Por Darío Balvidares*
15/03/2021
Tal vez se haya pasado por alto la creación y puesta en funcionamiento
del Consejo Nacional de Evaluación de la Calidad Educativa en julio 2020, pero es un tema muy interesante para
revisar por varios motivos.
En principio porque es una prueba más de la continuidad del
alineamiento y subordinación de la Argentina a la macropolítica reformista que
imponen los organismos internacionales, pero específicamente en este punto, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de donde
surgen las “recomendaciones” de la métrica de los resultados de la mano de las
inefables pruebas PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos)
para mensurar la “calidad” de la educación, una “medición” ad hoc, descontextualizada,
estandarizada y por sobre todo, sin conexión con les docentes.
Con los discursos de la colonialidad se naturaliza que un “evaluador”
externo, ajeno a la escuela, interrogue a les estudiantes y “mida” su
trayectoria individual en dos horas, de manera descontextualizada y con un
sistema de respuestas múltiples (de baja o nula eficacia) para luego con toda
la información construir un ranking y potenciar como método, para mejorar la
“calidad”, la competencia.
Competencia entre escuelas, entre docentes (separados de las
evaluaciones pero, esquizofrénicamente,
evaluados) y entre países.
Sabemos y hemos dicho mucho más en otros artículos y publicaciones
sobre la relación entre la estandarización y la colonialidad, atadas al sofisma
de que la escuela es “responsable del crecimiento económico”.
Pero para lo que concierne a este trabajo hay que dejar puntualizado
que esa estandarización de la política educativa, definitivamente colonial, se
muestra a nivel interno en los avances de las políticas endoprivatizadoras de
la educación pública.
La creación del consejo nacional
de la calidad educativa no es más que otro mecanismo burocrático, alejado
de las realidades áulicas, y con pretensiones de pluralismo, un pluralismo que
no hace más que confirmar que los obsoletos principios neoliberales de la educación
están funcionando sin resistencia alguna.
El debate sobre la “calidad” educativa es una deuda pendiente, porque
se ha tomado como parámetro, la conceptualización de la OCDE, que obviamente
responde al modelo economicista de la educación, es decir, a los intereses
corporativos, deshumanizados y estandarizados.
Crear un consejo de la calidad,
sin discutir calidad y el contexto de
aplicación, es por lo menos un botón más del traje neoliberal con la que se ha
vestido a la educación.
No se puede naturalizar que se mantengan los mecanismos privados, el
ministro Nicolás Trotta no ha mostrado un ápice de diferenciación en los
avances de la macropolítica educativa, ciertamente está cumpliendo con lo ya
marcado en el “proceso de reorganización
pedagógica” (este enunciado le pertenece[1]),
que por supuesto no es innovación sino continuación.
Veamos, la presidencia del consejo fue asignada a la fundación CIPPEC[2]
y a la Universidad de San Andrés, en la persona del investigador Axel Rivas,
fiel representante de ambas instituciones privadas.
La fundación CIPPEC fue faro intelectual del anterior gobierno de Juntos por el Cambio (aunque también había estado en la gestión de
Daniel Filmus en el Ministerio de Educación durante la presidencia de Néstor
Kirchner), en tanto sus referentes son de cita bibliográfica en los fundamentos
de documentos como el Plan Maestro;
la Secundaria del Futuro; La ley
que crea la Unicaba, entre otros, todos de factura neoliberal en los que
manifiestamente la educación y el conocimiento se ponen al servicio del
mercado.
La Universidad de San Andrés es una de las universidades privadas de
élite que también regló y a la que se le atribuyó en el período 2015-2019 la voz
sobre las capacitaciones con convenios en varios distritos del país y con incidencia
directa en el entonces gobierno
nacional.
Toda una semiótica del camino del “proceso
de reorganización pedagógica”. Si continuamos con los integrantes[3]
del flamante consejo, nos encontramos
con 1 representante por cada uno de los 5 sindicatos con representación
nacional, los mismos que acordaron una paritaria 34,6% en tres cuotas
trimestrales, que lleva el salario inicial a $ 31.000. Aunque no es este el
tema del presente artículo, sino ver cómo los formatos de la precarización
llegaron para quedarse, corregirse y aumentarse.
Los conflictos por la falta de protocolos claros, además de los
incumplimientos de los funcionarios responsables del equipamiento, la mejora
edilicia, que no se produjo en la mayoría de las escuelas que no pueden
resolver problemas de infraestructura respecto de la adecuada ventilación,
entre otros, iban a surgir y surgieron en casi todas las jurisdicciones del
país, además del salarial.
Mientras tanto parecía muy importante la formación del consejo de la calidad… que además de
tener entre sus miembros a las presidentas y vicepresidentas de las comisiones
de educación del senado y de la cámara de diputados, también alberga
representantes de la CTA-T; la CGT; La Unión Industrial Argentina (UIA); Coninagro
(Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada) – una de las entidades
que evitó la suba de retenciones – y el rector del colegió (católico) Esquiú.
Todos ellos aparecen como representantes de las organizaciones del trabajo y la
producción.
Además de aparecer entre los “Consejeros…”
firmes representantes de la reforma privatizadora de la educación y del que
este consejo es un fuerte signo del
maridaje publico / privado.
Es justamente el recorrido semiótico lo que continúa dándonos pistas del
proceso de endoprivatización del sistema público organizado en función de los
intereses del mercado y por sobre todo en función de la creación de una
educación para el trabajo…
¿Pero para qué trabajo?
En junio de 2017, el gobierno Mauricio Macri crea la Comisión
Permanente de Educación Técnico Agropecuaria y Agraria que realiza un convenio
en el que incluye al INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y al
INET (Instituto Nacional de Educación Tecnológica) y firma convenio con
Aapresid, Aacrea, Cafma, Uatre y 45 empresas. Lo que significa que las
principales entidades del agronegocio y del alucinante mundo de los
agroquímicos desembarcaban con toda su voracidad, adueñándose de las currículas
escolares de la educación agraria y técnica.
Hace unos días, se conoció la noticia[4]
del concurso nacional, Futuros Líderes BPA, lanzado por la Cámara
de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) con el lema “Hacer las cosas bien y poder mostrarlas”
destinado a estudiantes de los últimos tres años de escuelas secundarias
técnicas agrarias o técnicas. El concurso propone las “Buenas Prácticas Agrarias” (BPA) para la agricultura sostenible. Afirma la entidad que
se busca, a partir del concurso, “desarrollar
en los estudiantes el espíritu de emprendimiento, mediante actividades que
encaminen a aplicar el liderazgo, la responsabilidad, la creatividad y el
compromiso”.
No puede haber sostenibilidad desde los agrotóxicos, que CASAFE (y
todas las entidades que trabajan con los agroquímicos) encubre bajo el nombre
de fitosanitarios.
No queda duda que éstas son las mascaradas de la entrada empresarial y
corporativa en la educación, un práctica que no es nueva y que lleva dos
cuestiones consigo; la naturalización de una práctica devastadora amparada por
la pedagogía instrumental que propone la reforma, por un lado y la promoción que
realiza el Estado auspiciando acciones que luego se traducen en la complacencia
de que se fumiguen pueblos, escuelas,
estudiantes y docentes y por sobre todo, la certificación de un modelo
productivo que va contra la naturaleza y contra el modelo agroecológico, que es
el que debería estar presente en las currículas escolares.
Pero, lamentablemente, los acuerdos no se hacen con los campesinos, sino
con los generadores de commodities, envenenadores seriales del ambiente.
Por ese motivo, porque nada debe cambiar del rumbo trazado por los
reformadores, es que están presentes en el consejo de la calidad…: la burocracia sindical;
la oligarquía agrotóxica; la fundación CIPPEC (financiada por un variopinto espectro
empresarial, organismos internacionales, gobiernos y la educación privada); el
culto católico (Colegio Esquiú) y los Consejeros académicos, la mayoría de
acuerdo con la reforma neoliberal desde la primera hora.
Parece que la línea ministerial ni se quiebra, ni se dobla.
¿Acaso hay alguna diferencia sustancial entre los acuerdos del
ministerio de educación, durante el gobierno de Macri, por ejemplo con la
Fundación Varkey para la capacitación de directivos (que le costó al erario
público, millones de dólares), con el acuerdo de ese mismo ministerio, en la
actual presidencia de Alberto Fernández, con Open Society de otro
multibillonario, George Soros o más recientemente con el proyecto ProgamOn llevado a cabo por la corporación Coca-Cola
junto a la ong Chicos.net[5]?
Como vemos, la actual gestión ministerial también terceriza los
procesos de enseñanza /aprendizaje en manos de las grandes corporaciones
empresariales y sus fundaciones virales.
Podríamos seguir multiplicando los ejemplos en que las concordancias
con el gobierno anterior en la línea de la macropolítica educativa no han
cambiado nada, casi podemos arriesgar que son un continuo, con los mismos
nombres y las mismas gestualidades coloniales que lejos están de la soberanía
educativa.
Como ejemplo gremial podemos señalar los despidos que por estos días
está realizando el ministro Nicolás Trotta a les trabajadores del Programa
Nacional de Acompañamiento Sociocomunitario a las Trayectorias Educativas (ex
Programa Asistiré)[6],
por una parte; y por la otra, la probable suspensión de cobertura de cargos de
tutorías, coordinaciones y del Espacio de Diseño Institucional (EDI), que
propone el ministerio de educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es
decir, del gobierno del PRO, que ejerce Horacio Rodríguez Larreta.
¡Cuestiones de la calidad
educativa!
La famosa “grieta” es un espectáculo pour la gallerie,
la crisis educativa es directamente proporcional al proceso de
endoprivatización que se inició hace más de 30 años y continúa con gobiernos de
“distinto” signo político. Tal vez haya diferencia de matices, pero en el
seguidismo de políticas macro, no hay diferencias ni políticas, ni ideológicas.
El neoliberalismo imprimió su marca en las políticas de la reforma,
mientras que el llamado progresismo, cuando recupera territorio, se termina
alineando a las políticas globalizadas, haciendo discusiones para los
medios, pero la coincidencia, a estas
alturas, ni siquiera es sorprendente.
Una de las pruebas mas contundentes es la creación de este consejo de la calidad, en el que la
convocatoria deja a las claras que si se pretendía cambiar algo de la nefasta
política macrista en educación, fueron solo matices en el trato con la
burocracia sindical, ofrecimientos de créditos a docentes para la compra de
computadoras, y algunas cuestiones menores; porque la macropolítica de
endoprivatización continúa intacta y en "proceso de reorganización pedagógica”.
* Profesor y
Licenciado en Letras (egresado FFyL – UBA)
Fue docente durante 30
años en la Escuela de Comercio 3 Hipólito Vieytes de la que se
jubiló como Rector en 2015.
Investigador en
Política Educativa; autor de La educación en la era corporativa, la
trama de la desposesión Editorial Herramienta – Contrahegemonía
2019 y La novela educativa o el relato de la alienación Redes
Cultura 2005 (con prólogo de Osvaldo Bayer).
Además de decenas de artículos publicados en Rebelión; Contrahegemonía
Web y Otras Voces en Educación.
Productor periodístico
y columnista del programa “La Deuda Eterna” (FM Flores 90.7 CABA y Radio La
Retaguardia entre 2006 y 2020)
[1] http://desalambrar.com.ar/nicolas-trotta-y-el-proceso-de-reorganizacion-pedagogica/
[2] (Centro
de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento)
[3] https://www.argentina.gob.ar/educacion/cnce/integrantes
[4] https://agenciatierraviva.com.ar/con-anuencia-del-estado-casafe-promueve-los-agrotoxicos-en-las-escuelas/
[5]Acuerdo
celebrado para la capacitación de estudiantes de entre 17 y 24 años que estén
cursando el último año del secundario.
https://laeducacionenpedazos.blogspot.com/2020/12/de-la-burbuja-escolar-al-burbujeante.html
[6] https://periodismodeizquierda.com/educacion-trotta-confirma-mas-despidos/
Interesante y triste realidad... que no logre desmarcarse en el hacer el progresismo es desconcertante. También una nota de adenda clave desde la visión de aquí, Colombia, que su opción de vivencia del populismo latinoamericano de los 40's ni los ciclos progresistas de los dos miles del siglo XXI.
ResponderEliminarEs decir, acá no se puede hablar esa impronta y continuismo condicionado por la OCDE a la cual pertenecemos. desde 2018.
Pero el punto que a mí me interesa, sin ser conocedor del tema, es el de la burocracia sindical... Aquí tenemos a FECODE, y en lo personal respeto su lucha pero son mafia, no han parado para mejorar la calidad sino su capacidad de prebendas. Me podrán decir injusto, pero es cierto. la educación colombiana inicia su mediocridad en la calidad de docentes arbitrarios y déspotas con padres madres y alumnos... la triestamentariedad de alumnos familia institución es mentira... la culpa siempre es de la familia y el alumno, se solapan y defienden y con ello tapan la mediocridad de otros docentes.
En la representación extensiva a estos círculos importantes de generación de instituciones, tampoco pesa ni FECODE, ni las directivas de la Universidad Pública. Por ejemplo, el recto de la universidad nacional de Colombia, dentro de la mejores de LAT. AM. lo elije el presidente de la república o el estado, de una terna que sale de votación interna de estamentos y un postulado del gobierno que siempre eligen ellos.
No tenemos sino hasta recién, un ministerio de ciencia y tecnología o minciencias, que reemplazó a colciencias.. solo aprueban para proyectos del área de ingernierias y afines, ciencia aplicada, las humanidades casi están anuladas, ne un país deshumanizado...
en fin, quizá no aporte a tu texto pero me motivó a decir estas cosas. gracias.