la cartuja del CFE a modo ruego de los 23 ministros y ante el desconcierto del secretario de Educación, Carlos Torrendell como presidente del propio Consejo, puesto que los funcionarios de Educación ya habían ejecutado la partida, pero el ministro de Economía decidió, por lo menos hasta que escribo estas líneas, no efectuar el pago.

Así las cosas, ya no se trata de lo que puede venir, estamos hablando de lo que vino, de lo que anunció el señor presidente, de la línea de mercado educativo en la que enmarca su política de una falaz oferta y demanda educativa. Su proyecto representa el grado cero de la educación escolar.

En términos más generales, nada para esperar, no de trata de esperanza, se trata despertar la conciencia crítica y la acción política frente al desfinanciamiento de la Educación y la caída del poder adquisitivo producto del aumento desmesurado e injustificado de combustibles; de los tarifazos en la energía; del monopólico mercado de alimentos con precios internacionales; de la quita del subsidio al transporte y el aumento de los pasajes con fuerte impacto en el bolsillo; el congelamiento salarial y de las jubilaciones… todo eso es un hecho político llevado a cabo por el señor presidente de las fuerzas del cielo (porque ya negó al Estado más de tres veces); lloró en el muro de los lamentos, reafirmó su apoyo a Israel frente al genocidio palestino y ratificó que mudará la embajada a Jerusalén, sin medir las consecuencias de sus alboratamientos personales para la Argentina; y también se abrazó con el Papa. Mientras la incomodidad social se manifiesta en varias vertientes de manera constante y creciente.

Darío Balvidares

Imagen destacada: AGD-UBA

Publicada en Tramas 14/02/24

sábado, 10 de febrero de 2024

El juez Casanello advierte a Bullrich sobre su protocolo represivo

 

El juez federal, Sebastián Casanello, en su resolución, con espíritu docente, enmarca la advertencia sobre el “Protocolo para el mantenimiento del orden público ante el corte de vías de circulación” fundado en los desconocimientos de las leyes y de la división de poderes.

El 18 de diciembre pasado, la legisladora porteña por el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) en el Frente de Izquierda Unidad (FITU), Celeste Fierro realizó una presentación contra el tristemente célebre protocolo antipiquetes. En ese escrito le solicita al poder judicial, se declare la inconstitucionalidad de la resolución Nº 943/2023 del ministerio de Seguridad de la Nación que daba alumbramiento al Protocolo para el mantenimiento del orden público ante el corte de vías de circulación.

El escrito presentado por la legisladora Fierro también solicitaba, hasta tanto se resolviera la inconstitucionalidad, se aplicara una medida cautelar que suspendiera la aplicación de dicho protocolo. Es decir, que el poder ejecutivo, referenciado, en este caso particular, en la ministra de (in)seguridad, Patricia Bullrich, se abstenga de la aplicación de su ilegítima e ilegal norma, palmariamente violentadora de los derechos constitucionales y los pactos internacionales.

Sin embargo, esto último no sucedió; el protocolo está vigente, pero con “recomendaciones”, muy claras.

El magistrado le solicitó un informe a la excandidata a presidenta del estallado Juntos por el Cambio, devenida, por segunda vez, en ministra de (in)seguridad, donde le solicita que explicite los fundamentos legales que sostienen el protocolo, para ello le fijó 72 horas de plazo.

La respuesta no se hizo esperar, pero el primer intento fue desacreditar e impugnar a la legisladora de la Ciudad, Celeste Fierro (seguramente por ser de Izquierda); aquí el juez, legitima la presentación de la denunciante, incluso argumenta que “el derecho a la libertad ambulatoria excede el interés individual del afectado, para constituirse en un interés público, y de ahí que su violación puede ser denunciada por cualquier habitante en procura del orden jurídico”; como para que no queden dudas que la presentación de la legisladora no era de índole personal, sino en el orden de lo colectivo, cosa que la ministra debe ignorar. Una muestra de ello es que el juez escribe en su fallo que del Informe presentado por Bullrich surge que para la construcción del protocolo “no fueron consultados otros organismos del Estado, organizaciones de la sociedad civil ni organismos internacionales”.

Casanello remarca que hubo total desconocimiento del Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos respecto del derecho a la reunión pacífica en la confección del protocolo, así como del apartado específico sobre el alcance de ese derecho y las obligaciones que el Estado debe tener, además de los deberes y facultades de las fuerzas del orden.

Lo sobresaliente de la definición judicial toma como uno de los ejes centrales, la ignorancia en el protocolo de los Mandatos de los relatores especiales de la ONU en cuanto a los derechos a la reunión pacífica y de asociación, también los que remiten a la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, así como la situación de los defensores de derechos humanos.

Cuando el titular del Juzgado Criminal y Correccional 7 interpela al ministerio responsable del protocolo, “si se había dado respuestas a los interrogantes formulados en ese documento, y si se había aceptado la asistencia técnica internacional allí ofrecida, solo respondió que el documento se encontraba ‘en análisis’” Lo que significa que nunca se dio respuesta a lo requerido por las relatorías de la ONU.

Preocupado el magistrado por el alcance internacional que ha tenido un documento emanado de la resolución ministerial de Patricia Bullrich, porque percibe de manera fehaciente que el protocolo es un decálogo sui géneris para habilitar la represión bajo el modelo “bullrichiano”, juega alguna carta como para, como se dice en el barrio, “no quedar pegado” y a reglón seguido, como primera conclusión, afirma que : “Frente a este escenario, están dadas las condiciones para dictar una medida de naturaleza cautelar -y tutelar- que actúe como paraguas de protección de los derechos y libertades democráticas fundamentales antes señalados. La decisión no tendrá, al menos de momento, el alcance pretendido en la demanda -suspensión de la Resolución-…”.

Un “paraguas de protección de los derechos y libertades democráticas”. Está absolutamente claro que si se necesita el “paraguas” es porque el protocolo permite e incentiva la vulneración de esos derechos y libertades.

Surge la pregunta obvia, ¿por qué se demora la suspensión de la resolución que da origen al protocolo represivo?

Es el mismo Casanello que escribe en el fallo, “que los términos del Protocolo se traducen en instrucciones a las fuerzas de seguridad que pueden ser a priori confundidas como habilitaciones de poder punitivo por fuera de la norma penal emanada del poder legislativo y/o de la interpretación reservada al poder judicial.

En el fallo, Casanello, intenta hacer docencia de lo que en realidad son los principios de la educación democrática que estudiamos en la escuela: la división de poderes. Una situación determinada para ser tipificada como delito debe tener una ley que ya lo prescriba. Escribe Casanello que “… no puede haber delito -ni pena- sin ley anterior. Esa ley debe emanar exclusivamente del poder legislativo federal, que determina cuáles son los intereses a proteger del ataque que representen determinadas acciones y en qué medida debe expresarse esa amenaza. Dada su naturaleza, el principio de legalidad prohíbe la aplicación extensiva de la ley penal y asigna solo al poder judicial la función de interpretación de su sentido jurídico, mandato que supone su lectura en clave constitucional”.

El juez de manera muy didáctica y aparándose en fuentes probadas, le explica a la ministra Bullrich porqué no debe seguir citando el patético artículo 194 del código penal de la dictadura de Juan Carlos Onganía, artículo que ningún gobierno derogó. Lo que hace Casanello es dejar en claro que, si se trata de interpretaciones jurídicas, no son ni las fuerzas de seguridad, ni los funcionarios de turno, incluida la responsable política del asesinato de Rafael Nahuel, sino que es el poder judicial quien tiene la tarea de interpretar la jurisprudencia.

En la fascista interpretación de Bullrich, la protesta es un hecho criminalizable, si se corta una calle, para la infiltrada integrante de las “fuerzas del cielo”, se comete delito. Cuando lo que ella comete se encuadra en el delirio omnímodo que llevó al asesinato de Santiago Maldonado, durante su primera versión como ministra de (in)seguridad.

Como segunda conclusión, Casanello afirma que “la definición de los tipos penales es una competencia exclusiva del Poder Legislativo Nacional, que se expresa mediante el dictado de Códigos y Leyes emanadas del Congreso”. El poder ejecutivo en general y el ministerio de (in)seguridad, en particular, no tienen ninguna competencia sobre esas temáticas.

Luego, en su clase a la ministra, el juez vuelve sobre los documentos de la ONU y le recuerda a la titular del ministerio que: “Los Mandatos, en suma, advierten sobre el peligro de que el Protocolo -en los términos en los que fue escrito- habilite el accionar de las fuerzas de seguridad por fuera de los estándares de protección, internacionalmente reconocidos, con el consecuente sacrificio de derechos fundamentales”.

Muy preocupado, Sebastián Casanello, por la ignorancia ministerial a los Mandatos de la ONU, exhorta al ministerio de (in)seguridad “para que en el marco de sus competencias, ajuste la actuación de las fuerzas policiales y de seguridad a los límites impuestos por nuestro Sistema Constitucional de Derecho, incluido todo el bloque constitucional y los estándares internacionales de protección de los derechos allí contemplados, debiendo sujetarse al mandato legal que deriva del Código Procesal Penal de la Nación y el Código Procesal Penal Federal, entendidos como derecho constitucional reglamentado”.

Aquí es donde queda expresa la contradicción del juez, que, por lo escrito por él mismo, el protocolo debería ser declarado inconstitucional en ese mismo acto, vulnera los derechos descriptos; hace caso omiso de los Mandatos internacionales; la ministra se toma atribuciones reñidas con los propios principios constitucionales y las fuerzas de In(seguridad) hacen interpretación jurídica de las leyes para justificar su accionar represivo. Pero, no pasó de una clase de “educación democrática”. Casanello no resolvió ni siquiera la suspensión del protocolo, cuando por lo que expuso en el fallo, debería haberlo hecho, en lugar de correrse hasta que se “defina la cuestión de fondo”, la inconstitucionalidad.

Mientras el exhorto del juez Casanello del día martes no dejó más que “advertencias”, por ahora y citó a las partes para que comparezcan el 14 de febrero; las “fuerzas del cielo”, signadas por el dios Baco, vuelven a arreciar con su fuerza letal para reestablecer la doctrina Chocobar, el gatillo fácil, la sentencia de muerte.

Ayer jueves, mientras escribía esta nota que estás leyendo, la ministra/gendarme anuncio el restablecimiento del protocolo general para el empleo de armas de fuego por parte de las fuerzas federales, que ella había implementado durante su primera versión ministerial de (in)seguridad en el período del expresidente, Mauricio Macri.

En ese episodio insignia para Patricia Bullrich, el policía Luis Chocobar había matado por la espalda a Juan Pablo Kukoc, un muchacho que había intentado robar un turista al que apuñalo, cabe recordar que el policía literalmente lo “fusiló” por la espalda y por eso fue condenado.

La versión actual de la ministra vuelve a reflotar ese otro protocolo que legaliza el asesinato institucional.

Las fuerzas del cielo, regidas por la ira del dios Baco (en este caso), destapan la nefasta y perversa vacuidad de sus adoradores.

Ver el fallo completo del Dr. Casanello aquí.

Darío Balvidares

Imagen destacada: Luis Angió

Publicado en Tramas 9/02/24

jueves, 1 de febrero de 2024

Get Back

 

Un 30 de enero, pero de 1969, los fabulosos 4, como la prensa internacional llamó al cuarteto de Liverpool, tocaron por última vez en vivo y bajo el asombro del público ocasional. La disolución de The Beatles era un secreto a voces, el mito comenzaba.

Ayer se cumplieron 55 años, en la azotea de Apple Corps, la discográfica que ellos habían fundado, daban el improvisado y último concierto, aunque no lo sabían, a cielo abierto, y con un vecindario y transeúntes ocasionales de la calle Saville Row gratamente sorprendidos (aunque no todos, porque alguien llamó a la policía por el ruido).

Ringo, George, Paul y John (para no usar el orden en que siempre los nombran) no transitaban, desde hacía un tiempo, los buenos momentos que habían sabido disfrutar, como se puede advertir en el la película, Let It Be, que tomara el nombre del álbum y que fuera el título que aquí en estas latitudes conociéramos como el último del grupo, siendo que el último fue Abbey Road (realizado íntegramente en el estudio), pero llegó primero (los tiempos del mercado en los 60, dirán ahora; prefiero atribuirlo a una gira mágica y misteriosa).

Let it Be (Déjalo Ser), fue parte de un proyecto mas ambicioso que pretendía un relanzamiento del grupo, el proyecto Get Back, con otra presentación en vivo, pero no sucedió, las relaciones estaban muy desgastadas como lo muestra la muy recomendable miniserie documental The Beatles: Get Back, dirigida por Peter Jackson (El Señor de los anillos -trilogía-, Ellos no envejecerán) y elaborada sobre 60 horas de grabación de material inédito realizado durante los ensayos del cuarteto en enero de 1969.

Tengo un sentimiento

En ese enero de 1969, quien escribe estas líneas, no había cumplido los 14 años. Pero ya me daba cuenta que los mismos nombres que anunciaban, todo lo malo para los trabajadores eran siempre los mismos, como Álvaro Alsogaray, que había dicho su célebre frase: “hay que pasar el invierno” y en realidad siempre estamos por pasarlo, cuanto más en estas épocas, uno tras otro fue pasando, pero siempre hay un “winter is coming”. Y así, desde que nací en 1955 y la revolución fusiladora (como la llamaba el maestro Osvaldo Bayer) hasta en la dictadura de Juan Carlos Onganía, don Álvaro se mantenía con algún carguito en el Estado. Con el dictador Onganía fue embajador en Estados Unidos, además de mantener sus prebendarias empresas y como si fuera poco, con el fin de la última dictadura cívico – militar- eclesiástica -empresarial, fundó un partido político, Unión Centro Democrático (Ucede) en el que se formaron muchos de los personajes políticos que hoy navegan por uno u otro de los partidos tradicionales, al que hay que sumarle el autopercibido partido libertario.

Pero, además de sufrir al dictador Onganía desde 1966, luego de hacerle el golpe de Estado a Arturo Illia y con pretensiones mesiánicas de perpetuarse en el poder, también en 1969 sufríamos la vehemencia del mes más caluroso del año, como lo estamos empezando a sentir en estos días, pero sin el agregado de la sensación térmica, todavía ese cálculo fatal, no se había inventado o quizás no era público.

La cosa es que, en el barrio de Flores de la ciudad de Buenos Aires o Capital Federal, como acostumbrábamos a decir los porteños cuando alguien nos preguntaba de dónde éramos. De la avenida Rivadavia al sur, unas 5 o 6 cuadras en lo que se llama la zona de los pasajes, antes el barrio de las casitas municipales, por donde había vivido un tal Jorge Bergoglio, en la calle Membrillar al 500 (yo vivía al 600), nos sentábamos por las tardes en la vereda algunos amigos a escuchar a los Beatles, cinta de geloso mediante, que era toda una novedad en grabadores y que uno de los chicos lo tenía.

Sucedía algo curioso como por efecto de la gira mágica y misteriosa, las temporalidades eran distintas para estas latitudes, los discos (Long Play), llegaban con retraso de meses o, incluso, años. Pero a nosotros no nos molestaba esperar, nos daba ansiedad que manifestábamos en las colas de la moderna y popular Disquería 43 en la galería Boulevard, a dos cuadras de plaza Flores, cuando la noticia que ya había llegado el LP o incluso uno simple con dos temas (uno por lado) se difundía por la radio, allí estábamos, para un rato más tarde compartir la música con amigos y amigas sonando en los tocadiscos o para grabar en el geloso o bailar en los asaltos (que así le decíamos a los bailes en algunas de las casas de lxs chicxs de la barra).

Lo único que tuvimos en directo en 1969 fue el viaje a la luna con la caminata incluida de Neil Armstrong, aunque después apareció la duda, que planteaba si había sido un hecho real o una estrategia hollywoodense del gobierno de Estados Unidos para ganarle la carrera espacial a la Unión Soviética.

En enero de 1969 asumía la presidencia del país invasor por antonomasia, Richard Nixon y el 25 de marzo John Lennon y su flamante esposa, Yoko Ono, desde el hotel Hilton de Ámsterdam convocaron a la prensa para pedir por la paz mundial y el fin de la guerra de Vietnam, sabiendo que el propio presidente yanqui había prometido en la campaña que terminaría con la guerra, cosa que no sucedió hasta 1975 y ese fue uno de los temas que Lennon militó activamente.

En 1969, recién había llegado el White Album (Álbum Blanco), con dos LP, que además de fotos de los 4 de Liverpool, traía las letras de las canciones impresas. Lo recuerdo bien, porque yo no lo tenía, pero mi amiga Virginia, que vivía enfrente de casa, sí. Aunque yo tenía otra joya que había aparecido y que Virginia no tenía, era el primer disco del flaco Spinetta y su grupo, Almendra, con el ya clásico “Muchacha ojos de papel”. Así que de tanto en tanto los intercambiábamos, hasta que, por esas cosas de la adolescencia, ella se quedó con Almendra y yo con los Beatles.

Aquí, allá y en todas partes

No había ninguna duda que todo un cambio cultural de movimientos juveniles, estudiantiles y obreros estaba en marcha y la aparición de los Beatles había logrado potenciar con su ingenuidad y desparpajo para una época en que la guerra fría; las posturas occidentales, inventando enemigos para continuar su carrera de dominación, estaban demasiado expuestas. Los rituales de moralina se derretían al calor de una nueva ética desembozada y sobre todo, de una naciente estética que desvanecía al pudor represivo.

En Argentina los movimientos universitarios y obreros se hacían escuchar con fuerza contra las políticas de la dictadura de Onganía, el que quería perpetuarse en el poder, comenzaba a tener insurrecciones en todo el país, el Cordobazo, fue un hito que marcó la historia, el 29 de mayo los sindicatos de la industria automotriz (SMATA) y la energía (Luz y Fuerza) convocaron a un paro activo contra la decisión del gobierno de suprimir el sábado inglés (medio día de descanso semanal). Los estudiantes adhirieron y en el marco de la represión fue asesinado el obrero mecánico y estudiante Máximo Mena.

Pero unos días antes fue el Salteñazo, que se inicia con los estudiantes secundarios, en la ciudad de Salta frente a la casa de gobierno, entre el 21 y el 25 de mayo. Se sumaron los obreros y la población en general a la protesta para exigir la renuncia del delegado designado por el dictador Onganía para hacerse cargo del poder ejecutivo y legislativo de la provincia. Las protestas continuaron por los tres estudiantes asesinados por la represión policial en el Correntinazo y el Rosariazo. Así como la reacción en el Tucumanazo del sindicato de obreros azucareros y estudiantes convocando a una Marcha de Silencio por los estudiantes asesinados en Corrientes y Rosario.

Hay otros hitos importantes en ese convulsionado 1969, logros deportivos, surgen artistas y cantantes. Rodolfo Walsh, publica “¿Quién mató a Rosendo?”, donde narra el asesinato del dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, Rosendo García.

El teleteatro, La familia Falcón, una comedia costumbrista termina su ciclo de varios años en la televisión en 1969, había sido auspiciada por la empresa Ford, para promocionar su nuevo lanzamiento automotriz, el Ford Falcon, que años más tarde será tristemente célebre durante la dictadura genocida: los Falcon verdes, sin patente, con los que perpetraban los secuestros, asesinatos y desapariciones.

Así pasaba 1969, entre luchas por reivindicaciones, rebeliones contra la opresión dictatorial y el inclaudicable deseo de emancipación, la expansión de las manifestaciones artísticas, el desarrollo científico, los avances tecnológicos y un sistema que va fagocitando todo en su provecho, es decir, en el de las minorías, por eso las dictaduras en Latinoamérica, para facilitar la expansión del Norte y el enriquecimiento desmedido de los que el actual Señor Presidente, designa como “héroes”. La casta empresarial de millonarios.

Recuerdo que mi viejo me decía, respecto de la expoliación colonialista, “cuando terminen con África, vienen por todo acá, porque estos le van a entregar el país en bandeja”. Tuvo razón, a medias. Todavía no terminaron con África.  

Helter Skelter

Mientras tanto sonaba la música de los Beatles que también movía el mundo de lo aberrante. Helter Skelter (A troche y moche) es un tema, incluido en el Álbum Blanco, fue una especie de emblema para Charles Mason, seriamente perturbado, pretendía ser el nuevo “Jesucristo”, su diezmada salud mental lo llevó a crear un clan con su familia y algunos otros psicópatas racistas de los que abundan (no sólo) en Estados Unidos. Cometieron crímenes atroces contra blancos para que fueran culpados los afrodescendientes. Charles Mason interpretó en Helter Skelter una guerra racial en la que los afroamericanos se sublevarían contra la población blanca, en ese escenario, él y su familia serían los nuevos dirigentes sobre esa minoría étnica.

Entrevistado Paul McCartney sobre el tema, dijo que él había querido hacer una canción ruidosa y utilizó como símbolo el Helter Skelter que es un tobogán con forma de espiral que hay en algunos parques del Reino Unido.

Get Back

Intenté, un breve paseo por algunas postas de 1969, con la excusa de visitar o tal vez, actualizar y comparar los Get Back de ciertos episodios de la historia que siempre nos habla, nos pone a pensar, nos acerca gratos recuerdos de la intimidad y otros no tanto, aunque siempre es un buen ejercicio pedagógico, las analogías que podamos establecer nos ofrecen claves para el presente y son señales para el futuro.

¡Get Back, una grata excusa!

Darío Balvidares

Publicado en Tramas 31-01-24