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viernes, 24 de enero de 2025

El señor presidente suelto en Davos

 

El discurso del primer mandatario argentino en Davos no fue distinto de los que ya conocemos, aunque con mayor violencia amplificada, más argumentos falaces y reaccionarios, propios de la confusión del personaje con la investidura presidencial.

Un discurso armado con retazos que evidencian su colonialismo explícito, su xenofobiaracismo y supremacismo excluyente, categorías matizadas con su propensión a la sinécdoque (tomar la parte por el todo), sus extravagancias económicas y un poco más cercano a su formación como panelista excéntrico con notable recurrencia a las fake news.

El discurso en Davos fue un complemento un poco más formal  que explicitó el desarrollo de “NAZI LAS PELOTAS”, tal como tituló, el señor presidente, al posteo (ver análisis en el artículo de Zelfa Alba en tramas) que realizó el día anterior en defensa de Elon Musk, artífice del saludo nazi y quien ostenta la fortuna más importante en el inicio de 2025, clasificándose como la persona más rica del mundo, con un patrimonio neto de 433,9 mil millones de dólares , según la revista Forbes.

El Informe Oxfan, El saqueo continúa: pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo, de publicación reciente cuando empezaba el Foro Económico Mundial en Davos, nos confirma que la riqueza conjunta de los milmillonarios en 2024 “creció tres veces más rápido que en 2023” y que en su análisis específico dan cuenta de que la riqueza de esos milmillonarios “no es fruto del esfuerzo, sino del saqueo: el 60% es heredada o bien está marcada por el clientelismo y corrupción, o vinculada al poder de monopolio”. Y agrega:” El sistema actual sigue extrayendo la riqueza del sur global en beneficio del 1% más rico de la población, que reside mayoritariamente en el norte global, a un ritmo de 30 millones de dólares por hora.”. Eso se reafirma en nuestro país con las políticas extractivas y en la era libertaria con el RIGI.

Ese 1% más rico tiene el 45% de la riqueza del planeta; el 44% de la población mundial sobrevive con 6,85 dólares por día. En 2024 aparecieron 204 multimillonarios nuevos; en total 2.770. ¡Eso es la concentración de la riqueza!

Los tipos que el señor presidente considera “héroes” no son más que la representación de un mundo colonial, no es casual que en su discurso haya repetido hasta el cansancio “Occidente”, categoría geopolítica que es la marca del dominio colonial y la causa del empobrecimiento de la inmensa mayoría de la población mundial, por lo menos desde 1492.

El señor presidente cree manifestar en sus repeticiones de “Occidente” el adelanto, técnico primero; la evolución tecnológica, después. Su posición de colonizado cultural y negador supremacista, no puede vincular el porqué del enriquecimiento de los países del Norte con la sobre explotación (en el sentido más amplio) del Sur.

A esas “bondades” que nos trajo el etnocentrismo de Occidente, racismo, xenofobia y exclusión, claramente revelados en el discurso libertario, le contrapone el “wokismo”.

Brevemente, woke significaba estar alerta a las injusticias contra la población afrodescendiente en Estados Unidos, concretamente, contra el racismo.

El señor presidente, tomando la referencia de su idolatrado imperial, Donald Trump, que también ha criticado las posiciones wokistas que se han extendido en lo que conocemos como progresismo y las nuevas generaciones de derechos, que fueron producto de las luchas de los pueblos, como las conquistas laborales ganadas por los trabajadorxs.

El presidente argentino, como un buen alumno de las enseñanzas colonialistas, con toda su prepotencia habló en su disertación de “…el virus mental de la ideología woke…”, y que “…es el cáncer que hay que extirpar…”. ¡El bonapartismo presidencial se desplegó en Davos en todo su esplendor!

Occidente, el mismo del saqueo “descubridor” y del genocidio de los Pueblos Originarios y sus lecciones heredadas por la colonialidad del poder. El mismo Occidente que desde Europa produce a América, “sin historia”, tal como lo recita el señor presidente: “Occidente representa el pico más alto de la especie humana…”. Yo agregaría el pico más alto en el exterminio de la especie humana; porque eso es el sello Occidente, la marca de la dominación, de la desposesión capitalista y de la pedagogía de la obediencia.

También invocó el “espíritu fáustico”. Aquí tengo que decir que no queda muy claro si es por el pacto con el diablo o que el Fausto de Goethe vence al diablo, que en la alucinación presidencial sería el wokismo y el marxismo, el feminismo, la justicia social, la identidad de género y “la agenda sanguinaria y asesina del aborto”, como la llamó en su discurso. O, simplemente por ser rollinga, como muchas veces se definió el autopercibido “topo del Estado”.

En esa travesía occidental reivindicó poco menos que a los hombres como víctimas, volvió a la carga contra el “aberrante Estado”. También afirmó que “…la radicalización de la ideología de género constituye (…) abuso infantil. Son pedófilos…”. 

Haciendo uso de una sinécdoque (figura retórica en la que se toma la parte por el todo), recordando un suceso en Estados Unidos que sucedió en diciembre sobre una pareja homosexual que en Georgia fue condenada a 100 años de prisión por abusar de sus hijos adoptivos. El señor presidente, toma la parte por el todo de un caso claro de delito aberrante para hacer una condena generalizada a la identidad de género.

Un Informe realizado por Unicef en Argentina contradice la falsa argumentación presidencial. Según el trabajo efectuado entre octubre de 2020 y septiembre de 2021 hubo un registro de 3219 niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual.  Abusados por familiares el 56,5% y el 36,2% de los abusos fueron en el hogar. Las estadísticas indican que la mayoría de los abusadores son varones heterosexuales adaptados socialmente.

Hay que destacar que el señor presidente, no habló de Argentina, habló de él y lo que concibe como sus logros, su magna egolatría y su devoción por un Occidente libre de wokismo

O como dijo en su posteo en X: “No sólo no les tenemos miedo. Sino que los vamos a ir a buscar al último rincón del planeta en defensa de la LIBERTADZurdos Hijos de puta, tiemblen”.

No hay duda que ese posteo condensa la idea central de todo lo que fue, posteriormente, el esperpéntico y reaccionario discurso presidencial que también es un llamado no solo a la excremental violencia verbal con que el presidente se dirige a todo lo que no es él mismo o sus esbirros, sino que dobla la apuesta y hace un llamado a la “guerra” con un enunciado sobre la paz: “La paz nos volvió débiles”.

Esos desechos lingüísticos son el producto de su posición manifiestamente colonial/capitalista, donde el Estado es “aberrante” y su misión de topo es destruirlo, continúan enmarcando un derrotero anunciado que se identifica con la destrucción de toda base social, el disciplinamiento marcial y el adoctrinamiento occidental.

El arco político del establishment, frente a las expresiones presidenciales no tiene reacción o intentan una respuesta indignada en las redes sociales de la que es dueño el propio Elon Musk, sí el del saludo nazi.

La traición sigue siendo el motor de la historia y esta democracia en penumbras habilita la traición a una amplia porción de la población, de trabajadorxs, de jubilados, de las mujeres, de los que ya no tienen nada y ni siquiera pueden dormir en el banco de una plaza porque las fuerzas de seguridad lxs “destratan”, de las niñas y niños vulnerados, que no comen ni siquiera dos veces por día o están en la calle.

Vivimos tiempos muy particulares de individualismo y desolación, de humillación y represión, pero quienes fueron elegidos por el voto y se dicen oposición y no hablo de los aliados, tránsfugas o “kueiders”, sino de la otra parte del establishment político y sus dirigencias que parecen estar de vacaciones frente al oprobio, la crueldad y la violencia verbal y física.

Luego nos van a venir con los discursos de democracia y el respeto a las instituciones, etc. porque llegan las elecciones. Cuál es respeto a las instituciones cuando el propio presidente en un discurso extemporáneo, fuera de contexto en Davos, donde se supone que va a buscar “inversiones” por eso habla con sus “héroes” presentes en el Foro, lo que hace es un monólogo bonapartista rayano con los discursos de las dictaduras que sufrimos en Argentina.

Aristóteles decía que el amo no es el dueño del cuerpo del esclavo, es peor, porque es el dueño de la mente del esclavo. Una muestra moderna de ese pensamiento es la idiotez que acepta con el sentido común: “es lo que hay”, sin involucrarse. Pero en los políticos eso se traduce por “en 3 años hay elecciones” ¿Y mientras tanto? ¿Cuánto más deben padecer?

Para los griegos, “idiotez” se refería a una persona privada o no involucrada en los asuntos públicos o comunitarios. No tenía la connotación ofensiva que tiene hoy. Era alguien más enfocado en sus propios asuntos.

El señor presidente, no está enfocado en los asuntos públicos, porque como él mismo dice, deben ser del dominio privado, la salud, la educación, los caminos, la provisión de agua potable, las cloacas, por citar algunos de los asuntos públicos que para el disertante de Davos deben ser cuestiones privadas, mientras que los procesos de desposesión sí son asuntos gubernamentales, porque son una decisión privada que se transforma en un decreto o en una ley, como la desfinanciación de las universidades y la baja de las jubilaciones o la reciente quita de retenciones  al autopercibido “campo”.

El peligro no es solo la concentración de la riqueza en pocas personas, sino la concentración de la “idiotez” en una.

Publicado en Tramas 24/01/2025

lunes, 20 de enero de 2025

La canilla de Sarmiento

 

La historia argentina con sus legitimidades y deslegitimidades no deja ser una película que se cuenta en continuado, a veces surgen nuevas historias y otras se repiten las mismas en otra clave. ¡Y Sarmiento abrió la canilla!

El 3 de febrero de 1870, el entonces presidente, Domingo Faustino Sarmiento, llega al Palacio San José, ubicado a 30 kilómetros de Concepción del Uruguay, reconocida como capital histórica de la provincia de Entre Ríos, invitado por el propio Justo José de Urquiza.

En la historia argentina los caminos se cruzan se bifurcan y son paralelos (casi de manera borgeana), quienes hoy son amigos, mañana pueden ser enemigos y pasado, asesinados, de manera literal o simbólica, o reconciliarse nuevamente. ¡La traición es el motor de la historia! Cualquier similitud con el presente no es mera coincidencia, es el sistema en el que la epistemología colonial continúa funcionando. La sola idea del caudillo “salvador” o “tirano” está presente en el imaginario social, cuya aceptación o rechazo es directamente proporcional a los beneficios reales o supuestos.

La idea de esta nota surge en relación a los hitos simbólicos que marcan la historia real o los relatos que se construyen sobre esos “hitos”. Cuando decimos la “historia real” es en función de un acontecimiento, un hecho que fehacientemente se produce pero que el discurso histórico lo cuenta o lo omite; me refiero a lo dicho y lo no dicho.

Un ejemplo es, en la historia de la educación, la creación de la Escuela Normal de Paraná en julio de 1871, como la precursora del cambio efectivo en la enseñanza moderna, la contratación de las maestras norteamericanas y de donde saldrían los primeros cuadros docentes formados en el liberalismo de Johann Heinrich Pestalozzi y Herbert Spencer; sustituyendo la pedagogía criollo-española por la pedagogía positivista.

En 1849 Urquiza decide la creación del Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, que funcionará a partir de 1851.

Urquiza había asistido desde 1816 a 1818, sin completar los estudios, al Real Colegio San Carlos, actual Colegio Nacional Buenos Aires fundado por Bartolomé Mitre en 1863, dos años después de haber “vencido” a Urquiza en la inexplicable (ya veremos) batalla de Pavón.

La familia Urquiza siempre estuvo relacionada con el poder, su padre, Josef Narciso de Urquiza y Álzaga era un vasco que había llegado al Virreinato del Río de la Plata, donde conoce a la porteña, María Cándida García González, la madre. Josef, que se había dedicado al comercio en Buenos Aires es enviado por el Virrey Vértiz a Entre Ríos como parte del plan de colonización y administración de tierras frente a la amenaza portuguesa. Así amasó su fortuna de la que Justo José fue el único heredero.

Entonces, en 1851 el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay abre sus puertas primero bajo la rectoría del presbítero, Manuel María Errausquín hasta que en 1854 el nuevo rector será el francés, Alberto Larroque, con quién se transformó en Colegio Superior Universitario, de allí egresaron el futuro general del genocidio indígena y presidente de la Nación, Julio Argentino Roca; Eduardo Wilde; Onésimo y Martiniano Leguizamón; Federico Ibarguren; Rodolfo Rivarola; Marín Ruiz Moreno y Victorino de la Plaza. Todos fueron personalidades influyentes en la época y promotores de la educación pública. Algunos con injerencia directa en la promulgación de la Ley 1420 de Educación Común, pública, laica y gratuita y otros que también intervinieron en el Congreso Pedagógico de 1884, como Eduardo Wilde, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, bajo la presidencia de Roca, cuando se sanciona la Ley 1420; Onésimo y Martiniano Leguizamón al igual que Martín Ruiz Moreno con participación directa.

Lo que vemos es que el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay fue precursor, con 20 años de anticipación respecto de la Escuela Normal de Paraná fundada por Sarmiento poco más de un año después del asesinato de Urquiza.

Seguramente fue uno de los temas de conversación durante la visita del sanjuanino al Palacio San José, sin embargo, esa parte de la historia de la educación no parece tan conocida.

No podemos dejar afuera en este recorrido que, en 1854, Justo José de Urquiza fue el primer presidente constitucional de la Confederación Argentina, puesto que la Constitución fue promulgada el 1 de mayo de 1853, Juan Manuel de Rosas había sido derrotado el 3 de febrero de 1852 y condenado al exilio. El Ejército Grande comandado por Urquiza había triunfado.

Sarmiento había ido con Urquiza como editor del boletín del Ejército Grande, era lógico que por su aversión al “Restaurador” fuera el encargado de la propaganda contra Rosas.

Luego sobrevino el distanciamiento político, el crecimiento de la figura política de Sarmiento, la presidencia y el encuentro del 3 de febrero de 1870. Dos estadistas, dos miradas y los intereses económicos en pugna.

¡Civilización y barbarie!

Es importante recordar que en la famosa Carta a Mitre en 1861, luego de la inexplicable batalla de Pavón, donde Sarmiento hace su semblanza sobre la sangre del gaucho, “… es lo único que tienen de humanos. No deje cicatrizar la herida de Pavón. Urquiza debe desaparecer de la escena cueste lo que cueste. Southampton o la horca”, el pedido sarmientino era claro, pero Mitre no actuó en consecuencia.

¿Cuáles fueron los motivos del inexplicable desenlace de la batalla de Pavón?

Cuando todas las crónicas coinciden en que el ejército de la Confederación tenía la batalla ganada, Urquiza, inexplicablemente, se retira. Uno de los argumentos es que el entrerriano no quería derramar más “sangre de hermanos”. Pero hay otro que tiene más solidez histórica: la importancia de la logia Masónica en el poder y la política. Ambos eran masones, Urquiza y Mitre, con la salvedad de que Urquiza tenía menor jerarquía, ostentaba el Grado 18 (cuando fue la batalla) y Mitre el 33, uno de los más altos que otorga la masonería, de donde se desprende que hubo algún intermediario que logró el acuerdo.

Sarmiento embarcado en el buque de guerra bautizado como “Pavón”, es la embarcación con la que emprende el viaje y remonta el río Uruguay para el encuentro de un presidente “civilizado” con un expresidente “bárbaro”. Las crónicas afirman que un periodista le preguntó a Sarmiento si iba a Entre Ríos y que el sanjuanino contestó: “Sí, vamos a visitar la guarida del Tigre de Montiel” (en alusión a la fiereza de una bestia que vive en el monte).Otros agregan que dijo, “vamos a visitar un paisano”. Alguien le aclaró que Urquiza vivía en un palacio, a lo que el presidente contestó: “¡Qué va a vivir en un palacio!”.

Pero no era casual que el entonces presidente, aceptara la invitación de Urquiza para visitar Entre Ríos. El propio Mitre durante su presidencia había enviado una carta al entrerriano para que no se presentara en las elecciones. Cuentan que la “guerra contra el Paraguay lo tenía ocupado al presidente Bartolomé Mitre, pero se acercaba rápidamente el final de su mandato sin posibilidades de reelección y sin un sucesor que reuniera las condiciones para triunfar. Su favorito Rufino Elizalde, patrocinado por el imperio del Brasil –socio de Mitre en la Triple Alianza- no gozaba de simpatía en las provincias, ni en la de Buenos Aires”. 

Para lo que concierne a esta nota, hay que decir que, finalmente, Urquiza reconoce su derrota en las elecciones donde los colegios electorales dieron por ganador a Sarmiento. Pero el sanjuanino sabía que hasta el propio Mitre era ahora un adversario. Tampoco era porteño, ni tenía partido político, lo que lo llevó a necesitar de las provincias para poder sostenerse en el ejecutivo y, sabía que tener el reconocimiento de Urquiza no era una cuestión menor. Es entonces cuando las diferencias, tan marcadas en los manuales, comienzan a disiparse para sostenerse en el poder (formal).

Claro que debemos agregar que Domingo Faustino Sarmiento, también era masón y que en ocasión del banquete que la masonería le ofreciera al reciente presidente electo en septiembre de 1868 en su discurso de agradecimiento, afirmaba que “… habiendo sido elevado a los más altos grados conjuntamente con mis hermanos los generales Mitre y Urquiza, por el voto unánime del Consejo de Venerables Hermanos…”.

¿Entonces, todos eran masones? La respuesta es sí. Lo que explica la “inexplicable” actitud de retirada de Urquiza en la batalla de Pavón y las coincidencias en el fomento de la educación pública, creación de escuelas; aunque con las diferencias sobre las estrategias del desarrollo económico.

Recordemos que el centralismo porteño del “federal” Rosas, era directamente proporcional al “unitarismo” sarmientino, motivo por el cual se produce el alejamiento de Urquiza tan pronunciado con Juan Manuel de Rosas, que culmina en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852 y el inminente exilio del Restaurador. Nos cabe preguntar si esa batalla fue entre dos federales o dos estancieros, pero no es el momento.

¿Y la canilla de Sarmiento?

“¡Qué va a vivir en un palacio!”. Pues, sí; para sorpresa del autor del Facundo, el “paisano” vivía en lo que el mismo denominó el Palacio San José. Urquiza era muy creyente, tanto que mandó a construir dentro de la propiedad la capilla-oratorio, que fuera reconocida por el Papa Pío IX, quien, además le otorgó la indulgencia plenaria, para él, su familia y por tres generaciones estarían dispensados de pecado. Estas relaciones entre el poder eclesiástico y el político serán una constante de la historia argentina, también en el siglo XX, sobre todo en dictaduras.

Capilla-oratorio en el Palacio San José. Crédito Tramas.

Ese 3 febrero de 1870, en otro aniversario de Caseros, el irónico Sarmiento llega a Concepción del Uruguay con el buque de guerra Pavón y escoltado por otros navíos, además de una comitiva importante. Durante el traslado al Palacio, cuentan que cerca de 10.000 soldados acompañaron el viaje de los carruajes, sin embargo, otros relatos aseguran que no tenía tantos soldados, el otrora poderoso General Urquiza y que la maniobra era que un grupo se alejara por los lados para cambiar los caballos y luego aparecer por delante, de manera que pareciera que la escolta era infinita.

Una alfombra roja escarlata es puesta para el recibimiento del presidente y a su paso pétalos de rosas rojas habían sido distribuidos como una forma afectiva de cordialidad; sin embargo, esa semiótica puede ser leída desde la ironía que el juego político se permite, el color de la divisa federal recibía al primer mandatario, declaradamente unitario. Claro que Sarmiento llega en el Pavón. Todo es parte de un juego masónico que se permitían entre “hermanos” de logia.

Pero eso no es todo, Urquiza había mandado a construir un lago, además del sistema de agua corriente. Detrás de los jardines posteriores el lago artificial de 20.000 metros cuadrados y una goleta a vapor, el San Cipriano, en homenaje a su hermano asesinado en 1844 en un confuso episodio del que no se conocen los autores intelectuales, aunque Justo José culpó al gobernador de Santa Fe, Manuel Lagraña y al propio Juan Manuel de Rosas. Nunca estuvieron las pruebas que hayan sido los ideólogos.

Sarmiento no podía salir de su asombro, no solo por la fastuosidad en la ornamentación, salones que no tienen nada que envidiar al palacio de Versalles, como el salón de los espejos donde las hijas de Urquiza brindaron un momento musical a la comitiva luego de la cena.

Salón de los espejos. Crédito Tramas.

Un lugar fuera del mundo real, en una época donde la vida no valía demasiado, un leitmotiv de nuestra historia. El palacio pareciera ser el refugio perfecto que Urquiza ideó para vivir en el esparcimiento de la opulencia, además, como su oficina de gobierno, cuando fue presidente de la Confederación. Un dato curioso es que recibía a los gobernadores en su oficina y en la sala contigua tenía un salón de juegos con una mesa de billar que había comprado en Buenos Aires.  

Oficina de Urquiza y sala contigua con la mesa de billar. Crédito Tramas.

Una de las habitaciones familiares fue adaptada para que sea el dormitorio de Sarmiento, a la que el dueño de casa le había mandado a colocar una canilla, de manera que el presidente viera que en medio del monte entrerriano había agua corriente de la que Buenos Aires todavía carecía.  ¡Otra ironía entre masones!

Dormitorio con la canilla asignado a Sarmiento. Crédito Tramas.

Diez años antes Mitre también tuvo su dormitorio en la residencia de Urquiza, en 1860 para celebrar el aniversario del Pacto de San José de Flores que luego es traicionado por el propio Gobernador de Buenos Aires y desemboca en la batalla de Pavón de la que ya comentamos sus hipótesis.

Domitorio asignado a Mitre. Crédito Tramas.

Las muertes de cientos de miles por la ambición de poder, por el establecimiento de una clase que se forma como la elite que continuará gobernando según sus propios intereses en donde el pueblo o los sirve o es perseguido o no tiene lugar.

Una prueba de ese poder tanto real como simbólico es el patio posterior de la entrada de los carruajes, todo de manera masónicamente simétrica y en el centro se erigen los bustos de Hernán Cortés, Alejandro Magno, Julio César y Napoléon como los símbolos del poder absoluto, mirando los cuatro hacia la entrada de los visitantes.

Patio posterior con los bustos de Hernán Cortés, Alejandro Magno, Julio César y Napoleón. Credito Tramas

En el Patio de Honor, donde da su habitación, Urquiza fue asesinado dos meses después de la visita de Sarmiento, mientras tomaba mate. Lo acusaron de traidor, su prestigio ya no fue el mismo después de Pavón, ni por el apoyo a la Guerra contra el Paraguay. Pero la gota que rebalsó el vaso salió de la canilla de Sarmiento; su visita terminó de sellar la suerte de Urquiza que no fue asesinado por sus otrora enemigos políticos, sino por sus propios partidarios, en la hipótesis que afirma que el autor intelectual fue Ricardo López Jordán, un estrecho colaborador y amigo que había estado bajo sus órdenes.

En la teoría de la conspiración también se cuenta que López Jordán quería que “se cuidara a la familia Urquiza”, la idea del plan era obligarlo a renunciar y que se retirara a hacer vida privada o se fuese al extranjero. Sin embargo, no hubo un acuerdo unánime entre los opositores y el asesinato se perpetró. De todas maneras, la hipótesis de la supuesta “piedad” de López Jordán entra en crisis, porque en el mismo momento que asesinaban a Urquiza, también asesinaban a Justo José del Carmen y a Waldino, dos de sus hijos que estaban en Concordia.

Comenzamos este artículo casi refiriendo a un relato borgeano, por los cruces, los encuentros, los desencuentros; pero este final trágico en el que Simón Luengo, un caudillo cordobés, decepcionado con Urquiza, es quien da el tiro certero, muestra la otra cara de una misma moneda. Sus partidarios se transformaron en sus verdugos.

El relato se torna cortazariano, parafraseando a Continuidad de los parques, como si todo hubiera estado arreglado de antemano: el portón del patio trasero estaba abierto, el vigía que debería haber visto la llegada de los asesinos, no vio nada, una pistola deja su funda y el hombre sentado en una silla tomando mate.

Sillón donde es asesinado Urquiza. Crédito Tramas.

La canilla de Sarmiento, fue el grifo que volvió a regar con sangre otro episodio protagonizado por la elite que trama nuestros destinos. Estas historias exhiben lo difuso de la oposición entre unitarios y federales, más bien funcionaron como distractores que ocultaban los procesos de apropiación y acumulación de riquezas en pocas familias, mientras dirimían sus intereses dentro de la propia elite dirigente, con sus traiciones y alianzas espurias.

¡Cualquier semejanza con la actualidad no es mera coincidencia!

Imagen destacada: frente del Palacio San José. Crédito Tramas

Publicado en Tramas 20/01/2025

viernes, 3 de enero de 2025

La sociedad educadora, el eufemismo del avance privatizador

 


al vez no hayamos reparado lo suficiente cuando el titular de la secretaría de Educación nacional, Carlos Torrendell dijo “pasamos del Estado educador a la sociedad educadora”.

A fines de octubre de 2024 en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, el secretario de educación, hizo su discurso sobre el presupuesto en el área, además de lo que tiene que ver con los números del financiamiento (siempre escaso o nulo), refirió un par de conceptos sobre el encuadre político.

Por la altura del año, las complejidades salariales, el conflicto por el desfinanciamiento generalizado y particularmente el ensañamiento entre el gobierno y la universidad, parece haber pasado desapercibido el mensaje de Torrendell: “pasamos del Estado educador a la sociedad educadora”.

Anunció que los ejes fundamentales de la gestión son: “La alfabetización, la evaluación de la información y la conectividad”.

La tasa de alfabetización en Argentina según la propia UNESCO fue del 99% para 2018 y el censo de 2022 ofreció un porcentaje similar 98,08 % lo que pone al país entre los cinco con mayor tasa de alfabetización de América Latina.

Entonces el problema está en las diferencias entre la alfabetización y las mediciones de las pruebas estandarizadas, respecto de la lectura y la comprensión y ese es un tema que debe resolver la pedagogía y no los instrumentalistas de la pléyade reformista que llevó con sus políticas a poner en crisis toda la educación pública.

Hay una fuerte crisis de sentido, que lleva, paulatinamente, a la docencia a la incertidumbre con una pregunta que se formula con carácter universal en los 90 del siglo pasado: “¿Para qué sirve la escuela?”

Crisis epistemológica, se cuestiona el conocimiento, se empieza a hablar del conocimiento “socialmente significativo”, y luego “socialmente productivo”. Los especialistas de la pléyade, políticos y periodistas, incluso sindicalistas repetían esas nuevas categorizaciones encubridoras, así como el recurrente tema de la “calidad” educativa del que ya no se habla, porque la nueva vuelta de tuerca no está ya en el conocimiento como producto de la dialéctica del binomio enseñanza/aprendizaje (por eso el docente se disuelve en facilitador), sino en los aprendizajes, como lo venimos advirtiendo desde hace bastante tiempo.

En el “nuevo” paradigma lxs estudiantes son el centro de esos aprendizajes formulados por uno de los actores principales de la sociedad educadora, las EdTech y sus tecnologías de la educación.  

No es novedad, ya que sabemos que eso está ocurriendo, pero todavía no masivamente, es por eso que uno de los “ejes” que se plantea la secretaría de educación es la “conectividad”, como una urgencia de mercado.

Dice Torrendell refiriéndose al cambio de paradigma que está “…centrado en pasar de una concepción del derecho y del deber a la educación, a la concepción de un derecho a la educación que se centre en aprendizajes reales para todos…”. Sin explicar lo que entiende por “aprendizajes reales”, pero es obvio que parte del supuesto que hay “aprendizajes irreales”, de lo que podemos inferir que se refiere, dentro del contexto reformista, a los aprendizajes “socialmente productivos”, es decir, no a los que puedan enriquecer el desarrollo intelectual de lxs estudiantes, sino a los instrumentales, adquiridos, a través del instructivo de competencias necesarias para satisfacer los intereses del mercado, mensurables por las pruebas estandarizadas para la “evaluación de la información“. 

También resulta interesante en este pasaje del Estado educador a la sociedad educadora, el tema que aborda el secretario, Torrendell, donde el deber desaparece, pero ¿el de quién? ¿el del Estado o del ciudadanx que transite por el “nuevo” paradigma?

Torrendell reformula la noción de derecho a la educación desde ese punto vista, porque deja de ser un derecho social para transformarse en un derecho individual, que en el pensamiento libertario puede ser ejercido o no. Recordemos que el señor presidente no considera que la educación deba ser obligatoria: “El sistema de la obligación no funciona. El que quiere estudiar va a tener la libertad de hacerlo…”.

La sociedad educadora de la que habla Torrendell es parte del plan de desposesión de lo público, que por supuesto responde al avance de la reforma mundial de la educación que el capitalismo necesita. Por una parte, la educación como mercado de abastecimiento de materia prima, en las dos variantes del capital humano: mano de obra flexible y precarizada y trabajadorxs cualificados, pero formateados, acríticos; en ambos casos descartables, “sin atributos”.

El cambio de paradigma político y cultural acelera el cambio en el paradigma educativo con mayor atomización del sistema ya fragmentado por la desnacionalización de la reforma neoliberal de los 90 que continuó la propiciada por la dictadura a fines de los 70. Desnacionalización reafirmada con el progresismo (de sesgo neoliberal) del siglo XXI, con leyes que preanunciaban el cambio de paradigma, como la propia Ley de Educación Nacional, con su promoción de las organizaciones de la sociedad civil (ong, fundaciones, empresas, etc.) para interactuar en el sistema educativo.

Todo un derrotero de la desposesión del carácter público del sistema, bajo la fachada de la modernización, artilugio de las nuevas formas de dependencia y de saqueo; de pérdida de derechos y de aceptación de la crueldad como motor de la nueva fase capitalista.

El paradigma de la sociedad educadora viene de finales de los 80 cuestionando al Estado educador, sobre todo a partir de los cambios en la comunicación social impulsados por los avances tecnológicos y los cambios operados en la producción de conocimientos; en los acontecidos en la organización social y sobre todo en las sucesivas reformas que fueron disolviendo los derechos de las conquistas laborales con las complicidades necesarias de las dirigencias sindicales y de dirigentes políticos que aparentaban defenderlas, aunque luego les aplicarían el impuesto a las ganancias (para no abundar); mantendrían la vigencia de los “contratos basura” y a los empleados del Estado, en una inmensa mayoría, en la llamada planta transitoria, hoy desempleados por las políticas libertarias.

Un escenario perfecto para concluir esas ideas de Estado mínimo, aunque con la paradoja de que la sociedad educadora no es parte de la evolución colectiva y de las necesidades del conjunto de la población respecto del conocimiento en la relación social. Muy lejos de eso, la invención de la sociedad educadora es una demanda del sistema económico corporativo, para completar la transformación del sujeto social en la adaptación a las tradicionales formas de explotación maquilladas como “demandas del siglo XXI” para adquirir las “competencias” que el “nuevo” paradigma exige; con la participación de los actores del mundo privado interviniendo en la educación pública, imponiendo su impronta como formato pedagógico y sus didácticas de formateo gnoseológico.

Torrendell sabe y el señor presidente también, que cuanto más se imponga el modelo de “sociedad educadora” como la moderna panacea educativa, más sencillo será disminuir el presupuesto para la educación hacia los modelos de voucherización y charterización.

Así como los espejitos de colores de la primera parte del siglo XXI y la sociedad del conocimiento, que devino en el obsceno enriquecimiento de los ceos tecnológicos a nivel mundial y la apropiación de la tecnología; la sociedad educadora es otro cuento de la saga neocolonial que encubre la desposesión final de la educación pública.  

Apenas una breve propuesta

Más que nunca necesitamos la convocatoria en un Congreso Pedagógico con amplia participación de las bases, los sindicatos y agrupaciones docentes combativas, las izquierdas, los movimientos sociales, feminismos y todxs quienes luchemos por un modelo público de educación del siglo XXI, libre de la contaminación neoliberal, de cosificación libertaria y de la invasión EdTech.

Un sistema de educación pública, cuyo principal valor sea lo común y sobre esa premisa, debatir desde las pedagogías y didácticas críticas con perspectivas de género y decolonial, poniendo de relieve el cuestionamiento a estas estructuras de poder que en todas sus variantes políticas sostienen la esencia etnocéntrica de la dominación y son una máquina de impedir la emancipación social.

La sociedad educadora que nos imponen es un experimento social de mayor atomización, que fomenta el individualismo, la competencia, profundiza las desigualdades y la exclusión. Y cuando fracase, el Estado va a decir que no es responsable, porque delegó sus obligaciones; así como se desligó de la crisis educativa (que construyó con sus políticas) pero la transfirió a las escuelas y a lxs docentes haciéndolos responsables de un sistema que no pensaron, ni diseñaron. Lo mismo ocurre con el distanciamiento entre los diseños curriculares ajenos a los contextos de aplicación y a los aplicadores, maestrxs y profesorxs, pero luego son responsables de los “fracasos” en las pruebas estandarizadas.

Después de todo una sociedad que lucha por su emancipación se desarrolla en lo común y lo público que es lo sustancial para el andar colectivo contra el paradigma de apropiación de los que, desde la epistemología de la barbarie, traman nuestros destinos y nos imponen qué y cómo tenemos que pensar.

La educación emancipadora es revolucionaria; cualquier otra concepción de “revolución educativa” es parte del repertorio de la fantasmagonería del opresor.

¡Por un 2025 que nos encuentre trabajando en ese Congreso Pedagógico que no sólo tiene que ser posible, sino que es absolutamente necesario!

Imagen destacada: Carlos Torrendell, secretario de Educación a la derecha de José Luis Espert, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Cámara de Diputados de la Nación.

Publicado en Tramas