Por Darío Balvidares
El pasado viernes 23
nos enteramos de la muerte del Ministro de Transporte, Mario Meoni, durante el
viaje a su casa en Junín con un vehículo oficial, propiedad de Trenes
Argentinos, alrededor de las 21.30.
Volvió a reavivarse el tema de lo que va a ocurrir con la llamada Hidrovía del Río Paraná, por cuanto el decreto 949/20 abre la licitación a manos privadas otra vez.
En unos días vence la
concesión actual, hace unos meses había aparecido la posibilidad de que en
lugar de concesionar el río, volviera a estar en manos del Estado, después de
25 años, a través de la creación de una empresa pública que se haga cargo de la
administración y control de lo que en la hidrovía sucede.
Incluso, dentro del
propio Frente de Todos el senador Jorge Taiana, presidente de la Comisión de
Relaciones Exteriores de la Cámara, le había pedido explicaciones, al entoces
ministro Meoni, de porqué se abría la concesión a empresas privadas, y que
explique “las razones por las cuales se
desestimó la creación de la Administradora Federal Hidrovía Sociedad del
Estado”, puesto que a mediados de 2020 se
había impulsado la creación de la Administradora a través del Acuerdo Federal
hidrovía.
Pero como una de las
características del gobierno es primero anunciar la recuperación de soberanía y
luego preferir la postura colonial, este caso no podía ser la excepción, ya estaba
el antecedente de Vicentín que marcaba la impronta.
Y como para que no
queden dudas el entonces ministro Meoni, el 8 de este mes, firmó un acta de
compromiso con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE, la misma que nos tiene colonializados con las pruebas PISA) será para
que gobierne la próxima licitación (es decir la entrega) de la hidrovía (es
decir los ríos).
El tema es mucho más
complejo, porque importa la decisión de los canales de circulación, Punta
Indio, a cargo del Puerto de Montevideo y el que pretenden las cerealeras como
Dreyfus, Cargill y Bunge y el canal Magdalena que mantiene las embarcaciones en
aguas argentinas con salida por el Puerto de Buenos Aires.
De acuerdo con el
decreto mencionado, las obras de dragado y balizamiento se realizaran en el
canal Punta Indio.
En conclusión, y más
allá del aspecto económico para beneficiar a los que se han beneficiado siempre
con estos modelos productivos; ni siquiera el gobierno se plantea el tema de
que el Estado tenga el control geoestratégico por donde sale el 75% del
comercio exterior del país y las múltiples veces denunciado contrabando.
Para finalizar y pensar: ¿acaso no
llama la atención que el subsecretario de Puertos y Vías navegables,
responsable del Consejo Federal de la Hidrovía sea Leonardo Cabrera Domínguez?
Quien además de que fuera operador de
Dreyfus, “cuenta con un incondicional apoyo de la empresa belga Jan de Nul
Group (con fuertes intereses en la Hidrovía), la adhesión de la pastera UPM (ex
Botnia) y el visto bueno del actual presidente de la Organización de Estados
Americanos (OEA) Luis Almagro…”, según el portal El Argentino de Gualeguaychú.
Parece que en el Frente de Todos
también tienen “agentes” de los dos lados del mostrador.
¿Y la soberanía?
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