Con el estilo frenético que caracteriza al presidente electo, otra vez aparecen los cambios en el armado institucional. El nombre que apareció ahora para la secretaría de Educación es el de Carlos Torrendell, licenciado en Ciencias de la Educación, egresado de la Universidad Católica Argentina.
Hace algunos días escribíamos en este mismo medio, bajo el título de Capital humano y la lógica del sometimiento, sobre lo que significa, en el contexto del gobierno que propone el promulgado presidente, Javier Milei, la noción de capital humano, vinculada al mercado y a la educación por competencias que tiene como fin último lograr la performatividad económica de los estudiantes para la empleabilidad en el estrecho mercado de trabajo, en detrimento de la formación intelectual que debería ser, sin dudas, el objetivo de una educación trasformadora que se apoye en las pedagogías críticas con la mirada puesta en un fin colectivo, la emancipación social.
Parece que estamos cada vez más lejos de esos objetivos, la formación intelectual, el pensamiento crítico fueron desplazados por la instrucción instrumental: “saber hacer” (la tarea encargada) y “saber ser”, un sujeto con la suficiente educación emocional para adaptarse e incluso, dejar de ser quien es. Es decir, tener la capacidad de sublimar nuestros deseos y nuestros sueños y aprender a flexibilizarnos frente al orden impuesto.
En ese contexto de raigambre neoliberal de desubjetivación se produce, además, la confiscación de la palabra “libertad”, que el partido La Libertad Avanza ha realizado, paradojalmente, retrocediendo. Instalado un movimiento regresivo que deja de interpelar a la educación como pública, gratuita y científica, además de negarla como derecho.
No digo que esa aspiración sea privativa de Milei, muy lejos está de la originalidad, más bien se trata de expresar el auge de los “servicios educativos”, tal como lo son en Chile, para no abundar, luego del experimento de Milton Friedman y los chicago boys.
Decíamos en el artículo mencionado que todavía no había confirmación de quién ocuparía la cartera educativa devenida en secretaría dependiente del ministerio de Capital Humano, que mientras escribíamos, hace 7 días, iba a estar conformado por, Educación, Salud, Desarrollo Social y Trabajo, aunque en otro ademán anarco-institucional parece que en este momento la cosa volvió a cambiar y Niñez y Familia toma el lugar de Desarrollo Social, según esta última innovación se agrega un área cercana a quien será la ministra, Sandra Pettovello, licenciada en Ciencias para la Familia de la Universidad Austral y licenciada en Periodismo por la Universidad de Belgrano; políticamente formada y ex vicepresidenta del partido liberal, Unión del Centro Democrático (Ucede); también trabajó en producción de programas periodísticos. De acuerdo con su CV nunca pasó por la gestión pública.
Indicábamos, entonces, que el primer nombre que sonaba para Educación fue el de Martín Krause, Licenciado en Administración de Empresas, egresado de la Universidad Católica de La Plata, integrante de la fundación Libertad y Progreso e impulsor del sistema voucher y de la competencia entre escuelas, pero fue descartado luego de su intervención en un encuentro en la Universidad Torcuato Di Tella, donde espetó una nefasta y forzada alocución en el contexto de poner en duda el cumplimiento de los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios dijo que “somos unos chantas, no cumplimos nada (…) si la Gestapo hubieran sido argentinos, ¿no hubiera sido mucho mejor? Porque en vez de matar seis millones de judíos, seguramente eran mucho menos, porque hubiera habido coimas, hubiera habido ineficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos, pero eran alemanes ¿viste?, ese es el problema que hubo…”.
Luego de que Krause haya quedado ¡afuera!, Milei designó para la transición en Educación a Eleonora Urrutia, abogada egresada de la Universidad de Cuyo, además de su presencia en Chile con la Fundación para el Progreso en la que se desempeña como investigadora y miembro del consejo directivo; también es PhD en Administración de Negocios, Master en Economía y Ciencia Política, ambas certificaciones son de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas, creada en Buenos Aires por Alberto Benegas Lynch en 1977, el mentor de Milei); asimismo muestra su recorrido como consultora Banco Mundial y del BID para Latinoamérica y el Caribe en desarrollo del sector privado y gestión del sector público y algunas otras certificaciones.
Además de su actuación en el mundo privado de la educación, salvo su paso como estudiante de abogacía por la Facultad de Derecho de la UNC, su formación fue íntegramente en instituciones privadas.
Comentamos en el artículo anterior que se desempeñaba como articulista de la Revista chilena El Líbero en donde el 29 de marzo de 2018, había publicado un artículo bajo el título, “La verdad oficial sobre la última dictadura militar argentina”, interesante título donde el negacionismo es tal, que la palabra “dictadura” no aparece en todo el texto, tras calificar de “pacífica sublevación militar”, a las vejaciones cometidas por la dictadura cívico-militar, vuelve sobre la noción de la “guerra” y califica como “aberración jurídica” la tipificación de los delitos de lesa humanidad. Su fuerte vinculación con Chile, tiene lazos con su historia familiar puesto que está casada con Hernán Büchi, quien ocupó el cargo de ministro de Economía entre 1985 y 1989 durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Tanto Martín Krause, como Eleonora Urrutia no son Educadores, no están formados en didácticas y mucho menos en pedagogía, están formados en negocios, en administración de empresas, aunque no parece ser ese el motivo por el cual quedaran fuera de la carrera, sobre todo Urrutia que ya estaba trabajando en la transición.
Así las cosas, el nombre en danza a 3 días de la asunción presidencial, es el Dr. en Ciencias de la Educación, Carlos Torrendell, doctorado adquirido en la Pontificia Universidad Católica de Chile (UCA), institución que tiene la particularidad de haber sido el faro para llevar a cabo la reforma en Latinoamérica, conectada con Diálogo Internacional (IAD), una fundación de derecho privado creadora del Programa Preal (Programa para Reforma Educativa para América Latina y el Caribe) con sede en Washington.
A propósito de la UCA de Chile, en 1953, Albion Patterson (director de la Administración para la Cooperación en Chile (posteriormente USAID). Theodore Schultz (presidente del Dpto. de Economía de la Universidad de Chicago) conversaban sobre la urgencia de “cambiar la formación de los hombres, influir en la educación…” “el gobierno de USA no se empeñaba demasiado en la guerra intelectual contra el marxismo (…) queremos que los países pobres trabajen su salvación económica vinculándose a nosotros y su desarrollo económico se consiga a nuestra manera” (Klein 2008). Así que fueron a ofrecerle servicios al rector de la Universidad de Chile para la formación de los nuevos economistas, pero no aceptó, entonces ofrecieron los medios y los dineros a la UCA, que ni siquiera tenía Facultad de Ciencias Económicas, pero gracias a los enviados norteamericanos, la fundan. Milton Friedman ya tenía su experimento.
Siempre es bueno conocer la historia y saber sobre las instituciones y sus perfiles de formación, sus objetivos y sus posiciones ideológicas.
Con Carlos Torrendell en educación se amplifica el horizonte privado, es un intelectual formado íntegramente en instituciones privadas de elite; como vimos, la UCA es su cuna, ha realizado cursos en la Universidad de San Andrés (UdeSA) vinculados a educación como explicita en su CV. Es colaborador de la Fundación Argentinos por la Educación, la ong de CEOS empresariales que tiene entre sus fundadores a Roberto Souviron, dueño de Despegar.com, egresado de la UdeSA, como Administrador de Empresas. En ese camino de la injerencia de la autopercibida “sociedad civil”, Torrendell está vinculado con la Fundación Lúminis y con Enseña por Argentina (ExA), organizaciones siempre cercanas al Pro, en la ciudad de Buenos Aires, en el caso de ExA con convenios firmados con el ministerio de Educación, aun cuando Oscar Ghillione, que fuera el fundador, también se desempeñe como funcionario de la ministra saliente, Soledad Acuña.
El casi flamante secretario de educación en la era mileiniana, también ha pasado por la función pública en el gobierno de la Ciudad, entre los años 2012 y 2017, se desempeñó como coordinador de Formación en el Desarrollo de Políticas Curriculares Cooperativas para la Formación Docente de CABA y Asesor de Planeamiento Educativo y en Formación Docente, durante las gestiones de Mauricio Macri (PRO) y de Horacio Rodríguez Larreta (PRO) como jefes del gobierno porteños.
Es importante destacar su participación en el Departamento de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria (CEPAU), prosecretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Educación Católica (CEEC) y miembro del Comité de Educación de la Comisión Arquidiocesana para la Cultura (Buenos Aires). Como vemos, se trata de un hombre con fuertes lazos con el poder eclesiástico.
Hay tres o cuatro conceptos sobre los que Torrendell trabaja en su cruzada por el lugar que le otorga a la “sociedad civil” como par del “Estado” en la cuestión educativa; dicho de otro modo, en la concepción de Torrendell es necesario el desplazamiento del Estado para dar lugar a la “sociedad civil”, lo que se traduce en lo que venimos anunciando hace más de 30 años, la injerencia de las ong , fundaciones e instituciones de derecho privado asumiendo el poder de decisión, en lugar del Estado, generando la ilusión de que el conjunto de la población está incluido en el concepto de “sociedad civil” que hace eje en el concepto de school choice (elección de escuelas) o más profundamente, libre elección, hasta la conclusiva libertad de enseñanza, vinculada a la libertad educativa, conceptos todos que sólo pueden funcionar con un definitivo “alejamiento” del Estado, que desde su visión también estaría asociado al mercado: “…la educación estatal fue utilizada en reiteradas oportunidades y ámbitos para imponer opciones ideológicas. En este sentido, el Estado se ha constituido en un ámbito privilegiado para que se aniden grupos de interés que sobreviven gracias al poder y al erario público imponiendo a los sectores sociales a su alcance su agenda y cosmovisión. Podríamos decir que lo público estatal se convirtió en “privado-sectario”… mucho más “privado” aún que lo público de gestión privada pues se camufló exitosamente bajo el manto de lo “neutro y laico“, son algunas de las consideraciones que realiza en su ensayo “School Choice: entre la libertad de enseñanza y la libertad de mercado”.
El planteamiento de la “libertad educativa” como iniciativa del complejo de poder que Torrendell define como “sociedad civil”, entra en conflicto con la iniciativa de igualdad que propone el Estado, según el propio Torrendell, cosa que no es tan así puesto que como venimos exponiendo desde los inicios de nuestra crítica a la reforma, cada vez es mayor la dependencia del Estado de los sectores de la “sociedad civil” a la que alude, de hecho él mismo es un factor surgido y formado en el sector privado (aunque lo llame con el eufemismo, sociedad civil), ocupando cargos públicos en un Estado que describe como “mar de mediocridad con archipiélagos de excelencia” como expresó en el programa “Buenos días América” en el canal A24.
Pero es, paradójicamente, que la “mediocridad” del Estado se comenzó a acentuar cuando sus sucesivas dirigencias autopercibidas progresistas y las de centroderecha estrecharon más lo vínculos con la vidriosa “sociedad civil”, que en la mayoría de sus propios nichos reciben los fondos de la “mediocridad” estatal, las corporaciones empresariales y/o los organismos internacionales.
Cuanto más ese maridaje se consolida, lo público, como lo común se desvanece en el aire, por los efluvios tóxicos de lo que se defiende como “pluralidad”, otro de los conceptos en los que se recuesta Torrendell; extraño concepto de pluralidad que encubre la fragmentación social, que permeabiliza la elitista autoproclamada “libertad”.
El debate no es, solamente, sobre la libre elección, la pluralidad, la libertad de enseñanza o el rol de la subsidiariedad del Estado; se trata de la lucha contra la desposesión de la educación pública, único lugar de síntesis donde las diferencias se amalgaman.
Darío Balvidares
Imagen destacada: elDiarioAR.com
Artículo publicado originalmente Educación: pase el que sigue 07-12-23
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