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miércoles, 16 de diciembre de 2020
Transformar la realidad
miércoles, 9 de diciembre de 2020
El problema es el sistema
viernes, 4 de diciembre de 2020
De la burbuja escolar al burbujeante refresco educativo
Por Darío Balvidares*
No son pocos los
sectores sociales a nivel local, regional y mundial que realizan un profundo
cuestionamiento, por múltiples y fundamentadas razones, al proceso
civilizatorio que la dinámica capitalista y su modelo productivo ejercen sobre
los pueblos.
Un modelo probadamente
destructivo no solo del medioambiente, sino de cualquier forma de solidaridad
social que cuestione su accionar.
Enmascarado en los
procesos tecnológicos que prefiguran la sociedad estandarizada del siglo XXI y
avanzando con procedimientos psicolingüísticos sobre el imaginario social en
general y sobre el educativo en particular, las grandes corporaciones
empresariales con sus fundaciones y ong, sumado a las “recomendaciones” de los
organismos internacionales, que ellas mismas controlan; han conquistado,
primero, las decisiones políticas y más tarde, consiguieron acelerar el proceso
de endoprivatización educativa, sobre todo en este año pandémico.
Entendiendo por
endoprivatización, la intromisión directa en las currículas, la decisión sobre
los contenidos, los enfoques, las importancias, las exclusiones y las
valorizaciones. Todo eso y más, con la máscara de los requerimientos y demandas
de una entelequia que llaman “siglo XXI”.
Nada de lo que tenga
que ver con las incursiones del sector privado en la apropiación de lo público
es nuevo, pero sí, aunque tiene larga data, naturalizar que estamos frente al
mercado educativo, donde el mundo corporativo además de hacer excelentes
negocios con los estados-nación, impone su almibarado imaginario con el que se
van apropiando de los sistemas educativos con el permiso y la admiración de los
funcionarios gubernamentales, en especial de los ministros de educación.
Pasado un año de la
asunción del nuevo gobierno no sólo no se advierten grandes diferencias ideológicas
en las políticas educativas llevadas a cabo durante la gestión de Esteban
Bullrich, durante el (auto)gobierno de Mauricio Macri y Nicolás Trotta en el
actual; sobretodo en lo que hace a la macropolítica.
Sí, existen algunas
diferencias en cuanto a la política doméstica en el tema de las computadoras,
las becas, etc. Todas cuestiones que hacen a la micropolítica.
Hablando de las
cuestiones domésticas, finalizada la reunión paritaria con los complacientes sindicatos
nacionales, firmaron una actualización en torno al 10%, lo que lleva el piso
salarial a $ 27.500, mientras son $ 49.911 el valor de la canasta (según lo dio
a conocer el INDEC). Y las migajas del FONID, $ 4.840 en 4 cuotas de 1.210 a
partir de diciembre.
Lo que deja a todas luces a la vista es que, frente al acontecimiento pandémico y todo el esfuerzo de les trabajadores de la educación para sostener el vínculo con sus alumnos y las familias, no es reconocido.
Así las cosas, que no
son sólo producto de los ajustes propuestos por el FMI, sino una política que
tiene continuidad en la precarización de los salarios docentes, producto de la
macropolítica que se instala con la reforma desde hace más de 30 años y que no
importa el signo político de los que han gobernado el país y las provincias,
las estrategias de desposesión educativa se sostienen y acrecientan, alguna vez
más desembozadamente y otras de manera más encubierta.
Solo para tomar dos
ejemplos coyunturales, en Córdoba el gobierno provincial, lleva adelante
modificaciones en el estatuto que pone en riesgo la continuidad laboral. En San
Luis, los diferentes procesos de “charterización” precarizan aún más el trabajo
docente.
Pero al mismo tiempo
que las políticas de precarización salarial, condiciones laborales y abandono
de la infraestructura construyen la crisis educativa, a la que se le suman las
críticas a nivel mundial, regional y local a les docentes “por su formación, su
falta de capacitación”, intentos de cierre de Institutos de Formación y algunos
agregados aporofóbicos; aparecen en escena con despliegue filantrópico, las
mismas corporaciones que concentran las riquezas mundiales, pauperizan y
automatizan a sus empleados, impiden su sindicalización y generan la burbuja
educadora en los “valores” del siglo XXI.
Con más de la mitad de
la población mundial viviendo con 5,50 dólares al día y un tercio de ellos con
1,9, nos hablan con el cantar de las sirenas de la “sociedad del conocimiento”.
En Argentina el 48.7
de les estudiantes no tiene computadora y el 47.1 no tiene wifi en su casa
(según el Observatorio de la Deuda Social).
Este es apenas un
croquis muy pequeño, una breve e incompleta descripción de las obscenas
desigualdades y orden de prioridades de los que vociferan por la niñez y la
educación y éste es el contexto en el que también, obscenamente, el ministro de
educación nacional, se muestra en un zoom junto a directivos de la
multinacional, promocionando y celebrando el proyecto ProgramON, llevado a cabo
por Coca-Cola
junto a la ong, chicos.net, para capacitar a jóvenes de 17 a 24 años, que estén
cursando el último año del secundario, en las “habilidades del siglo XXI”,
Y en la reunión del
zoom, dijo el ministro Trotta:
“En la edad tan trascendente que están hoy en sus vidas, cuando se empiezan a bifurcar los caminos, siempre, ante la duda, pongan energías en el camino de la educación; aunque lleve mucho más tiempo, por más que cueste y uno tenga que entregar horas de descanso y encuentro con amigos y familiares (…) La educación es lo que nos hace mucho más libres, es la puerta que nos garantiza más derechos. [1].
¿Por qué el ministro participa y celebra que Coca-Cola tome el lugar del Estado, se entrometa en la educación pública, defina qué se enseña; qué deben saber les jóvenes y con qué endulzantes enfoques?
¿Acaso no suena
ingenuo (por no decir, cínico), eso de “la educación nos hará libres”?
¿Qué educación? ¿La
que les imparten los valores de los que precarizan y alienan a sus
trabajadores?
Pero pareciera que
esto se naturaliza y que serían importantes puntos de encuentro entre el Frente
de Todos y Juntos por el Cambio, puesto que en todo caso se disputarían para
competir por cuáles son la corporaciones a quienes entregarles la educación de
les niñes, adolescentes y jóvenes.
Cientos de ong y
fundaciones han invadido la educación pública, han tratado de desprestigiar a
les docentes de manera sistemática, formando parte de una política de Estado y
viviendo de él.
Pululan las
fundaciones, que obviamente usted celebra, ministro, como lo hicieron sus
antecesores en el cargo. En este caso puntual de Coca Cola en su maridaje
con chicos.net
Siendo esta última aliada de Disney, con el
programa Disney TinkerLab, que ofrece modelos de aprendizaje para “aprender a aprender para toda la vida: alfabetización digital, colaboración, creatividad,
pensamiento crítico y comunicación”[2], la parte del relato colonial con que nos
persiguen desde los ’90 y que, paradójicamente, la crisis educativa se agudiza
más. Algo así como seguir las “recetas” del FMI para “tener crecimiento
económico”, mientras le pagamos la usura y se genera más pobreza.
Este es el modelo educativo
que se impone a nivel global y en especial para Latinoamérica. Un modelo
estandarizado, vaciado de contenido, pletórico de habilidades y paulatinamente
tercerizado.
No saber nada para ser
en el mercado de trabajo; flexible y adaptable a los requerimientos del siglo
XXI: autómatas estandarizados.
¡Un mundo feliz!
¡Porque Disney
TinkerLab, ya pensó por vos, estimada/o facilitador y tiene los contenidos
secuenciados para que vos no pienses, solo tenés que pertenecer y hacer
pertenecer a tus estudiantes en la Cultura maker! ¡Con la participación especial de Google
Classroom!
Esto no lo dice la
página web pero está implícito.
En una de sus guías,
Disney y el celebre ratón Mickey te indican las “actividades para trabajar en el aula, en la cual se encuentran todos
los detalles y el paso a paso para implementar las experiencias maker. Los docentes podrán seguir la
secuencia completa de actividades - que incluye tres etapas con diferentes
desafíos cognitivos y ejes temáticos - o elegir los proyectos que sean de
interés para ellos y el grupo de estudiantes”.
¡Fast knoweledge! ¡Listo para
facilitadores!
Abríamos el artículo
con los cuestionamientos al modelo productivo y al proceso civilizatorio en el
que estamos inmersos; pues bien, es hora de decir NO al modelo educativo que se
está imponiendo y naturalizando.
No es objetivo, no es
ingenuo, no es neutral. Es un proceso de adoctrinamiento y desposesión, tan o
más predador que la megaminería, que el monocultivo transgénico a base de
agrotóxicos, que los desmontes y quema de humedales, que el fracking.
La actual política
educativa es una variante más de los procesos extractivistas; es imposible que
pase desapercibido o se naturalice que el ministro de educación continúe
diciendo en el contexto del zoom de celebración con Coca-Cola:
“Es importante la articulación de todos los sectores de la sociedad. Entre todos podemos encontrar el camino para que Argentina pueda transitar un proceso que permita el desarrollo con igualdad de oportunidades”
Por todo lo escrito, no hay un “entre todos”, ministro, porque no se crean las condiciones de igualdad.
Porque siguen con las
mismas políticas de tercerización; porque no es Coca-Cola, ni chicos.net,
ni Disney,
ni Open Society (de George Soros, con quien, también celebró convenio), las que
deban sustituir al estado en sus funciones indelegables.
Ni las subsidiarias de
Teach For América, es decir, Enseña por Argentina; ni Proyecto Educar 2050; ni
Argentinos por la Educación (la fundación de Ceos empresariales) o la Varkey
Foundation, con las que el (auto)gobierno de Mauricio Macri y su fiel escudero,
Esteban Bullrich firmó acuerdos, que se pagaron con los dineros públicos que
deberían haber estado en las escuelas, y/o designó como funcionarios públicos a
algunos de sus titulares o directivos.
Claro es, que usted
ministro, también viene de una fundación y del mundo privado de la educación.
Tal vez sea por esa razón que naturalice el proceso de desposesión y pondere la
endoprivatización del conocimiento en manos de las multinacionales.
¿Acaso, no se habla de
estos temas en las reuniones paritarias con los dirigentes sindicales? ¿Nada
tienen para decir esas dirigencias con representación nacional?
Este modelo de educación no sólo no nos hará libres, sino que reforzará la colonialidad interna con su proceso de estandarización del conocimiento en su versión instrumental.
El mundo de Disney es
el mundo de la fantasía detrás de la cual se esconde uno de los mayores
negocios del mundo a la vez que un maravilloso instrumento de penetración
cultural, al igual que la azucarada y burbujeante bebida.
Cada vez se hace más
imprescindible la nacionalización del sistema educativo, que repare la
fragmentación y un cambio de gobernanza que permita una transformación
profunda, con un consejo de educación
nacional surgido desde las bases docentes y la convocatoria a un congreso pedagógico que siente los
precedentes para un modelo que transite hacia una ecología de la educación que
la saque de la variante extractivista de desposesión.
Antes de que el Pato
Donald dé una charla TED por zoom sobre cómo ser un facilitador exitoso de la cultura
maker, tomando un burbujeante refresco educativo.
*Profesor y Licenciado en Letras (egresado FFyL – UBA)
Fue docente
durante 30 años en la Escuela de Comercio 3
Hipólito Vieytes de la que se jubiló como Rector en 2015.
Investigador
en Política Educativa autor de La educación en la era corporativa, la trama
de la desposesión Editorial Herramienta – Contrahegemonía 2019 y La
novela educativa o el relato de la alienación Redes Cultura 2005.
Además de decenas de artículos.
Productor
periodístico y columnista del programa “La Deuda Eterna” (Radio La Retaguardia)
miércoles, 2 de diciembre de 2020
¡Coca-Cola aliena mejor!
jueves, 26 de noviembre de 2020
¿Eso es la gestión educativa?
domingo, 22 de noviembre de 2020
La Educación bajo el signo de la Conectividad. Razón instrumental y contenidos educativos
miércoles, 18 de noviembre de 2020
Macartismo educativo
martes, 17 de noviembre de 2020
El deja'vu, la burbuja y el fantasma de la izquierda
Por Darío Balvidares*
Por las redes sociales
se viralizó una entrevista[1]
en el que la ministra de educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña,
era la protagonista.
Si bien no es una de
sus virtudes, pensar la educación, porque además, la ministra de educación
nunca fue educadora, sí es una de sus “virtudes” la confrontación directa con
los docentes. Lejos está la ministra de poder establecer un diálogo sobre los
problemas de la pedagogía, o más lejos aún, sobre los problemas de una
epistemología de la educación.
En realidad es lo más
cercano a una buena alumna de los “manuales” y “recetarios” de las
“recomendaciones” instrumentales de los organismos internacionales; tal como lo
“aprendió” en el grupo Sophía, donde recae su formación ideológica más
“académica”.
El deja’vu
Hace 121 años, en
Argentina, el presidente José Figueroa Alcorta, durante un acto en 1909
expresaba todo su caudal ideológico de una clase a la que pertenecía, la
oligarquía, donde manifestaba claramente su desprecio por los más humildes.
“Es un hecho establecido por los
especialistas que la instrucción primaria en nuestro país actúa fuera de sus
cauces naturales. (…) Se apodera como una fiebre maligna de los hijos de las clases
trabajadoras, quienes salen de las escuelas desdeñando el trabajo y aspirando a
una vida de superior nivel, a la cual no están preparados por sus recursos ni
por sus antecedentes. Esta desviación de las corrientes populares del trabajo
de las artes y de los oficios, de la industria y del comercio para optar al
magisterio y a los empleos oficiales, puede encaminarnos a una verdadera crisis
social”[2]
Enunciados como éste
calaron hondo en nuestro imaginario social. Para las clases dominantes,
apropiadoras de lo público y usurpadores de tierra, la educación debería estar,
pero sólo para formar a sus obreros y empleados puesto que esas clases
trabajadoras “no están preparadas ni por
sus recursos ni sus antecedentes…”, es decir: son pobres y no tienen abolengo, no tienen ascendencia ilustre.
Lo peligroso era la “desviación” de esa clase proletaria
hacia el magisterio porque eso podía provocar una “verdadera crisis social”,
así como el peligro de los humildes en los “empleos oficiales”, todo ese
funcionariado estaba reservado para las clases altas.
El espíritu de las
afirmaciones del oligarca Figueroa Alcorta reaparece en el fraseo ministerial de Soledad Acuña cuando
afirma que los “malos resultados de las evaluaciones nacionales e
internacionales” eran producto de lo “mal formados que están los docentes” que
no saben enseñar, otra vez el viejo latiguillo de poner la crisis del sistema
educativo que ustedes contribuyeron a expandir con sus políticas reformistas de
corte neoliberal y promocionadas desde fundaciones como las que usted integró, ministra.
Y con las que
establecen convenios millonarios también en la actualidad, por ejemplo, con
“Enseña por Argentina”, a cuyos “facilitadores”, se les paga de los dineros
públicos que no van a las escuelas, ni a los salarios docentes, ni a los
alumnos en forma de insumos, llámese computadoras.
Incluso el titular de
esa fundación, Oscar Ghillione, fue secretario de Gestión educativa del
ministerio de educación de la Nación durante el período aluvional macrista y
actualmente se desempeña como Director
General de la Escuela de Maestros de la Ciudad.
Ha nombrado, usted, en
el ministerio del que es responsable, un licenciado en administración de
empresas (recibido en la UADE), que ha desfilado por innumerables cursos de
universidades privadas, con un sesgo marcadamente neoliberal, accionista del
Templenton Global Total; Meridian Global Return; Deutsche Bank entre otras
inversiones[3] en
el exterior; una caja de ahorro en dólares en Estados Unidos; además de los
convenios con su fundación “Enseña por Argentina”, que recibe dinero de las
grandes transnacionales; dígame, ministra, qué compromiso puede tener con la
educación…
¿Y usted, Soledad Acuña,
se atreve a decir que el problema de les chiques que no aprenden es que les
docentes no saben enseñar y que no están
formados?
Lo hipócrita no es el
debate con los gremios politizados, como usted afirma en la entrevista, la
hipocresía es llevar a cabo el desmantelamiento de la educación pública
culpando de la crisis a los únicos que luchan por sostener la escuela y
poniendo en cargos a los mercaderes de la educación.
Una pregunta sobre
este mismo personaje, ministra…
¿Tener a un dependiente de Teach For All[4]
como Director de la escuela de Maestros, no es obsceno? ¿O fue impuesto por esa
red de base norteamericana?
La obscenidad y la
hipocresía es nombrar empresarios (para que continúen con los procesos de
endoprivatización del sistema) como Gabriel Sánchez Zinny, otro de la fundación
Sophia, ex Director del INET, ex Director de escuelas en provincia de Buenos
Aires, actual Director Ejecutivo de la
Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa de la Ciudad de
Buenos Aires, economista, recibido en la elitista Universidad de San
Andrés, dueño de varias offshore entre ellas, Formar Foundation, junto al ex
ministro del “tu tun tu tun” devenido
senador, Esteban Bullrich (también del grupo ¡Sophia!). ¡Una verdadera pléyade!
, o debería decir, ¡Una verdadera plaga! Contando, también, al propio Jefe de
Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta (obsesionado con el negocio inmobiliario de
los espacios públicos de la Ciudad) que supo ser Director de Sophia y, por
supuesto fundador; entre otros de cuyo nombre no quiero acordarme.
Son un grupo de
arribistas y negociantes de la educación desde que asumieron el gobierno. Los
hemos sufrido desde 2007 en las escuelas públicas, hace 13 años que la
fundación Sophia es “gobierno” en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Hace 13 años que
profundizaron la crisis educativa con sus políticas de ajuste presupuestario,
desfinanciación continua de infraestructura y precarización laboral de les
docentes.
¿Y el deja’vu ?
“… además el perfil de
los estudiantes cada vez va teniendo un sesgo más claro, empiezan a estudiar la
carrera docente y esto es igual en todo el país (…) son personas cada vez más
grandes de edad que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción
después de haber fracasado en otras carreras y si uno mira por nivel
socioeconómico, que no debiera ser como un determinante, pero si uno mira en
términos de capital cultural y de experiencias enriquecedoras al momento de
aportar para el aula, la verdad es que son los sectores socioeconómicos más
bajos los que eligen estudiar la carrera docente…”
Pasaron 121 años y se
repite la misma matriz del desprecio autoritario de personajes que ni siquiera por
sus propios principios meritocráticos tienen nada para ocupar el lugar que
ocupan.
¡Cualquier parecido entre lo dicho por la ministra Acuña y el
presidente oligarca, Figueroa Alcorta en 1909 no es mera casualidad!
La burbuja
¿Acaso la ministra es
descendiente de Figueroa Alcorta? ¿O su desprecio por los más humildes lo adquirió
por su (de)formación en el grupo Sophia?
Es ahí, ministra,
donde usted muestra su sesgo ideológico, en el desprecio por los que quieren la
docencia. Nadie, en este país, que decide ser docente, está pensando en
enriquecerse o en hacer negocios con la educación, solo ustedes, los que
piensan como ustedes, los funcionarios que nombré anteriormente y otros más,
también salidos de fundaciones o de universidades privadas.
No está a la altura de
un debate sobre Educación. Usted misma, desde su “burbuja” y su “capital
cultural” lo manifiesta, cuando ataca a los 29 institutos de formación docente
con la única finalidad de cerrarlos y reemplazarlos por UniCABA, una suerte de
engendro neoliberal del conocimiento instrumental.
En lugar de coordinar
políticas de formación docente, lo que pretende es una universidad que
“instruya” futuros empleados en las habilidades y competencias que el mercado
requiere.
Sería un error
quedarnos, simplemente, con el tema del negocio del mercado educativo; el
objetivo principal es de carácter político y cultural. Así como la llamada
generación del ’80 del siglo XIX, prefiguró, también, un modelo que reafirmara
los valores de la burguesía de entonces y el modelo de país, también ustedes
intentan formatear a las futuras generaciones en los disvalores que el
neoliberalismo impone de la mano de la “flexibilidad”, la “adaptación”, la
“eficiencia” y la “calidad” (de los resultados).
Tratar de “fracasados” a les que estudian para ser
docentes, no es un exabrupto, es parte de su ideología, ministra; es parte de
su ser en el mundo, de su burbuja meritocrática hipócrita, porque ni siquiera
tiene los méritos para ocupar un lugar que cada día que pasa deviene más
obsoleto, casi una institución obsoleta.
Con un consejo de
docentes surgidos de las propias escuelas bastaría para tener políticas que
fortalezcan la educación pública. Además de un gran ahorro de dinero que se
volcaría a las escuelas y no a pagar funcionarios ni convenios con fundaciones
amigas o internacionales como la del multibillonario Sunny Varkey.
El fantasma de la izquierda
“… la virtualidad lo
que nos permitió como oportunidad, es que las familias empiecen a ver la
educación de sus hijos, porque hasta ese momento lo que pasaba en el aula,
cuando el docente cierra la puerta, queda entre los chicos y el docente
entonces es difícil enterarte que es lo que efectivamente están haciendo,
entonces sin nosotros no tenemos denuncias concretas de las familias, es muy
difícil intervenir (…) soy mamá de un niño de primaria cuyos docentes le bajan
línea política todo el tiempo (…) porque el problema está en el aula (…) porque
lo más grave es en el aula y si ahí no tenemos la denuncia de la familia es
difícil intervenir (…) es uno de los grandes problemas que tiene que ver con la
formación y con el perfil de quienes que
eligen estudiar, que eligen militar en
lugar de hacer docencia…”
El aula como problema,
les docentes como problema, la formación en los institutos como problema, la
imposibilidad del control ideológico y manipulación como problema.
¡Ministra! ¡Ustedes
son el problema!
Con la práctica de un
macartismo desembozado, despiadado. Contra una docencia y una juventud
estudiantil que no pueden controlar, ni adoctrinar en esa cultura de la
obediencia, del miedo.
Sus dichos, ministra,
como si estuviera dando una lección para ser aprobada por Videla, serían
caricaturescos por la pobreza de significación, si no fuera que es la ministra
de educación de la Ciudad de Buenos Aires y entonces se transforman en la
pedagogía de la persecución de un discurso autoritario que no debate, porque no
sabe de educación y mucho menos de pedagogía, no es lo suyo, ministra, como
tampoco de los funcionarios antes mencionados.
En fin, si la función
ministerial le causa tantos problemas porque es muy difícil sostener la mentira
y sólo se puede mantener con actitudes represoras, autoritarias, pues entonces
tal vez deba renunciar y no aferrarse a un cargo que evidentemente por capital
cultural, no está preparada, porque, además, con sus afirmaciones, atrasa mas
de 100 años.
El valor de la (mal
tratada) educación pública es nada menos que la libertad de cátedra, que
promueva el debate y que por sobre todo, alguna vez la pedagogía crítica, pueda
contra las imposiciones de clase a la que ustedes, ministra, están
acostumbrados.
Después de todo, si de
la aplicación de la pedagogía crítica surgen pensadores y luchadores sociales,
que sí puedan cambiar un mundo injusto en el que ustedes se sienten muy
cómodos, yo lo prefiero antes de que continúen propagando, viralmente, la
idiotez ideológica del emprendedurismo individualista de mercado o formando en
competencias tecnológicas vaciadas de crítica. Por lo que, en un mañana, ese
experto manejará muy bien un diseño tecnológico que le ordene su empleador, pero
no sabrá si lo que está diseñando es un motor de licuadora o una ojiva nuclear.
Y, lo que es aun peor,
por su formación en competencias y habilidades, tampoco le interesará.
¡Un pedido, ministra!
¡Renuncie! De todas
formas, todavía quedan muchos del grupo Sophia (recargado por otres de otras
fundaciones) y seguramente la reciclarán en otro cargo, porque usted está
“adaptada” a la “flexibilidad”.
*Profesor y Licenciado en Letras (egresado FFyL – UBA)
Fue docente durante 30 años en
la Escuela de Comercio 3 Hipólito
Vieytes de la que se jubiló como
Rector en 2015.
Investigador en Política Educativa autor de La educación en la era
corporativa, la trama de la desposesión Editorial Herramienta –
Contrahegemonía 2019 y La novela educativa o el relato de la
alienación Redes Cultura 2005. Además de decenas de artículos.
Productor periodístico y columnista del programa “La Deuda Eterna”
(Radio La Retaguardia)
[1] https://www.youtube.com/watch?v=Qk_ESFkkFbY&t=2049s
[2] Susana
Vior. “Escuelas para una sociedad
desigual” Le Monde Diplomatique.
Abril 2002. Tomado de David Rock El
radicalismo argentino 1890-1930.
Amorrurtu. Buenos Aires 1977.
[3]
Declaración jurada Oscar Ghillione .
Oficina Anticorrupción.
18/09/2018
[4]
“Enseña por Argentina” es una subsidiaria de “Teach for All” de Wendy Kopp
financiada por las grandes corporaciones con vínculos con el Banco Mundial y el
Departamento de Estado de USA.
jueves, 12 de noviembre de 2020
Desgranamiento
miércoles, 4 de noviembre de 2020
Fragmentos de un discurso vacío
lunes, 2 de noviembre de 2020
Educación híbrida
Por Darío Balvidares
No son pocas las voces que se han escuchado promover la educación híbrida en el escenario de la pandemia mundial, pero gracias al shock producido por el covid-19 en las poblaciones, la estrategia de la hibridez educativa parece instalarse como permanente.
Lo que llamábamos
educación a distancia, como una cuestión excepcional o privativa del mundo de
la educación superior; ahora se naturaliza, porque la “normalidad” estalló en
crisis, pero no como “educación a distancia”, sino como híbrida.
Sin embargo, lo que
parece semejante, educación a distancia y educación híbrida, no lo es. En el
primer caso no está en cuestión el modelo educativo, sobre todo si hablamos de
universidades públicas; en el segundo, sí se cuestiona el modelo educativo, es
más, se lo somete a otra crisis.
La educación híbrida,
con carácter universal y no excepcional (sólo para la emergencia), encubre el
papel, no neutral, de la tecnología en un “nuevo” modelo educativo en el que
“lo tecnológico” adquiere mayor relevancia que los propios actores del hecho
educativo, incluso sustituyendo la acción pedagógica por tecnologías del aprendizaje.
De la “normalidad” a la “nueva normalidad”
Es cierto que lo
excepcional de la pandemia ha dejado aun más al descubierto las venas abiertas de América Latina, con el aumento
desmedido de la pobreza y desproporcionalmente, el aumento desmedido de la
riqueza.
Por cierto, el último
informe de UNICEF para Argentina indica los nuevos números de la pobreza
infantil y juvenil y el crecimiento anualizado.
“Las nuevas
estimaciones del organismo alertan que, entre diciembre de 2019 y diciembre de
2020, la cantidad chicas y chicos pobres pasaría de 7 a 8,3 millones (…) en diciembre de este año, el porcentaje de niños y niñas pobres alcanzaría
el 62,9%...”[1]
En ese marco, otro
dato importante revelado por el propio Ministerio de Educación de la Nación, nos
muestra que la realidad dista mucho de los discursos sobre la posibilidad
concreta de la educación híbrida, puesto que fragmentaría aún mas lo que ya
está estallado.
“El 53% (de los
alumnes) no cuenta con una computadora liberada para uso educativo. El piso
tecnológico de los hogares que asisten a escuelas del sector privado duplica al
de los que asisten al sector estatal”[2]
Esa es la fotografía
de la “normalidad”, heredada, corregida y aumentada por la “nueva normalidad”.
Lo que queda demostrado es que desde hace muchísimos años las políticas
públicas sólo debilitaron el tejido social y las áreas estratégicas como salud,
vivienda y educación, transformados en grandes mercados especulativos.
Una personalidad,
integrante del propio sistema, como Philip Alston, que fuera relator de la ONU
entre 2014 y 2020 en un interesante artículo, sentenció lo siguiente:
“El coronavirus no ha
hecho más que destapar una pandemia de pobreza que venía de antes. La COVID-19
llegó a un mundo en el que crecían la pobreza, la desigualdad extrema y el
desprecio por la vida humana. Un mundo en el que las leyes y las políticas
económicas se conciben para crear y mantener la riqueza de los poderosos, no
para acabar con la pobreza. Esta es la elección política que se ha hecho…”[3]
Y justamente hablando
de concentración de la riqueza, vemos que los “ricos tecnológicos”, en algunos
casos disfrazados de “filántropos”, son los 7 multibillonarios que se
encuentran en los primeros 15 puestos de la revista Forbes (julio 2020) y que entre los 7 tienen una fortuna personal
que sumada da 476 mil millones de dólares, frente a la mitad de la población
mundial que vive con 5,50 dólares al día y aproximadamente un tercio de ellos sólo
con 1,9 dólares.
Estos son solo datos
objetivos que muestran que muy lejos están de hacer “filantropismo” a pesar de
las máscaras son los mismos que en el Foro Económico Mundial de este año, hacen
subir sus acciones promocionando como única posibilidad de educación, la
tecnología.
“El COVID-19 ha
provocado el cierre de escuelas en todo el mundo. A nivel mundial, más de
1.200 millones de niños están fuera del aula.
Como resultado, la
educación ha cambiado drásticamente, con el aumento distintivo del aprendizaje
electrónico, mediante el cual la enseñanza se lleva a cabo de forma remota y en
plataformas digitales.
La investigación
sugiere que se ha demostrado que el aprendizaje en línea aumenta la retención
de información y toma menos tiempo, lo que significa que los cambios que ha
causado el coronavirus podrían estar aquí para quedarse”[4]
Por supuesto que estás afirmaciones son totalmente incentivadas por
los propios organismos internacionales desde hace muchos años, entre otros, la
OCDE y la UNESCO; es decir, las oficinas globales que redireccionan nuestras
políticas coloniales, ahora con el nombre de “nueva normalidad”, en la que los “protocolos”
son las nuevas “leyes de indias”.
De la pedagogía colonial del siglo XXI y el vaciamiento de
contenidos críticos
Andreas Schleicher,
Director de Educación y Habilidades de la OCDE y asesor de la editora Pearson
PLC, la que realiza el gran negocio de las pruebas Pisa, dijo:
“Los sistemas
escolares necesitan encontrar formas más efectivas de integración, la
tecnología en la enseñanza y el aprendizaje para proporcionar a los educadores
entornos de aprendizaje que apoyen las pedagogías del siglo XXI y proporcionen
a los niños las habilidades del siglo XXI que necesitan para triunfar en el
mundo del mañana. (…) La
tecnología es la única forma de ampliar drásticamente el acceso al
conocimiento. Para cumplir las promesas que ofrece la tecnología, los
países deben invertir de manera más eficaz y asegurarse de que los docentes
estén a la vanguardia del diseño y la implementación de este cambio”[5]
De donde surgen las habilidades del siglo XXI, que no es más que lo
que dieron en llamar, la educación por competencias, una educación basada en
cálculos, resolución de problemas, compresión lectora, conocimientos básicos de
ciencia, colaboración y, ahora con la “nueva normalidad”, todo eso depende de
las habilidades para las tecnologías del aprendizaje,
En síntesis, estos son los caballitos de batalla para imponer un modelo
escolarizado, carente de contenidos y tendiente a la estandarización del mundo
escolarizado.
Obvio que Schleicher, cuando dice que las habilidades del siglo XXI
son las “que necesitan para triunfar en el mundo del mañana”, no hace más que
un eslogan publicitario, puesto que 3.400 millones de personas, casi la mitad
de la población mundial, vive con 5.50 por día y 736 millones con menos de 1.9
dólares.
Así que más de la mitad de la población mundial no ha podido “triunfar”,
producto de las políticas que esos mismos organismos estimulan.
Aquí es importante mostrar la influencia de la pedagogía de la
obediencia, puesto que México, justamente, es miembro de la OCDE, junto con
Chile que tiene el sistema más privatizado de Latinoamérica.
Un interesante artículo aparecido en el diario La Jornada en junio del
corriente da cuenta de las “recomendaciones” de la OCDE.
“Como en muchas otras
partes del mundo, la pandemia ha sido un escenario perfecto para la expansión
operativa de grandes corporaciones dedicadas a la tecnología educativa, como
Microsoft, Google y Discovery Education. En pocos meses, dichas firmas han
logrado mejorar sustancialmente su situación presente al tiempo de construir
condiciones más favorables hacia el futuro. Por un lado, han sumado millones de
usuarios nuevos a sus plataformas, como efecto del seguimiento de trabajo y clases
a distancia y, por otro, han podido expandir su influencia en sistemas
educativos públicos de todo el mundo, con lo cual buscan garantizar el
desarrollo de una posterior fuerza de trabajo joven, quienes llenará(n) la
cartera de candidatos potenciales para unirse a nuestras empresas un día, según
el liderazgo de Discovery Education. La irrupción de dichas empresas en el
campo educativo ha provocado que la educación a distancia, mediada por el software provisto por ellas, se
convierta en un elemento esencial de los sistemas educativos en el mundo, lo
cual se está cocinando ya en México”[6]
Así las cosas, ya se “cocinó”, tres meses más tarde de este artículo
que ya adelantaba lo que iba a suceder… ¡sucedió!
El titular de la Secretaría de Educación Pública de México, Esteban
Moctezuma Barragán en la Reunión Anual de Industriales adelantó la hibridez
educativa.
“Cuando los
estudiantes regresen a clases tras haber superado la pandemia del Covid-19,
existirá un modelo multiplataforma, el cual estimulará las competencias de la
educación 4.0 con las clases presenciales…
Estamos en un periodo
de cambio educativo que no esperábamos se diera de manera tan intensa y veloz,
dijo al recordar que la migración las plataformas digitales, las video
conferencias y otras formas de educación a distancia se dieron con altibajos”[7]
En esa misma línea, Audry Azoulay, Directora General de la UNESCO,
también afirma que:
“La educación en
nuestro planeta se ha convertido en algo virtual (…) la magnitud de este
desafío exige innovación, cooperación y solidaridad (…) aprendamos de la crisis
para el futuro de la educación…”[8]
Lo que dice la directora de la UNESCO es en el marco del video de la
presentación de la Coalición Mundial para la educación COVID-19, compuesta por
miembros de la ONU; Organizaciones de la Sociedad Civil (ong y fundaciones
corporativas); Empresas de Comunicación y de Tecnologías de la Información.
Negocio redondo por una parte, e imposición de un modelo educativo
global que imprime el imperativo de las tecnologías del aprendizaje para el
desarrollo, en nuestros niñes y adolescentes, de las “habilidades del siglo XXI”.
¿Y en Argentina qué?
En Argentina, también, porque la “nueva normalidad” ya lo ha impuesto,
pero una cuestión es la emergencia en la que por supuesto no hay que exponer a
les estudiantes, ni a les docentes, pues no se trata de desafiar al virus, como
intentan algunos gobernadores de algunas provincias que han tenido que recular,
o como pretende la Ciudad de Buenos Aires con sus “deseos” contrahechos de la
realidad.
Ni la hibridez del gobierno nacional, a través de su ministro de
educación, que cada vez queda más expuesto con un ministerio que en definitiva
no tiene más sentido que el de continuar las políticas que se deciden en los
organismos internacionales, como lo demuestra su participación en la Reunión extraordinaria de jefes de Estado y
de gobierno[9]
convocada, otra vez, por la UNESCO, para seguir bajo el manto de la política
colonial del siglo XXI y poder recibir ayuda económica.
Como vimos durante el recorrido del artículo, las políticas de
hibridez educativa, no son neutrales, existen múltiples intereses en la
educación híbrida, pero tal vez la estrategia mas radical sea la de ir desplazando
al docente en el mediano plazo, “readecuando” el estatuto que regula su
actividad (puesto que también es una de las recomendaciones OCDE 2017 para
Argentina), es decir, flexibilizando derechos, a la vez que se imponen nuevas
obligaciones.
Vimos que en México el anuncio de la educación híbrida se realizó en
una reunión de industriales, no con les docentes.
Lo más categórico de estas “nuevas normalidades” de la educación, es
que se deciden sin la presencia de los docentes y por lo tanto, prescindiendo de
su consulta.
Algo parecido a lo que sucedía con la lectura del “Requerimiento de
Obediencia”, cuando Colón desembarcó de este lado del océano; se leía en el monte, en plena noche y sin
interprete, en presencia del notario y ningún indio[10].
[2] https://back.argentina.gob.ar/sites/default/files/resumen_de_datos_informes_preliminares_directivos_y_hogares_0.pdf
[3] https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/coronavirus-destapado-pandemia-beneficia-ricos-pobreza_129_6104077.html
[4] https://www.weforum.org/agenda/2020/04/coronavirus-education-global-covid19-online-digital-learning/
[5] http://www.oecd.org/education/new-approach-needed-to-deliver-on-technologys-potential-in-schools.htm
[6] Mauro
Jarquín Ramírez. https://www.jornada.com.mx/2020/07/26/opinion/018a2pol
[7] https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/10/28/regreso-a-clases-puede-seguir-modelo-de-educacion-mixta-sep-9817.html
[8] https://www.youtube.com/watch?v=LGbqjso8BlA
[9] https://es.unesco.org/news/reunion-extraordinaria-jefes-estado-y-gobierno-auspicios-unesco-reafirma-compromiso-educacion-y
[10]
Eduardo Galeano. Espejos. Siglo XXI. Buenos Aires 2008.