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domingo, 29 de diciembre de 2019

¡O salimos del modelo o lo profundizan!


¡O salimos del modelo  o lo profundizan!
Por Darío Balvidares*
Las buenas intenciones son siempre el reflejo de las palabras de todo funcionario político que no va a comprometerse más que en una cuestión estructural.  En el caso que nos ocupa, la educación con su  impronta marcada por el proceso reformista neoliberal  del cual no parece haber señales que indiquen que el nuevo gobierno busca un rumbo de salida.  
El flamante Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, ha hablado con diferentes medios tratando de describir las tareas que tiene por delante su cartera y dio una apreciación del estado de la educación hoy y la “degradación de la escuela”. Sobre eso dijo: “No somos la consecuencia de cuatro años de Macri, somos el resultado de los últimos cuarenta años"[1] en los que habría que mencionar que la escuela no entra en crisis autista; la escuela es puesta en crisis porque no podemos obviar el proceso de reforma que comienza de manera estructural durante la dictadura genocida con el traspaso de las escuelas primarias a las provincias y luego durante el gobierno menemista de los ’90 del siglo pasado con el resto de los niveles del sistema (secundarios y terciarios) sumados también los cambios de estructura de los niveles que propuso para la educación general básica y la orientada y respecto de los cambios en la estructura de los terciarios, cuestión que no fue modificada posteriormente y el sistema se fue fragmentando cada vez más.
La conclusión es que durante el proceso de desposesión que fue sufriendo la educación pública, se sobredimensionaban las bondades de la educación privada que iba tomando cada vez mayor territorio, incluso con una serie de cambios estratégicos en la propia concepción de educación que desde los comienzos de la reforma intenta borrar los límites terminológicos y se impone que toda la educación es pública, lo que varía es la gestión.
Otra de las falacias, puesto que esa terminología y formato de concepción solo puede tener validez en tanto la educación se conciba como un servicio (como el transporte público que es de capitales privados), pero no cuando la pensamos como un derecho, de manera que no podemos seguir con concepciones que ponen en un pie de igualdad y otorgan la misma responsabilidad al Estado que al privado y mucho menos en cuestiones educativas, porque la consecuencia es la mayor fragmentación social que se produce por la competencia, que es justamente uno de los objetivos de la reforma: el gran mercado educativo. De ahí la insistencia con las evaluaciones.
Así que para transformar la educación también hay que romper  el continuismo y naturalización de la  concepción hegemónica, incluso en el territorio discursivo, impuesto y naturalizado por el neoliberalismo (versión actual del capitalismo).  Justamente el proyecto social es lo que se obtura y flagela en función de la meritocracia y el proyecto individualista.
Pero estas discusiones no aparecen en el seno del debate por la educación que queremos, que si bien es verosímil que puede funcionar como catalizador de las desigualdades, en la realidad está funcionando también como velo de las desigualdades culturales de origen. No hay igualdad si los niñez y adolescentes cuando salen de la escuela vuelven al margen, eso no es inclusión.
El propio Pierre Bourdieu escribía al respecto: “Para los individuos provenientes de sectores más desfavorecidos, la educación sigue siendo el único camino de acceso a la cultura y esto en todos los niveles de la enseñanza. Podría ser entonces la vía regia de la democratización de la cultura si no se dedicara a consagrar – por simple trámite de ignorarlas – las desigualdades iniciales ante la cultura…[2]
¿Cuál es la educación que queremos?
¿Una educación que esté solo relacionada con la producción de “trabajadores”? leitmotiv de la “educación del siglo XXI”.
Y por supuesto que el nuevo ministro apuesta a esa relación, educación – trabajo; que también oculta una porción muy importante de sesgo ideológico que en realidad se debería manifestar como educación – capital – trabajo – explotación. Y es muy, pero muy probable que esta descripción incomode, pero cuando el ministro afirma: “El modelo industrial que la Argentina necesita precisa de trabajadores formados para ese desafío que implica la apuesta por una educación transformadora. Estoy convencido de que este ejemplo que vemos hoy aquí de la ETRR nos debe mostrar la importancia de la alianza de trabajo entre el sector público y el sector privado[3], en el marco en que el ceo de Techint, Paolo Rocca, presenció la primera graduación de la Escuela Técnica Roberto Rocca fundada en 2013 por la empresa Tenaris.
Por supuesto que el empresario cargó contra la escuela pública y sus docentes en la misma sintonía que lo vienen haciendo el mundo privado y la gran mayoría de los funcionarios que hemos tenido en los últimos 30 años. Pero nada dicen sobre el desfinanciamiento del sistema público  y el redireccionamiento de dineros públicos a convenios con fundaciones y ong corporativas o universidades privadas.
Es natural que el ceo hable en relación con sus intereses, pero el ministro…
La transformación educativa no se va a dar en la comunión antropofágica de lo privado con lo público, sobrados fueron estos 4 años para no insistir con el mismo camino.
O no hablemos más de derecho a la educación porque la han reducido a un servicio subsidiario de los intereses corporativos y empresariales.
Y la tarea es sacarla de ese lugar cenicientesco.
La educación pública no puede estar al servicio de los requerimientos de la optimización de ganancias, generando sujetos obedientes y flexibles.
Ese es el paradigma que hay que desterrar, el paradigma de la sujeción la pedagógica, de la obediencia.
No se trata de adiestramiento en matemática, comprensión lectora y en ciencias básicas como pide el modelo colonial de PISA; se trata de la construcción de una currícula que forme en una mirada crítica, que ponga en valor (como les gusta decir a los funcionarios) la historia; la antropología;  la sociología; la economía política y social; la ecología y el territorio; las ciencias y la tecnología; el arte; las cosmovisiones de los Pueblos Originarios y tantas temáticas que van quedando truncas por el establecimiento de “consensos”, como la Educación Sexual Integral (ESI) y todos los impedimentos para su aplicación.
Los que van a seguir existiendo si realmente no se define a la educación como pública donde toda la inversión se haga en la construcción de nuevos jardines, no de “contenedores”, pero por sobretodo romper todo lo relacionado con la tercerización de las políticas públicas en entidades privadas que terminan definiendo el destino de miles o millones.
Uno de los grandes problemas a la hora de pensar en otro modelo educativo es que aquellos que llevamos a la práctica la educación escolar, no pensamos las políticas y ocurre la paradoja que donde se piensan las políticas, somos pensados como el objeto que las ya a ejecutar  (mediador) y como correlato todo el tema de la “falta” de capacitación de los docentes y bla… bla… bla…
Incluso, degradan a los docentes, personajes que sólo pisaron un aula como alumnos, pero regentean ONG que se dedican a hacer dinero con el Estado a partir de convenios para capacitación, por ejemplo la fundación Varkey o “Enseña por Argentina”, para no abundar, y por supuesto a imponer un modelo de pensamiento, como lo hace la ONG Junior Achievement.
Los consensos se tienen que hacer con los Educadores en un Congreso Pedagógico, que permita debatir la educación que queremos, no con la Corporación empresarial, el Episcopado o los Agroindustriales (fumigadores de Pueblos), esos son los consensos que hay que romper, si realmente queremos una educación para la emancipación y la libertad para poder transformar este sistema de hambre, degradación, precarización y contaminación en un modelo vivible, respirable, con prácticas sociales que sean la transición a la noble igualdad.
Está todo por hacerse, pero hay que seguir diciéndolo, escribiéndolo, llamando la atención,  es tarea de la pedagogía y la práctica crítica.
De lo contrario, seguiremos asistiendo a la profundización del modelo reformista/colonial de la educación, pero con discurso progresista.

*Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años y Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA).
Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión”. Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019) CABA. Con prólogo de Alfredo Grande y Andrea Arrigoni. Y del ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación  Redes Cultura (2005) CABA. Con prólogo de Osvaldo Bayer.
Además de otros tantos trabajos y artículos publicados en Contrahegemonía Web; Rebelion.org y Otras Voces en Educación. Es Productor periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna” que se emite por radio La Retaguardia.

viernes, 20 de diciembre de 2019

"... no queremos inventar nada..."

Audio de la última columna radial de "La educación en la era corporativa" Curiosa frase del flamante ministro de educación en el marco del Congreso Pedagógico Provincial en Chaco.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Audio de la entrevista a Mauro Jarquín, investigador y profesor en la UNAM

En la entrevista conversamos con Mauro Jarquín, investigador y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Autor de "La pedagogía del capitalismo empresario. Nueva Derecha y Reforma Educativa en México". Charlamos sobre la Reforma Educativa, los procesos de privatización creciente en educación, las estrategias del colonialismo mercantilista de las corporaciones y las actuaciones de fundaciones y ong como agentes virales del reformismo permanente en México, Argentina y Latinoamérica en general.

jueves, 5 de diciembre de 2019

¡Basta de comer PISA!

Audio de la columna radial en el programa "La Deuda Eterna" (04-12-19) Parece que empiezan a aparecer algunos "problemas" en la interpretación de las Pruebas estandarizadas organizadas por la OCDE. Era tiempo de que, incluso, alguno de los defensores argentinos ponga en duda la cuestión metodológica, que ya había sido cuestionada por otros especialistas. Y que, particularmente, desde esta columna y en distintos trabajos hemos cuestionado tantas veces y lo seguiremos haciendo, hasta que abandonemos los ranking de dominación colonial...

martes, 26 de noviembre de 2019

¿Educación pública e igualdad o reforma educativa?



¿Educación pública e igualdad o reforma educativa? 

Por Darío Balvidares*


El pensamiento de la política educativa desde los comienzos de la reforma fue cooptado por los organismos internacionales como institutos mediadores y amplificadores del cambio de paradigma educativo encaminando así, la creación de un gran mercado internacional de la educación pensado desde el mundo corporativo.
Para nuestra región, el faro a seguir ha sido Chile,  el sistema más privatizado junto al del Reino Unido, aún sin compartir las mismas causales, de un lado Pinochet; Thatcher, del otro.
Y, aquí, en Argentina, uno de los países, sino el principal en la región, más mirado y respetado por su sistema público de educación, pero que, desde fines de los ‘70 del siglo pasado se encamina hacia un proceso de desmonte, primero con la dictadura genocida empezaba el proceso de fragmentación  y luego, en los ’90, con el desembarco desembozado del proyecto de la reforma mercantilista / privatizadora de la educación.
El sistema se fragmenta y subfragmenta, hasta llegar a estos días en que no solo la fragmentación continúa profundizándose, sino que, además, el aluvión endoprivatizador llegó a los cargos en el Estado y esto trae como consecuencia lo que podemos llamar, la intelligentsía en el sistema educativo.
Una clase social, una élite, que se considera portadora de un paradigma mundial, de un formato cultural  que promociona, a través de sus agentes virales –especialistas, periodistas, fundaciones y ong de las que muchos funcionarios forman parte -  como el único y verdadero pensamiento que llevará al “éxito” a la sociedad de la mano del “emprendedurismo” individual, cosa que desde el punto de vista pedagógico es una flagrante falacia.
Y, de esta manera, sin filtro,  los discursos apologéticos sobre las bondades de la tecnología en la escuela, son discursos tan “acríticos” como coloniales[1], operaciones psicolingüísticas cuyo verdadero interés es la promoción y venta de plataformas digitales como proyecta la llamada “Escuela del futuro” en la que los alumnos estarán el 70% del tiempo escolar frente a la pantalla de una computadora y el 30% con un docente devenido en facilitador.
 Así como los discursos sobre las “bondades” de las evaluaciones estandarizadas. Como si se desprendiera de ese binomio, tecnología y estandarización, el numen que ligará el aprendizaje escolar con el crecimiento económico. Sin ni siquiera discutir porqué esa intelligentsía ha borrado el aprendizaje específico (los saberes) de las currículas escolares y suplantado por el aprendizaje por competencias, con el liso argumento que refiere a que “los conocimientos están en internet”. Otra flagrante falacia, puesto que en internet está la información (no siempre segura), pero no el conocimiento, ni los modos construir ese conocimiento. Y, justamente por eso es la relevancia de la escuela pública en la que deberían estar todos, todas y todes. Pero la reforma logró amplificar la fragmentación social, generando públicos con la distinción.


Algunas opiniones y algunas preguntas

Delineada, de manera breve, la gran telaraña donde subsumió el reformismo neoliberal al sistema educativo, es tiempo de hacer una lectura crítica a la plataforma[2] de educación del Frente de Todos, agrupación política que ganó las elecciones presidenciales.
El documento comienza por textualizar lo que hace años se viene produciendo, el incremento de la pobreza que padecen más de la mitad de los menores, con todo lo que ello implica en cuanto a las necesidades básicas, nutrición, salud, vivienda, etc.
El texto remata el párrafo diciendo: “Reconstruir una educación pública que impulse el crecimiento y la igualdad constituye para nosotros una premisa ética y política. Porque no hay crecimiento sin igualdad y no hay igualdad sin educación pública de calidad”.
Hablan de “reconstruir”. ¿Qué implica “reconstruir” en el contexto actual del paradigma educativo? También, lamentablemente, hay que aclarar que sí, que hay crecimiento sin igualdad en estos contextos latinoamericanos, el ejemplo es Chile. La  discusión debería ser en torno al concepto de “crecimiento”, quiero decir, ¿en función de qué crecer, para el empoderamiento social o para la optimización de ganancias de las corporaciones?
El concepto de “calidad”, también está en la boca de todos los que hacen discursos públicos sobre educación (sindicalistas, políticos, especialistas, periodistas) pero la palabra “calidad”, en el paradigma impuesto, está ligada a los “resultados” y estos a la “evaluaciones estandarizadas”, es decir, al dispositivo de control y al negocio multimillonario que creó la OCDE[3].
Ahora bien, “si no hay igualdad sin educación pública”, significa (y en esto, en principio, vamos a estar de acuerdo) que es la garante de la igualdad
Pues, entonces, de allí se puede colegir que la educación privada ha sido, incluso por su planificada expansión en la desposesión del territorio público, piedra fundamental para la fragmentación social.
Para los finlandeses[4] lo fue y, por eso, resolvieron disolverla. Pero no se trata de hacer lo que otros países con otras idiosincrasias hicieron o hacen, pero sí de pensar: ¿Qué nos pasó con la permeabilización de la educación privada, no sólo en cuanto a la proliferación viral en todos los niveles (exoprivatización); sino, también, la expansión endoprivatizadora? Como la industria de las evaluaciones estandarizadas o las empresas de consultoría, además de la firma de convenios millonarios con fundaciones corporativas o con universidades privadas que se convirtieron en faros intelectuales del reformismo permanente imponiendo la lógica del mercado al interior del sistema.  

Como muestra…
En estos días se publicó una resolución de la Dirección General de escuelas de la provincia Mendoza que dice: La Resolución N° 3681-DGE-2019 establece que serán aspirantes en escuelas públicas de gestión estatal y privada los estudiantes que, por su esfuerzo personal sostenido durante las trayectorias realizadas, cursen 6° grado de establecimientos de organización completa, u otros grados en instituciones de organización incompleta. La Dirección General de Escuelas comunica a toda la comunidad educativa que en Nivel Primario, alumnos que hayan repetido algún grado no podrán participar en la elección de abanderados y escoltas, de acuerdo a la adecuación del Reglamento para conseguir portar la Bandera Nacional y la Bandera de la provincia de Mendoza.[5]
Tal vez y sólo tal vez, haya que hacer pedagogía (no instrumental) con los funcionarios que creen que las políticas de segregación y fragmentación, que impone la estética mercantilista del éxito, son las que contribuyen a sociedades más justas.
No es el lugar este artículo para la discusión pedagógica específica, pero sí para insistir en que son las propias acciones del estado (provincial y/o nacional) las que manifiestamente, convocan a la ruptura de la solidaridad. E imponen la pedagogía del “más apto”.
¿Acaso, la bandera como símbolo, da cuenta de las trayectorias escolares interrumpidas por las políticas de ajuste que implementan funcionarios que solo piensan en discriminar e imponer dispositivos perversos de alienación?
Si la bandera implica habitar la misma territorialidad (en sentido amplio) ¿desde qué lugar mesiánico, un funcionario se arroga la potestad de decidir quién porta el estandarte y quién lo tiene vedado?
Hablan de la escuela del futuro, pero  sacan resoluciones que promocionan acciones más cercanas a la “obediencia debida” que a la escuela inclusiva, sobre la que también hacen discursos hipócritas. El esfuerzo de la escuela no basta, la inclusión real se va a dar cuando los niños, niñas y adolescentes salgan de la escuela y no vuelvan a los márgenes, quiero decir que la escuela no incluye si las políticas son de exclusión. Y es justamente en la escuela donde se manifiesta la vulneración social con la que los docentes de escuela pública se enfrentan todos los días.
Volviendo a Mendoza, incluso el gobernador electo, Rodolfo Suarez, afirma que uno de los primeros proyectos que enviará a la legislatura provincial es el de la creación de una Agencia de Evaluación de la Calidad Educativa, a instancias de José Thomas, quien será el próximo Director General de Escuelas, actualmente es gerente educativo en el colegio ICEI, una institución privada, del que su familia es propietaria y su abuela fue una de las fundadoras.
Además, el gobernador electo y su futuro director de escuelas proponen imitar el estallado modelo chileno: “Un primer modelo que inspira a Suárez está acá cerca, en Chile”.
Aunque también piensa en modelo chino en el que “todos los alumnos rinden un examen semestral con un código QR que se manda a una plataforma informática (…) Esa evaluación periódica y continua permite obtener indicadores de cada alumno que muestran avances y dificultades a través de inteligencia artificial”[6].
No sólo la incontratable realidad nos muestra como reventó la burbuja chilena, sino que además, ese sistema exclusivo cobra sus víctimas con las altas tasas de suicidios en general y de jóvenes en particular,  se llegará “al 2020 contabilizando 12 casos por cada 100 mil habitantes en la población de 10 a 19 años, más que duplicando la tasa en apenas cinco años”[7].
Tasa superada, también en China: “El suicidio se ha convertido en China en la primera causa de muerte no natural. La cifra de fallecidos por este motivo alcanza los 350.000 al año, lo que supone un 35% del millón de víctimas que se registra en todo el mundo.
Los datos han sido develados por el Departamento de Control de Enfermedades del Ministerio de Sanidad del país y señalan que la mayoría de los suicidios los cometen jóvenes de entre 15 y 35 años”[8].
Iglesia
En otro orden o en el mismo, el Consejo Católico para la Educación en Córdoba rechaza a través de un comunicado la reforma a la ley de Educación Sexual Integral[9],  una ley que fue votada en 2006, pero que su aplicación impactó en las escuelas a partir de 2009, con graves “inconvenientes” para su ejecución en las escuelas por la férrea oposición de una iglesia que la considera “ofensiva” para su feligresía, para no abundar. Aunque podemos sospechar, con absoluta razón, que la iglesia se opone a una ley que “conspiraría” contra las prácticas tan habituales como históricas de sus centenares de ordenados: la pedofilia.
Mientras terminábamos este artículo se conoció el veredicto y la sentencia contra los curas por abuso de menores sordos e hipoacúsicos del Instituto Provolo de Mendoza y el hipócrita comunicado del Arzobispado[10] de esa provincia, que además de su cínica “solidaridad” con los familiares de las víctimas, no nombra a sus sacerdotes abusadores.
¿Qué dirán desde la Dirección de Escuelas tan “preocupados” por decidir, segregando, los abanderados? ¿Qué dirán el gobernador entrante y su flamante director de escuelas tan “preocupados” por la creación de una agencia de evaluación?

Volviendo al documento frente/todista

“En el marco de un sistema educativo federal, es preciso sostener ámbitos amplios de discusión sobre el diseño y la implementación de políticas educativas que respondan a las necesidades de desarrollo y crecimiento de la Argentina y aseguren el derecho individual y social a la educación”.
La pregunta que surge es:
¿Qué beneficios trajo la desnacionalización del sistema educativo en función de ampliar el derecho a la educación? Si  bajo la máscara de la federalización se desmembró el sistema.
“La complejidad de estos propósitos no admite, salvo por ignorancia o banalización, la adopción de slogans ni el ofrecimiento de soluciones enlatadas y fragmentarias, como las que han ocupado el lugar de las políticas educativas nacionales en los últimos años”.
Esas políticas “enlatadas” provocaron no sólo subejecuciones de partidas, sino también desvíos  que realizó el actual gobierno de Cambiemos. Así como el “debilitamiento del Instituto Nacional de Formación Docente y del Instituto Nacional de Tecnología Educativa (INET)”, transformado en una “agencia de talentos”[11] por Gabriel Sánchez Zinni, durante su gestión en ese instituto: “El Ministerio de Educación y Deportes a través del INET firmó un acta complementaria con la Fundación ‘Enseña por Argentina’ para realizar actividades de cooperación institucional y asistencia técnica en acciones tendientes a fortalecer la calidad de la Educación Técnico Profesional…[12]
Pero luego fue nombrado Director General de Escuelas, y  hoy, aunque ya saliente, el titular de Educación en la provincia de Buenos Aires, sigue siendo un ferviente firmador de convenios con fundaciones corporativas como lo muestra una aguda investigación realizada por docentes de ciudad de La Plata[13].  
“Para ello, es imperioso revertir el actual proceso de reducción de la responsabilidad del Estado Nacional en materia educativa y la delegación de responsabilidades educativas en organizaciones con fines de lucro”,  afirma el texto de la plataforma.
Dice “revertir el actual proceso…” ¿es que el próximo gobierno dejará sin efecto los convenios, incluso con la fundación del multibillonario Sunny Varkey, entre tantos otros, que está embolsando 150 mil dólares mensuales por los acuerdos celebrados con el Ministerio de Educación nacional en varias provincias durante varios años, para la capacitación de directivos[14]? Cómo no va a “regalar” un millón de dólares el multibillonario, en un premio que varios medios y especialistas celebran como el “Nobel” de la Educación, si solamente de Argentina se lleva un millón y medio en 10 meses de una sola provincia. ¡Por eso está en la Revista Forbes, por los contratos de “beneficencia” para ricos, que hacen los gobiernos como el de Cambiemos!
Por lo expuesto, brevísimamente, en este artículo y sabiendo que quienes conforman el Frente de Todos, resguardan lo prescripto por la Ley de Educación Nacional (LEN - n° 26.206), es dable recordar que los argumentos del mamarracho llamado “Plan Maestro”, del gobierno Pro-Radical, así como las fundamentaciones de la Ley de la creación de la UNICABA o  “La Nueva Escuela Secundaria” y “La secundaria del Futuro”  tienen sus fundantes en la LEN. Quiero decir, que me parece, que habría algo para revisar, para no abundar.
Dicho esto, si pensamos en una transformación de la educación en todas sus dimensiones y  que se inicie un proceso real de descolonialización, en el sentido más amplio de la palabra, y por aquello que figura en su documento programático sobre que: “…la igualdad constituye para nosotros una premisa ética y política (…) y no hay igualdad sin educación pública…”
Es obligado preguntarse:
¿No es, acaso, uno de los principales obstáculos para caminar hacia la “igualdad”, la fragmentación que impone la educación privada con su estatus de distinción?
¿Acaso la lógica de una transformación que rompa el proceso de desposesión creciente, no debería albergar el quiebre del continuismo del dispendio que provocan no sólo los convenios con las ong y fundaciones corporativas, sino también la subvención a las escuelas privadas religiosas y laicas y que esos dineros públicos financien lo que corresponde por origen?
Tal vez, sea el momento de separar la iglesia del Estado, así las decisiones del Estado no tendrían que verse en controversia con las opiniones confesionales que ya no podrían ser “vinculantes”, como pretende el Consejo Católico para la Educación de Córdoba respecto de la modificación de la Ley de Educación Sexual Integral, por ejemplo.
Ya que en el sistema capitalista la distinción tiene sus costos, pues entonces que la educación privada la costeen aquellos que desean pertenecer. Pero no, con los dineros públicos que ven mermada su financiación a la educación pública que de manera permanente es denostada, aunque sea la garante de la igualdad social.
¿No es, por cierto, otro de los temas a resolver  la descentralización (planificada en los organismos internacionales, ejecutada en los ’90 y jamás rectificada)?
Puesto que fragmenta el sistema en 24 jurisdicciones, más las subfragmentaciones al interior de cada jurisdicción, lo que da como resultado un sistema totalmente desarticulado, desmembrado, con las consecuencias que ya conocemos y explicamos brevemente en el recorrido de este artículo.


Como conclusión, pero sin cerrar…

Más adelante el documento del Frente de Todos afirma que: “en relación con las políticas educativas deben planificarse en articulación con políticas públicas orientadas a garantizar los derechos a la salud, la alimentación, el empleo, a un hábitat digno, a la protección social
Uno de las primeras cuestiones a solucionar es la vulneración social sistemática. Las políticas de redistribución no se pueden agotar en las “mejoras” del ingreso de dinero para el consumo, cuestión absolutamente necesaria en la coyuntura. Pero, también hay que proyectar un país con independencia económica; soberanía alimentaria; de salud (producción pública de medicamentos) y educativa (fin de la reforma privatizadora);  además de la redistribución territorial asociada al reconocimiento de la deuda ancestral con los Pueblos Originarios. La reconceptualización del trabajo como una de las decisiones políticas más importantes, si en verdad se lo quiere sacar  de la precariedad en que lo subsumieron los estándares de la corrupta “modernización“ del Estado, primero y la llamada “flexibilización laboral”, después.
Otro motivo para quebrar la dirección actual de la política en la relación Educación-Trabajo, es que este modelo está basado en el “desarrollo de las competencias” que sólo estima como objetivo la “empleabilidad” para garantizar la competitividad de las empresas y del Estado, lo que implica la subordinación de la educación a la competitividad económica.
Este modelo no educa, adiestra para el mercado. Utilizando patrones de rendimiento que se ejecutan en las evaluaciones estandarizadas midiendo los resultados a través de la construcción de indicadores.
Es necesario construir un proyecto social solidario, redistributivo, emancipador y participativo en el que todos, todas y todes tengamos la voz, el poder de decidir y de reconocernos en el otro, otra, otre. Y tal vez así aparezca el camino hacia la igualdad y ese camino sólo va a ser dado por y en la educación pública.
Un nuevo modelo educativo debe ser pensado también de manera transversal con otras áreas, como propone el documento frentista, pero no por la misma pléyade de “expertos”, ni “especialistas”, ni políticos que respondan y se formen en fundaciones corporativas como Red de Acción Política (RAP) o sean miembros de Diálogo Interamericano (IAD por sus siglas en inglés), para nombrar sólo dos corporaciones, entre otras tantas centenas,  que operan en favor de la desposesión y cooptación de lo público, tanto en el sentido físico como ideológico, no sólo en el mundo sino en sus subsidiarias vernáculas como la ya nombrada “Enseña por Argentina”, una subsidiaria de “Teach For America” e integrante de la red “Teach for All”, ambas de Wendy Kopp (distinguida entre las 100 figuras de Estados Unidos), toda una telaraña imperial sobre Latinoamérica y con inmunidad diplomática.
El nuevo gobierno debe impulsar la plena participación del conjunto de la docencia desde un gran Congreso Educativo/Pedagógico que genere las bases para ese otro modelo posible.
Emancipar el pensamiento de las teorías “liberalizantes” de mercado que han impuesto la dialéctica del éxito y el fracaso exaltando la lógica del individualismo y ocultando la esencia de su fundante, la pedagogía de la obediencia y la colonialidad del poder. Ambas categorías confluyen en la optimización de ganancias de unos pocos que no sólo acumulan, sino que deciden e imponen los formatos de acumulación (la renta extraordinaria del autoproclamado campo con el no pago de retenciones, por ejemplo).
Hoy, más que nunca,  la educación se manifiesta como espacio de disputa política pero sobre todo, de disputa ideológica. Curiosamente, lo que siempre es censurado, en la discusión pública, a los propios actores: docentes y estudiantes.
Incluyendo el avasallamiento que estableció la Ley de Educación Superior[15] (n° 24521 LES) respecto de la autonomía universitaria, otro de los grandes logros de nuestra universidad también admirado mundialmente, pero mancillado por esa ley, que todavía desde su creación en la  década del ‘90, nunca fue derogada.
La historia va demostrando que aún con los gobiernos progresistas del siglo XXI, no se supo, no se pudo o no se quiso salir de la reforma privatizadora de la educación y de ahí el crecimiento exponencial del proceso endoprivatizador actual.
Como docente y después de haber trabajado en el sistema durante 30 años y como investigador, puedo afirmar que no se quiso salir de la reforma, porque no se permitió pensar en cuál era el porqué de la misma (venía enlatado en el proceso de modernización del Estado primero, y en las  “necesidades” del siglo XXI, después), el argumento era y es: el futuro.  Y la paradoja nos muestra que ahora es ese futuro.
Lo que ocurre en Chile, es ese el futuro. O en Colombia, que también sufre un proceso de privatización incremental con lo que se denomina “Colegios en Concesión”[16], con la modalidad chárter, en las cuales un grupo privado (ong o fundación) posee la gestión de una escuela pública con los dineros girados por el Estado pero con funcionamiento de escuela privada. Otro ejemplo de un país con contundentes desigualdades sociales. Y con la población en las calles diciendo BASTA a esas políticas de despojo y apropiación.
El Golpe de Estado producido en Bolivia tiene varias aristas por la que podemos entrar, pero en lo que respecta a este artículo, en educación es un proceso inverso el que estaba desarrollándose, puesto que transitaba un camino de desprivatización, si bien el mayor contrincante y como no podía ser de otra manera,  es la iglesia católica que no quiere perder su hegemonía y, por lo tanto el gobierno de Evo Morales tuvo que otorgarle algunas concesiones; lo que es importante remarcar es el proceso de desprivatización educativa que se estaba encaminando, antes del Golpe[17].
Decíamos que la metáfora del “futuro” está mostrando la verdadera cara, que implica, vía reforma educativa, producir mayor fragmentación social, cambios en las subjetividades y sostener la ideología de la alienación para que continúe el proceso de desposesión de lo público.
Justamente allí, en la matriz ideológica reformista del neoliberalismo en particular y del capitalismo en general, es donde tiene que penetrar el pensamiento crítico para dar la batalla cultural, sabiendo que a estas alturas no hay espacio para “reformar” la reforma, como pudo haber intentado, tibiamente y sin convencimiento, Michelle Bachelet en Chile porque docentes y sobretodo estudiantes estaban en las calles.
No, ya no se trata del “futuro”, se trata del presente y si como dice el documento frentista: “…  no hay crecimiento sin igualdad y no hay igualdad sin educación pública…” , creo que si ese enunciado no es una simple declamación, hay que tomarlo como una declaración que impulsa a la batalla cultural más importante en lo que va del siglo XXI en Argentina y es por esa razón que se hace imprescindible descolonializar el sistema educativo, desprivatizarlo, convocar, en el mientras tanto, a un Congreso Educativo/Pedagógico para quebrar la lógica de mercado que puso en estado crítico la educación pública.  
Pero,  por sobre todo y a muy corto plazo, lograr que la educación pública, ese espacio común, sea el objetivo del presente. No existe otra forma para que la igualdad social pueda desarrollarse,  sostenerse y no quedarse en un ejercicio de campaña electoral.
Las luchas, encabezadas por la juventud, en las aulas y en las calles, en Chile, Colombia, Ecuador, para frenar la barbarie neoliberal y en Bolivia para resistir a un Golpe de Estado que pretende reinstalar  el neoliberalismo son las pruebas de que otra comprensión del mundo está surgiendo desde varios estamentos. Y también la comprensión de que ese neoliberalismo es impuesto con los dispositivos del Estado.
Del mismo modo, sabemos que la lucha contra el neoliberalismo no se agota allí, que en todo caso, será el primer paso de una lucha mayor que es contra el capitalismo del que forma parte y contra el imperialismo que lo alimenta.
¡Con descolonializar la educación no alcanza; pero sin hacerlo, el camino a la igualdad es imposible!



*Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años y Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA).
Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión”. Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019) CABA. Con prólogo de Alfredo Grande y Andrea Arrigoni. Y del ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación  Redes Cultura (2005) CABA. Con prólogo de Osvaldo Bayer.
Además de otros tantos trabajos y artículos publicados en Contrahegemonía Web; Rebelion.org y Otras Voces en Educación. Es Productor periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna” que se emite por radio La Retaguardia.  

(este artículo ya está publicado en Rebelión.org; ContrahegemoniaWeb y Otras Voces en Educación)  



[1] Recomiendo la lectura de un excelente trabajo de Martín Ignacio Torres, Innovaciones educativas: El Plan Aprender  Conectados. ¿Soberanía o dependencia? que se puede encontrar recientemente publicado en el siguiente link https://contrahegemoniaweb.com.ar/innovaciones-educativas-el-plan-aprender-conectados-soberania-o-dependencia  así como en Rebelion.org
[3] En general, la aplicación de exámenes estandarizados de alto impacto y la construcción de rankings de las escuelas son dos de los más transnacionales mecanismos en los que se expresa la rendición de cuentas y la responsabilización por los resultados del aprendizaje. Un rasgo común a las distintas formas de accountability educacional es, sin embargo, la sanción (Konidari, 2012Afonso, 2012), la cual se entiende como consecuencia directa de la evaluación de todos los involucrados en el proceso educativo: profesores, alumnos, establecimientos escolares y el sistema en general.
De hecho, la evaluación ha sido uno de los pilares centrales de este nuevo orden educativo, y es parte de lo que se denominó como el ascenso del "Estado Evaluador", un término introducido por primera vez por Neave (1988). Dicho término se buscó contraponer con el paradigma del "Estado Educador", característico de las sociedades de bienestar social y que fue el responsable de garantizar los servicios educativos, siendo reemplazado por un nuevo concepto: el "Estado Evaluador y Regulador". http://www.scielo.org.mx/pdf/conver/v22n69/1405-1435-conver-22-69-00063.pdf

[12] http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:http://www.inet.edu.ar/index.php/firmamos-convenio-con-la-fundacion-ensena-por-argentina/   23-06-2016  (El fundador de ‘Enseña por Argentina’ es Oscar Ghillioni, que en 2018 es nombrado Secretario de Gestión Educativa del Ministerio de Educación de la Nación)
[15] Entre muchas otras cuestiones, utiliza la palabra “servicio” para referirse a la educación superior y en ningún momento establece su gratuidad. De hecho, faculta a las instituciones nacionales para “dictar normas relativas a la generación de recursos adicionales a los aportes del Tesoro nacional”, lo que llevó a interpretar que abría la puerta al arancelamiento. Asimismo, estableció la creación de una comisión encargada de evaluar y acreditar a las instituciones y carreras (la Coneau), y posibilitó que las casas de estudios con más de cincuenta mil estudiantes definan “su propio régimen de admisión”. Una las objeciones más amplias apuntó al carácter “reglamentarista” de la ley, a su avance sobre la autonomía universitaria. https://www.pagina12.com.ar/diario/universidad/10-282445-2015-09-25.html
[17] https://download.ei-ie.org/Docs/WebDepot/Privatizacion%201-Abril.pdf “La contención de la privatización. El caso de Bolivia. (pág. 56).

miércoles, 20 de noviembre de 2019

¿Frente de Todos o Todos de Frente?

¿Acaso hay algo por lo que tener esperanza? Si la educación pública es el camino a la igualdad, el paradigma reformista ¿qué es?

jueves, 14 de noviembre de 2019

La educación en la era corporativa por 2: "¿Reforma o Transformación? y "Pedagogía Política"

Las últimas dos columnas profundizan la mirada crítica sobre la reforma privatista de la educación y proponen la ruptura para que la educación sea efectivamente emancipadora y no continúe bajo el manto de la colonialidad del poder. Audio (06-11-19) ¿Reforma o Transformación? Audio (13-11-19) "Pedagogía Política"

lunes, 4 de noviembre de 2019

sábado, 26 de octubre de 2019

"Experimento Chile"

En esta columna (La Deuda Eterna 23-10-19) repasamos como fue la historia del "desembarco" del neoliberalismo en Chile y la penetración norteamericana desde el Departamento de Estado... Los textos expuestos están citados en "La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión", tomados de Naomí Klein, "La Doctrina del Shock, el auge del capitalismo salvaje".

miércoles, 16 de octubre de 2019

Audio de la "Educación en la era corporativa" 16-10-19

En esta ocasión algunos apuntes sobre las exposiciones sobre educación de los candidatos a presidente durante el primer debate del día 13 de octubre de 2019.

jueves, 3 de octubre de 2019

Audio de "La educación en la era corporativa" 02-10-19

Es el audio de la columna en el programa "La deuda Eterna" que se emite por radio La Retaguardia. El tema de la columna de cara a las próximas elecciones: ¿Y el modelo educativo?

viernes, 20 de septiembre de 2019

La educación en la era corporativa - columna radial 18-09-19

Desaparece del presupuesto 2020 el Fondo Educativo para las provincias y el Fondo Compensador. La CTERA y su Documento Programático.

viernes, 13 de septiembre de 2019

viernes, 6 de septiembre de 2019

Audio de la columna "La educación en la era corporativa" en el programa "La Deuda Eterna". Al mismo tiempo que bajan o desaparecen partidas del presupuesto nacional en educación, los docentes no tienen paritarias y sufren salarios por debajo de la línea de pobreza; algunos funcionarios, antes titulares de fundaciones internacionales, se enriquecen y hasta tienen acciones en el exterior. Además, una de las pocas partidas que incrementó el presupuesto es la de "Evaluación Educativa" (Pruebas Aprender), mientras que otras partidas terminan en difusas "manos privadas"...

jueves, 22 de agosto de 2019

"La reforma educativa no es educación" es el título de la columna de "La educación en la era corporativa" en el programa "La Deuda Eterna" del 21-08-19.

jueves, 15 de agosto de 2019

"¿Y ahora qué?" es la pregunta frente al cambio de sello político. ¿Qué va a hacer el nuevo gobierno con la reforma privatizadora de la educación?

viernes, 9 de agosto de 2019

Acá va el audio de mi columna del programa "La Deuda Eterna" del 07-08-19. Crítica al modelo de discurso encubridor en educación.

miércoles, 31 de julio de 2019


Colonialidad: los dispositivos de la reforma empresarial de la educación
Por Darío Balvidares

La educación en el mercado
Todo contribuye para formar el “compost-transgénico” con que la reforma en educación se hace omnipresente, borra los procesos de historicidad de la escuela, reconfigura a docentes y directivos, formatea a los estudiantes y pone la incertidumbre como valor, en el marco del enunciado sobre “… el mundo cambiante…”  y desde una mirada sólo tecnocrática que propone la llamada sociedad del conocimiento, es decir, la designación de la economía del capital humano.
Y ese es uno de los objetivos principales de la reforma corporativa de la educación, la generación de egresados de la escuela media formados en las competencias que el mercado necesita de manera que la escuela debe (de) formar para la empleabilidad.
Para esto, el discurso de la reforma ha apelado a nociones como “aprender durante toda la vida”; “aprender a aprender”; “calidad educativa”, “inclusión”, etc. lo que por operaciones de repetición da para convencer a la sociedad que la reforma es progresiva y que es necesario el “reformismo permanente”.
Mientras eso ocurre también aparecen los conceptos de “competitividad” y “productividad”, es decir, conceptos meramente económicos como parte del corpus lingüístico reformista, que es “vendido” declarativamente como la nueva educación, o la educación del futuro.
La pregunta es: ¿Formará en el pensamiento crítico y para la emancipación?
¡No, la respuesta es no!
¿Y si no forma en el pensamiento crítico, ni para la emancipación, cuál es su finalidad?
Formar sujetos adaptables, flexibles, competitivos y productivos, preocupados por no “fracasar” y que apuesten al “éxito” de sus emprendimientos. Porque esa es la nueva dialéctica esquizoide  pendular en  el movimiento entre el “éxito” y el “fracaso”.
Seguramente gran parte de la población está de acuerdo con que así sea, porque el neoliberalismo ya los ha convencido de que “el mundo es el mercado” y el capitalismo, la única posibilidad de existencia, aun cuando incluya la muerte de la subjetividad.
Por una parte, la devastación de la naturaleza, reconvertida en recurso y por otra la disolución del sujeto, reconfigurado, también en recurso.
La apropiación del conocimiento por la explotación del recurso humano para estimular el valor agregado de los recursos naturales, todo para la optimización de ganancias del mundo corporativo.
El problema es porqué seguimos naturalizando y aceptando una reforma que pone al conocimiento en general y a la educación en particular al servicio de las decisiones de los empresarios megamillonarios y a sus “pedagogos”,  empleados para seguir generando los discursos sobre la “crisis”  de la escuela y la falta de “capacitación” de los docentes.
Hace 30 años que dicen que la escuela está en crisis, los que hace 30 años operan para el continuismo reformista, ahora casi todos ellos “empleados” del Observatorio Argentinos por la Educación, la fundación de los empresarios que posee toda la información que debería tener el Estado para la construcción de políticas, pero terceriza esa información para que las políticas públicas se piensen en instituciones privadas.

El mercado de la educación
Como ya he dicho en otros trabajos, el mercado de la educación está valuado en trillones de dólares, la prueba es que algunos de los empresarios dedicados a los “servicios educativos” son billonarios en dólares; como el caso de Sunny Varkey, que con su fundación brinda capacitación a los directivos de escuelas de varios países y en otras tantas provincias argentinas por 150 mil dólares mensuales durante cuatro años.
Además impulsa la Global Teacher Status Index (Índice Global de Comparación de Maestros) y firme promotor de las evaluaciones estandarizadas.  También entrega el Global Teacher Prize, un premio de un millón de dólares al “mejor” docente del año; algunos lo llaman el “nobel de educación”.
Dentro de estas políticas, fomenta el individualismo y la “carrera al éxito” que proponen las pedagogías instrumentales del mercado, además de formatear con las capacitaciones estandarizadas a los directivos de las escuelas a través convenios multimillonarios que firma la fundación con la agencia de negocios llamado Ministerio de Educación, que no tiene escuelas, ni paga docentes, ni convoca a paritarias, pero sí les paga a fundaciones privadas, mientras a los docentes los tiene con salarios debajo de la línea de la pobreza.
Estas estrategias de comparación de docentes o de alumnos por medio de las evaluaciones estandarizadas u opiniones de las poblaciones sobre sus maestros son herramientas que nacen en el mundo empresarial  y se desplazan a la educación para el establecimiento de las políticas. Lo que vale para el mercado, vale para la educación, porque en esta concepción es un gran y jugoso mercado que fabrica los recursos humanos de acuerdo con las necesidades empresariales.
Se asume que la empleabilidad garantiza la competitividad de las empresas, además del crecimiento y la competitividad del Estado o de sus alianzas. Los sistemas escolares se transforman, entonces (¡y se trata de una tendencia mundial!) en fábricas de alumnos de alto rendimiento, piloteadas por comparaciones internacionales, “benchmarks” y evaluaciones estandarizadas…”[1]
De acuerdo con la European Foundation For Quality Management (Fundación Europea para la Gestión de Calidad) y su “modelo de excelencia”, Benchmark es la herramienta de “comparación sistémica de enfoques con otras organizaciones relevantes para obtener información valiosa que ayude a la organización a adoptar acciones para mejorar su rendimiento”.
El modelo de excelencia EFQM para los centros educativos se basa en la siguiente premisa: los resultados de excelencia, en lo referente a los estudiantes, docentes, empleados y otras partes interesadas, se obtienen a través del liderazgo en la conducción de la política y la estrategia que se imprime por medio de las personas, de las alianzas estratégicas, de la asignación de recursos y de los procesos”.[2]
Pero no solo de software vive el mercado educativo, también entra en la currícula y genera fragmentación.
La multinacional IBM impulsa el programa P-TECH, que de acuerdo con la información, ya funciona en 120 países y dice la nota: “La iniciativa, según describen, no busca un cambio de currícula, sino una adaptación que siga los requerimientos de la industria…[3]
Parece que queda claro que seguir los requerimientos de la industria son cambios en la currícula aunque “describan” que no.
Este programa que además promete pasantías (remuneradas opcionales) para los alumnos a partir de los 16 años, además “de las 200 horas de prácticas profesionalizantes que son obligatorias en el sexto año de educación técnica”.
¿Entonces las pasantías son opcionales?
Como sea, el modelo internacional P-TECH se va a implementar en la Escuela Técnica 2 de Munro en la provincia de Buenos Aires.
Claro ejemplo de cómo la educación pública se desplaza a los requerimientos de las grandes corporaciones.
Veamos un poco más, IBM se unió con la Cámara Argencon; Chicas en Tecnología y la Fundación Conocimiento Abierto.
¿Qué tiene en común  además de ser socias de IBM?
La Cámara Argencon[4] es el producto de una reunión entre la propia IBM, el JP Morgan, Exxon y algunas otras corporaciones; JP Morgan es, además, socio fundador de Chicas en Tecnología[5] que tiene también cómo sponsor de platino a “Despegar”, la empresa de Roberto Souviron que es también el titular de la fundación Observatorio Argentinos por la Educación. Mientras que la Fundación Conocimiento Abierto[6] está en alianza con la Organización de Estados Americanos (OEA) y con otras fundaciones corporativas, entre ellas la tristemente célebre NED, Fundación Nacional para la Democracia, financiada por el Congreso de los Estado Unidos. La NED tuvo participaciones en desestabilizaciones políticas en varios países en los que operó, entre ellos Venezuela y Cuba[7].
Lo que parece ser tan simple como un programa tecnológico, no lo es tanto cuando investigamos todo lo que subyace al interior de la reforma. El modelo educativo internacional que “desembarca” en una escuela pública, como dice la nota del portal, es en realidad una muestra del desembarco conquistador en la era de la economía del conocimiento.
Pero los caminos de sujeción colonial son muchos, también en estos días aparecía la noticia sobre la Licenciatura en Ciencias de la Educación en el Departamento de Santa Rosa en la provincia de Mendoza, pero no se realiza el convenio con ninguna universidad Pública sino que el municipio lo realiza con la UCA[8].
Así que mientras unos “desembarcan” con los espejitos de colores tecnológicos, otros lo hacen de la mano de la iglesia católica para formar licenciados en educación, nada menos.
Las instituciones públicas de los estados, tanto el nacional, como los provinciales se disuelven para permitir, con la bandera reformista en mano, la sustitución que se inscribe en los procesos de exoprivatización y endoprivatización de los sistemas públicos de educación.
Eso sí, también durante esos días, han puesto a funcionar a sus guardias pretorianas, policías y gendarmería, en este caso el gobernador Juan Manuel Urtubey, devenido en candidato a vicepresidente del Frente Consenso Federal 2030, para reprimir las protestas de los Docentes Autoconvocados de Salta por reclamar la actualización de los salarios pulverizados por la inflación, las tarifas energéticas y los precios de los alimentos y medicamentos.

¿La educación en las elecciones o las elecciones en educación?

Para finalizar esta breve descripción de lo que sucede en educación, del avance de la reforma privatizadora del sistema y del pensamiento de las políticas públicas, es necesario en épocas de elecciones que los candidatos nos digan qué van a hacer con la educación. Del oficialismo ya lo sabemos, va a acelerar el rumbo privatizador de la desposesión educativa.
En una reforma que lleva 30 años de aplicación y profundizando la crisis que los mismos reformadores crearon para transformarla en un suculento negocio por una parte, y en un proceso de desubjetivación creciente por la otra; en una eficaz herramienta de colonialidad.
No sé ven propuestas de fondo que diferencien a los partidos del establishment. De la oposición tradicional no surge la idea de renacionalizar el sistema por una falsa idea de federalización que sirve para que el estado desfinancie a las provincias que no se puedan hacer cargo de sostener el sistema. No surge de la oposición tradicional ninguna crítica al avance de fundaciones y ong corporativas que destruyen la soberanía educativa en todas sus dimensiones, incluso la económica porque los dineros públicos que salen para pagar los convenios con esas organizaciones privadas no están en la educación pública.
Desde una posición crítica, aquellos que luchamos por la educación pública, gratuita y científica, es necesario contribuir a visibilizar estas políticas de entrega, que no son nuevas. Mostrar el proceso que funciona dentro de la misma lógica con la que se mueve el extractivismo y el agronegocio, procesos de desposesión y degradación crecientes.
Algo queda claro, nada tienen que hacer los empresarios en el sistema educativo, no necesitamos que nos piensen, no necesitamos funcionarios corporativos que estén en el Estado y en su empresa diciendo lo que es mejor para la educación, mientras le “venden” al estado sus “servicios educativos”;  ni lacayos técnicos que durante 30 años intervinieron en la esquizofrénica reforma, pero lavan sus culpas diciendo que la crisis es responsabilidad de los docentes y se resguardan en el Observatorio  Argentinos (CEOS) por la Educación o promocionando plataformas digitales en la Feria del Libro.
Habrá que concientizarnos como las asambleas ambientalistas: “¡No a la megaminería contaminante!”; “¡No a los agrotóxicos!”
¡Basta de reforma! ¡No a los empresarios en educación!