Por Darío Balvidares*
21/04/2021
Conforme avanza la
pandemia, los contagios aumentan, las camas de terapia intensiva disminuyen y
se acaban, los trabajadores de la salud con agotamiento sostenido, mientras los
pandemials desafían el mundo real,
imponiendo los intereses de la idiotez y fallos judiciales de dudosa
procedencia y deficiencia argumentativa, que invitan a docentes, auxiliares,
estudiantes y familias a coquetear con los contagios, la enfermedad y la
muerte, dando lugar a la decisión política del jefe de gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, el neoliberal, Horacio Rodríguez Larreta.
A diferencia de los Centtennials,
Millennials y otras catalogaciones que describen comportamientos generacionales
de manera epocal dentro del contexto de clase que el capitalismo impone; los
pandemials fueron apareciendo por generación espontánea y abarca un variopinto
rango de edades, géneros y estatus sociales.
Pero los más
peligrosos son los pandemials que
toman las decisiones políticas y los pandemials periodistas, unos porque traman
nuestro destino y otros porque construyen el paupérrimo sentido común desde lo
que se dio en llamar la “opinión pública”.
No todo es una
cuestión de la “grieta” vernácula, de hecho en lo que respecta al tema de la
educación presencial o a distancia en el contexto covid-19, viene de una
reunión (virtual) de carácter mundial en la que la UNESCO
convocó a funcionarios de educación de distintos países, entre los que participó el ministro de
educación de la Nación, Nicolás Trotta.
Justamente, “mantener las escuelas abiertas” fue el
primer tema en la que los disertantes coincidían en que la “presencialidad es lo último que hay que
cortar”.
En realidad, la
premisa ya la había decidido la propia UNESCO (uno de los motores principales de la reforma confiscatoria de la
educación pública) y un referente del Banco Mundial (el otro motor) que también
participó del evento, de ahí que con ese mandato y la bajada posterior al
ineficaz Consejo Federal de Educación, el propio ministro Nicolás Trotta hizo
declaraciones como ésta:
“… en las escuelas, como en aquellos
lugares donde se logra cumplir con los protocolos, hay bajo riesgo de contagio,
lo demuestra la evidencia (…) No se van a cerrar las escuelas…”
Algo similar dijo la
ministra, Soledad Acuña, en la Ciudad de Buenos Aires:
“las escuelas tuvieron ‘un nivel bajísimo de
casos que dieron positivo’ y que ‘no hubo contagios en las burbujas dentro de
las que se dieron esos casos’…”
Mientras se incumplía
el primer día del judicializado DNU presidencial, que suspendía por 15 días la
educación presencial, ambos “engrietados” coinciden, no sólo en estas
apreciaciones sin sustento científico, también lo hacen en relación con los
convenios firmados con ong y fundaciones empresariales.
Frente a los pandemials y otros practicantes de la
idiotez y en relación con estas manifestaciones es importante informarse. Un
artículo de la revista The Lancet
titulado “La reapertura de la escuela sin
una sólida mitigación del COVID-19 corre el riesgo de acelerar la pandemia”
contradice el remanido argumento esgrimido tanto por el ministro de educación
de la Nación, como por la ministra de la Ciudad de Buenos Aires, recordando que
Soledad Acuña, es la misma que decía que:
“Tenemos
millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de
transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba,
son un espacio, con protocolos, no solo necesarios sino posibles”
Afirmaciones que demuestran que tampoco hubo lectura del informe que
desarmaba el mito:
“A lo
largo de la pandemia de COVID-19 ha existido un mito persistente de que los
niños apenas se ven afectados por la enfermedad. Nada podría estar más lejos de
la verdad”, asegura Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF (…) Si
bien los niños pueden enfermarse y propagar la enfermedad, esto es solo la
punta del iceberg de la pandemia. Las interrupciones en los servicios clave y
las crecientes tasas de pobreza representan la mayor amenaza para los
niños. Cuanto más persista la crisis, más profundas serán sus
repercusiones en la educación, la salud, la nutrición y el bienestar
de los niños. El futuro de toda una generación está en riesgo”.
Cabe agregar que los pandemials del ineficaz Consejo Federal
de Educación habían establecido el “semáforo” como herramienta indicativa de
los alertas, el que se fijaba como “rojo” cuando la circulación viral se
estableciera en más de 200 contagios cada 100 mil habitantes, ese número es
largamente superado casi en todo el país. En el momento que escribo este
artículo en la Ciudad de Buenos Aires hay 1200 contagios cada 100 mil habitantes.
¿Quién se robó el semáforo?
La máquina de destrucción masiva
El partido gobernante
de la Ciudad (PRO) se ha caracterizado por ser una suerte de máquina de
impedir, con la baja sistemática del presupuesto educativo, que cuando asumió
(2007) rondaba el 28%, que tampoco significaba demasiado, hasta este 2021 que
está en el 17%.
Pasado un año de la
pandemia el gobierno de la Ciudad no invirtió en la conectividad siendo uno de
los impulsores discursivos de las bondades de la tecnología y estigmatizando de
manera continua la falta de capacitación, al mismo tiempo que suprime la entrega de computadoras tanto a
estudiantes como a los propios docentes;
a quienes trata de “fracasados” que terminan en la educación, dijo la
misma ministra, pandemial, Soledad Acuña:
“… son personas cada vez más grandes de edad,
que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción luego de haber
fracasado en otras carreras…”
Los mismos que quieren
borrar la historia de 29 profesorados y los turnos noche de las escuelas
secundarias.
Los mismos que tienen
inconfesables off short, como el empresario Gabriel Sánchez Zinny, ex Director
de Escuelas en provincia de Buenos Aires y que, actualmente, ocupa el cargo de Director de la Unidad de Evaluación Integral
de la Calidad y Equidad Educativa porteña (UEICEE); fue declarado “persona no
grata” por los sindicatos UTE y ADEMyS, es
el responsable, junto a la
exgobernadora, María Eugenia Vidal (que terminó su mandato con 340 escuelas
cerradas por problemas de infraestructura), de las muertes de la docente, Sandra Calamano y el auxiliar,
Rubén Rodríguez por la explosión en la escuela número 49 de Moreno el jueves 2
de agosto de 2018.
Este pandemial comparte con otro,
Esteban Bullrich (ex ministro de educación, primero en la Ciudad de Buenos
Aires y luego de la Nación y actual senador nacional) Formar Foundation (actualmente
inactiva), una off short que fuera denunciada en el caso conocido como Panamá
Papers, con domicilio en Florida,
paraíso fiscal de Estados Unidos.
Durante sus gestiones todo el sistema educativo sufrió una campaña sistemática
de precarización y tercerización en manos de ejecutivos de fundaciones “amigas”
ocupando cargos públicos, desmantelando programas y recortando el presupuesto
en áreas sensibles, sin inversiones en equipamiento tecnológico (computadoras y
plataformas de conectividad en las escuelas y conectividad gratuita en los
barrios más humildes).
El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta (ex director del Grupo Sophia
financiado entre otras fuentes, por la
Banca de Boston durante la década del ‘90) en la Ciudad de Buenos Aires no sólo
no invirtió en todo el 2020 en
tecnología, ni tampoco en infraestructura para adecuar las aulas de las
escuelas a los requerimientos de seguridad e higiene que la situación requiere.
Estos son, simplemente,
algunos recordatorios para ver que los
pandemials no son sólo producto de un virus, son los destructores de lo
público, lo privatizadores de lo común, los que desconocen la solidaridad con
el cinismo que la idiotez que antepone sus intereses fundamentalistas y mezquinos
les otorga.
Los pandemials
habitan en el poder judicial
Con ese mismo cinismo
del idiota “la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y
de Relaciones de Consumo de la Ciudad
de Buenos Aires falló a favor de la
presencialidad…”
En los fundamentos del fallo citan la Ley
26.206 (LEN) en su el
Artículo 4°
“El Estado nacional, las provincias y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e
indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para
todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y
equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones
sociales y las familias.”
Y luego refiere el Artículo
5º
“El Estado nacional fija la política
educativa y controla su cumplimiento con la finalidad
de consolidar la unidad nacional,
respetando las particularidades provinciales y locales”.
Sin la pretensión de
un análisis jurídico, sino a través de un simple análisis del discurso, está
claro que el “El Estado nacional, las
provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad…”.
Pero el Artículo 3
expresa que: “La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado…” y el Artículo 5° determina al Estado nacional fijar la política educativa.
Eso es lo que hace al
argumento del gobierno nacional decretar la suspensión de las clases por 15 días
en virtud de la urgencia que amerita el avance desmesurado de los contagios y que
el gobierno de la Ciudad no deba pedir la inconstitucionalidad del DNU
presidencial, manifestando que se
vulneran las “particularidades
provinciales y locales”, puesto que la crisis sanitaria producto de la
pandemia no es ninguna “particularidad”
propia de la Ciudad.
Incluso el Artículo
129 de la propia Constitución Nacional establece:
“La ciudad de Buenos Aires tendrá un
régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y
jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de
la ciudad.
Una ley garantizará los intereses del
Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación…”
De acuerdo con el
artículo, el gobierno de la Ciudad es autónomo y los habitantes votan sus autoridades, sin embargo
el mismo artículo agrega que se garantizará
los intereses del Estado Nacional, algo que el gobierno/equipo de los pandemials no está garantizando.
Incluso el artículo
128 instituye:
Los gobernadores de provincia son
agentes naturales del Gobierno Federal
para hacer cumplir la Constitución y
las leyes de la Nación.
No hace falta mayor
explicación, para no subestimar al lector de este artículo, sí señalar
que para los pandemials “su
ideología constituye el velo que les tapa la realidad”, además de escasear
en lectura o por lo menos en compresión e interpretación de texto.
De ahí las
contradicciones, el vicejefe de Gobierno porteño había expresado que: “Si
hay una segunda ola tendremos que parar con la presencialidad por 10 o 15 días”
Y no solo hacen lo contrario, sino que se transforman en sofistas de
folletín, exponen al conjunto de la población al contagio ilimitado, usan a
esos “tribunales” que excretan fallos a pedido, pero jurídicamente nulos, como
ya lo definió el juez federal en lo
Contencioso y Administrativo, Esteban Carlos Furnari que dejó sin efecto la resolución
de la Cámara de Apelaciones porteña que habilitaba las clases
presenciales en la Ciudad por no tener competencia sobre el tema.
Una para el final
El equipo de pandemials que
“administra” la Ciudad de Buenos Aires, con Horacio Rodríguez Larreta como
“líder”, desobedece el fallo de la Justicia Federal.
Estamos frente a un crecimiento exponencial de contagios y los Pro-Pandemials
juegan con la enfermedad; tampoco invirtieron en infraestructura hospitalaria y
no reconocen la profesionalización de
los enfermeros/as.
La Corte Suprema tiene en sus
manos un tema jurídico de fácil solución, que pone de manifiesto si desde ese
Olimpo, también folletinesco, pueden ver la realidad que nos impone el virus,
mas allá del DNU que es necesario, pero del todo insuficiente.
Los docentes interpelan el delirio del gobierno porteño con su lucha por
la vida, mostrando que la realidad del covid-19 no es discursiva, es letal.
*Profesor y Licenciado en Letras (egresado
FFyL – UBA)
Fue docente durante 30 años en la Escuela de
Comercio 3 DE 7 Hipólito Vieytes de la que se jubiló como Rector en
2015.
Investigador en Política Educativa; autor
de La educación en la era corporativa, la trama de la
desposesión Editorial Herramienta – Contrahegemonía 2019 y La
novela educativa o el relato de la alienación Redes Cultura 2005
(con prólogo de Osvaldo Bayer). Además de decenas de artículos
publicados en Rebelión; Contrahegemonía Web y Otras Voces en Educación.
Productor periodístico y columnista del
programa “La Deuda Eterna” (FM Flores 90.7 CABA y Radio La Retaguardia entre
2006 y 2020)