Por Darío Balvidares
No son pocas las voces que se han escuchado promover la educación híbrida en el escenario de la pandemia mundial, pero gracias al shock producido por el covid-19 en las poblaciones, la estrategia de la hibridez educativa parece instalarse como permanente.
Lo que llamábamos
educación a distancia, como una cuestión excepcional o privativa del mundo de
la educación superior; ahora se naturaliza, porque la “normalidad” estalló en
crisis, pero no como “educación a distancia”, sino como híbrida.
Sin embargo, lo que
parece semejante, educación a distancia y educación híbrida, no lo es. En el
primer caso no está en cuestión el modelo educativo, sobre todo si hablamos de
universidades públicas; en el segundo, sí se cuestiona el modelo educativo, es
más, se lo somete a otra crisis.
La educación híbrida,
con carácter universal y no excepcional (sólo para la emergencia), encubre el
papel, no neutral, de la tecnología en un “nuevo” modelo educativo en el que
“lo tecnológico” adquiere mayor relevancia que los propios actores del hecho
educativo, incluso sustituyendo la acción pedagógica por tecnologías del aprendizaje.
De la “normalidad” a la “nueva normalidad”
Es cierto que lo
excepcional de la pandemia ha dejado aun más al descubierto las venas abiertas de América Latina, con el aumento
desmedido de la pobreza y desproporcionalmente, el aumento desmedido de la
riqueza.
Por cierto, el último
informe de UNICEF para Argentina indica los nuevos números de la pobreza
infantil y juvenil y el crecimiento anualizado.
“Las nuevas
estimaciones del organismo alertan que, entre diciembre de 2019 y diciembre de
2020, la cantidad chicas y chicos pobres pasaría de 7 a 8,3 millones (…) en diciembre de este año, el porcentaje de niños y niñas pobres alcanzaría
el 62,9%...”[1]
En ese marco, otro
dato importante revelado por el propio Ministerio de Educación de la Nación, nos
muestra que la realidad dista mucho de los discursos sobre la posibilidad
concreta de la educación híbrida, puesto que fragmentaría aún mas lo que ya
está estallado.
“El 53% (de los
alumnes) no cuenta con una computadora liberada para uso educativo. El piso
tecnológico de los hogares que asisten a escuelas del sector privado duplica al
de los que asisten al sector estatal”[2]
Esa es la fotografía
de la “normalidad”, heredada, corregida y aumentada por la “nueva normalidad”.
Lo que queda demostrado es que desde hace muchísimos años las políticas
públicas sólo debilitaron el tejido social y las áreas estratégicas como salud,
vivienda y educación, transformados en grandes mercados especulativos.
Una personalidad,
integrante del propio sistema, como Philip Alston, que fuera relator de la ONU
entre 2014 y 2020 en un interesante artículo, sentenció lo siguiente:
“El coronavirus no ha
hecho más que destapar una pandemia de pobreza que venía de antes. La COVID-19
llegó a un mundo en el que crecían la pobreza, la desigualdad extrema y el
desprecio por la vida humana. Un mundo en el que las leyes y las políticas
económicas se conciben para crear y mantener la riqueza de los poderosos, no
para acabar con la pobreza. Esta es la elección política que se ha hecho…”[3]
Y justamente hablando
de concentración de la riqueza, vemos que los “ricos tecnológicos”, en algunos
casos disfrazados de “filántropos”, son los 7 multibillonarios que se
encuentran en los primeros 15 puestos de la revista Forbes (julio 2020) y que entre los 7 tienen una fortuna personal
que sumada da 476 mil millones de dólares, frente a la mitad de la población
mundial que vive con 5,50 dólares al día y aproximadamente un tercio de ellos sólo
con 1,9 dólares.
Estos son solo datos
objetivos que muestran que muy lejos están de hacer “filantropismo” a pesar de
las máscaras son los mismos que en el Foro Económico Mundial de este año, hacen
subir sus acciones promocionando como única posibilidad de educación, la
tecnología.
“El COVID-19 ha
provocado el cierre de escuelas en todo el mundo. A nivel mundial, más de
1.200 millones de niños están fuera del aula.
Como resultado, la
educación ha cambiado drásticamente, con el aumento distintivo del aprendizaje
electrónico, mediante el cual la enseñanza se lleva a cabo de forma remota y en
plataformas digitales.
La investigación
sugiere que se ha demostrado que el aprendizaje en línea aumenta la retención
de información y toma menos tiempo, lo que significa que los cambios que ha
causado el coronavirus podrían estar aquí para quedarse”[4]
Por supuesto que estás afirmaciones son totalmente incentivadas por
los propios organismos internacionales desde hace muchos años, entre otros, la
OCDE y la UNESCO; es decir, las oficinas globales que redireccionan nuestras
políticas coloniales, ahora con el nombre de “nueva normalidad”, en la que los “protocolos”
son las nuevas “leyes de indias”.
De la pedagogía colonial del siglo XXI y el vaciamiento de
contenidos críticos
Andreas Schleicher,
Director de Educación y Habilidades de la OCDE y asesor de la editora Pearson
PLC, la que realiza el gran negocio de las pruebas Pisa, dijo:
“Los sistemas
escolares necesitan encontrar formas más efectivas de integración, la
tecnología en la enseñanza y el aprendizaje para proporcionar a los educadores
entornos de aprendizaje que apoyen las pedagogías del siglo XXI y proporcionen
a los niños las habilidades del siglo XXI que necesitan para triunfar en el
mundo del mañana. (…) La
tecnología es la única forma de ampliar drásticamente el acceso al
conocimiento. Para cumplir las promesas que ofrece la tecnología, los
países deben invertir de manera más eficaz y asegurarse de que los docentes
estén a la vanguardia del diseño y la implementación de este cambio”[5]
De donde surgen las habilidades del siglo XXI, que no es más que lo
que dieron en llamar, la educación por competencias, una educación basada en
cálculos, resolución de problemas, compresión lectora, conocimientos básicos de
ciencia, colaboración y, ahora con la “nueva normalidad”, todo eso depende de
las habilidades para las tecnologías del aprendizaje,
En síntesis, estos son los caballitos de batalla para imponer un modelo
escolarizado, carente de contenidos y tendiente a la estandarización del mundo
escolarizado.
Obvio que Schleicher, cuando dice que las habilidades del siglo XXI
son las “que necesitan para triunfar en el mundo del mañana”, no hace más que
un eslogan publicitario, puesto que 3.400 millones de personas, casi la mitad
de la población mundial, vive con 5.50 por día y 736 millones con menos de 1.9
dólares.
Así que más de la mitad de la población mundial no ha podido “triunfar”,
producto de las políticas que esos mismos organismos estimulan.
Aquí es importante mostrar la influencia de la pedagogía de la
obediencia, puesto que México, justamente, es miembro de la OCDE, junto con
Chile que tiene el sistema más privatizado de Latinoamérica.
Un interesante artículo aparecido en el diario La Jornada en junio del
corriente da cuenta de las “recomendaciones” de la OCDE.
“Como en muchas otras
partes del mundo, la pandemia ha sido un escenario perfecto para la expansión
operativa de grandes corporaciones dedicadas a la tecnología educativa, como
Microsoft, Google y Discovery Education. En pocos meses, dichas firmas han
logrado mejorar sustancialmente su situación presente al tiempo de construir
condiciones más favorables hacia el futuro. Por un lado, han sumado millones de
usuarios nuevos a sus plataformas, como efecto del seguimiento de trabajo y clases
a distancia y, por otro, han podido expandir su influencia en sistemas
educativos públicos de todo el mundo, con lo cual buscan garantizar el
desarrollo de una posterior fuerza de trabajo joven, quienes llenará(n) la
cartera de candidatos potenciales para unirse a nuestras empresas un día, según
el liderazgo de Discovery Education. La irrupción de dichas empresas en el
campo educativo ha provocado que la educación a distancia, mediada por el software provisto por ellas, se
convierta en un elemento esencial de los sistemas educativos en el mundo, lo
cual se está cocinando ya en México”[6]
Así las cosas, ya se “cocinó”, tres meses más tarde de este artículo
que ya adelantaba lo que iba a suceder… ¡sucedió!
El titular de la Secretaría de Educación Pública de México, Esteban
Moctezuma Barragán en la Reunión Anual de Industriales adelantó la hibridez
educativa.
“Cuando los
estudiantes regresen a clases tras haber superado la pandemia del Covid-19,
existirá un modelo multiplataforma, el cual estimulará las competencias de la
educación 4.0 con las clases presenciales…
Estamos en un periodo
de cambio educativo que no esperábamos se diera de manera tan intensa y veloz,
dijo al recordar que la migración las plataformas digitales, las video
conferencias y otras formas de educación a distancia se dieron con altibajos”[7]
En esa misma línea, Audry Azoulay, Directora General de la UNESCO,
también afirma que:
“La educación en
nuestro planeta se ha convertido en algo virtual (…) la magnitud de este
desafío exige innovación, cooperación y solidaridad (…) aprendamos de la crisis
para el futuro de la educación…”[8]
Lo que dice la directora de la UNESCO es en el marco del video de la
presentación de la Coalición Mundial para la educación COVID-19, compuesta por
miembros de la ONU; Organizaciones de la Sociedad Civil (ong y fundaciones
corporativas); Empresas de Comunicación y de Tecnologías de la Información.
Negocio redondo por una parte, e imposición de un modelo educativo
global que imprime el imperativo de las tecnologías del aprendizaje para el
desarrollo, en nuestros niñes y adolescentes, de las “habilidades del siglo XXI”.
¿Y en Argentina qué?
En Argentina, también, porque la “nueva normalidad” ya lo ha impuesto,
pero una cuestión es la emergencia en la que por supuesto no hay que exponer a
les estudiantes, ni a les docentes, pues no se trata de desafiar al virus, como
intentan algunos gobernadores de algunas provincias que han tenido que recular,
o como pretende la Ciudad de Buenos Aires con sus “deseos” contrahechos de la
realidad.
Ni la hibridez del gobierno nacional, a través de su ministro de
educación, que cada vez queda más expuesto con un ministerio que en definitiva
no tiene más sentido que el de continuar las políticas que se deciden en los
organismos internacionales, como lo demuestra su participación en la Reunión extraordinaria de jefes de Estado y
de gobierno[9]
convocada, otra vez, por la UNESCO, para seguir bajo el manto de la política
colonial del siglo XXI y poder recibir ayuda económica.
Como vimos durante el recorrido del artículo, las políticas de
hibridez educativa, no son neutrales, existen múltiples intereses en la
educación híbrida, pero tal vez la estrategia mas radical sea la de ir desplazando
al docente en el mediano plazo, “readecuando” el estatuto que regula su
actividad (puesto que también es una de las recomendaciones OCDE 2017 para
Argentina), es decir, flexibilizando derechos, a la vez que se imponen nuevas
obligaciones.
Vimos que en México el anuncio de la educación híbrida se realizó en
una reunión de industriales, no con les docentes.
Lo más categórico de estas “nuevas normalidades” de la educación, es
que se deciden sin la presencia de los docentes y por lo tanto, prescindiendo de
su consulta.
Algo parecido a lo que sucedía con la lectura del “Requerimiento de
Obediencia”, cuando Colón desembarcó de este lado del océano; se leía en el monte, en plena noche y sin
interprete, en presencia del notario y ningún indio[10].
[2] https://back.argentina.gob.ar/sites/default/files/resumen_de_datos_informes_preliminares_directivos_y_hogares_0.pdf
[3] https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/coronavirus-destapado-pandemia-beneficia-ricos-pobreza_129_6104077.html
[4] https://www.weforum.org/agenda/2020/04/coronavirus-education-global-covid19-online-digital-learning/
[5] http://www.oecd.org/education/new-approach-needed-to-deliver-on-technologys-potential-in-schools.htm
[6] Mauro
Jarquín Ramírez. https://www.jornada.com.mx/2020/07/26/opinion/018a2pol
[7] https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/10/28/regreso-a-clases-puede-seguir-modelo-de-educacion-mixta-sep-9817.html
[8] https://www.youtube.com/watch?v=LGbqjso8BlA
[9] https://es.unesco.org/news/reunion-extraordinaria-jefes-estado-y-gobierno-auspicios-unesco-reafirma-compromiso-educacion-y
[10]
Eduardo Galeano. Espejos. Siglo XXI. Buenos Aires 2008.
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