Por Darío Balvidares (especial para Contrahegemonía y reproducido en tramas.ar)
En la tragedia griega los designios de los dioses definen las trayectorias de las vidas humanas, solo que el sentimiento trágico ocurre en personajes elevados, es decir, reservado a la casta dominante, donde la construcción acechante del destino decide sobre la vida y la muerte de ciertos personajes.
Sucede que
actualmente, aunque no del todo fuera de la representación, un acontecimiento
es denominado como tragedia por la dimensión y el imprevisto (algo que no
debería haber sucedido, sucedió y cobró vidas humanas), justamente, lo
contrario de la tragedia en términos literarios, donde el destino es
insoslayable.
Ahora, sí. Lejos de la
poética de Aristóteles, donde el héroe trágico se “equivoca” y va en contra de
los designios divinos, lo que hoy se nombra como “tragedia” no es más que el
encubrimiento de grados de responsabilidad, por ejemplo, cuando explota una
escuela.
A 3 años de la
explosión de la escuela 49, Nicolás Avellaneda, de la localidad de Moreno en la
provincia de Buenos Aires, en la que murieron Sandra Calamano, vicedirectora y Rubén
Rodríguez, auxiliar; el caso fue elevado a juicio con cuatro procesados: el
gasista, Christian Ricobene, quien además tenía su licencia vencida desde 2015
e, incluso, sólo lo habilitaba para instalaciones domésticas; Sebastián Nasif,
el ex interventor del Consejo escolar de Moreno, por incumplimiento de los
deberes de funcionario público; al igual que Mónica Berzoni, ex presidenta del
Consejo, la que fue separada del cargo ante la decisión de la intervención. Y
Jorge Oscar Galian del área de Infraestructura, también acusado con la misma
tipificación.
Más allá de lo que
pueda suceder con las penas en el juicio oral, que todavía no comenzó y del que
el propio juez de la causa, Gabriel Castro, sobreseyera a otros cuatro imputados,
porque la fiscal Gabriela Urrutia no encontró pruebas que pudieran determinar
el procesamiento; tres de los procesados coincidieron en que se contratara al
cuarto procesado, el gasista de matrícula vencida y sin la habilitación
correspondiente.
El universo ético de la eficiencia y la acumulación de
falsedades
Un panorama judicial
detenido, si bien ya están delimitadas las responsabilidades ejecutivas, aunque
parezca que las dos muertes, que no deberían haber ocurrido, sigan ocurriendo
de manera eterna, porque no sólo no se fijaron responsabilidades políticas,
sino que el siniestro se localiza en la explosión y las causas en los cuatro
procesados.
La realidad indica que
las causas se remontan a las decisiones políticas, en este caso preciso, las
políticas sobre infraestructura escolar, los presupuestos y la realización de
las obras.
Está claro que durante
los gobiernos anteriores de la provincia de Buenos Aires, tampoco hubo la
inversión necesaria, ni la deseada por la comunidad educativa. También es
cierto que los espeluznantes niveles de deterioro de la infraestructura no se
producen en 3 o 4 años; es decir que el abandono de las obras, de las
remodelaciones y del mantenimiento escolar son la historia frecuente y no la
excepción.
Sucede que además, que
la entonces gobernadora, María Eugenia Vidal, se desligaba de la
responsabilidad con la misma ligereza y perversión que cuando dijo: “Nadie que nace en la pobreza en la Argentina
hoy llega a la universidad”. Lo que expresa no es más que su deseo, que
podríamos traducir por: los vulnerados, los pobres no tienen cabida en la universidad. No asumiendo que
vulneración y pobreza son los efectos de las políticas que quienes asumen la
responsabilidad de “gobernar”, deciden para el país, las provincias y los
municipios.
Esa fulminante levedad
en el discurso de la entonces gobernadora, también tallaba en la carta abierta que publicó en las redes sociales una semana después del “homicidio” de Sandra y Rubén, aquel
2 de agosto de 2018.
En ese texto, la ex grupo Sophia, acude a las cifras de las
inversiones y trabajos realizados en las escuelas de la provincia y,
particularmente sobre el municipio de Moreno, dice en plan de justificación: “En Moreno el Gobierno provincial planificó
43 obras mayores de las cuales 14 ya están finalizadas. A su vez, el intendente
recibió, en lo que va de la gestión, $275 millones del Fondo Educativo.
Lamentablemente el 80% de ese dinero no fue destinado al arreglo de las
escuelas sino a pagar sueldos de los empleados municipales.
A su vez, el Consejo Escolar recibió de la Provincia $ 15
millones para infraestructura escolar. En los primeros dos años de gestión no
justificaron el uso de esos fondos. Por esta razón y porque mediante una
Auditoría pudimos comprobar que se estaban robando la plata de la comida de los
chicos, lo denunciamos en la Justicia y decidimos la intervención del Consejo
Escolar.
Durante este año hicimos más de 1000 tareas de mantenimiento
en escuelas de Moreno y particularmente en la escuela Nº 49 realizamos cinco
intervenciones vinculadas al gas, la última un día antes de la tragedia,
realizada por un gasista matriculado”.
Por una parte, frente
a la muerte de les trabajadores, promociona las obras que nunca se realizaron;
acusa al entonces intendente de desviar el 80% de los 275 millones de pesos del
Fondo Educativo para “pagar sueldos…” y que el Consejo escolar había recibido $
15 millones de la provincia para infraestructura escolar, pero que no se
justificó el uso de esos fondos durante dos años lo cual ameritó la
intervención tras la auditoria que fue ordenada oportunamente.
En principio, el Fondo
Educativo es el dinero que la Nación le gira a las provincias de acuerdo con lo
establecido en el marco de la Ley Nacional N° 26.075 de Financiamiento
Educativo, por lo que la responsabilidad de los actos de gobierno corresponden
a la provincia que recibe el dinero. Es decir, que si la provincia decide
descentralizar y adjudicar los dineros a los municipios, como sucedió luego de
la resolución firmada por el entonces Director de
Escuelas, Gabriel Sánchez Zinny, otro ex grupo Sophia, actual
director de la Unidad de Evaluación
Integral de la Calidad y Equidad Educativa porteña (UEICEE), ex director del Instituto
Nacional de Educación Tecnológica (INET) y por sobre todo, un “empresario
exitoso” con sus empresas offshore; esto no lo desliga de sus responsabilidades,
ni en los manejos del Fondo Educativo, ni en la contratación del gasista, que
según la carta de la ahora pre-candidata a diputada porteña, las cinco intervenciones vinculadas con el
gas fueron realizadas por un gasista matriculado; lo que, según la fiscal y
el juez, no es cierto y quedó documentado en la causa.
Lo que sí queda claro,
es el cinismo declarado, frente a la desfinanciación palpable que sufriera la
ya poco presupuestada educación, una de las áreas más sensibles desde lo
discursivo, pero poco o nada sensible a la hora de la inversión.
De hecho la desinversión en la provincia fue evidente, durante los 4 años del gobierno de Vidal, en términos de lo que fue la ejecución presupuestaria para educación en relación con el presupuesto público de la provincia 2015/2019.
El recorte real
implicó el 20% de ajuste en el presupuesto educativo de la provincia de Buenos
Aires, en perfecta sintonía con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde
todavía gobierna el PRO y ya lleva una desinversión cercana al 28% desde 2007.
El concepto de eficiencia siempre ha sido vinculado con
el gasto, lo que se resume de una
manera muy pueril, en que cuanto más recorte presupuestario, más eficiente es
la decisión política. En eso radica el universo de la eficiencia.
El modelo eficiente
que arrastra la ex gobernadora lleva consigo denuncias por inundaciones, blanqueo de
fondos, aportes falsos durante la campaña electoral y desvío de fondos
públicos, entre otras marcas de la mentada eficiencia como el intento de cierre
de las escuelas del Delta.
María Eugenia Vidal, gobernadora,
eligió a Gabriel Sánchez Zinny, Director general de Escuelas; éste eligió a Sebastián
Nasif, interventor del Consejo, quien aprobó al gasista (con matrícula vencida
y sin habilitación para obras públicas), Christian Ricobene.
¿Es lógico que la
cadena de responsabilidades sólo avance hasta Sebastián Nasif?
¿Por qué la fiscal y
el juez no investigan la línea que lleva por la senda de la desinversión?
Los actos tienen
consecuencias, pues entonces, los actos de gobierno también deben tener
consecuencias, sobre todo cuando producto del entramado de “políticas
eficientes” desencadenan dos muertes, las de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez,
que no habían elegido a ninguno de los anteriores.
¿Tampoco hay
consecuencias por la decisión de que una escuela en obra tenga actividad
docente? Acaso no fue la propia ex gobernadora la que dijo en la carta: “realizamos cinco intervenciones vinculadas
al gas, la última un día antes de la tragedia”.
No fue la última
explosión de una escuela, este 29 de junio, en la provincia de Neuquén ocurrió un episodio similar, que también parece rodar por los
despeñaderos de la eficiente impunidad.
Dejemos la tragedia para
la literatura, acá no hay dioses, los destinos son las consecuencias de las
políticas de la eficiencia capitalista, de la mediocridad política y del
cinismo encubridor corporativo, todos atributos muy terrenales.
Nota de referencia al gráfico: “Esta caída en la participación presupuestaria significó un recorte cercano al 20% de los recursos de la Dirección General de Cultura y Educación. A su vez, dado el crecimiento de la cantidad de estudiantes de la Provincia, implicó un ajuste del 24% del presupuesto por estudiante”, dijo Pablo J. López, actual ministro de Hacienda y Finanzas de la provincia de Buenos Aires.
*Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años y
Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA). Como investigador
es autor de “La educación en la era
corporativa, la trama de la desposesión”. Herramienta Ediciones y
Contrahegeminía Web (2019) CABA. Y del ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación” Redes
Cultura (2005) CABA, con prólogo de Osvaldo Bayer. Además de decenas de trabajos y artículos publicados en
Contrahegemonía Web; Rebelion.org y Otras Voces en Educación. Durante 15
años fue productor periodístico y columnista del programa radial La Deuda Eterna. Actualmente es integrante
del colectivo editorial del portal periodístico tramas.ar-periodismo en
movimiento.