Por Darío Balvidares
“Contradicción” tiene dos
significados: el aristotélico (dos afirmaciones que no pueden ser
simultáneamente ciertas), y el
dialéctico, que se puede describir como la confluencia en una
situación, entidad, proceso o
acontecimiento, de dos fuerzas aparentemente opuestas”[1]
El título de este artículo remite a dos situaciones, que se dieron con
tres días de diferencia, que tuvieron
como protagonistas al Ministro de Educación, Nicolás Trotta, en una y a la
Viceministra, Adriana Puiggrós, en la otra.
Hace mucho tiempo que algunos insistimos en la urgencia del cambio de
paradigma en educación con las advertencias de lo que sucede en el mundo y en
la Argentina, respecto de lo que se había dado en llamar el “mercado
educativo”, como negocio financiero, por una parte y como operación de
conquista ideológica – cultural, por la otra. Siendo la política pública la vía
para la concreción del operativo desposesión.
La llamada reforma educativa es una constante colonizadora impregnada
por el pensamiento único que se irradia desde mediados de los ’70 del siglo
pasado y que en educación, en la Argentina, empieza en 1979 con la
descentralización de las escuelas primarias, realizada por la dictadura
genocida y completada con los otros niveles durante los ’90. Hecho jamás reparado por ningún otro
gobierno, ninguno.
Obvio que no era de esperar la “revolución educativa” pregonada por el
exministro, Esteban Bullrich, hacedor de convenios con fundaciones y ong
corporativas, al igual que su socio en la offshore, Formar Foundation, Gabriel Sanchéz Zinny, ex director de escuelas
de la provincia de Buenos Aires y ex director del Instituto Nacional de
Educación Tecnológica (INET) y director de otras tantas offshore, ambos devienen de la noventosa Fundación
Sophía, al igual que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio
Rodríguez Larreta y otros tantos Sophía Boys y Sophía Girls, que fueron o son
funcionarios gubernamentales. Esa fundación fue sostenida por aportes de
organismos multilaterales de crédito, entre ellos la Banca Boston.
Entonces, la descentralización del sistema fue la primera estrategia
para debilitar la acción sindical, profundizar las desigualdades y la puerta
para el desembarco de las fundaciones corporativas.
Las fundaciones, no aparecieron como una especie de big bang en
diciembre de 2015, la Junior Achievement, está presente en la Argentina desde
los años ’90, actúa y actuó en diferentes provincias; como la argentinísima
fundación CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la
Equidad y el Crecimiento) que de hecho tiene convenios (por los que recibe dinero)
con gobiernos provinciales y el propio
del gobierno nacional, no sólo durante la “autogestión” macrista. También
recibe aportes de grandes corporaciones comerciales y financieras.
La injerencia del mundo privado en el espacio educativo público es el
paradigma impuesto globalmente del que Argentina es parte.
No se puede hablar de cambios de paradigmas si se insiste con las
mismas políticas, que incluso entran en contradicción en la misma cartera.
No es de extrañar que el ministro Nicolás Trotta haya celebrado un
convenio con Open Society Foundation de
George Soros. Y no puede extrañar porque el ministro viene del universo
privado, abogado egresado de la Universidad de Belgrano y ex rector de la
Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), creada en
2013, perteneciente al grupo Octubre de Víctor Santa María, secretario general
del Suterh, empresario, propietario de medios gráficos y radiales y actual
presidente del partido justicialista porteño.
Es naturalizado que el ministro no cuestione las pruebas PISA, ni por
su “valor” de confiabilidad, ni por su valor ideológico, ni por su valor de mercado;
dice simplemente sobre los resultados: “Cómo
creían que nos iba a ir si la Argentina se derrumba, si tenemos la mitad de los
chicos en la pobreza, si se interrumpen los procesos de inversión educativa…”[2],
respecto de las últimas pruebas PISA.
¡El problema es el hambre de los niñes, Ministro, no los resultados de
PISA!
PISA no sólo es el negocio de la estandarización de la OCDE, es la estrategia
de construcción del mercado mundial de la educación, negocio multimillonario
que se realiza en asociación con una de las más grandes editoras corporativas del
mundo, Pearson PLC que tiene a Andreas Schleicher como miembro del panel asesor, que además es
director de PISA y subdirector de la OCDE.
Es más, Penguin Random House surge de la fusión de Random House
(propiedad del grupo alemán Bertelsmann) y Penguin Books (propiedad del grupo
editorial británico Pearson PLC). A
partir de esa fusión se convierte en la primera corporación en el mercado de
libros en todo el mundo.
(Un dato más, el libro “Sinceramente” de la expresidenta y
actual senadora, Cristina Kirchner, fue publicado por esa corporación
editorial).
La concentración del mercado editorial es otro dato de la voracidad de
este sistema, como lo es la concentración de tierras en manos de los mismos de
siempre que se llevan la mayor parte de las riquezas provocando, pobreza,
hambre, desnutrición. Es lo que deja el proceso de desposesión.
No son justamente los “valores” de estas fundaciones los que van a
aportar a una transformación política que opere la transformación social,
económica y cultural en favor de las grandes mayorías despojadas por los mismos
que pretenden dar su contribución “benéfica”, a través de sus fundaciones
pseudo-filantrópicas.
Cuál es la filantropía de Bill Gates, poseedor de U$ 106.5 billones,
cuando utiliza su dinero, desde la fachada de la fundación (Bill y Melinda
Gates Foundation), para producir una película (Esperando a Superman) que compara a les estudiantes de escuela pública
con futuros delincuentes. La apuesta de Gates es a la charterización completa
del sistema educativo estadounidense y al negocio de las pruebas
estandarizadas.
Pero sigamos con el flamante “acuerdo”, realizado entre el Ministerio
de Educación de la Nación y la fundación Open Society.
El ministro Trotta dijo, finalizada la reunión con Pedro Abramovay, director
regional para America Latina y el Caribe de la fundación, que: “Ha sido una reunión muy productiva y
desafiante con los representantes de Open Society porque hemos coincidido en
priorizar temas importantes como las políticas universitarias, entendiendo a la
universidad como un espacio de defensa y protección de los Derechos Humanos con
una mirada nacional, regional y global. Además, teniendo en cuenta que para la
Argentina hoy, la igualdad de género es una convicción y una construcción
cotidiana, estaremos trabajando junto a otros ministerios y con la fundación en
todo lo que hace a igualdad de condiciones y oportunidades, no solo en el
conocimiento y la educación sino también en políticas de cuidado y Educación
Sexual Integral” y concluyó: “También expresamos desde nuestro Ministerio el
interés de poder establecer una cooperación sur-sur con centros de excelencia
que tiene Open Society en distintas partes del mundo”.
Y luego el representante de la fundación, agregó: “Estamos muy entusiasmados con la cooperación
del Gobierno argentino que ha puesto en el centro de su agenda pública el tema
de Género y de DD.HH. Estuvimos hablando con distintos ministerios argentinos;
en esta oportunidad con el Ministro de Educación y su equipo compartimos
propuestas para apoyar la educación en DD.HH, formación docente y temas de
género”[3]
Otra vez el ministerio de educación en un pie de igualdad con una
fundación como si se tratara de dos agencias gubernamentales.
Tal vez es la misma relación que estableció este mismo ministerio, durante
la autogestión macrista, con la fundación Varkey, el millonario empresario
educativo, Sunny Varkey y sus convenios firmados con 4 provincias (Corrientes,
Jujuy, Mendoza y Salta) para formar “Líderes educativos”, es decir, las nuevas
categorías gerenciales para los directivos de las escuelas.
Justamente en Salta[4],
el convenio vence en marzo 2020, por lo que la última cuota de 150.000 dólares,
acaba de ser pagada a la fundación Varkey. Cuotas que comenzaron en abril de
2017 y siempre son, según convenio, por un monto de U$ 150.000 mensuales.
Mientras hemos asistido a las muertes por desnutrición, solo este año,
de 10 niñes wichí, nuestros funcionarios pagan esas sumas de los dineros
públicos a un millonario que da cursos de “Liderazgo Educativo”.
¿Acaso esta no es, claramente, la cara más hipócrita de la
desposesión? Los dineros van a engrosar la fortuna de un millonario, pero no
hay para el agua potable, ni para alimentos de las poblaciones originarias.
Ahora le toca el turno a Open Society, que según el propio fundador,
George Soros, toma el nombre de la fundación inspirado en el libro de Karl
Popper, “La sociedad abierta y sus enemigos”, uno de los textos más
importantes en que el físico Popper encubre los mecanismos del capitalismo y la
amenaza a la democracia. Hay un interesante proceso de sustitución en el que la
democracia liberal es la única posibilidad de la libertad. Para ello establece
una fuerte crítica de carácter peyorativo que va desde el mismísimo Platón,
pasando por Hegel, hasta, como no podía ser de otra manera, el propio Carlos
Marx, quienes representarían a “los enemigos”.
Sin embargo, Popper, reconoce en Marx a uno de los luchadores
universales contra “la hipocresía y el fariseísmo, la sinceridad y la amplitud
de criterio”
En definitiva Karl Popper, niega el historicismo y
contradictoriamente, retrocede a Platón y al tribalismo para formular su
crítica liberal para resguardar lo más sacralizado de la sociedad abierta: “el
intercambio y la cooperación”, obturando lo que tenga que ver con la circulación
de poder y la desposesión capitalista.
George Soros se inspiró en ese libro de Popper para poner el nombre a su fundación que según
su propia página web: “Cada año, Open
Society Foundation otorga miles de subvenciones a grupos e individuos que promueven
nuestros valores, a través de una red única que se guía por las voces locales y
la experiencia global.”
¿Cuáles son “nuestros valores”?
¿De qué “valores” se apropia la fundación de un especulador financiero?
Dijo el representante de la fundación que iban a cooperar con el
ministerio de educación para compartir: “…
propuestas para apoyar la educación en DD.HH, formación docente y temas de
género”.
Los DDHH son el producto de la lucha de las poblaciones contra la
perversión, la explotación y la hipocresía inherente al sistema capitalista, no
son un “valor” de la fundación producto
de la especulación financiera que contribuye a generar corrupción y más
pobreza. Argentina es uno de los países que puede dar cátedra sobre Derechos Humanos
y no justamente por que hayan surgido de un gobierno o promovidos por una
fundación internacional. Es el producto de las luchas de los movimientos
sociales contra las formas de brutalidad de este sistema que tantos
“defensores”, multimillonarios tiene. Al igual que las luchas de género que
surgen de las propias fuerzas de colectivos sociales.
“Las Open Society Foundations
están activas en más de 120 países de todo el mundo. Nuestras fundaciones
nacionales y regionales y nuestros programas temáticos otorgan miles de
subvenciones cada año para construir democracias inclusivas y vibrantes”[5]
Otra red, diría telaraña, que se encarga de diluir y concentrar la
lucha, bajo la apariencia siempre de las “democracias inclusivas…”, que
enmascaran las verdaderas fuerzas de la opresión.
Lo revolucionario sería encontrar los caminos de democracias
participativas, democracias directas, pero por supuesto que esas nuevas y
distintas categorías no van a salir del establishment político, ni de las
millonarias fundaciones de millonarios especulativos que lavan su imagen y su
dinero “donando” un puñado de dólares.
El telón de la democracia inclusiva tiene en su haber colecciones de
pobres e indigentes y ricos poderosos con fundaciones que funcionan como
supra-estados que deciden políticas que los estados ejecutan. Lo que viene
evidenciándose en Argentina en el área de Educación desde hace 30 años, para
tomar como referencia el comienzo formal de la “reforma educativa”.
¿Qué diferencia hay entre el expresidente de la autogestión, Mauricio
Macri, cuando se reunió con Sunny Varkey en Davos 2016 y el Ministro Trotta
reunido con el representante de la fundación de George Soros?
Es una época cool, en que el auge de las fundaciones abren los vasos
comunicantes de valores ideológicos que se naturalizan socialmente, lo curioso
es que en el caso de educación, nunca, nunca son los docentes los actores y
autores de las políticas educativas.
El inicio de la contradicción
La viceministra, Adriana Puiggrós, dice en una entrevista respecto de
la fundación Varkey: “Lo que hay que modificar es la libertad de
las empresas de entrar al campo educativo. Esto es legislando y fortaleciendo
al Estado (…) Actualmente son cadenas de
empresas, como por ejemplo la cadena de Sunny Varkey, que fue invitado por el
entonces Presidente Macri a venir a la Argentina. Es el dueño de una de las
cadenas de escuelas más importantes del mundo. En Brasil las cadenas de
escuelas monopolizadas son importantes. Y esto es lo que había empezado en la
Argentina con Macri”[6]
Nada dijo de los convenios millonarios con esa fundación como
mostrábamos más arriba, pero la viceministra, de alguna manera, es crítica de
la entrada de fundaciones al campo educativo.
También mostró su pensamiento contrario con relación a los
funcionarios que vienen de fundaciones, ejemplificó con Enseña por Argentina fundada en 2009 (subsidiaria de Teach for America de Wendy Kopp e
integrante de la red Teach for All,
de las que ya hemos escrito anteriormente); su fundador, Oscar Ghillioni, fue
hasta el fin del mandato del gobierno de autogestión macrista, director de Gestión
Educativa. Durante su autogestión, más de 1000 millones de pesos que
correspondían al programa “Asistiré” fueron a “transferencias al sector
privado”, clasificado como “acciones especiales” de las que no se conoce el
paradero.
También posee algunos millones de dólares en acciones en los Estado
Unidos, además de su caja de ahorro en dólares en ese país, según lo declarado
en la Oficina Anticorrupción de Laura Alonso el 18-09-2018.
Volvamos a las declaraciones de la viceministra que aparecen tres días
después de la suscripción del convenio con la fundación de Soros. La Dra. Puiggrós,
en esa misma entrevista, también cuestiona las pruebas PISA y se muestra
contraria a las evaluaciones estandarizadas: "Evaluar no es un elemento de
la enseñanza, es un instrumento de control y de selección y está pensado desde una lógica empresarial. Lo que busca es reducir
cantidad de alumnos, de docentes, desde una idea meritocrática”.
Eso es lo que venimos sosteniendo los críticos del paradigma impuesto
desde hace 30 años, no sólo por la cuestión macrista donde quedó todo más
obscenamente expuesto, porque Enseña por
Argentina (entre otras cientos) actúa
desde 2009 y, justamente, por no haber una legislación específica, sobre todo
en la injerencia sobre la educación pública, es que el ejército de fundaciones se
fue apropiando no solo de generar las políticas públicas sino de los cargos de
gobierno.
Esta breve, pero descriptiva reflexión remite a Soros, como parte de ese universo
corporativo especulativo y apropiador de las luchas más sensibles de los
colectivos sociales para disciplinarlos en el orden de sus intereses y
“valores”.
Un artículo del diario La Nación[7]
ilustra muy bien quién es George Soros, conocido por sus especulaciones
financieras: “Soros tiene una larga
historia de negocios en el país. Entre 1989 y 1999, fue un aliado fundamental
de Eduardo Elsztain y Marcelo Mindlin en la operación IRSA , dueña de
los principales shoppings del país. Vendió el 4,9 % que tenía en la compañía por
US$ 28 millones, aunque su participación en el emporio inmobiliario redundó en
ganancias superiores a los US$ 500 millones durante los 90.
También se interesó en los
negocios agropecuarios en Cresud - filial de IRSA -y de Adecoagro,
un grupo argentino dedicado a la producción de arroz, azúcar, leche,
girasol, maíz, trigo, soja, etanol y energía eléctrica. En 2011, cuando la
firma llegó a la bolsa, poseía una cuota del 20% -valuada en US$ 366 millones”.
Esos son alguno de los negocios del “filántropo”, asociado a socios
del expresidente autogestionario y a grupos de concentración de tierras como
Cresud de Eduardo Elsztain que posee 800.000 hectáreas distribuidas en varios
países de Latinoamérica incluida la Argentina, una de las principales causas de
lo que le sucede al pueblo wichi en nuestro país.
En fin, Soros es la fortuna número 56 en los Estados Unidos con 8.3
billones de dólares (valor neto en tiempo real 11-03-20)[8]
y está en el puesto 178 en el mundo.
Los negocios en Argentina, que acabamos de nombrar tienen relación
directa con la desposesión, con abonar más la concentración de la riqueza con
el hambre y la pobreza como contrapartida.
¿El ministerio de educación firma un acuerdo con los expoliadores
seriales, incluso para capacitación docente, porque Open Society reparte
algunos dólares en su posmoderna “misión filantrópica” de penetración
ideológica en los colectivos sociales?
¡Nada cambia! ¡El proceso de colonialidad del poder es cada vez más
acentuado!
¡La contradicción es flagrante!
Todo lo sólido se desvanece en el aire
Para finalizar, hay que resaltar que mientras la viceministra, Adriana
Puiggrós, exponía su posición contraria a las pruebas estandarizadas que fundan el ranking meritocrático y son
instrumentos de control, el ministro Nicolás Trotta asegurraba que: “el país “va a seguir participando en las
pruebas de la OCDE (PISA) como en las de la Unesco (TERCE y SERCE)”[9]
Y agregó: “No hay contradicción
entre lo que pienso yo y lo que piensa Adriana (Puiggrós). Ella se refirió no a
la evaluación en general, sino a cierta evaluación estandarizada porque no
necesariamente esas pruebas reflejan la pedagogía argentina”.
¡Claro ministro, las pruebas PISA no reflejan la pedagogía argentina!
Este artículo comienza con la cita de David Harvey que volvemos a
escribir y resaltar:
“Contradicción” tiene dos significados: el aristotélico (dos
afirmaciones que no pueden ser
simultáneamente ciertas), y el dialéctico, que se puede describir como
la confluencia en una
situación, entidad, proceso o acontecimiento, de dos fuerzas
aparentemente opuestas.
El primer significado, lo aplicamos a la posición de la viceministra
respecto de las evaluaciones internacionales y efectivamente está haciendo una
afirmación donde expresa su “reticencia” a las evaluaciones estandarizadas. El
ministro afirma continuar la participación en las evaluaciones estandarizadas y
a renglón siguiente afirma que no hay contradicción entre lo que él dice y lo
que dijo la viceministra.
Un muy buen ejemplo, para estudiar en las aulas con los chiques, que
demuestra que el significado de “contradicción” de Aristóteles sigue vigente y
alguien no dice la verdad, aunque lo disfrase de afirmación.
Para el caso del significado que se propone dialéctico, si prestamos
atención a eso de “la confluencia de una situación, entidad, proceso o
acontecimiento, de dos fuerzas aparentemente opuestas”, notamos que es
aplicable a lo siguiente:
Situación, entidad y
acontecimiento: Esteban Bullrich (exministro de educación macrista), firma
acuerdo con la Fundación Varkey del billonario Sunny Varkey.
Nicolás Trotta (actual ministro de educación Frente de Todos), firma
acuerdo con la Fundación Open Society del billonario George Soros.
Como dice el significado dialéctico: dos fuerzas aparentemente
opuestas, pero en realidad no lo son.
¿Acaso hay grandes diferencias entre dos especuladores de mercado?
¿Entonces porqué Sunny Varkey, no y George Soros, sí?
Si no hay un amplio Congreso Pedagógico para debatir la educación que
queremos, vamos a continuar navegando en el río de las contracciones, porque
los autores y actores del día a día -les docentes y estudiantes- están puestos
en el limbo de la comedia reformista de la educación.
* Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años
y Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA).
Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión”.
Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019) CABA. Con prólogo de Alfredo
Grande y Andrea Arrigoni. Y del ensayo “La
novela educativa o el relato de la alienación” Redes Cultura (2005) CABA. Con prólogo de
Osvaldo Bayer.
Además de otros tantos trabajos y artículos publicados en
Contrahegemonía Web; Rebelion.org y Otras Voces en Educación. Es Productor
periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna” que se emite
por radio La Retaguardia.
[1]
David Harvey: Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo. © Profile
Books LTD, 2014
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