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lunes, 22 de abril de 2024

Universidad pública en marcha


 Hace muchos años que asistimos al desprestigio de la educación pública, campañas realizadas por funcionarios, periodistas y los especialistas de la pléyade, poniendo el eje en la “mala” formación docente, en el “atraso” cultural que hace centro en la escuela y ahora con mayor virulencia que la habitual, el actual gobierno que decidió el desfinanciamiento total del complejo universitario nacional.

Los ataques directos del presidente Javier Milei a la UBA y a la educación pública en general sobre el “adoctrinamiento” evidencian su rencor salvaje sobre lo público, que en definitiva de eso se trata, de un gobierno decidido a exterminar todo vestigio público en aras de la monetización. Todo lo real y público debe ser transaccionado, monetizado o desaparecer y para ese objetivo activó el DNU 70/2023, que continúa en vigencia, más allá de la retirada de la ya fracasada “ley Ómnibus” y su reemplazo por la “ley Bases”, que el gobierno necesita para llegar al Pacto de Mayo.

La educación es el centro de la batalla cultural, porque el botín en cuestión es el conocimiento, sin embargo, no podemos perder de vista que la idea de conocimiento como mercancía no es una iluminación del presidente Milei y su gobierno libertario, es una idea que se viene construyendo a nivel mundial y que es sostenida por los principales impulsores de la reforma economicista de la educación: la OCDE y el Banco Mundial y con un rango más disimulado, la UNESCO, secundados todos por fundaciones internacionales, como las de Bill Gates, Sunny Varkey o la red Teach for All de Wendy Kopp, fundadora de Teach for America con filiales en todo el continente, aquí con Enseña por Argentina, entre tantas otras internacionales y vernáculas.

La disputa por el conocimiento llevó a nociones tales como la “sociedad del conocimiento”, “la educación por competencias”, un complejo que enmascara la educación como mercancía, evidenciado por las nuevas empresas EdTech y su crecimiento exponencial durante la pandemia de la mano de los llamados gigantes tecnológicos, Google, Apple, Amazon, Meta/Facebook, Microsoft.

El arrebato mileiniano contra la universidad pública encierra en su fundamentalismo libertario la ignorancia que presupone considerar la función de la universidad pública en el plano de la “eficiencia” rentística de las universidades privadas, muchas de las cuales funcionan como usinas de difusión ideológica con fuerte influencia en la educación pública, sobretodo en el nivel secundario.

Es una obviedad que la concepción presidencial sobre la educación y el conocimiento, la formación en la investigación y la producción científica no tienen más que valor de mercado en el estrecho horizonte de las políticas de liquidación que pretende llevar a cabo.

Su insignificante marco de referencia muy ceñido a la red X, parece ser el acervo de conocimiento donde el presidente abreva. De hecho, de cara a la marcha convocada para este martes 23, el presidente emite un comentario de un reposteo que realiza del periodista de radio Mitre, Gabriel Anello, en el que escribía que, Diego Molea, rector de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, “de las partidas que recibe, paga sueldos a jugadores y entrenadores del Club Temperley, club que usa como aguantadero político”. Hasta ahí el posteo del periodista, del que el presidente se hace eco con su acotación: “Hola a todos…!!! A ver, me gustaría tener la opinión de los salamines que escriben cartitas indignados negando que se usan las universidades públicas para hacer negocios turbios y adoctrinar…

Es, también, obvio que el propio Milei entiende como verdadera la acusación denunciada por el periodista en X. No lo sabemos, no lo sabe el presidente, sin embargo, lo utiliza para desprestigiar la universidad pública y tildar de “salamines” a quienes hacemos también una defensa crítica, no corporativa.

Hace tiempo que las políticas universitarias tomaron el rumbo mercantilista, a propósito de la necesidad de sostener y buscar financiamiento privado, así como han desplazado planes de estudios a los requerimientos del mercado; han disminuido la cantidad de becas; los posgrados están arancelados, lo que genera desigualdad; además de los convenios celebrados con empresas, que se nutren del conocimiento generado en la universidad en provecho de sus propios intereses (uno de los ejemplos, son los convenios firmados con las corporaciones de la megaminería).

El propio Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), una de las entidades convocantes a la marcha, es impulsor de los acuerdos público – privados, corriendo de la escena los valores políticos más contundentes de la universidad pública: la democratización y socialización de la ciencia, la tecnología y la cultura; en síntesis, la democratización y socialización de los saberes.

En el documento de la convocatoria a la marcha el CIN textualiza que “…el 60 % del personal dedicado a la I+Ds del país trabaja en universidades nacionales y alrededor del 80 % de trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se desempeña en nuestras casas de altos estudios…”, lo que permite dejar en claro que es la universidad el motor de la generación de conocimiento, que luego toma dimensiones extraordinarias que en el mismo documento afirma: “…En 2022, el 43,6 % de las patentes y modelos de utilidad presentados correspondieron a las Ciencias Exactas y Naturales, el 27,1 % a Ingenierías y Tecnologías, el 22,4 % a Ciencias Médicas, el 6,1 % a Ciencias Agrícolas y Veterinarias, el 0,8 % a Humanidades y Artes, y el 0,2 % a Ciencias Sociales. Estos avances son fundamentales para sectores productivos claves como el de software, farmacéutico, químico, aeroespacial e instrumental científico, que en el quinquenio 2018-2022 generaron exportaciones anuales de bienes de alta tecnología por un total aproximado de U$S 2.100.000.000, U$S 900.000.000, U$S 430.000.000, U$S 160.000.000 y U$S 90.000.000, respectivamente”; aunque cabe la pregunta: ¿quién se queda con los millones de dólares?

Esos dineros no parecen tener un efecto de retroalimentación, son los sectores productivos los que se beneficiaron del conocimiento académico. Mientras las condiciones de crisis social y económica, con una creciente precarización de la vida y la pobreza que escala a más de la mitad de la población continúa su derrotero. Hasta lxs estudiantes deben abandonar sus carreras por no poder costear ni siquiera los gastos del transporte.

Es admirable el esfuerzo de nuestros científicos e investigadores que realizan sus tareas por magros salarios e incluso devaluados, como es imposible de aceptar que los pasillos de las facultades estén a media luz y de tres ascensores funcione uno para ahorrar energía, como fue de dominio público lo que sucede en la Facultad de Medicina de la UBA.

Sobran motivos para efectuar los reclamos urgentes al gobierno libertario sobre la actualización del financiamiento de las 57 universidades nacionales y es por ese motivo que el 23 hay que decir presente en la marcha, que, sin duda, va a ser multitudinaria.

Es probable y deseable que la convocatoria opere como una bisagra que permita el surgimiento de un nuevo sujeto social que dé inicio a un debate que no sólo ponga en el escenario el porqué de la universidad pública, sino el para qué y el para quién. Y que opere como punto de anclaje de las luchas de lxs trabajadorxs por el salario, contra los despidos, las privatizaciones; y al conjunto de la población contra los tarifazos, la extranjerización del territorio, la anulación del DNU 70/2023, el alineamiento colonial de la política exterior y contra el irresponsable apoyo a Israel en sus escaramuzas con Irán y el genocidio que está perpetrando en la Gaza.  

Lo importante y a pesar de las críticas que podamos hacerle quienes fuimos formados en la universidad pública y es, seguramente, porque fuimos formados allí, que podemos pensar sin estar encapsulados por el adoctrinamiento de las variables del mercado, ni abrumados por sus fantasmas místicos.

Darío Balvidares

Publicado en Tramas 22-04-24

miércoles, 10 de abril de 2024

Esclavitud, sí. Escuela, no

 

El diputado libertario por la provincia de Buenos Aires, Alberto Benegas Lynch manifestó, en un programa radial, que no está de acuerdo con la obligatoriedad escolar y sí con el trabajo infantil.

En el programa que conduce Romina Manguel por FM Milenium, en ocasión de la entrevista que le realizara, este domingo pasado, al diputado nacional de La Libertad Avanza (LLA) por la provincia de Buenos Aires, Alberto Benegas Lynch, “faro intelectual” de tercera generación, según el señor presidente, afirmó que no cree en la obligatoriedad de la educación con el siguiente razonamiento: “… no te podés dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller con el padre trabajando…”. Tamaña aberración la justifica con “…creo en el individuo, creo en las decisiones que tomemos en nuestra vida y que el Estado está solamente para proteger derechos individuales e impartir justicia…”.

No hay duda que el diputado libertario esté enfocando sus creencias sobre la educación en que solo debería ser tenida en cuenta entre las clases más acomodadas; en su liber-pensamiento patriarcal, lxs hijxs de lxs trabajadorxs no tendrían que estar obligados por ninguna ley a ejercer su derecho humano a la educación.

Bertie, como le dicen al diputado, hace caso omiso a la educación como derecho humano y por lo tanto desplaza la obligación del Estado para asegurar el cumplimiento y la incluye dentro de los “derechos individuales”, que, para él, son los que deben estar tutelados por el Estado.

Ya es conocida la concepción negadora que tienen los habitantes de las fuerzas del cielo sobre los derechos colectivos y su defensa inmaculada sobre los derechos individuales y la propiedad privada, que sí deben ser tutelados por el estado policial que han dispuesto.

Las repercusiones sobre los dichos vertidos por el libertario no se hicieron esperar y desde la pléyade de “especialistas” del establishment, salieron a contestarle con la Ley 1.420 de educación común, gratuita y obligatoria, pasando por las aspiraciones sarmientinas y alberdianas respecto de la educación pública. También le recordaron a Bertie que fue sancionada en 1.884 durante el gobierno del “padre de la Argentina moderna”, como señaló el señor presidente en su discurso del 2 de abril en obvia referencia a Julio Argentino Roca.

Desde su propio espacio, la ministra de capital humano, Sandra Pettovello y el lenguaraz presidencial intentaron despegar al gobierno de las expresiones de Benegas Lynch; la ministra con una publicación que decía: “hombres trabajando, niños estudiando” en una ilustración en su cuenta de Instagram y algunos comentarios sobre la “libertad de enseñanza” y la “libertad de conciencia”, con sus restringidas interpretaciones, por supuesto; para cerrar con: “La educación obligatoria derivó muchas veces en el adoctrinamiento o en monopolio ideológico, pero de esto no deben seguirse falsas soluciones que caen en otros absolutismos, como el de los padres sobre los hijos”. Enunciado que encierra dos ideas. La primera, volver sobre el tema del adoctrinamiento, no en la historia de la educación argentina, sino para la modificación que propone LLA de los artículos 11 y 126 de la Ley de Educación Nacional, con el objetivo persecutorio sobre la docencia, como ya habíamos analizado en un artículo reciente. La segunda, diferenciarse de Bertie Benegas Lynch, con lo de “…falsas soluciones (…) otros absolutismos…”.

 Sin embargo y más allá de las frases hechas, vacías de contenido como “lo único que garantiza un futuro es la educación”, tal como expresó el vocero en su habitual conferencia de prensa, a la que agregó que la “… educación es un recurso fundamental…” y esa parece la noción más importante en la cosmovisión libertaria-neoliberal y la que los diferencia sustancialmente del liberalismo decimonónico, al que tienen como guía.

Porque no hay dudas que con el tándem Alberdi-Sarmiento-Roca, la creación de la educación común, gratuita y obligatoria es un paso más que importante para los objetivos del proyecto Nación y para la motorización del modelo económico que sostenía la propia elite gubernamental.

Aunque, si bien el proyecto de “organización nacional” posibilitó la apropiación de los territorios a través del genocidio indígena, lo que otorgó mayor poder concentrado en un número reducido de familias, entre ellas la del propio Roca; lo cierto es que el modelo de educación igualitaria tuvo su línea de fuga en la idea del carácter público del entonces incipiente sistema educativo, que permitió la instrucción de la mayoría de la población. En definitiva, el derecho a educarse ya había asomado.

Sin embargo, desde las ultimas décadas del siglo XX, ese derecho es el que se vuelve a poner en duda desde el advenimiento de las reformas neoliberales, en donde la etiqueta de la educación como servicio empieza a entrar en el imaginario social. Y esa es una arista fuerte de la batalla cultural.

El lenguaraz presidencial define la educación y el conocimiento como un “recurso fundamental”; por supuesto que no es una noción que se le haya ocurrido a él, porque es la noción que responde a la razón instrumental que alimenta a las derechas, ultraderechas y al confundido progresismo-liberal o filiales latinoamericanas de la socialdemocracia europea.

De ahí que nos hablen de la educación como “servicio esencial” (el voucher es un dispositivo de ese servicio), todas estas nociones son las que alejan a la educación como derecho humano.

Los dichos de Bertie sobre “derecho individual”, se inscriben en la misma lógica de servicio educativo, en otros términos: algo de lo que se puede prescindir o hay que pagar. “…no te podés dar el lujo de mandar tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller…”, afirmó en su ejemplo a la periodista.

Seguramente, el diputado de la LLA, en su condición de funcionario público debería saber que sus “creencias” emanadas de las fuerzas del cielo, entran en franca contradicción con la Ley 26.061 de Protección Integral de los Niños, Niñas y Adolescentes, que dispone:

ARTICULO 7° – RESPONSABILIDAD FAMILIAR. La familia es responsable en forma prioritaria de asegurar a las niñas, niños y adolescentes el disfrute pleno y el efectivo ejercicio de sus derechos y garantías. El padre y la madre tienen responsabilidades y obligaciones comunes e iguales en lo que respecta al cuidado, desarrollo y educación integral de sus hijos. Los Organismos del Estado deben asegurar políticas, programas y asistencia apropiados para que la familia pueda asumir adecuadamente esta responsabilidad, y para que los padres asuman, en igualdad de condiciones, sus responsabilidades y obligaciones.”

Sería pertinente, por las apreciaciones del señor diputado y las sugerencias para el trabajo infantil, saber cuándo trabajó en un taller y a qué edad, porque parece ser que ahora en su nueva tarea, además de dar entrevistas periodísticas, en los casi 4 meses que lleva cobrados como diputado de la Nación por La Libertad Avanza, sólo tiene un proyecto de declaración firmado en colaboración con su compañera de bloque Lilia Lemoine, en repudio a una agresión que habría sufrido el señor presidente el 10 de diciembre, día de la asunción.

A pesar de ser secretario en la comisión de Presupuesto y Hacienda y tener vocalías en Análisis y Seguimiento de Normas tributarias y Previsión; Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia; Economía; Finanzas.

Es interesante que el diputado haga públicas sus creencias sobre Educación, mientras no se le cae una sola idea que esté plasmada en algún proyecto en alguna de las comisiones que habita y por las que cobra un salario que tal vez podrían necesitar algunas familias para que sus hijos no tengan que trabajar y puedan ir a la escuela.

Acaso no vale aquello de “el que no trabaja no cobra”, o tal vez, habría que implementar un mecanismo para que le llegue un mail que le anuncie que ha perdido su condición de diputado nacional por no tener productividad o simplemente por pertenecer a la “casta”.

Darío Balvidares  

Imagen destacada: PanAmPost

Publicada en Tramas 9-04-2024

lunes, 8 de abril de 2024

El adoctrinamiento es la pedagogía del opresor

 

En otra de las indecorosas apariciones del lenguaraz presidencial se informó sobre el plan sistemático de persecución penal que se implementará sobre la docencia.

En ocasión del paro nacional docente y con el don de oportunismo procaz que suele utilizar el lenguaraz presidencial, que no es más que un amplificador del pensamiento adoctrinador del señor presidente, desde su espacio de vocería, anuncia enviar un proyecto de ley “para modificar los artículos 11 y 126 de la Ley de Educación Nacional con el objetivo de penar el adoctrinamiento en las escuelas. Además de esto, el ministerio de capital humano se va a encargar de poner a disposición un canal para que los padres y alumnos puedan denunciar el adoctrinamiento y la actividad política que no respete la libertad de expresión. En definitiva, van a poder denunciar cuando sientan que no se respete su derecho a educarse…”, para luego hablar de que los “entristece ver contenidos en las aulas o actos escolares teñidos con militancia ideológica…” y hacer una difusa referencia sobre una supuesta actividad en un colegio, que habría ofendido a “familias, estudiantes y veteranos de Malvinas…”. A renglón seguido, criticó el paro docente y consideró que es un instrumento de los sindicalistas “para negociar sus privilegios”. Mientras el lenguaraz ponía en palabras el pensamiento de la pedagogía opresora del señor presidente, las fuerzas de (in)seguridad, reprimían, con la cobardía e impunidad que las caracteriza, las protestas de docentes y jubiladxs en la plaza del Congreso como se puede apreciar aquí.

Tenemos muchas discrepancias y hemos sido muy críticos de la Ley Nacional de Educación (LEN) por seguir los lineamientos impuestos por los organismos internacionales, que son los que pusieron en crisis al sistema educativo en cuanto a su carácter público y gratuito, puesto que permeabilizó la intromisión de las llamadas organizaciones de la sociedad civil (ong y fundaciones empresariales) que promueven los dispositivos de endoprivatización del sistema; por ejemplo, la voucherización como implementa este gobierno, o los cursos de capacitación a cargo de fundaciones, como los del milmillonario Sunny Varkey,  con su marca ideológica de mercado y su sesgo neoliberal.

Es por eso que la misma ley puede ser aprovechada como insumo por las derechas en general y las ultras derechas en particular, con reformas para penalizar, que es el dispositivo para el cual siempre invierten los gobiernos que enarbolan el pensamiento hegemónico como una verdad revelada por las “fuerzas del cielo”.

En este caso proponen la modificación de los artículos 11 y 126 de la LEN. Interesante, porque también, para la entrega de vouchers, como lo hemos desarrollado en un artículo anterior, la ministra Sandra Pettovello había realizado una “libertaria” interpretación del inciso “e” del mismo artículo 11, donde dice: “…garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen prioridad a los sectores más desfavorecidos de la sociedad…”, la ministra a través de la resolución 61/2024, considera que “los sectores más desfavorecidos de la sociedad” pertenecen a la clase media que envía sus hijxs a la educación privada. De manera que quienes aumentaron las cuotas desmedidamente gracias a la liberación de los aranceles que realizó el señor presidente, no solo se siguen beneficiando por los subsidios estatales (subsidio a la oferta), sino que podrán sostener su matrícula gracias al subsidio a la demanda (voucher). Estas son las variables que permiten al mercado educativo sostenerse con los dineros del Estado (el de todos), en detrimento de la educación pública a la que se le niegan las recomposiciones salariales y las partidas provinciales con el cínico enunciado: “no hay plata”.

Es así que cuando los reclamos emergen, la respuesta es la represión, los malos tratos, la persecución, la penalización y la descalificación libertaria. El fascismo puede tener muchos y variopintos ropajes, pero la esencia es la misma en todas partes.

Modificar el artículo 11 de la LEN implica suprimir, alterar o agregar algún inciso o eliminar el artículo completo y remplazarlo por otro. Dicho artículo es un título de la ley: “Los fines y objetivos de la política educativa nacional son…” y tiene 23 incisos, que orientan el conocimiento; la formación; la sexualidad; el saber científico; las distintas manifestaciones del arte y la cultura; la participación democrática, la garantía de los derechos de niñxs y adolescentes; la eliminación de todas formas de discriminación; entre otros fines y objetivos.

En tanto que el artículo 126, se circunscribe a “Los/as alumnos/as tienen derecho a…” y lo completan 10 incisos, que se refieren a los derechos a la educación igualitaria; libertad de conciencia; protección física, psicológica o moral; al apoyo económico, social, cultural y pedagógico; integrar centros, asociaciones y clubes de estudiantes; la participación en la decisión de proyectos; desarrollar sus aprendizajes en edificios que respondan a normas de seguridad y salubridad, con instalaciones y equipamiento que aseguren la calidad del servicio educativo; entre otros derechos, que por cierto algunos son dudosos, porque donde está el derecho del alumnx está el de deber del Estado; por ejemplo la infraestructura escolar para el desarrollo de los aprendizajes, es decir, el estado paupérrimo de algunos edificios escolares niega el enunciado de ese derecho.

Elegimos textualizar estos incisos de ambos artículos por encontrar que son significativos en cuanto a los fines de la política educativa y los derechos del estudiantado, sin embargo, así como la ministra Pettovello hizo la libertaria interpretación del inciso “e” del actual artículo 11, es muy probable que en las modificaciones que vaya a proponer el señor presidente a ambos artículos, se agreguen en los fines de la política educativa la “penalización docente” y que entre los derechos que expone el artículo 126, encontremos el derecho a “denunciar” a docentes que sean sospechados de no tener la “imparcialidad” del discurso hegemónico enarbolado por el señor presidente, algunos de sus funcionarios, incluidos diputadxs, senadorxs y el lenguaraz informante, en consecuencia lxs docentes podrán ser acusadxs de “adoctrinar” a sus alumnxs.

No parece suficiente usar a las fuerzas de (in)seguridad para reprimir a quienes se manifiestan por una jubilación que sea igual a la canasta familiar o a lxs docentes, que en la conmemoración de los 17 años del impune asesinato de Carlos Fuentealba, salieron a reclamar por las paritarias y el Fondo Nacional de Incentivo Docente para la recomposición justa de sus deprimidos salarios, producto tanto de políticas precarizadoras de orden histórico como de la doctrina del shock depredador aplicada por este gobierno empobrecedor compulsivo.

Declarar a la docencia como enemiga, si es que no rinde pleitesía a los designios del “señor presidente”, va en línea con las políticas de exterminio tan valoradas por él, como la “gesta” genocida del, todavía “monumentado” general Julio A. Roca.

Todo gesto presidencial, aunque no lo parezca, es pedagógico, quiero decir, es performativo, genera efectos, construye conductas.

Cuando el señor presidente, en ocasión de su “clase magistral” ante lxs estudiantes del colegio Cardenal Copello, donde él estudió, les dice: “… dejar de darle pescado a la gente y enseñarle a pescar…”, lo que luego traduce como “… enseñarles a ser individuos, enseñarles a ser libres…”, asocia la libertad al hambre y en el mismo ademán a la ruptura de la solidaridad social. Ese hecho lingüístico es performativo, genera un efecto en las conductas, en este caso es más complicado, porque se enuncia como una sentencia acabada en sí misma y es la palabra presidencial. Eso es adoctrinamiento.  

En cambio, un docente aprovecharía la misma sentencia para provocar el debate con sus alumnxs sobre el individualismo y la solidaridad para, incluso desde allí, problematizar los conceptos de egoísmo y altruismo o los principios de cooperación asociados al aprendizaje.   

Esta segunda actividad genera conocimiento y moviliza conductas, frente a la palabra presidencial que genera parálisis y obediencia, no pensamiento, adoctrinamiento, una forma conductual de la concepción bancaria de la educación. Pero este tema ya lo analizamos en profundidad en otro artículo.

La cuestión parece ser que la docencia es el nuevo enemigo interno, seguramente siguiendo las enseñanzas de Julio A. Roca, como bien lo dijo el señor presidente, sobre su ídolo militar vernáculo; así como su veneración por la imperialista, asesina británica, Margaret Thatcher, que cuando le preguntaron en una entrevista por el hundimiento del crucero General Belgrano, que navegaba fuera del área de exclusión y fue torpedeado por el submarino inglés Conqueror por orden directa de ella, contestó que  “lo haría otra vez”.

¿Cómo daría ese tema a sus alumnos, señor presidente?

Es obvio que no lo daría, como en el discurso que realizó el 2 de abril en la Plaza San Martin de la Ciudad de Buenos Aires, donde Malvinas estuvo ausente, el proceso colonial estuvo ausente, los conscriptos muertos, estuvieron ausentes, estuvo presente “el gran general Julio Argentino Roca”, a quien designó como “el padre de la Argentina moderna” y su visión patafísica de la economía y la política.

Al principio me pareció extraño que, con la Fuerzas Armadas presentes en el acto, el señor presidente no hiciera una referencia a la “patria”, siendo que tampoco hubo alusión al “Padre de la patria”, el general José de San Martín; después entendí, que en la lógica mileiniana la patria no existe, porque todo es mercado.

Veamos, en el discurso tampoco aparece respecto de Malvinas la dialéctica imperialismo – colonialismo, por esa misma noción de mercado que la obtura. Dice el señor presidente: “… no existe soberanía sin prosperidad económica y como muestra toda la evidencia empírica, no existe prosperidad económica, sin libertad económica, justamente los presidentes de la llamada generación del 80, no hicieron otra cosa que lo que nosotros proponemos hoy en día, un Estado restringido a sus funciones esenciales, libertad para producir, trabajar, comerciar y circular…”.

El grado cero del reduccionismo estatal, las funciones del estado del señor presidente se restringen a “producir”, “trabajar” y “comerciar”, resulta particularmente novedoso lo de “circular” ¿tendrá que ver con no hacer paros, ni piquetes, ni protestas, ni reclamos que puedan afectar la circulación de la “gente de bien”?

Lo que propone el señor presidente es un estado con autómatas al servicio íntegro del capital, con individuos/máquina que produzcan para el capitalismo y la mayor acumulación de la riqueza en pocas manos.

Para ese modelo necesita una escuela pública al servicio de todo el funesto andamiaje, que ya estaba en marcha, pero que sus políticas de shock lo exponen salvajemente.

Está clara la colonialidad del poder y su devoción por los imperialismos, inglés y estadounidense, como lo ha marcado nuestra historia, justamente con las preferencias de Juan Bautista Alberdi por lo europeo y Domingo F. Sarmiento por los Estados Unidos.

El discurso de Plaza San Martín es una clara reivindicación a las Fuerzas Armadas desde la perspectiva negacionista, que intenta poner en duda lo que es cosa juzgada. Eso es adoctrinamiento.

La apelación a Roca como “el padre de la Argentina moderna”, es la reivindicación del genocidio perpetrado sobre los Pueblos Originarios. Roca no batalló contra el enemigo extranjero, exterminó a los aborígenes, los que habitaban desde el inicio; funcionó como un verdadero colonizador, actuó para el imperio.

Aquellos que habían sido derrotados en las llamadas invasiones inglesas 1.806 y 1.807 y que esa gesta marcó el camino de los revolucionarios hacia 1.810, fue traicionada por la llamada generación del 80.

Por supuesto que todo proceso histórico es objeto de debate, pero hay determinadas conceptualizaciones que son inevitables, la decisión de la lucha es contra el invasor, pero como ha sucedido en este país, históricamente y también en Latinoamérica, siempre están las elites apropiadoras del territorio que han utilizado a las fuerzas militares como brazo pretoriano en resguardo se sus propios intereses, haciendo el adoctrinamiento de los integrantes de esas fuerzas e imponiendo su plan económico y sus valores de clase como universales. Eso, también, es adoctrinamiento.

Así que bienvenida esta desigual “batalla cultural”, porque usted, señor presidente tiene todo el aparato del Estado para ejercitar todas las formas de represión imaginables, físicas y simbólicas; de todas maneras somos muchxs, los que no nos vamos a dejar “adoctrinar” por el avasallamiento cotidiano, ni por las “transcripciones” de su lenguaraz con su delirante “0800 denuncie un docente”, porque la población sabe, que son lxs docentes de las escuelas públicas desfinanciadas, lxs que todos los días afrontan la aventura de enseñar, en un contexto en el que vivir, para millones de habitantes es una odisea, con más del 60% de niñxs y adolescentes sumidos en la pobreza profundizada por sus fuerzas del cielo.

No se trata de “adoctrinamiento” escolar; se trata de adoctrinamiento gubernamental.

Darío Balvidares

Imagen destacada: Nahuel Hidalgo

Publicado en Tramas 6-04-2024

martes, 2 de abril de 2024

El león y la dama, de educación nada

 

Sin sorpresas por las obtusas declaraciones tanto del señor presidente como las de hace casi un mes de su diputada Lilia Lemoine, redoblan la apuesta de la ignorancia en cuantas oportunidades tienen.

El león

En el camino por la denostación de la educación pública y contra la lucha docente, no vacila el señor presidente en sus diatribas aludiendo de manera compulsiva a la figura del “adoctrinamiento”, que como ya habíamos analizado en un artículo anterior, referido a la charla que había dado a lxs alumnxs del Colegio Cardenal Copello, de donde egresó el primer mandatario, en su discurso de base delirante ,les decía cosas tales como: “… estábamos tan contaminados de socialismo, teníamos tanto rojo encima, que lo natural fuera que la revolución fuera liberal, otra cosa que pasa es que los jóvenes llevan menos tiempo expuestos al mecanismo de lavado de cerebro que es la educación pública, independientemente que sea de gestión estatal o privada, porque cuando determinan los contenidos, están recontra rojos los contenidos, entonces eso también favorece no estar expuestos, porque entre tener la cabeza contaminada o tenerla limpia, prefiero que esté limpia…”

Su permanente rugir contra el “socialismo”, “los contenidos teñidos de rojo”, “la cabeza contaminada”, formas discursivas que no sólo emulan el mal, en el imaginario presidencial, sino que pertenecen, como habíamos afirmado en ese mismo artículo, al campo semántico utilizado en el documento de la dictadura genocida, “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)” de 1977, por los puntos de contacto respecto de la generación del enemigo interno y externo, marxismo y comunismo.

En la compleja articulación discursiva del párrafo citado, no porque haya complejidad teórica, sino por el magma, peligrosamente delirante, con que fluye en los discursos públicos del otrora panelista de televisión, nunca definió el “rojo” de los contenidos educativos, aunque puede intuirse que entre los que aparecerían con ese colorido se encuentran los derechos humanos, la ley de interrupción voluntaria del embarazo, la propia Educación Sexual Integral (ESI), las cuestiones de género, la mirada crítica sobre la historia, cierta economía “colectivista” y el cambio climático, entre otros.

Un señor presidente que detesta la educación pública, podríamos arriesgar, por dos motivos: uno, porque no la conoció, ni la conoce; el otro, por la ceguera que le impone su velo ideológico, para utilizar una caracterización del “barbudo alemán”, como llamó a Karl Marx en su umbrosa disertación realizada en el Foro Económico Internacional de las Américas, en el que, casi con un tono de perverso festejo, anunció “haber terminado de cuajo con la obra pública” y “dar de baja 70.000 contratos” de trabajadores estatales, así como la eliminación de “200.000 programas sociales entregados irregularmente”, según su propia palabra, en el Foro que reúne lo más rancio de la corporación empresarial.

Pero, para esta breve nota, lo que destacamos es la obsesión del mandatario contra las universidades públicas, a las que ha decidido desfinanciar para provocar su cierre en esta escalada hacia el depredador superávit fiscal, aunque no es el único motivo. En la estrechez de su imaginario, habita la idea de que “cerrando” las universidades públicas, destierra el manto rojo que las cubre. En la misma intervención, reafirma que “…la educación pública – porque toda es pública, puede ser de gestión privada o de gestión estatal – ha hecho muchísimo daño lavando el cerebro de la gente y llevado a la lectura de autores que verdaderamente, han sido verdaderamente nefastos para la historia de la humanidad y en especial para Argentina. Yo siempre hago el chiste que si ustedes van a la Universidad de Buenos Aires a la facultad de Ciencias Económicas y le preguntan quién es Ludwig von Mises, le van a decir que es el número 9 de Holanda y para otros es el mejor economista de todos los tiempos junto a Murray Newton Rothbard; eso sí, al barbudo, sí lo conocen, el barbudo alemán, digamos, a ese empobrecedor de Marx, a ese sí lo conocen…” (es textual). (ver el video aquí).

El señor presidente usó la palabra, la retomamos para calificar lo empobrecedor de sus, no sé si llamarlas reflexiones, prefiero llamarlos (en su conjunto) comentarios filofascistas, en principio por la escases argumental y luego por el regocijo que parece provocarle la denigración tipificante que recorre sus corroídos discursos cuando se refiere a lo público.

En el recorrido expositivo, sus economistas de cabecera siempre están presentes, también cobran presencia en los nombres de sus “hijitos de cuatro patas”, como le gusta llamar a sus perros al señor presidente. Respecto de lo del “9 de Holanda” hemos escuchado en estos días, declaraciones, de investigadores, de profesionales y egresados recientes de Ciencias Económicas de la UBA, que por supuesto, en su formación han estudiado a los economistas libertarios, así como también al filósofo alemán.

Me permito, como información, recordar que en las facultades de la UBA, existe la libertad de cátedra, lo que, por lo general no deviene en un aluvión de cátedras que enmarquen sus contenidos en la visión marxista, ni de la historia, ni de la economía y eso sucede porque las llamadas carreras tradicionales son de neto corte liberal.

La historia de la UBA y su prestigio no se empaña porque el señor presidente la descalifique en su reflujo rugir antiestatal. En la era de los rankings QS que establecen métricas de la calidad de las universidades más influyentes sobre un total de casi 24.000 que hay en el mundo entre públicas y privadas, la UBA está en el puesto 95º del ranking global, es decir entre las 100 mejores desde 2015 y la mejor de Argentina, mientras que la privada universidad de Belgrano, donde estudió el señor presidente, fluctúa entre los puestos 761 -770. Vale la información como dato de la realidad, no como producto de eólicos rugidos, si se me permite la expresión.

Así que el plan motosierra y licuadora, con los despidos y cierre de Télam, de los organismos públicos, de la TV Pública, del INCAA, del Anses, más la depreciación en los salarios, el saqueo a las jubilaciones, la obscena liberación de las tarifas de energía y transporte, etc. etc. responden a los deseos de destrucción y desaparición del Estado, aunque no solo del Estado, sino que es el gestionamiento del exterminio social y cultural, consecuencia evidente de las políticas que se están llevando a cabo. En términos del “barbudo alemán”, para que los grandes capitalistas agiganten la apropiación de la renta común y de la plusvalía generada por lxs trabajadorxs, que son los verdaderos damnificados del designio empobrecedor de las “fuerzas del cielo”.

La dama

Unas breves líneas, para que podamos reflexionar sobre el nivel de humanidad de quienes accedieron a los cargos que traman nuestros destinos y los del país en su conjunto.

Lilia Lemoine es diputada de la Nación por el partido del señor presidente. A principios de noviembre de 2023, cuando ya había sido electa, se viralizó un video en el que con tono delirante vociferaba: “Me cago en la asignación universal por hijo, me cago en la educación publica gratuita a la que vos podés asistir, me cago en todos los servicios públicos”.

Más allá de asumirse, libertaria, el formato soez de su discurso da cuenta de su diarreico pensamiento, ya ni siquiera de panelista guionado, sino de exponente de la era del pospensamiento, era a la que nos están llevando personajes que tienen la legalidad de la investidura, pero la dudosa legalidad para usufructuarla.

Aquí el testimonio

Crédito Minuto Uno

No es todo, hace unos días también, durante una entrevista, cuestionó el trabajo docente desde una perspectiva propia del “sentido común” próximo al fascismo para principiantes, pero fascismo al fin.

Este fue el razonamiento lemoineano: “… sobre los maestros. Estaba mirando lo que ganan. Ganan más o menos lo mismo que un jefe de guardia de hospital, con la diferencia (…) los números son alarmantes, los chicos no aprenden. En cualquier trabajo, si vos hacés mal tu trabajo, no cobrás o te despiden. La pregunta es cómo estos maestros pueden reclamar un salario mejor, no digo todos, porque hay muy buenos maestros porque hay algunos que no quieren parar y faltar a sus labores, ¿no? Pero si los chicos no aprenden, por qué les vamos a seguir pagando. Durante la cuarentena, dos años casi no hubo clases, fue un desastre, cobraron igual. La pregunta es: ¿qué nos pasó? Terminamos destruidos en cuanto a la educación, pero acá seguimos (sic). La educación debería ser esencial o no es. Entonces, estamos obligados a pagar a los maestros y ellos no están obligados a trabajar…”. (ver video)

La pobreza del razonamiento de la diputada y el grado de aversión contra los docentes, que, según su mirada, los “buenos” son los que no paran, los que no luchan por sus derechos y el resto serían los “malos”, que deben quedarse sin trabajo.

El reduccionismo “los chicos no aprenden” y asociar el aprendizaje a la relación con el maestro, haciendo caso omiso de las múltiples variables que dificultan el aprendizaje es de una perversión absoluta.

Además, falsea la enorme tarea que tuvieron que hacer lxs docentes con sus propios esfuerzos personales, sin horarios fijos y pagando la conectividad para sostener el sistema en la virtualidad, que mostró la falta de inversión y desnudó la cara más cruel de la fragmentación social y de la pobreza infantil y juvenil, expuesta por la “pantalla” que fue la cuarentena durante la pandemia.

La conclusión sobre el carácter “esencial de la educación”, como categoría restrictiva contra las luchas sindicales, muestra su paupérrima posición respecto de la educación. Claro, unos meses antes la usaba de “inodoro”, ¿por eso creerá que deba ser “esencial?

¿Qué hizo Lemoine en más de tres meses de gestión como integrante de la Cámara de diputados?

Si entramos al sitio de la Cámara de Diputados y buscamos el perfil de Lilia Lemoine, nos vamos a encontrar que en la página que corresponde a la Declaración Jurada no está hecha la presentación.

Pero pasemos a la página de proyectos realizados. Tampoco nos vamos a encontrar con gran cosa. Un proyecto de Declaración de repudio a una agresión que habría sufrido el señor presidente el 10 de diciembre, día de la asunción, aunque, curiosamente, nunca explicita la agresión. Además, la diputada se equivoca y cree que el proyecto es de resolución.

En tanto el otro proyecto solicita la modificación de un artículo 32 sobre “transparencia Activa”, de la Ley 25.275 de “Acceso a la Información Pública”. Y nada más, como se puede apreciar en la siguiente foto.

Captura de pantalla realizada de https://www.hcdn.gob.ar/diputados/lbolukalol/listado-proyectos.html

De acuerdo con sus propias definiciones de productividad, es evidente que no ha trabajado, cabe la pregunta: ¿Cuál sería el motivo por el que hay que pagarle el sueldo? ¿Acaso su sueldo de diputada nacional es por hacer presentaciones televisivas? ¿Por denostar a lxs docentes? ¿Por gritar que se “caga” en la educación pública en un video?

Más que nunca el proyecto político, económico y social debe al mismo tiempo que desenmascarar el fraude político que nos encamina a la desintegración social y pensar un modelo alternativo que se funde sobre la base de lo público, de lo común. Un modelo que valorice la propiedad pública, física y simbólica, no se puede avanzar sobre las mismas recetas que nos condujeron a la zozobra absoluta que ahora nos propones el gobierno libertario.

Es desde abajo, la construcción de un modelo emancipador que socialice un modelo productivo que no esté fundado en la máquina extractivista, que nos permita salir de la trampa colonial a las que nos tienen acostumbrados los mismos de siempre, que nos terminan explicando por qué hay que “ajustar” mientras se consustancian con las políticas de entrega del FMI.

Este sistema ya nos ha probado que no va a dar respuestas que beneficien a la mayoría de la población; aunque también nos va exhibiendo su degradación en sus exponentes políticos, afectos a la violencia simbólica y material; rugidores del pospensamiento, como dice el señor presidente, que prefiere “tener la cabeza limpia y no contaminada”. Discrepo, la cabeza “contaminada”, tiene pensamiento, en cambio la “limpieza” de pensamiento es peligrosamente vacua.

Darío Balvidares

Imagen destacada: El Destape

Publicado originalmente en Tramas (28/3/24)