Buscar este blog

lunes, 3 de abril de 2023

8.000 estudiantes, Endeavor, la pedagogía instrumental y el encanto de los paraísos fiscales

 




La ministra de educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, convocó a 8.000 estudiantes que cursan el quinto año en las escuelas medias, en el marco de las ACAP (prácticas laborales profesionalizantes), a un evento en el Luna Park el 29 de marzo próximo para difundir la “experiencia Endeavor”. Se trata de una corporación empresarial que nuclea a gran parte del “emprendedorismo” mundial más un fondo de inversión internacional.

Muy bien caracterizada, aparece la corporación Endeavor en el comunicado de prensa de la secretaría pedagógica de Ademys, a cargo de Marisabel Grau, en el que se describe la propuesta de la corporación que realiza el evento, patrocinado por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, al que asistirán 8.000 estudiantes de los quintos años de las Escuela Medias.

La empresa Endeavor Argentina, tal cuál expresa el comunicado de “Rechazo” del sindicato Ademys a la actividad programada en el Luna Park, “recibe el financiamiento de empresas tales como IBM, IRSA, Banco Galicia, Banco Hipotecario y las consultoras empresariales PWC y EY”, además posee “65 oficinas alrededor del mundo y una facturación de más de 28 billones de dólares desde 2020, producida por ‘los emprendedores’”.

Como ya es de público conocimiento, la Ciudad tiene tercerizado el gobierno; en el caso específico de Educación, desde hace mucho tiempo que las continuas reformas políticas, son sólo para dar entrada a fundaciones, ong y corporaciones empresariales, que son las que organizan el modelo educativo.

Esas continuas reformas, recortan la participación de los educadores en los diseños curriculares, en las orientaciones pedagógicas y en el cotidiano escolar.

Sería un gran error de apreciación adjudicar el proceso de reforma de la educación pública sólo al sello político (PRO) que gobierna la Ciudad desde hace casi 16 años; porque, en rigor de verdad, el proceso de reforma lleva más de 30 años, con la fragmentación del sistema como premisa. Conste que cuando decimos reforma, hablamos de la trama de desposesión a la que es sometida la educación pública, reducida a ser “valor agregado”, adaptable y flexible de los intereses corporativos, como venimos anunciando desde hace más de 30 años.

Pero no sólo se agota en eso, la macropolítica educativa se estableció a nivel global y son los organismos internacionales los lugares de diseño (Banco Mundial; UNESCO; OCDE; BID…), con sus “recomendaciones” a los países han construido el Mercado de la Educación con fundaciones empresariales que cotizan en Bolsa y con Ceos multibillonarios que han visto en la educación un nicho de negocios de vías múltiples.

Por un lado, el poder del modelo de negocios corporativos y por otro, la agenda pedagógica de la instrumentalidad para la empleabilidad del presente y del futuro, con los eslóganes de “aprender a aprender” y “aprender para toda la vida”; además de la cadena de significación del “éxito” a través del nuevo deporte del siglo XXI, el “emprendedorismo”.

Entonces abrevan en el magma de la fortuna del “buen emprendedor”, las fundaciones y universidades privadas que dominan el mercado educativo donde la noción de lo público ha sido borrada para dar paso a su conversión en mercancía privada.

Y es así, que después de “Enseña por Argentina”; “Proyecto Educar 2050”; la fundación CIPPEC (tan solicitada por los gobiernos de todos los sellos), la fundación Varkey [a la que se le pagó 150.000 dólares mensuales desde abril de 2017 a marzo 2020 por capacitar directivos en Corrientes, Mendoza, Salta y Jujuy, son US$150 mil por mes por cada provincia, pagados con los dineros públicos del Ministerio de Educación Nacional] y otros cientos de fundaciones y ONG’s, los dineros públicos se disipan en los convenios público-privados.

Además, la fundación Varkey es socia del gobierno de la Ciudad, de la empresa Inicia Educación, de Diálogo Interamericano (corporación de derecho privado, creadora del programa PREAL- Programa de Reforma Educativa para América Latina y el Caribe – con sede en Washington) con el respaldo la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), la moderna oficina de indias, que conforman la Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente junto a 14 países y lo más rancio del neoliberalismo de cada uno de ellos.

Con todo este andamiaje, nada puede sorprender que las empresas sean el “faro” docente del siglo XXI, por lo menos mientras todo el mercado educativo siga siendo un gran negocio, incluso por donde se filtran dineros de fondos de inversión, además de los créditos del Banco Mundial para educación, tomados recientemente por el super ministro Sergio Massa, que también orientan las políticas hacia la educación por resultados, que no sólo niega la educación como proceso, sino que fomenta las engañosas prácticas de las pruebas estandarizadas.

Entonces, 8.000 estudiantes asistirán al show en formato “pedagógico” de la puesta en escena de enunciados enlatados con campos semánticos seductores que venderán el humo del “ecosistema emprendedor”; el “éxito”; el “mérito”; la “adaptabilidad” y “flexibilidad” frente al cambio permanente y la “riqueza” a la vuelta de la esquina, entre otros espejitos de colores. La puesta en escena de la pedagogía instrumental.

¡Menos Platón y más bitcoin!

Y 8000 estudiantes serán expuestos a relatos de un mundo que factura billones de dólares a través de un fondo de inversión. Tan “importante” es que la revista Forbes, hace la publicidad del evento por los 25 años que cumplió la empresa en Argentina: “El encuentro se realizará el 29 de marzo en el Luna Park y convocará a estudiantes del último año de cerca de 150 colegios secundarios (la mayoría, públicos), como parte de una acción colaborativa con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires …”.
Foto de Forbes Argentina

Y reproduce las palabras de Guibert Englebienne, presidente de Endeavor Argentina y cofundador de Globant: “Vemos unalto crecimiento en términos de la cantidad de emprendimientos que son de escala global de base tecnológica, de pensar en grande y a largo plazo. Estamos muy muy contentos con eso y creo que colectivamente eso está generando un cambio, una subcultura, que me parece muy importante, o sea el retorno el pensar en la meritocracia…”.

Seguramente, Englebienne, habla de “emprendimientos” que están a billones de km de distancia de las realidades cotidianas de lxs estudiantes, como de las realidades escolares sumidas en la precariedad por la falta de inversión en infraestructura.

El fundador de Globant, defiende y sostiene la meritocracia como valor para desarrollar la sociedad y por supuesto la educación, ocultando que lo que él considera un valor es el propulsor del individualismo como práctica cotidiana y la competencia pro mercado (non sana), lo contrario de lo que sostiene la escuela, la solidaridad.

También el artículo de Forbes destaca las palabras de María Julia Bearzi, directora Ejecutiva de la empresa, que afirma, respecto de la importancia del evento y lxs estudiantes: “queremos inspirarlos. Queremos mostrarles que en la Argentina también se puede, que desde Argentina también se puede (…) pensar en el futuro: no solo de los emprendedores, sino el futuro de nuestro país porque estos chicos van a ser finalmente la fuerza productiva de la Argentina”.

Esta última reflexión de la directora ejecutiva es la que hay que poner en debate: “… estos chicos van a ser finalmente la fuerza productiva de la Argentina”.

¿Cuál es el concepto de fuerza productiva desde la meritocracia? ¿Qué futuro están pensando desde el emprendedorismo corporativo y multibillonario?

Otra de las ideas expresadas es “queremos mostrarles que en Argentina también se puede, que desde Argentina también se puede…”

Esto es particularmente curioso porque uno de los ceos invitados para compartir, no sus millones, sino su “experiencia emprendedora” es Marcos Galperín, el Ceo de Mercado libre, que se mudó a Uruguay para no tributar impuestos en Argentina, así como Martín Migoya, también disertante del futuro evento Endeavor y uno de los cuatro fundadores de Globant.

Pero lo más impactante es la paradoja entre el dicho “…desde Argentina también se puede…”, con la actitud del otro fundador de Globant y a la sazón presidente de Endeavor Argentina, Guibert Englebienne, porque también se mudó a Uruguay para no pagar impuestos en Argentina.

¿Qué propuestas pueden hacerles a lxs estudiantes de las escuelas públicas quienes desde su meritoria vida se van del país para no pagar impuestos? Y uno de ellos es el presidente de la empresa que convoca al “didáctico” evento. Debe ser otra de las estrategias de la “subcultura” de la que habló. La meritocracia debe incluir en su paquete de valores el “escapismo” como ejercicio para la elusión fiscal.

Y tal vez algo de eso hay, puesto que la empresa generó su propio fondo de inversión hace 11 años, “la comunidad de emprendedores más grande del mundo, lanzó su propio fondo de coinversión llamado Endeavor Catalyst. ¿El objetivo? Apoyar a las compañías de la red Endeavor en su proceso de crecimiento y, al mismo tiempo, ser una fuente de financiación para sostener la misión de la organización en todo el mundo. Por otro lado, el fondo también contribuye a la misión de Endeavor de promover la inversión económica en mercados emergentes”, según su propia página web, en la que también informan sobre sus “patrocinadores” y “donantes” a nivel mundial, entre ellos Silicon Valley Bank, recientemente quebrado, con su actividad centrada en el sector tecnológico, el de los “emprendedores”.

También aparece como donante de 10 millones de dólares la Red Omidyar de Pierre Omidyar, fundador de e bay, titular de Omidyar Network, que junto a otra empresa y fundación invierten en el Grupo Vi-da Tec propietario de la plataforma TICMAS que recibe millones y se impone como plataforma educativa a la que los docentes deben adaptarse, en provincias como Misiones, por ejemplo con la plataforma Guacurarí, y transformarse en “facilitadores”.

En este escenario también aparece el BID con 5millones de dólares; la JP Morgan Chase & Co. con 1 millón; el propio Marcos Galperín y Eduardo Elsztain, también con 1 millón de dólares cada uno y otros tantos bancos, ceos, fundaciones que se pueden visitar aquí.

Pero, tal vez, lo más importante del emprendedorismo corporativo, es que el fondo de inversión Catalyst se crea en Delaware, Estados Unidos, uno de los paraísos fiscales más trascendentes de empresas off shore que mostró la investigación de los Panamá Papers.


¿Cuál será la orientación que tendrá la mega reunión con 8.000 estudiantes, que van a asistir bajo el encuadre de “prácticas laborales profesionalizantes”, a un evento con algunos emprendedores, que deberían explicar por qué no quieren tributar en Argentina?

¿Explicarán los ceos devenidos en seudo docentes, por qué el fondo de inversión Catalyst se crea en un paraíso fiscal?

¿La práctica de elusión es legítima y legal en el caso de ser emprendedor?

¿Cuál es la ética del emprendedor corporativo?

Estas podrían ser algunas de las preguntas desde el enfoque de la pedagogía crítica; en cambio, por el contrario, la pedagogía instrumental tiene una pregunta globalizadora: ¿Para qué sirve, es rentable?

Las respuestas están en Platón y en el bitcoin, respectivamente.

Darío Balvidares

No hay comentarios:

Publicar un comentario