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miércoles, 25 de marzo de 2020
La pedagogía del ocultamiento
El tema de la columna radial es: "La pedagogía del ocultamiento" está basada en el artículo "De la pandemia y otros demonios" (publicado en este blog, en Rebelion.org y en ContrahegemoníaWeb - próximamenete -)
y examina que la situación crítica que atravesamos con la pandemia genera comportamientos autoritarios que despliegan el "odio solidario", desde los medios del establishment hasta los funcionarios políticos, periodistas... e incluso vecinos contra vecinos en los barrios urbanos.
Curiosamente lo que emerge es la hipocresía...
lunes, 23 de marzo de 2020
De la pandemia y otros demonios
Por Darío Balvidares*
Hoy se cumplen tres días de la cuarentena obligatoria por los efectos
contagiosos del recientemente identificado COVID-19, de la familia de los virus
Corona, pero con características
distintivas que lo hacen mucho más agresivo, de acuerdo con la palabra de
médicos infectólogos e investigadores científicos locales y extranjeros.
Por lo que es necesario cumplir con las pautas impuestas desde el
estado nacional, de esto no hay lugar para la duda. El virus está y es
sumamente contagioso y letal de acuerdo con las estadísticas mundiales,
regionales y locales.
Pero el objeto de este artículo es realizar un paseo por las
reinterpretaciones en algunos medios, sobretodo, televisivos, lo que no
constituye una sorpresa, en cuanto a lo que tiene que ver con la construcción
de un relato paralelo, que no interpela la situación sino que busca deslindar
la cuestión sanitaria y reconfigurar una situación de “seguridad nacional”
naturalizando un discurso autoritario sobre la “verdad” sanitaria, que a su vez
presiona a los funcionarios en la toma de decisiones y no parece acompañar la
cuestión de la solidaridad, sino más bien desplegar la vigilancia marcial.
Allí, en esa construcción, el virus-corona entra en el lugar de un
actor de reparto y el protagonismo lo adquieren las fuerzas de seguridad en la
“caza sanitaria” de “inconscientes”, “egoístas”, “antisolidarios”, “locos” y
todas las marcas de desprecio que se puedan inocular sobre aquellos a los que
hay que “detener” o “aprehender”, más por la insistencia mediática que por el
decreto presidencial de la cuarentena obligatoria, lo que incluye la vigilancia
“solidaria” entre vecinos, como comentaba un periodista de canal América, sobre un caso en que cuatro
personas habían vuelto de uno de los países en riesgo y se metieron en su
departamento a cumplir con la cuarentena, pero los vecinos repartieron fotos
para mantenerlos vigilados.
¿Aun cumpliendo la cuarentena son sospechados de violarla? Esa actitud
lejos de ser solidaria es paranoica y esa paranoia es provocada por la estrategia
viral de generar estados alterados, hace años que los medios masivos de
comunicación del establishment mediático practican ese ejercicio periodístico.
Al mismo tiempo invitan a los canales de televisión a distintas
personalidades del universo de la salud y otros que no lo son, como en el
programa de los vernáculos almuerzos.
O a pantalla partida se muestra un móvil periodístico patrullando las
calles para encontrar a los infractores a la disposición de cuarentena obligatoria
y cuando se topan con el operativo, baja el movilero con el micrófono enfundado
en film, como escudo antivirus, para entrevistar al agente de seguridad,
acercándole el micrófono y luego llevándoselo cerca de su boca el propio
movilero para continuar practicando el discurso de la estigmatización.
O poner la cámara enfocando a los vecinos que están haciendo compras
en el supermercado del barrio para mostrar qué; que están haciendo compras,
cosa que está dentro de lo lícito de la situación.
Preguntas: ¿qué hacen los movileros mediáticos en la calle, el peso periodístico
de esas notas vale la exposición; son inmunes al virus; son incapaces de
transmitirlo? ¿Acaso es necesario un doble patrullaje, no alcanza con las
fuerzas de seguridad, sino que además hay que mostrar el espectáculo para
alimentar más el odio “solidario”?
Los canales de noticias encontraron una veta más importante que seguir
hablando de un virus del que ya no hay mucho que decir, por lo menos hasta que se descubra la vacuna
que nos inmunice o que vaya debilitando su poder de contagio producto de la
medida de aislamiento o de conseguir los reactivos que nos puedan certificar
quienes están efectivamente contagiados, lo que no los convierte en los
hacedores de la “peste”, sino en su víctima.
Desde los primeros días de aparecido el acontecimiento pandémico de
manera mediática, nos hemos enterado de cómo van creciendo en número los
muertos e infectados en los países en que el COVID-19 hizo epicentro y la
dispersión posterior que llegó a Latinoamérica.
Lo que aparece como un “quiebre” en la salud mundial, producto de un
virus “desconocido”, poco a poco va dimensionándose viralmente en los discursos
político y periodístico que incluyen no
sólo la variable lectal científica, sino la bélica en sus dos formas: de “enemigo
externo” o “terrorismo interno”.
La prevención que hasta ahora podemos ejercer es la cuarentena, una
especie de asepsia comunitaria en el aislamiento vigilado para muches, pero no
para todes. En los canales de televisión continuamos viendo panelistas, invitados
de toda laya e incluso conductorxs y periodistas juntos en el mismo estudio a
menos de medio metro, con el agravante que también hay mayores de 60 años, en
la tarde del primer domingo de cuarentena obligatoria vigilada, lo pudimos
apreciar.
Estas son algunas de las contradicciones propias de los medios cuando
pretenden transformarse en comunicadores de una ética y una pedagogía que se
desvanece en el aire por su propio peso, una pedagogía adjudicada al “sentido
común” tan señalado por un periodismo comercial y dependiente que construye
discursos amparados en la ética del autoritarismo, disfrazado de moralina cuasi
medieval.
Pero no sólo la corporación mediática ensaya esos discursos, también
forma parte de este grotesco otro discurso, como el del ministro de seguridad
de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, en ocasión de hablarle a la
policía bonaerense para que haga cumplir la cuarentena obligatoria vigilada: “Les
hablo como un camarada más, que al igual que ustedes, le juró a la Patria
seguir y defender esta bandera hasta perder la vida (…) no hay lugar para los
librepensadores y mucho menos para aquellos que crean que esta cuarentena es un
concurso de creativos…
En esta fuerza no hay lugar para aquellos que especulen, no hay lugar
para los tibios y mucho menos para los temerosos”[1].
¿Ese es el discurso para la
policía del siglo XXI? Es una pandemia generada por un virus y justamente uno
de los graves problemas es que los únicos librepensadores
que tienen las policías y las otras fuerzas de seguridad son los libregatillosfáciles y los librenarcotraficantes. La pedagogía del
discurso autoritario continúa.
¿Deben seguir formándose así
los policías, la fuerzas de seguridad, con esos discursos que los
“envalentonan” y que después esa “valentía” termina siendo aplicada de manera
indiscriminada, la pedagogía del sheriff,
la pedagogía del siglo XIX con que se continúa formando a las fuerzas de
seguridad, que antes de enrolarse, deberían pasar todos por la educación
pública (primaria y secundaria) y no por los colegios endogámicos con enfoques
prusianos, que difuminan viralmente el autoritarismo sectario.
El hipócrita, el
demonio más temido: algunos ejemplos virales
En un portal salteño podía
leerse: “No se trata de ponerse volverse
loco, alarmista, apocalíptico o extremista. Se trata de parar la pelota,
tranquilizarnos, y fundamentalmente tomar consciencia de que estamos en una
guerra. Sí, una guerra, sin armas nucleares, químicas, cañones ni bombas, y lo
que es peor, con un enemigo silencioso e invisible que puede estar a nuestro
lado…[2]”
Lo que hizo despertar el demonio hipócrita del gobernador Gustavo Saenz, que
después de repartir diatribas a diestra y siniestra contra los infractores, le
solicita al presidente de la Nación, Alberto Fernández, que: “Señor presidente, el otro día lo vi con gran
firmeza establecer esta cuarentena sabiendo los problemas que traía, pero
pensando en la gente. Por eso quiero pedirle como le dije el otro día,
necesitamos el Ejército en la calle y en la frontera, es un recurso humano que
necesitamos en épocas de crisis (…) no hay lucha ideológicas, religiosas o
políticas de ningún tipo, aquí la única lucha es contra un enemigo invisible
que quiere llevarnos puestos a todos…”[3]
Y finalizó con una invocación
a Dios y al Señor y la Virgen del Milagro (sic).
Es bueno recordar que este
pedido, cargado de ideología, el “valiente” gobernador salteño, lo realiza en
las vísperas del 24 de marzo, Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia,
o es un ignorante o es un hipócrita, porque además es un funcionario público,
que le preocupa más el desfile de fuerzas militares como patrulladores, que los
médicos y efectores de salud que podría necesitar frente a la pandemia.
Quiero recordar, que este
mismo gobernador, que le gusta como a tantos otros funcionarios, jugar al
patriota, dejó que murieran 10 niñes wichi por desnutrición, cifra que es solo
en lo que va del año, sin contar las muertes de los wichi por esa misma causa
desde siempre, también se morían durante el gobierno de Juan Manuel Urtubey y
siguen los nombres.
Nada dice el gobernador sobre
“caerle con el peso de la ley…” a los taladores responsables de la desaparición
de los bosques nativos para ampliar la frontera del agronegocio. Uno de los
factores del cambio climático. En fin, la cultura greco-romana ha dejado
estos vestigios pretorianos, que lamentablemente también se siguen
multiplicando viralmente, incluso en el siglo XXI.
El otro ejemplo es también
mediático, se trata de Luis Novaresio, que en su artículo para Infobae,
titulado, “No son necios, son hijos de
puta”[4], desde
la misma moralina viral construye el texto ante la información de la salida de algunos,
que pertenecen y otros que creen pertenecer, hacia Villa Gesell y Pinamar desobedeciendo el
aislamiento obligatorio, Novaresio escribe: “El que tomó a su familia (¿no es acaso incumplimiento de los deberes o
abandono de persona en caso de hijos menores?), alistó su auto y tomó la ruta
(lo imagino pasando algunos coches por la banquina) para irse a la costa
desobedeciendo la indicación de la única vacuna que tenemos al
respecto, es un consumado hijo de puta. La vacuna
prescribe: quedate en casa. Todos lo sabemos. Todos conocemos que es
lo único y vital que podemos hacer. ¿Y te vas a la costa? (…) No son tiempos de
onanismos intelectuales que pretenden explicar todo. Hay veces que basta apelar
al sentido común y al sentido de lo obvio (…) La vida es un eterno elegir entre
dos cosas. Mi derecho a moverme por las calles colapsa ante el derecho mío y de
todos, dice ‘de todos’, de seguir viviendo…”
Toda una ética de conducta del
sentido común y el sentido de lo obvio.
Pero… una semana más tarde, el
virus de la hipocresía, tan caro a los moralineros del “pensamiento
independiente”, lo contagió al periodista “animal” de América y… sucedió lo que
no debería haber sucedido, fue encapsulado, aislado en un video de un vecino
que capturó la violación del derecho a moverse que el mismo periodista había
inscripto tres días atrás en su propio artículo.
Novaresio se entrenaba por las
calles de su barrio cerrado, como si se tratara de los jardines de su casa[5].
Breve digresión: Si el
“onanismo intelectual” puede llevar a
sustituir las ideas por las emociones y sentires, algo muy de moda en el
universo posmoderno y en tomar la política y el periodismo sólo como espectáculo,
es decir, algo para mostrar; entonces acusar de “onanistas intelectuales” solo a los que pretenden “escaparse” de un
problema tan serio como una pandemia porque se alojan en otra parte y luego, el
periodista ético sale a “entrenarse” por el barrio, nos habla de la pertenencia
al mismo grupo al que etiquetó desde la moralina hipócrita, que pretende reglas
para que otros las cumplan con el velo del “sentido
común” que impone la cultura patriarcal.
Otro cuento y un demonio
Por supuesto que a esta altura de los acontecimientos, ya podemos
darnos cuenta que esta difícil situación sanitaria nos muestra lo que ya
sabíamos, el estado deficitario en que realizan sus tareas todos los trabajadores de la salud y los investigadores,
con paupérrimas condiciones edilicias y la falta de recursos a la que se
enfrentan diariamente. Un sistema de salud descentralizado, fracturado y puesto
en competencia con el mercado privado que contribuyó al desfinanciamiento
público para conformar el negocio.
El Banco Mundial como agente viral del neoliberalismo, en 1993 produjo
un informe que decía lo siguiente: “…fomentar
una mayor diversidad y la competencia en la prestación de los servicios de
salud mediante la descentralización de los servicios públicos, la promoción de
las prácticas competitivas de adquisiciones, el fomento de una mayor participación
de las organizaciones no gubernamentales y otras organizaciones privadas…”[6]
La línea estuvo trazada y la
pedagogía de la obediencia colonial dio sus frutos, Argentina fue
desfinanciando el sistema de salud pública que fue compelido a competir contra
un mercado que se reprodujo viralmente en la venta de salud privada, con la publicidad
orientada a segmentar la oferta de “pertenecer” a tal o cual grupo privado.
El paradigma de la salud pública se fue desvaneciendo y el negocio
privado de la salud fue creciendo; el mismo argumento que se aplicó para la
desposesión de la educación pública.
Dos sistemas, uno público y otro privado, comercial; sin embargo a la
hora de afrontar una situación pandémica es el sistema público el que tiene que
organizar y hacerse cargo de lo que nos afecta a todos, con el Instituto Malbrán
liderando la situación y el testeo de posibles casos de infección.
¿Y todas las empresas médicas que gastan millones en publicidad y
cobran pingües cuotas a sus asociados y los laboratorios megamillonarios, con dueños
pueden festejar en Marruecos gastando 6 millones de dólares en la fiestita de
cumpleaños[7],
no tienen la infraestructura, ni el capital para la investigación básica?
No. Porque no les interesa, porque se gastan 6 millones de dólares por
el gran negocio que significa la industria farmacéutica y no van invertir a
largo plazo como requiere la investigación básica, porque es más sencillo y
menos oneroso que investigue la universidad pública y después aparecer y
quedarse con el patentamiento por un puñado de pesos.
Los demonios premonitorios
La acción sucede en 2015, en ocasión de una charla TED en la que Bill
Gates, la segunda fortuna del mundo con 96.5 billones de dólares según el
ranquin de la revista Forbes 2019[8],
aseguraba que: “Hoy la mayor catástrofe mundial es una pandemia. Si algo va a matar a
más de diez millones de personas en las próximas décadas será un virus muy
infeccioso, mucho más que una guerra. No habrá misiles, sino microbios…
Para una gran epidemia se necesitan millones de personas trabajando. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) existe para monitorear las pandemias,
pero no hace nada de lo que estoy hablando…
El Banco Mundial calcula que una epidemia mundial de gripe costaría no
menos de tres billones de dólares con millones y millones de muertes”[9]
La premonición de Bill Gates
aparenta tener un verosímil propio de la ciencia ficción, plantear una
problemática futura que termina siendo “verdadera”, pero poco transparente en
cuanto al origen.
Tal vez estemos en presencia
de un verosímil realista (una de las formas de la ficción), enmarcado en un
verosímil de ciencia ficción, funcionando como distractor.
Pero más allá de las
digresiones literarias, el hecho es que un informe fechado en septiembre de
2019 con un título cinematográfico, “Un
mundo en peligro”[10],
advertía sobre el peligro de una pandemia.
El informe realizado por la Junta
de Vigilancia Mundial de la Preparación, un grupo organizado por el Banco
Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS), algo que venía reclamando
el billonario, Bill Gates desde esa charla TED y al que le brinda ayuda
financiera desde su fundación, como dice el informe: “Por último, queremos manifestar nuestro agradecimiento por el apoyo
financiero prestado (…) a la Fundación Bill & Melinda Gates…” (pág. 2).
Ahora, siguiendo el recorrido
del documento sobre las recomendaciones en cuanto a la organización de los
países frente a la posibilidad pandémica, leemos: “La Junta analizó la información disponible y encargó siete documentos
de examen que examinan los retos de la preparación desde diversas perspectivas:
gobernanza y coordinación; capacidades de preparación en los países;
investigación y desarrollo; financiación; mejora de la confianza y la
colaboración de la comunidad; preparación ante una pandemia provocada por un
patógeno respiratorio de consecuencias nefastas, y gestión de la pandemia…”
(pág. 4)
Pero, un par de hojas más y
sí, el mundo está en peligro: “Si
es cierto el dicho de que «el pasado es el prólogo del futuro», nos enfrentamos
a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera,
provocada por un patógeno respiratorio que podría matar de 50 a 80 millones de
personas y liquidar casi el 5% de la economía mundial. Una pandemia mundial de
esa escala sería una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e
inseguridad generalizadas. El mundo no está preparado…” (pág. 6)
El lector atento, sacará sus
conclusiones; lo cierto es que con un argumento poco verosímil en términos
científicos, «el pasado es el prólogo del
futuro», donde el futuro sería la seguidilla de virus parientes de COVID-19,
Ébola, SARS, MERS, H1N1, incluso parecería ir en contra de lo que debería
suceder, es decir disminuir las posibilidades de que un virus surja de la nada
o mute de virus animal a humano.
Pero las posibilidades de que
ello suceda es nula sino se interpelan los modelos de producción, de
distribución y de adquisición, entre otros tantos temas para poner en
cuarentena y revisarlos con una mirada pos-pandémica capaz de abordar el
Capitaloceno en todas sus dimensiones, una tarea que requerirá un esfuerzo
solidario tan grande, como revolucionario.
Una contribución
para aislar demonios
“Incluso
muchos plantean estas situaciones como de “guerra”, guerras en las que todos
sabemos que la primera víctima es la “verdad” y la segunda la “trasparencia”.
Esto no es una guerra, las epidemias son situaciones críticas y catastróficas
que viven las sociedades generadas en su interrelación con la naturaleza de la
cual la humanidad forma parte. No es una agresión externa”
Dice el Dr. Medardo Ávila
Vázquez, Médico Pediatra, Neonatólogo, Coordinador de la Red Universitaria
Ambiente y Salud y Médicos de Pueblos Fumigados, en un profundo artículo[11]
examina y describe cómo será este proceso pandémico y fundamentalmente, muestra
la falta de solidaridad entre los países que no compartieron información a
partir de haber sufrido epidemias pasadas.
Y es precisamente la
inscripción en este sistema voraz de competencia en el mercado el que se ha
transformado en barrera de toda la humanidad.
Pero para lo que nos ocupa en
este trabajo, es la importancia que se otorga a la pandemia que estamos
sufriendo es su contribución a despejar la asociación de la pandemia a una
“guerra” y poner la situación como crítica, catastrófica producto de la
interrelación entre la naturaleza y la humanidad que forma parte de ella, de
manera de clarificar el concepto y ponerlo en contexto: “No es una agresión externa”.
Lo que cambia la mirada sobre
el tema y establece un adelanto para los debates futuros con la necesidad
urgente de más pensamiento crítico y menos sentido común.
En el Capitaloceno todo se
resuelve en qué algo “maligno” nos ataca y que ese algo se produce por algún
“enemigo” externo o infiltrado que burla los escudos del sistema que hay que
seguir sosteniendo, ya que ahora estamos en la era de la “sostenibilidad” (del
capital).
Entonces en medio de la
“guerra” comercial entre Estados Unidos y China, aparecen culpabilidades
en torno a la aparición del virus, tales como que surgió de un mercado de
moluscos y animales vivos en la localidad de Wuhan o de un laboratorio en la
misma ciudad china. Lo que le permitió a Donald Trump, nombrarlo como el “virus
– chino” de manera de continuar generando odio “solidario”.
Por otra parte, China acusa a
los EEUU de haber transportado el virus a través de sus soldados que viajaron a
Wuhan en octubre de 2019 para participar de los Juegos Mundiales Militares[12].
Estas simples y difundidas
informaciones no hacen más que llevar la situación crítica que atraviesa el
mundo al lugar binario de la lucha por la hegemonía y ocultar el problema en
una lógica hollywoodense de buenos y malos.
Cruzar el universo semiótico
de los trampantojos discursivos es el gran esfuerzo que viene, porque de lo que
no se habla en la situación pandémica en las cadenas hegemónicas de la
información es de cómo sobrellevan la situación los vulnerados del mundo, los
vulnerados en Latinoamérica de la que Argentina es parte. Solo los llamados medios
comunitarios, alternativos[13] intentan
dar cuenta de una realidad preocupante de aquellos invisibilizados que tienen
que aislarse en el hacinamiento de un barrio popular.
Pero tampoco encontramos que
los medios hegemónicos nos informen que “No
resulta extraño que en medio de la caída de valores en la bolsa, dos compañías
farmaceúticas que trabajan en la vacuna, la anglofrancesa Novacyt y la estadunidense Aytu BioScience,
vean subir su cotización. La primera, en 600 por ciento, y la segunda, en 80
por ciento. Nada sobre los avances del Centro de Ingeniería Genética y
Biotecnología de Cuba, donde los cuatro pacientes italianos en la isla han sido
tratados con el nuevo antiviral interferón alfa 2B recombinante (IFNrec),
elaborado en la planta mixta cubano-china…”[14]
El sistema no podía reaccionar
de otra manera, es el acto reflejo de la estupidez rentada, dos compañías
farmacéuticas que se aseguran optimizar sus millonarias ganancias en una
carrera que dejará miles de muertos, espectadores pasivos de la inoculación
anunciada, como si fueran los culpables de estar infectados por no aislarse y
no ser solidarios, cuando es justamente este sistema el que promociona el éxito
individual a través de la competencia y el emprendedurismo asintomático inoculado
por el mercado. Es decir, el modelo cultural capitalista y neoliberal impone un
paradigma, impone la pedagogía de la competencia, entre empresas, servicios
básicos e individuos. ¿De qué solidaridad hablan?
Dos compañías que intentan
llegar a la vacuna, no para el bien común, sino para optimizar ganancias. Mientras el descubrimiento cubano-chino,
permanece en las sombras.
Todos los demonios
son iguales (una apreciación del sentido común, pero no tanto)
Mientras el periodismo y los
funcionarios de “guerra” de baja intensidad intentan demostrar la diferencia
entre países que se anticiparon (Corea, Japón y la propia China) y (algunos) países que se tomaron el tema de
manera relajada entre los que aparecen Brasil, Inglaterra y México (y EEUU, por
supuesto) tomando decisiones similares, permitiendo la circulación, no poniendo
a funcionar las estrategias de aislamiento riguroso, lo que daría lugar a
pensar que un país imperial como Inglaterra o Brasil, gobernado por la derecha
represora y el México del progresismo toman decisiones similares.
Mientras la verdadera cuestión
es que las decisiones sistémicas tendrán un número mayor o menor de víctimas
fatales, pero al final de la pandemia (como suele suceder en el cine-catástrofe
hollywoodense) las víctimas serán las mismas de siempre sino respondemos con una
transformación de paradigma del shock. Una cultura de shock inversa a la que
nos describe Naomi Klein.
Una pedagogía que estalle el capitalismo del desastre por el aleteo de una mariposa que nos ponga a
pensar que la vida no se agota en el mercado y que nos ilustre que: “el origen de este nuevo virus –al igual que
todos los que se han declarado o amenazado ser declarados como pandemia en años
recientes, incluyendo la gripe aviar y la gripe porcina que se originó en
México– es zoonótico. Es decir, proviene de animales y luego muta, afectando a
humanos. En el caso de Covid-19 y SARS se presume que provino de murciélagos
(…). El factor fundamental es la destrucción de los hábitats de las especies
silvestres y la invasión de éstos por asentamientos urbanos y/o expansión de la
agropecuaria industrial, con lo cual se crean situaciones propias para la
mutación acelerada de los virus.
La verdadera fábrica sistemática de nuevos virus y bacterias que se
transmiten a humanos es la cría industrial de animales, principalmente aves,
cerdos y vacas. Más de 70 por ciento de antibióticos a escala global se usan
para engorde o prevención de infecciones en animales no enfermos, lo cual ha
producido un gravísimo problema de resistencia a los antibióticos, también para
los humanos. La OMS llamó desde 2017 a que las industrias agropecuarias,
piscicultora y alimentaria dejen de utilizar sistemáticamente antibióticos para
estimular el crecimiento de animales sanos. A este caldo las grandes
corporaciones agropecuarias y alimentarias le agregan dosis regulares de
antivirales y pesticidas dentro de las mismas instalaciones”[15]
¿Acaso no serán algunos de
estos planteos los que deberíamos empezar a debatir?
¿Acaso no son temáticas que
organizaciones ecologistas y asambleas de vecinos autoconvocados vienen
denunciando desde hace décadas?
Un nuevo camino, un nuevo
paradigma puede asomar después de la pandemia anunciada, tal vez tengamos que
luchar por los nuevos derechos a ser parte de la naturaleza de la que no
deberíamos habernos apartado.
La “evolución”, la
“modernidad” los “avances tecnológicos” no pueden habilitar la destrucción del
hábitat natural, salvo en el relato del Capitaloceno que comienza a ver sus
propias contradicciones, aunque, por supuesto hará intentos por reconstruirse
rápidamente, sin embargo, asoma alguna posibilidad de transformación: “Creo que estamos viendo el nacimiento de lo
que llamaría una nueva política
ontológica. Aunque suena muy académico, creo que es crucial entender qué
tipo de formas de hacer política serán necesarias para forjar un proyecto
político emancipador y sostenible en el siglo XXI. Esta nueva política
ontológica trata fundamentalmente de la elaboración de nuevas concepciones
éticas y políticas de lo que es valioso, y es una cuestión que ha sido
planteada durante largo tiempo por ecologistas, activistas laborales,
feministas, activistas poscoloniales, etc. Creo que a nuestro alrededor existe
un nuevo escenario político, y destacaría la soberanía alimentaria como un
ejemplo muy expresivo de esta nueva política ontológica.”[16]
Y para que una nueva política
ontológica aparezca en necesaria una gnoseología fundante. Seguramente, los
Pueblos Originarios y los campesinos también nos están diciendo algo desde la
mirada del “Buen Vivir”.
Se trata de saber escuchar y
mirar, despojados de los cantos de la sirena mercantil y de las añejas botas de
la represión a la lucha por un mundo mejor.
En las primeras horas del 24
de marzo de 2020 y atravesando el cuarto día de la cuarentena obligatoria y
vigilada, es necesario, más que nunca, salir de los virus de la muerte, que
sabemos dónde están y como operan.
El antídoto, ya lo tenemos:
Memoria, Verdad y Justicia
A propósito, en la tarde de
ayer, vi una mariposa gigante de las que les decíamos “limonero”, sobrevolando en
la esquina, desafiando al dengue y sin la amenaza antrópica, en algún
lugar del barrio de Floresta.
*Profesor y
Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años y Rector de la
Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA). Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama
de la desposesión”. Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019)
CABA. Con prólogo de Alfredo Grande y Andrea Arrigoni. Y del ensayo “La novela educativa o el relato de la
alienación” Redes Cultura (2005)
CABA. Con prólogo de Osvaldo Bayer.
Además de otros tantos trabajos y artículos publicados en Contrahegemonía
Web; Rebelion.org y Otras Voces en Educación. Es Productor periodístico y
columnista del programa radial “La Deuda Eterna” que se emite por radio La
Retaguardia.
[1] https://www.infobae.com/politica/2020/03/21/el-encendido-discurso-con-el-que-sergio-berni-le-pidio-a-la-policia-bonaerense-que-haga-cumplir-la-cuarentena-total/
[2] https://www.dnisalta.com/noticias/seccion-salta-1/videos-en-salta-falta-responsabilidad-colectiva-no-se-respeta-la-cuarentena-total-y-los-que-deben-controlar-hacen-la-vista-gorda-14325
[6] Informe
sobre el desarrollo mundial 1993: Invertir en salud.
documentos.bancomundial.org
[9] https://www.lanacion.com.ar/sociedad/coronavirus-escalofriante-prediccion-bill-gates-pandemia-2015-nid2343804
[10]
“Un Mundo en Peligro” Informe anual sobre la preparación mundial para las
emergencias sanitarias. Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación.
Septiembre 2019.
[14] “Coronavirus,
una pandemia muy oportuna” Marcos Roitman Rosenmann. Diario La Jornada,
México. 15-03-2020. https://www.jornada.com.mx/2020/03/15/opinion/004a1pol
[15] “Coronavirus,
agronegocios y estado de excepción”. Silvia Ribeiro. 2 de marzo 2020
[16]
De la entrevista a Jason More: “Del Capitaloceno a una nueva política
Ontológica” en Revista “Ecología Política” 10-07-2017. https://www.ecologiapolitica.info/?p=9795
Jason W. Moore es profesor de Historia Universal en la
Binghamton University y coordinador de la World-Ecology Research Network. Gran
parte de sus trabajos sobre desarrollo del capitalismo, historia ambiental,
ecología-mundo y ecología política está disponible en su página web, donde
también hay extractos de su último libro, Capitalism in the web of life (Verso,
2015). Moore es editor del
nuevo volumen Anthropocene or
Capitalocene? Nature, history, and the crisis of capitalism (PM
Press/Kairós, 2016)
viernes, 20 de marzo de 2020
De la educación mediática y la solidaridad
En la columna, "La educación en la era corporativa" incluida en el programa La Deuda Eterna (radio La Retaguardia), proponemos hacer otra mirada sobre lo que significa la pandemia originada por el virus corona, para otra pedagogía que salga del miedo, casi medieval, establecido por la sobre dimensión mediática.
También una reflexión sobre la transformación (¿pasajera?) de la escuela real a escuela virtual.
miércoles, 11 de marzo de 2020
A propósito de la contradicción: Open Society, sí; Varkey Foundation, no
Por Darío Balvidares
“Contradicción” tiene dos
significados: el aristotélico (dos afirmaciones que no pueden ser
simultáneamente ciertas), y el
dialéctico, que se puede describir como la confluencia en una
situación, entidad, proceso o
acontecimiento, de dos fuerzas aparentemente opuestas”[1]
El título de este artículo remite a dos situaciones, que se dieron con
tres días de diferencia, que tuvieron
como protagonistas al Ministro de Educación, Nicolás Trotta, en una y a la
Viceministra, Adriana Puiggrós, en la otra.
Hace mucho tiempo que algunos insistimos en la urgencia del cambio de
paradigma en educación con las advertencias de lo que sucede en el mundo y en
la Argentina, respecto de lo que se había dado en llamar el “mercado
educativo”, como negocio financiero, por una parte y como operación de
conquista ideológica – cultural, por la otra. Siendo la política pública la vía
para la concreción del operativo desposesión.
La llamada reforma educativa es una constante colonizadora impregnada
por el pensamiento único que se irradia desde mediados de los ’70 del siglo
pasado y que en educación, en la Argentina, empieza en 1979 con la
descentralización de las escuelas primarias, realizada por la dictadura
genocida y completada con los otros niveles durante los ’90. Hecho jamás reparado por ningún otro
gobierno, ninguno.
Obvio que no era de esperar la “revolución educativa” pregonada por el
exministro, Esteban Bullrich, hacedor de convenios con fundaciones y ong
corporativas, al igual que su socio en la offshore, Formar Foundation, Gabriel Sanchéz Zinny, ex director de escuelas
de la provincia de Buenos Aires y ex director del Instituto Nacional de
Educación Tecnológica (INET) y director de otras tantas offshore, ambos devienen de la noventosa Fundación
Sophía, al igual que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio
Rodríguez Larreta y otros tantos Sophía Boys y Sophía Girls, que fueron o son
funcionarios gubernamentales. Esa fundación fue sostenida por aportes de
organismos multilaterales de crédito, entre ellos la Banca Boston.
Entonces, la descentralización del sistema fue la primera estrategia
para debilitar la acción sindical, profundizar las desigualdades y la puerta
para el desembarco de las fundaciones corporativas.
Las fundaciones, no aparecieron como una especie de big bang en
diciembre de 2015, la Junior Achievement, está presente en la Argentina desde
los años ’90, actúa y actuó en diferentes provincias; como la argentinísima
fundación CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la
Equidad y el Crecimiento) que de hecho tiene convenios (por los que recibe dinero)
con gobiernos provinciales y el propio
del gobierno nacional, no sólo durante la “autogestión” macrista. También
recibe aportes de grandes corporaciones comerciales y financieras.
La injerencia del mundo privado en el espacio educativo público es el
paradigma impuesto globalmente del que Argentina es parte.
No se puede hablar de cambios de paradigmas si se insiste con las
mismas políticas, que incluso entran en contradicción en la misma cartera.
No es de extrañar que el ministro Nicolás Trotta haya celebrado un
convenio con Open Society Foundation de
George Soros. Y no puede extrañar porque el ministro viene del universo
privado, abogado egresado de la Universidad de Belgrano y ex rector de la
Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), creada en
2013, perteneciente al grupo Octubre de Víctor Santa María, secretario general
del Suterh, empresario, propietario de medios gráficos y radiales y actual
presidente del partido justicialista porteño.
Es naturalizado que el ministro no cuestione las pruebas PISA, ni por
su “valor” de confiabilidad, ni por su valor ideológico, ni por su valor de mercado;
dice simplemente sobre los resultados: “Cómo
creían que nos iba a ir si la Argentina se derrumba, si tenemos la mitad de los
chicos en la pobreza, si se interrumpen los procesos de inversión educativa…”[2],
respecto de las últimas pruebas PISA.
¡El problema es el hambre de los niñes, Ministro, no los resultados de
PISA!
PISA no sólo es el negocio de la estandarización de la OCDE, es la estrategia
de construcción del mercado mundial de la educación, negocio multimillonario
que se realiza en asociación con una de las más grandes editoras corporativas del
mundo, Pearson PLC que tiene a Andreas Schleicher como miembro del panel asesor, que además es
director de PISA y subdirector de la OCDE.
Es más, Penguin Random House surge de la fusión de Random House
(propiedad del grupo alemán Bertelsmann) y Penguin Books (propiedad del grupo
editorial británico Pearson PLC). A
partir de esa fusión se convierte en la primera corporación en el mercado de
libros en todo el mundo.
(Un dato más, el libro “Sinceramente” de la expresidenta y
actual senadora, Cristina Kirchner, fue publicado por esa corporación
editorial).
La concentración del mercado editorial es otro dato de la voracidad de
este sistema, como lo es la concentración de tierras en manos de los mismos de
siempre que se llevan la mayor parte de las riquezas provocando, pobreza,
hambre, desnutrición. Es lo que deja el proceso de desposesión.
No son justamente los “valores” de estas fundaciones los que van a
aportar a una transformación política que opere la transformación social,
económica y cultural en favor de las grandes mayorías despojadas por los mismos
que pretenden dar su contribución “benéfica”, a través de sus fundaciones
pseudo-filantrópicas.
Cuál es la filantropía de Bill Gates, poseedor de U$ 106.5 billones,
cuando utiliza su dinero, desde la fachada de la fundación (Bill y Melinda
Gates Foundation), para producir una película (Esperando a Superman) que compara a les estudiantes de escuela pública
con futuros delincuentes. La apuesta de Gates es a la charterización completa
del sistema educativo estadounidense y al negocio de las pruebas
estandarizadas.
Pero sigamos con el flamante “acuerdo”, realizado entre el Ministerio
de Educación de la Nación y la fundación Open Society.
El ministro Trotta dijo, finalizada la reunión con Pedro Abramovay, director
regional para America Latina y el Caribe de la fundación, que: “Ha sido una reunión muy productiva y
desafiante con los representantes de Open Society porque hemos coincidido en
priorizar temas importantes como las políticas universitarias, entendiendo a la
universidad como un espacio de defensa y protección de los Derechos Humanos con
una mirada nacional, regional y global. Además, teniendo en cuenta que para la
Argentina hoy, la igualdad de género es una convicción y una construcción
cotidiana, estaremos trabajando junto a otros ministerios y con la fundación en
todo lo que hace a igualdad de condiciones y oportunidades, no solo en el
conocimiento y la educación sino también en políticas de cuidado y Educación
Sexual Integral” y concluyó: “También expresamos desde nuestro Ministerio el
interés de poder establecer una cooperación sur-sur con centros de excelencia
que tiene Open Society en distintas partes del mundo”.
Y luego el representante de la fundación, agregó: “Estamos muy entusiasmados con la cooperación
del Gobierno argentino que ha puesto en el centro de su agenda pública el tema
de Género y de DD.HH. Estuvimos hablando con distintos ministerios argentinos;
en esta oportunidad con el Ministro de Educación y su equipo compartimos
propuestas para apoyar la educación en DD.HH, formación docente y temas de
género”[3]
Otra vez el ministerio de educación en un pie de igualdad con una
fundación como si se tratara de dos agencias gubernamentales.
Tal vez es la misma relación que estableció este mismo ministerio, durante
la autogestión macrista, con la fundación Varkey, el millonario empresario
educativo, Sunny Varkey y sus convenios firmados con 4 provincias (Corrientes,
Jujuy, Mendoza y Salta) para formar “Líderes educativos”, es decir, las nuevas
categorías gerenciales para los directivos de las escuelas.
Justamente en Salta[4],
el convenio vence en marzo 2020, por lo que la última cuota de 150.000 dólares,
acaba de ser pagada a la fundación Varkey. Cuotas que comenzaron en abril de
2017 y siempre son, según convenio, por un monto de U$ 150.000 mensuales.
Mientras hemos asistido a las muertes por desnutrición, solo este año,
de 10 niñes wichí, nuestros funcionarios pagan esas sumas de los dineros
públicos a un millonario que da cursos de “Liderazgo Educativo”.
¿Acaso esta no es, claramente, la cara más hipócrita de la
desposesión? Los dineros van a engrosar la fortuna de un millonario, pero no
hay para el agua potable, ni para alimentos de las poblaciones originarias.
Ahora le toca el turno a Open Society, que según el propio fundador,
George Soros, toma el nombre de la fundación inspirado en el libro de Karl
Popper, “La sociedad abierta y sus enemigos”, uno de los textos más
importantes en que el físico Popper encubre los mecanismos del capitalismo y la
amenaza a la democracia. Hay un interesante proceso de sustitución en el que la
democracia liberal es la única posibilidad de la libertad. Para ello establece
una fuerte crítica de carácter peyorativo que va desde el mismísimo Platón,
pasando por Hegel, hasta, como no podía ser de otra manera, el propio Carlos
Marx, quienes representarían a “los enemigos”.
Sin embargo, Popper, reconoce en Marx a uno de los luchadores
universales contra “la hipocresía y el fariseísmo, la sinceridad y la amplitud
de criterio”
En definitiva Karl Popper, niega el historicismo y
contradictoriamente, retrocede a Platón y al tribalismo para formular su
crítica liberal para resguardar lo más sacralizado de la sociedad abierta: “el
intercambio y la cooperación”, obturando lo que tenga que ver con la circulación
de poder y la desposesión capitalista.
George Soros se inspiró en ese libro de Popper para poner el nombre a su fundación que según
su propia página web: “Cada año, Open
Society Foundation otorga miles de subvenciones a grupos e individuos que promueven
nuestros valores, a través de una red única que se guía por las voces locales y
la experiencia global.”
¿Cuáles son “nuestros valores”?
¿De qué “valores” se apropia la fundación de un especulador financiero?
Dijo el representante de la fundación que iban a cooperar con el
ministerio de educación para compartir: “…
propuestas para apoyar la educación en DD.HH, formación docente y temas de
género”.
Los DDHH son el producto de la lucha de las poblaciones contra la
perversión, la explotación y la hipocresía inherente al sistema capitalista, no
son un “valor” de la fundación producto
de la especulación financiera que contribuye a generar corrupción y más
pobreza. Argentina es uno de los países que puede dar cátedra sobre Derechos Humanos
y no justamente por que hayan surgido de un gobierno o promovidos por una
fundación internacional. Es el producto de las luchas de los movimientos
sociales contra las formas de brutalidad de este sistema que tantos
“defensores”, multimillonarios tiene. Al igual que las luchas de género que
surgen de las propias fuerzas de colectivos sociales.
“Las Open Society Foundations
están activas en más de 120 países de todo el mundo. Nuestras fundaciones
nacionales y regionales y nuestros programas temáticos otorgan miles de
subvenciones cada año para construir democracias inclusivas y vibrantes”[5]
Otra red, diría telaraña, que se encarga de diluir y concentrar la
lucha, bajo la apariencia siempre de las “democracias inclusivas…”, que
enmascaran las verdaderas fuerzas de la opresión.
Lo revolucionario sería encontrar los caminos de democracias
participativas, democracias directas, pero por supuesto que esas nuevas y
distintas categorías no van a salir del establishment político, ni de las
millonarias fundaciones de millonarios especulativos que lavan su imagen y su
dinero “donando” un puñado de dólares.
El telón de la democracia inclusiva tiene en su haber colecciones de
pobres e indigentes y ricos poderosos con fundaciones que funcionan como
supra-estados que deciden políticas que los estados ejecutan. Lo que viene
evidenciándose en Argentina en el área de Educación desde hace 30 años, para
tomar como referencia el comienzo formal de la “reforma educativa”.
¿Qué diferencia hay entre el expresidente de la autogestión, Mauricio
Macri, cuando se reunió con Sunny Varkey en Davos 2016 y el Ministro Trotta
reunido con el representante de la fundación de George Soros?
Es una época cool, en que el auge de las fundaciones abren los vasos
comunicantes de valores ideológicos que se naturalizan socialmente, lo curioso
es que en el caso de educación, nunca, nunca son los docentes los actores y
autores de las políticas educativas.
El inicio de la contradicción
La viceministra, Adriana Puiggrós, dice en una entrevista respecto de
la fundación Varkey: “Lo que hay que modificar es la libertad de
las empresas de entrar al campo educativo. Esto es legislando y fortaleciendo
al Estado (…) Actualmente son cadenas de
empresas, como por ejemplo la cadena de Sunny Varkey, que fue invitado por el
entonces Presidente Macri a venir a la Argentina. Es el dueño de una de las
cadenas de escuelas más importantes del mundo. En Brasil las cadenas de
escuelas monopolizadas son importantes. Y esto es lo que había empezado en la
Argentina con Macri”[6]
Nada dijo de los convenios millonarios con esa fundación como
mostrábamos más arriba, pero la viceministra, de alguna manera, es crítica de
la entrada de fundaciones al campo educativo.
También mostró su pensamiento contrario con relación a los
funcionarios que vienen de fundaciones, ejemplificó con Enseña por Argentina fundada en 2009 (subsidiaria de Teach for America de Wendy Kopp e
integrante de la red Teach for All,
de las que ya hemos escrito anteriormente); su fundador, Oscar Ghillioni, fue
hasta el fin del mandato del gobierno de autogestión macrista, director de Gestión
Educativa. Durante su autogestión, más de 1000 millones de pesos que
correspondían al programa “Asistiré” fueron a “transferencias al sector
privado”, clasificado como “acciones especiales” de las que no se conoce el
paradero.
También posee algunos millones de dólares en acciones en los Estado
Unidos, además de su caja de ahorro en dólares en ese país, según lo declarado
en la Oficina Anticorrupción de Laura Alonso el 18-09-2018.
Volvamos a las declaraciones de la viceministra que aparecen tres días
después de la suscripción del convenio con la fundación de Soros. La Dra. Puiggrós,
en esa misma entrevista, también cuestiona las pruebas PISA y se muestra
contraria a las evaluaciones estandarizadas: "Evaluar no es un elemento de
la enseñanza, es un instrumento de control y de selección y está pensado desde una lógica empresarial. Lo que busca es reducir
cantidad de alumnos, de docentes, desde una idea meritocrática”.
Eso es lo que venimos sosteniendo los críticos del paradigma impuesto
desde hace 30 años, no sólo por la cuestión macrista donde quedó todo más
obscenamente expuesto, porque Enseña por
Argentina (entre otras cientos) actúa
desde 2009 y, justamente, por no haber una legislación específica, sobre todo
en la injerencia sobre la educación pública, es que el ejército de fundaciones se
fue apropiando no solo de generar las políticas públicas sino de los cargos de
gobierno.
Esta breve, pero descriptiva reflexión remite a Soros, como parte de ese universo
corporativo especulativo y apropiador de las luchas más sensibles de los
colectivos sociales para disciplinarlos en el orden de sus intereses y
“valores”.
Un artículo del diario La Nación[7]
ilustra muy bien quién es George Soros, conocido por sus especulaciones
financieras: “Soros tiene una larga
historia de negocios en el país. Entre 1989 y 1999, fue un aliado fundamental
de Eduardo Elsztain y Marcelo Mindlin en la operación IRSA , dueña de
los principales shoppings del país. Vendió el 4,9 % que tenía en la compañía por
US$ 28 millones, aunque su participación en el emporio inmobiliario redundó en
ganancias superiores a los US$ 500 millones durante los 90.
También se interesó en los
negocios agropecuarios en Cresud - filial de IRSA -y de Adecoagro,
un grupo argentino dedicado a la producción de arroz, azúcar, leche,
girasol, maíz, trigo, soja, etanol y energía eléctrica. En 2011, cuando la
firma llegó a la bolsa, poseía una cuota del 20% -valuada en US$ 366 millones”.
Esos son alguno de los negocios del “filántropo”, asociado a socios
del expresidente autogestionario y a grupos de concentración de tierras como
Cresud de Eduardo Elsztain que posee 800.000 hectáreas distribuidas en varios
países de Latinoamérica incluida la Argentina, una de las principales causas de
lo que le sucede al pueblo wichi en nuestro país.
En fin, Soros es la fortuna número 56 en los Estados Unidos con 8.3
billones de dólares (valor neto en tiempo real 11-03-20)[8]
y está en el puesto 178 en el mundo.
Los negocios en Argentina, que acabamos de nombrar tienen relación
directa con la desposesión, con abonar más la concentración de la riqueza con
el hambre y la pobreza como contrapartida.
¿El ministerio de educación firma un acuerdo con los expoliadores
seriales, incluso para capacitación docente, porque Open Society reparte
algunos dólares en su posmoderna “misión filantrópica” de penetración
ideológica en los colectivos sociales?
¡Nada cambia! ¡El proceso de colonialidad del poder es cada vez más
acentuado!
¡La contradicción es flagrante!
Todo lo sólido se desvanece en el aire
Para finalizar, hay que resaltar que mientras la viceministra, Adriana
Puiggrós, exponía su posición contraria a las pruebas estandarizadas que fundan el ranking meritocrático y son
instrumentos de control, el ministro Nicolás Trotta asegurraba que: “el país “va a seguir participando en las
pruebas de la OCDE (PISA) como en las de la Unesco (TERCE y SERCE)”[9]
Y agregó: “No hay contradicción
entre lo que pienso yo y lo que piensa Adriana (Puiggrós). Ella se refirió no a
la evaluación en general, sino a cierta evaluación estandarizada porque no
necesariamente esas pruebas reflejan la pedagogía argentina”.
¡Claro ministro, las pruebas PISA no reflejan la pedagogía argentina!
Este artículo comienza con la cita de David Harvey que volvemos a
escribir y resaltar:
“Contradicción” tiene dos significados: el aristotélico (dos
afirmaciones que no pueden ser
simultáneamente ciertas), y el dialéctico, que se puede describir como
la confluencia en una
situación, entidad, proceso o acontecimiento, de dos fuerzas
aparentemente opuestas.
El primer significado, lo aplicamos a la posición de la viceministra
respecto de las evaluaciones internacionales y efectivamente está haciendo una
afirmación donde expresa su “reticencia” a las evaluaciones estandarizadas. El
ministro afirma continuar la participación en las evaluaciones estandarizadas y
a renglón siguiente afirma que no hay contradicción entre lo que él dice y lo
que dijo la viceministra.
Un muy buen ejemplo, para estudiar en las aulas con los chiques, que
demuestra que el significado de “contradicción” de Aristóteles sigue vigente y
alguien no dice la verdad, aunque lo disfrase de afirmación.
Para el caso del significado que se propone dialéctico, si prestamos
atención a eso de “la confluencia de una situación, entidad, proceso o
acontecimiento, de dos fuerzas aparentemente opuestas”, notamos que es
aplicable a lo siguiente:
Situación, entidad y
acontecimiento: Esteban Bullrich (exministro de educación macrista), firma
acuerdo con la Fundación Varkey del billonario Sunny Varkey.
Nicolás Trotta (actual ministro de educación Frente de Todos), firma
acuerdo con la Fundación Open Society del billonario George Soros.
Como dice el significado dialéctico: dos fuerzas aparentemente
opuestas, pero en realidad no lo son.
¿Acaso hay grandes diferencias entre dos especuladores de mercado?
¿Entonces porqué Sunny Varkey, no y George Soros, sí?
Si no hay un amplio Congreso Pedagógico para debatir la educación que
queremos, vamos a continuar navegando en el río de las contracciones, porque
los autores y actores del día a día -les docentes y estudiantes- están puestos
en el limbo de la comedia reformista de la educación.
* Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años
y Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA).
Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión”.
Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019) CABA. Con prólogo de Alfredo
Grande y Andrea Arrigoni. Y del ensayo “La
novela educativa o el relato de la alienación” Redes Cultura (2005) CABA. Con prólogo de
Osvaldo Bayer.
Además de otros tantos trabajos y artículos publicados en
Contrahegemonía Web; Rebelion.org y Otras Voces en Educación. Es Productor
periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna” que se emite
por radio La Retaguardia.
[1]
David Harvey: Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo. © Profile
Books LTD, 2014
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