por Darío Balvidares
Mientras la pandemia se sostiene en la escena mundial y los discursos
se encierran en las recomendaciones sanitarias
que se centran en las medidas de
distanciamiento, aislamiento, e higiene; las realidades se multiplican en
infinidad de dispersiones.
La “normalidad” del mundo estalla y nos muestra todos los panoramas al
mismo tiempo en una especie de pantalla total de la brutalidad sistémica con la
que el capitalismo nos “ha cobijado” con
sus mantas coloniales y patriarcales.
Todo parece precipitarse a una “deconstrucción”, en épocas en que el
sistema se comenzaba a resquebrajar en su propio modelo culturalmente
productivo (para no decir esclavizante, depredador, explotador, saqueador,
desposeedor) de habitar el mundo.
Justamente, cuando los movimientos sociales venían ganado las calles
(Chile, Ecuador, Colombia), el movimiento de mujeres hacía oír su voz con más
potencia en Argentina y en el mundo. Cuando les trabajadores (con y sin
trabajo) le reclamaban a sus propias (pero ajenas) centrales sindicales las
negociaciones paritarias; con la pandemia se invierte la ecuación y las
centrales pactan con el empresariado la rebaja de salarios, ministerio de
trabajo mediante.
Todo sucede al mismo tiempo que el gobierno paga el 50% de los
salarios de les trabajadores, incluidas las grandes empresas, que llevan sus dineros
a paraísos fiscales y continúan con los despidos y suspensiones.
Todo se expone al mismo tiempo que los conteos desagregados de
fallecidos e infectados como un nuevo ranking mundial estandarizado en la
virtualidad de las pantallas y en el “tiempo real” de la circulación viral de
las “noticias”.
La alarma de los contagios en los barrios populares (villas,
asentamientos) se propaga como continuación de la política de pauperización
seguida de la estigmatización de los vulnerados por el círculo vicioso de un
sistema enviciado de tal manera que se ha tornado irrespirable.
Y mientras se implementa un “protocolo” para la “detección” de
contagios puerta a puerta de los “sin agua” y algún figurón se emociona ante
las cámaras de la realidad sesgada, Ramona Medina , la referente social del
“Barrio 31” de Retiro, no tiene nada más que decir, ha muerto con corona-virus,
pidiendo agua.
“Lo peor de la peste no es que
mata a los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser
horroroso”[1]
Y no podía ser de otra manera, el capitalismo no tiene fronteras
éticas (para no abundar) y los “dueños” del planeta, tampoco. En el festival de
los rankings comparativos de países según su “crecimiento” económico, la
virtualidad de la educación, su deuda externa (es decir, la mayor estafa global), ahora se agregan los
sistemas de salud. Todos estos rankings
terminan desnudando ese espectáculo horroroso.
Incluso repugnantes personajes como Trump, Bolsonaro y Piñera, para no
ir más lejos, tristes y patéticas figuras de una execrable película, que dan cuenta de su propia
excremental inteligencia con sus
discursos viciados de odio o pletóricos de estupidez (o ambas cualidades al
mismo tiempo), es la prueba viviente del horror que produce el sistema
capitalista.
Aunque hay otros personajes, igual de
siniestros, pero “enjuagados” por los modelos “filantrópicos” que el capitalismo
ha creado para permitir el desarrollo desmedido del poder.
“Lo normal es mortal. La ‘normalidad’ es una inmensa crisis. Necesitamos
catalizar una transformación masiva hacia una economía basada en la protección
de la vida”[2]
¿Hay posibilidad de una transformación masiva como propone Naomi
Klein?
Mientras el sistema siga siendo éste, no; mientras la burguesía siga
sosteniendo sus privilegios y gobernando, no; mientras las grandes
corporaciones continúen apropiándose de los territorios físicos y simbólicos,
no; mientras la movilización social continúe siendo sectorizada, no; mientras
la cultura patriarcal continúe, no. Y tantos otros “no” que no alcanzarían
cientos de artículos.
Aunque también es cierto que van germinando con fuerza los otros No y sus afines: “No a la megaminería
contaminante y saqueadora”; “Paren de Fumigar”; “La tierra es de quien la
trabaja”; “El agua vale más que el oro”; “Basta es Basta”; “lo que hacen es
Terricidio” y otras tantas variantes que acompañan el grito mundializado de los “de abajo”.
Los “de abajo”, que gracias a la paradoja de la pandemia, dejan
expuesto que no son las famosas inversiones las que motorizan la
economía, sino el trabajo de miles de millones.
Los que al mismo tiempo son precarizados o directamente expulsados
como consecuencia de la concentración de la riqueza de aquellos obscenos que se
rankean en el mundo de la revista Forbes y se asocian en alianzas de mercado
“filantrópico” para diseñar nuestras vidas desde sus corporaciones
empresariales con ropaje de fundación y lenguaje de “responsabilidad social”
con la ética de una filosofía endulzante y siniestra.
Y ahí están los “filántropos” de la era digital, que de los primeros
15 puestos del ranking Forbes, ocupan 7. La virtualidad ha llegado; el distópico
mundo de Silicon Valley acelera las ganancias de un puñado de nuevos “dioses”
que desde el ciber-olimpo, digitalizan nuestra existencia.
Entre esas fortunas personales, que totalizan sumadas 476 billones de
dólares, están Jeff Bezos que además ganó en el mes de abril 30.000 millones de
dólares más con su compañía Amazon[3].
También está el “donador” serial, Bill Gates que entre “donación” y
“donación” perfecciona el dispositivo de control total de la Identificación
Digital ID2020[4]
junto a otros grandes socios fundadores con los que patentaron el “inofensivo”
producto.
Los socios fundadores de ID2020
son Microsoft; Fundación Rockefeller (es claro que ninguna de las dos necesita
mayores aclaraciones); Accenture,
que es una consultoría que tiene también base en Argentina y vende sus
servicios bajo el título “Covid-19:
Gestión de impacto humano y comercial del coronavirus”[5].
GAVI[6],
es una Organización Internacional financiadora de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), se conoce como la Alianza Mundial de Vacunas, que a la vez tiene
como socios fundadores a la Fundación
Bill y Melinda Gates, UNICEF, la
propia OMS y el Banco Mundial.
¿Y cuál es el objetivo de la existencia de GAVI?
La respuesta está en la propia página web: “El modelo de negocio: al agrupar la demanda de vacunas de los países
más pobres del mundo, asegurar la financiación a largo plazo y dar forma a los
mercados de vacunas, estamos acelerando el acceso a las vacunas que salvan
vidas en los países que más lo necesitan”
Lo que en otras palabras se traduce en hacer un negocio concentrado
entre organismos internacionales, la fundación del “filántropo” y el Banco
Mundial en lo que dan en llamar, asociación público – privada; ¿o deberíamos
llamar, mercado de la acción
inmunológica?
Volvamos a ID2020, porque
aún queda otro socio fundador, Ideo.org,
curiosamente o no, es una corporación de diseño (¿será de diseño de
identidades?) que, a su vez, tiene como socios a la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates, la J P
Morgan y a la Bezos Family
Foundation.
Por más que el bolillero de vueltas, como es digital, no puede dejar
de concentrar los negocios relacionados con el control total de la circulación
de mercancías, que eso son las vacunas, en este sistema.
El objetivo de biocontrol-digital de la humanidad se realizará desde ID2020, que ya está patentada en la
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) de las Naciones Unidas
y es parte de sus Objetivos 2030.
Mientras los mortales estamos en aislamiento intentando sobrevivir al
modelo de producción corporativo con sus efectos de muertes colaterales, los
“dioses” del Olimpo empresarial diseñan el nuevo modelo de biocontrol de la
humanidad.
¿Quién será el paciente 0 del “microchip”? De la
nueva viralidad de biocontrol corporativo, de la intimidad vulnerada con endulzantes perversamente ingenuos como:
“cuidamos tu privacidad”, mientras
los algoritmos que nos espían ahora pasaran a ser piezas
del museo 2.0.
Toda esa maquinaria está en marcha en los tiempos que rige “la nueva normalidad”, un concepto de
colonialidad explícita, que el periodismo servil repite con las mismas
sonrisas idiotas de las fotos de las
figuritas gerenciales de los portales de las fundaciones que traman nuestro
destino.
La nueva normalidad es la
reconfiguración del mismo y brutal sistema capitalista que se reordena en
función de las decisiones corporativas en un modelo de híper-concentración de
la riqueza con mayores efectos de desposesión, destrucción y biocontrol.
“La nueva normalidad” es el abracadabra
de la reconfiguración del sistema: ¡Abracadabra! Y… ¡Paf! ¡Desapareciste!
En una video llamada de 3 minutos Uber despidió a 3.500 empleados: “Nuestro
negocio de viajes compartidos se ha reducido a más de la mitad. No hay trabajo
suficiente para muchos empleados en la primera línea de atención al cliente.
Como resultado de eso, eliminamos 3.500 puestos de atención al cliente”[7].
Esto fue informado por Ruffin Chaveleau, directora del servicio de
atención al cliente de la plataforma, durante una videollamada por Zoom. Y, por
supuesto, con consternación y cara de contener el llanto, propia de una actriz
en plena escena de una telenovela. Así funciona el capitalismo 2.0 con el
descarte masivo y en sólo tres minutos. ¡Abracadabra!
Aquí, en Argentina, Paolo
Rocca, el Ceo del holding Techint despidió 1450 trabajadores, a pesar del
decreto presidencial que lo prohibía, a pesar de subsidiarlo con los dineros
públicos para que “ordeñe” Vaca Muerta con Tecpetrol y lleve los dineros a
Luxemburgo donde tiene la sede central de la corporación. A pesar de ser la
primera fortuna del país con un patrimonio personal 8 mil millones de dólares y
una facturación empresarial 23.000 millones de la misma moneda, parece que el
Ceo no puede responder al pago del 25 % del pago, puesto que otro 25% fue el
acuerdo de la Confederación General del Trabajo (CGT) – que parece funcionar
como gerencia de recursos humanos de la patronal - para la rebaja y el otro 50% son los dineros
públicos que el gobierno utiliza para mantener esa porción de salarios,
subsidiando a las mismas corporaciones que fugan esos mismos los dineros
públicos. ¡Abracadabra!
“El COVID-19 es el estado de
sitio planetario que construye las condiciones de posibilidad para una
reingeniería social sin precedentes, que abra paso a la cuarta revolución
industrial y que constituye el régimen de gobernabilidad que requiere el
capital en la actualidad, autoritario, destructor de la sociabilidad, con la
intención de disminuir costos sociales y conjurar los riesgos de
revueltas. Una de las operaciones que se está llevando a escala
planetaria es la redefinición del papel de los sistemas escolares, la profesión
docente y los centros de formación de educadores; algo que ya se había iniciado
en los ochenta del siglo XX”[8]
No olvidemos que los ministros de educación de las últimas décadas y
los “especialistas” juglares del poder, lo venían advirtiendo, cuando hablaban
de estar “capacitado para el mundo que se viene”, porque las formas de trabajo
y de empleo iban a ser otras para lo que se necesitaría “acreditar las
competencias y habilidades del siglo XXI” y junto a eso nos repetían y repiten
que muchos de los “trabajos que hoy existen, dejarán de existir” y nos mostraban
las bondades de la “sociedad del conocimiento”, otro concepto que impone la
reconfiguración de la subjetividad.
El proceso de desposesión educativa jamás se detiene, si no lo
detenemos, el avance de la endoprivatización encontró en la pandemia el motor de
aceleración que necesitaba para instalarse bajo el concepto de “la nueva
normalidad”, con su poder adormecedor y su “aroma” de cambio. La nueva normalidad incluye la “vacuna”
global de la virtualidad que como adelanto promociona el home office y el home schooling.
Es decir que el “trabajo” en casa y la “educación” en casa amplían sus
prácticas y las ganancias de las corporaciones tecnológicas.
En relación con la escuela, esto es llevar a su máxima expresión la
pedagogía instrumental del individualismo, formadora de subjetividades egoístas
que contribuyen aún más al proceso de fragmentación social, una modalidad que
sin duda fomenta la desigualdad social.
De esa forma las corporaciones siguen aumentando sus ganancias y se
apoderan de la educación pública con la gestión del “conocimiento” desde
plataformas organizadas por gerenciadores externos. Creando un mercado
“familiar” y otro de carácter “institucional”.
¡Abracadabra!
“Fundación Varkey lanzó
Comunidad Atenea, la primera comunidad virtual de aprendizaje colaborativo para
maestros en toda América Latina.
Se trata de una plataforma
online gratuita que ya cuenta con más de 6.000 miembros. El espacio permite
encontrarse para compartir las mejores prácticas, celebrar su trabajo y
aprender de otros sobre cómo mejorar la educación de sus estudiantes.
Con las escuelas cerradas en
casi todos los países de América Latina debido a la pandemia, cien maestros se
incorporan por día a la plataforma para encontrar y proponer soluciones
creativas e innovadoras que logren mantener a los estudiantes aprendiendo
cuando ya no pueden acceder al aula.
Los docentes ya se han inscripto
desde Argentina, Ecuador, Paraguay, Perú, México, Uruguay, Colombia, Chile,
Brasil, República Dominicana, Panamá, Bolivia y Venezuela”[9].
La Fundación Varkey no iba a quedar fuera del mercado virtual de la
educación y de esta forma, sustituye los convenios con los gobiernos e
interactúa directamente con los docentes/usuarios/consumidores de los contenidos de la plataforma: “Las más de 190 actividades que ya están
disponibles en la plataforma están demostrando ser invaluables para los
maestros de todo el continente”.
La estandarización de las prácticas
de los futuros reconfigurados
facilitadores está en marcha; la plataforma se promociona como gratuita y
abierta y promociona cursos: “La
plataforma busca crear una comunidad de maestros, funciona como un espacio
similar al de las redes sociales, permite a los docentes subir sus perfiles,
publicar contenidos, poner “me gusta” y entrar en contacto con colegas. Además,
está moderada para garantizar que todas las publicaciones sean de alta calidad
educativa. La plataforma también contiene una galería de cursos online,
conocidos como MOOCs por sus siglas en inglés”.
Los “MOOCs” son cursos en línea, masivos y abiertos, lo que parece
atractivo para los “virtualófilos” del mercado educativo, pero cuando finaliza
el curso, para obtener el certificado, hay que pagar. ¡Business are Business!
Sunny Varkey es otro de los grandes billonarios que realizó su fortuna
con los procesos de exoprivatización y endoprivatización que fueron impulsando
la creación del mercado de la educación. Un mercado corporativo que está
fracturando y desposeyendo la educación pública a nivel mundial. ¡Abracadabra!
Incluso el “llamamiento” que realiza la fundación de Ceos
empresariales, Argentinos por la
Educación a destrabar los accesos a la virtualidad, con un tinte de reclamo
social, no es más que otra estrategia de negocio corporativo: “‘Es el momento para avanzar con iniciativas
excepcionales para que no se amplíe esta situación de desigualdad’, sostienen
quienes firman y, a su vez, se comprometen a promover el acompañamiento
necesario para implementar estas plataformas en las escuelas y el uso de Whatsapp
con fines pedagógicos en los barrios populares. Ignacio Ibarzábal, de Argentinos por la Educación, agrega: ‘Queremos
convocar a más líderes y sectores para trabajar codo a codo en hacer de la
urgencia sanitaria, social y educativa nuestra prioridad’”[10]
No se trata de solidaridad social
sino de solidaridad corporativa, puesto que la fundación AxE fue durante la
presidencia de Mauricio Macri, una especie de “casa central” y el ministerio de
educación, una de sus agencias. Una usina, entre otras tantas que siguen
funcionando, como “consultoras”. Ignacio Ibarzábal es el director de la ong endoprivatizadora
de la educación e integrante de Harvard
University Graduate School of Education[11]. Todo
un emporio de la desposesión de la educación pública.
Por supuesto que además de
optimizar ganancias el negocio tecnológico de la venta de plataformas y cursos
en línea, también amplían sus ganancias las corporaciones operadoras de la
comunicación para sostener
conectividad.
No es casual, que mientras
continúa la cuarentena, el Banco Mundial, junto a la Unión Internacional de Telecomunicaciones
(UIT), la GSMA y el Foro Económico Mundial hayan presentado el Plan de
Acción Conjunta en respuesta al COVID-19[12],
que lejos de ser una vacuna es un parásito transgénico. Que no se conforman con
los millones de dólares que ganan, sino que, aprovechan la pandemia para ganar
aún más.
“El documento, elaborado tras un diálogo con ministros de Finanzas y
TIC, autoridades regulatorias y CEOs de compañías de telecomunicaciones y
tecnología de todo el mundo, tiene por objetivo servir como guía de mejores
prácticas para autoridades durante la situación de emergencia”. De lo que
se trata es de la ampliación de cobertura para hacer el negocio más rendidor,
porque en el apartado “Propuestas
regulatorias para sostener la conectividad durante la crisis del COVID-19”[13]: En
el punto 11 dice: “Interacciones
digitales: para favorecer la cohesión social, así como el uso de las
comunicaciones y transacciones digitales durante esta crisis, se invita a
reducir o eliminar impuestos específicos del sector, dispensar de impuestos y
tasas especiales…”
La voracidad y la posición del
Banco Mundial que opera como auspiciante y mediador para imponerle a los
gobiernos una baja de impuestos “para sostener la cobertura” de las operadoras
cuyas facturas pagamos cada uno de los usuarios.
¡Pingüe negocio! Nosotros les
pagamos las obscenas tarifas que ellos nos cobran y al mismo tiempo no quieren
pagar impuestos. ¡Eso es el capitalismo! ¡Esa es la normalidad sumada la “nueva
normalidad”!, profundizar el saqueo con “nuevas” formas de legalizarlo.
El
Día de la Marmota
En la ficción
fantástica de la película todos los habitantes viven el mismo día jornada tras
jornada y el protagonista es el único que se da cuenta.
La pandemia,
la cuarentena y la “nueva normalidad” parecen instalar una especie de remake de El día de la Marmota en los formatos de copias de virtualidades
educativas y en los discursos acerca de
ellas.
En Argentina
aparece el portal “Seguimos educando” desde el Ministerio de Educación Nacional,
con transmisiones por televisión, por radio y en la web, al que se le suman
portales provinciales con sus propios convenios de “plataformas educativas”. Lo
que demuestra aún más la fragmentación del sistema.
Un gran
mercadeo de plataformas que ponen en evidencia, también, los serios
inconvenientes en la conectividad a lo largo y a lo ancho de todo el país. A lo que se le suma la imposibilidad concreta
de los vulnerados, con casi un 50% de nuestros niñez y adolescentes debajo del
límite de la línea de pobreza, viviendo en asentamientos, villas o barrios
populares y las zonas rurales, donde la conectividad es escasa o nula.
El estresante
trabajo de les docentes en búsquedas de sus estudiantes o, incluso, de
estudiantes que no tienen docentes porque la administración no ha nombrado
suplentes (como ocurre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por ejemplo); sin
horarios concretos y con sus propias problemáticas familiares, como la de cada
una de las familias de les estudiantes. Todos acorralados por la pandemia.
En Chile: “La cuarentena por el coronavirus COVID-19
también ha afectado a los niños y jóvenes que para evitar el contagio han
tenido que cancelar clases. Ante este problema el presidente de Chile,
Sebastián Piñera, anunció que la educación en la región chilena será
televisada. Esto se logrará con un acuerdo entre Anatel, el Consejo Nacional de
Televisión y el Ministerio de Educación del país (…) Para esto también se ha
elaborado una plataforma virtual llamada ‘Aprendo en línea´ en la cual pueden
entrar los estudiantes que tengan acceso a internet…”[14].
Pero ocurre
que las desigualdades sociales se ponen
en evidencia, al igual que en Argentina, sumada la falta de conectividad.
En México: “El gobierno mexicano ha desarrollado un
programa de educación a distancia. ‘Aprende en Casa’, alternativa para mantener
actividades educativas durante el periodo de contingencia utilizando tanto
Internet como algunos canales de televisión pública. De cualquier forma, las
condiciones sobre las cuales se lleva a cabo el aprendizaje desde casa no son
siempre favorables, ya sea por ambientes hostiles, falta de oportunidades de
acceso a la tecnología o de pericia en su uso. Este programa terminará por
profundizar la desigualdad entre hogares, que expresa también de las
oportunidades de aprendizaje en el sistema”[15].
No sólo están
estos parecidos con México en cuanto a la respuesta a la sustitución de la
escuela por la virtualidad sino que además: “…grupos
privados de interés han alzado la mano, con propuestas que van desde el
desarrollo de un currículum educativo nacional ante emergencias por
organizaciones civiles pro empresariales, hasta la profundización de la
digitalización educativa.
Ya veremos si el ingreso a la ‘nueva
normalidad’ significa también un rostro más explícito del gobierno
empresarial de la educación.[16]”.
El panorama
parece ser el mismo, pero no sólo por la ausencia de la pedagogía y lo que ella
conlleva, la impresindibilidad de la escuela, para compartir no sólo la
construcción del conocimiento, sino el
estar junto al otre, con el otre, estableciendo incluso un sistema semiótico de
relaciones, gestualidades y construyendo
subjetividad social.
La
virtualidad nos lleva a un estado de inacción, de degradación de la
socialización, a la pasividad de una sala de espera, al alejamiento de los
rituales cotidianos de encontrarnos, de estar. En definitiva, de ser la escuela.
Y a pesar de
los reconocimientos ministeriales sobre la importancia de la escuela y la
presencialidad, la Cámara de Diputados de la Nación vota la modificación del
artículo 109 de la Ley de Educación Nacional (26.206) y le da media sanción para
legalizar la educación virtual: “En un
acuerdo entre el oficialismo peronista, radicales, macristas, y sin consulta a
los sectores involucrados en el sistema educativo se avanzó sobre la
modificación del artículo 109 de la Ley de Educación Nacional (LEN)[17]”
Esto
demuestra que el oficialismo y la llamada oposición comparten intereses en
cuanto al sesgo ideológico respecto de la educación. Sólo los dos diputados del
Frente de Izquierda votaron en contra, Romina del Plá y Nicolás Del Caño,
entendiendo que otra vez se opera al margen de la docencia. ¡La virtualidad
vino para quedarse! ¡La ampliación del negocio corporativo también!
La
“nueva normalidad” de la “vieja normalidad”
La cuarentena
no es universal, porque hay trabajos esenciales que no se detuvieron, pero
seguramente algunos otros son declarados exceptuados de practicar el
aislamiento porque algunas actividades “no se contagian de corona-virus”,
aunque sí provocan la muerte por otros medios. Es el caso del agronegocio y la
producción de agrotóxicos, así como la cianurada minería a cielo abierto.
“El 31 de marzo más de 100 organizaciones de
Argentina denunciaron que “Durante estos días de aislamiento ha habido
“incidentes” con fumigaciones en Santiago del Estero, Buenos Aires, Santa Fe,
Entre Ríos o Chaco; en aquellas zonas donde la producción de commodities se
realiza parece haber vía libre para fumigar(nos). Esto no es nuevo, es la
trágica cotidianeidad de los Pueblos Fumigados de nuestro país, donde se liberan cada año alrededor de
500 millones de kilos/litros de agrotóxicos en miles de formulados
comerciales y con principios activos prohibidos en buena parte del mundo sin
control alguno, e incumpliendo la Ley General del Ambiente núm. 25.675 (…) en
plena cuarentena a nivel nacional, el desmonte no cesa y uno de los bosques más
conservados de todo el ecosistema del Gran Chaco recibió la denuncia
de desmonte sobre una superficie de 8 mil hectáreas en la Estancia La Fidelidad. Por
otro lado, a partir del monitoreo con imágenes satelitales, Greenpeace
descubrió que en el norte del país ya se desmontaron
casi 10 mil hectáreas desde que comenzó el aislamiento en las provincias de
Salta, Chaco, Santiago del Estero y Formosa”[18].
Mientras esto
sucede el “filántropo” de las “donaciones” para el millonario negocio de las
vacunas, Bill Gates, llega a Jujuy para la explotación de litio, en plena
pandemia: “De esta manera el magnate
norteamericano, Bill Gates, desembarca en el negocio del litio, ya que es él
quien lidera la ronda de inversiones de alrededor de 20 millones de dólares
que, a través “Breakthrough Energy Ventures” y “The Engine”, buscan capitalizar
Lilac Solutions.
La empresa norteamericana proyecta realizar
las primeras pruebas experimentales en el país hacia finales del 2020, junto a
la compañía minera Lake Resources”[19].
De las
vacunas a la explotación de litio en Jujuy. En Estados Unidos el mismo Bill
Gates con su fundación “filantrópica” está en la carrera por la charterización de las escuelas públicas
y el negocio de las pruebas estandarizadas.
Tal vez no
solo debamos referir la película, “El día de la marmota” por la compulsión a
cierta repetición de escenarios y formatos diarios que impone la cuarentena,
sino literalmente a ser tomados como “marmotas” (dormir en el aislamiento),
mientras los sectores depredadores de la vida continúan con sus negocios de la
“vieja y nueva normalidad”.
Sin
tapabocas
Nos envenenan
y dicen que producimos alimentos para 400 millones de habitantes, mientras se
mueren niñes por desnutrición.
Talan los
bosques nativos, desertizan la tierra, persiguen a los pueblos originarios, los
sacan de sus territorios comunitarios para el negocio de la tierras, los
pauperizan, los enferman, los reprimen, los matan.
En las villas
y barrios populares se multiplican los casos de corona virus, la empresa
encargada del agua AySA discute con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a
quién le corresponde haber hecho las obras de agua potable en la Villa 31.
Provocan una
pandemia con sus actividades depredadoras del planeta y la cría industrial de
animales. Generan el calentamiento global.
Nos imponen
una vida virtual, una escuela virtual, el trabajo virtual, nos despiden, nos
bajan el salario, aumentan los femicidios y la violencia intrafamiliar, pero nos
explican “que el uso del barbijo es para cuidar al otro” y que la “distancia no
puede ser menor a metro y medio”, según protocolos sanitarios.
Sin embargo,
dónde están los protocolos “sanitarios” y las consultas a especialistas médicos
y científicos, cuando se trata de los Pueblos Fumigados, las escuelas
fumigadas, los barrios contaminados con los desechos empresariales, los pueblos
y ciudades con ríos contaminados por la actividad minera y sojera.
Siguen
funcionando como si nada y nosotros vivimos según protocolos de aislamiento
social según reza la “nueva normalidad”.
Sólo en esta
semana, fuerzas de seguridad, ingresan y reprimen en la comunidad mapuche de la Lof Lafken Huincul
Mapu en la localidad de Mascardi, dónde hace 30 meses el grupo de élite,
Albatros, había asesinado a Rafael Nahuel. Unos días antes algunos medios[20]
nacionales de prensa preparaban el escenario para la brutalidad policial en la
comunidad.
Lo mismo
sucede con los pueblos del norte, los qom en el Chaco estigmatizados por ser
“responsables” de portar corona virus. La comunidad Mbya-guaraní sufre los
desmontes de la empresa CARBA en Misiones y podríamos seguir con los constantes
eventos en nombre del Estado que después recomienda “lavarse las manos”.
Uno de los
artículos de Alfredo Grande, publicado en estos días, afirma: “Los Estados hablan de pobres cuando son
responsables de haberlos empobrecido. Hablan de ricos cuando son cómplices de
haberlos enriquecido. Y los Estados sostienen al Mercado para que el
alucinatorio político del capitalismo bueno pueda sostenerse…[21]”
Una nueva
pedagogía emancipadora construida desde abajo, sin hipocresías, sin tapabocas y
con las manos enchastradas de
anormalidad es definitivamente necesaria para erradicar la pandemia
voraz del viejo capitalismo y del nuevo capitalismo que acelera su
reconfiguración al mismo tiempo que amplía su estatus represivo y de biocontrol,
su conducta depredadora del planeta, su estrategia de desposesión de la
intimidad y su compulsión al
confinamiento virtual de los que sobrevivan al proceso de deshumanización corregido
y aumentado.
[1] Albert Camus
[15]
Mauro Jarquín Ramírez: “La nueva escuela
Mexicana en tiempos de Pandemia”. Diario “La Jornada”. https://www.jornada.com.mx/2020/03/29/politica/015a1pol?partner=rss
[16]
Mauro Jarquín Ramírez: “Quién
reconstruirá el sistema educativo”. Diario “La Jornada” https://www.jornada.com.mx/2020/05/16/opinion/011a1pol?partner=rss
[21]
Alfredo Grande. “El libro flaco de Petete”
Agencia Pelota de Trapo (APe) 22 de mayo 2020