A horas de la segunda marcha universitaria contra el veto anunciado por el señor presidente de la Ley de Financiamiento, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, hizo declaraciones que prefiguran la invención en la matrícula universitaria.
En la previa de otra multitudinaria marcha de las universidades nacionales, acompañada por amplios sectores de la población, las declaraciones del secretario de Educación, Carlos Torrendell, en una entrevista que le realizaran el domingo 29 en el programa radial, Si pasa, pasa (AM630 Rivadavia) son una afrenta más de la barbarie del pensamiento privado cuando está en la función pública.
El titular de la cartera educativa, dijo con el convencimiento de un cruzado, que las universidades “inventan alumnos” para “multiplicar cargos” y que, junto a Alejandro Álvarez, subsecretario de Políticas Universitarias descubrieron que “sobre el 38% de los alumnos de los que hay en universidades nacionales, no sabemos si están inscriptos en alguna materia (…) hay 600 mil alumnos, en las universidades nacionales, aproximadamente, que no sabemos si están inscriptos en alguna materia, o no…”
Los sindicatos no aceptaron la propuesta salarial del 5,8% más el 1% para octubre, por lo que se lamentó el señor secretario, cuando el atraso salarial implica más del 50%. Lo que parece más lógico que el lamento secretarial es que el miserable ofrecimiento sea una parte del programa de desmantelamiento del sistema universitario.
La prueba es que con la serenidad de un templario agrega que, además de no aceptar la propuesta: “Inventar alumnos es un tema que tiene más o menos 200 años, porque la multiplicación de los cargos docentes tiene que ver con eso. Ha pasado en las primarias, secundarias y puede estar pasando en las universidades, sobre todo cuando hay facultades que empiezan a perder alumnos…”.
Y por qué pensará el señor secretario que “hay facultades que empiezan a perder alumnos”, acaso no será producto de las políticas del gobierno que integra, el atroz incremento de la pobreza que el propio INDEC dio a conocer con el 52,9% de la población en ese rango.
Y que si solo tomamos los datos que muestran la pobreza de 0 a 14 años, el resultado es trágicamente superior, con 66,1% de ese segmento etario en esa condición, así como la población que se encuentra comprendida entre los 15 y 29 años, donde el informe del INDEC establece que el 60,7 están sumergidos en la pobreza. Ahí deben buscar las causas del abandono escolar y universitario.
También es errado, cuando no amañado, el diagnóstico de la “multiplicación de cargos”, porque lo que sucede es exactamente al revés, quienes se van de las universidades, además de lxs estudiantes por la causa principal antes mencionada, son los profesores, los investigadores que no pueden sostenerse con los salarios que el gobierno ha decidido para quienes trabajan en la universidad pública.
Recordemos que el costo fiscal que establece la Ley de Financiamiento Universitario, de acuerdo con lo informado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, equivale al 0,14% del PBI.
Con lo que queda claro que cuando el señor secretario dice que esta es una “marcha política”, hay que decirle que tiene razón, porque el desfinanciamiento universitario, así como la decisión del no pago del Fondo de Incentivo Docente (FONID), son decisiones políticas, como el veto anunciado por el señor presidente, que sumado al ya realizado contra la Ley que otorgaba la recomposición de las jubilaciones, también son decisiones políticas.
“No hay ningún escenario dramático”, es la percepción del señor secretario de Educación, que obviamente vive en la burbuja libertaria de Parque Lezama. Lo que se torna “dramático” es la farsa que se construye, que sólo tiene por objetivo confundir a la población, porque el presupuesto de las universidades nacionales no se realiza en base a la matrícula, de hecho cuando aumenta la matrícula, no aumenta el presupuesto, el cálculo se realiza en función de la inflación.
Para Torrendell la “invención de alumnos” tiene más de 200 años, se parece mucho a lo que dijo el señor presidente en el Foro de Davos, “desde el año 0 hasta el 1.800 el PBI se mantuvo estable”.
Por supuesto y esto sí es histórico, la variación la matricula, la inicial nunca es igual a la final en cada año lectivo y por lo general, cuando hay gobiernos como la dictadura de 1976, donde comenzaron estos planes económicos de devaluación y ajuste, acompañados por los procesos de desindustrialización, privatización de los activos públicos (Menem lo hizo), concentración de las tierras productivas, conjunto de medidas que llevaron la pobreza a dos dígitos y en incremento (cosa que los progresismos no supieron o no quisieron revertir) casi continuo, no hay duda de la baja en la matricula final, respecto de la inicial es, otra vez, producto de las mismas variables de ajuste que provocan pobreza.
Pero como el señor secretario viene de la educación privada, es posible que haya visto la “invención de alumnos”, porque de la cantidad de alumnos matriculados dependen los subsidios del Estado, del mismo Estado que para lo que es público pretenden desmantelar.
Pero veamos, Juan Ignacio Doberti, investigador de la UBA, explica en su cuenta de X como es el procedimiento que se realiza con la matrícula y su seguimiento.
“Las Universidades Nacionales hace más de 10 años entregan la información nominal de estudiantes, con nombre y apellido, DNI, nota, acta, folio y fecha de cada asignatura, lo cual hace casi imposible su alteración y muy fácil su auditoría. Por lo tanto, si el secretario descubriera adulteraciones debería denunciar a las instituciones y decir qué persona específica fue fraguada (…) Las Universidades Nacionales acordaron un modelo de distribución de recursos que fue aprobado por el Acuerdo Plenario 465/03 del Consejo Interuniversitario Nacional (disponible en http://cin.edu.ar/normativa). Se basa en indicadores objetivos (alumnos, docentes, investigadores, metros cuadrados, etcétera). Estas fórmulas fueron usadas por todos los gobiernos, de distinto signo político, en los últimos 20 años…”.
Lo que demuestra la audaz “ignorancia” del señor secretario de educación en pretender instalar un falso accionar fraudulento de las universidades para sostener el proceso de desposesión educativa.
Recordemos que Carlos Torrendell se doctoró en Ciencias de la Educación en la Pontificia Universidad Católica de Chile (UCA), institución que tiene la particularidad de haber sido el faro para llevar a cabo la reforma educativa en Latinoamérica, conectada con Diálogo Internacional (IAD), una fundación de derecho privado creadora del Programa Preal (Programa para Reforma Educativa para América Latina y el Caribe) con sede en Washington. Es un intelectual formado íntegramente en instituciones privadas de elite; ha realizado cursos en la Universidad de San Andrés (UdeSA) vinculados a educación como explicita en su CV. Ha sido colaborador de la Fundación Argentinos por la Educación, la ong de CEOS empresariales. Está vinculado con la Fundación Lúminis y con Enseña por Argentina (ExA), organizaciones siempre cercanas al PRO en el que también ha pasado por la función pública en el gobierno de la Ciudad, entre los años 2012 y 2017, durante las gestiones de Mauricio Macri y de Horacio Rodríguez Larreta como jefes del gobierno porteño.
Además del desempeño en el Departamento de la Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria (CEPAU), prosecretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Educación Católica (CEEC) y miembro del Comité de Educación de la Comisión Arquidiocesana para la Cultura (Buenos Aires).
No está en discusión que Torrendell es un exponente del mundo de la educación privada y es por ese motivo que tuvo cargos en los gobiernos PRO. Ahora, en un puesto clave, en un momento donde la doctrina del shock impacta sobre la educación en una batalla contra lo público que no es privativa de este gobierno libertario, pero que sin dudas acelera el proceso de desmantelamiento.
La primera aparición pública (privada) como secretario de Educación, no la hizo ni en una universidad nacional, ni en ninguna escuela pública, sino en el XVI Foro de la Calidad Educativa organizado por la fundación Educar 2050, que se llevó a cabo en la Fundación Telefónica, de la que fue CEO, Manuel Álvarez Trongé, titular de Educar 2050. Un gesto del señor secretario, Torrendell que es una definición política en función de su posición ideológica.
Posición ideológica, que lo exhibe como intelectual de un sector poderoso de la iglesia dispuesto a profundizar el ajuste bajo la falsedad argumental, como quedó expuesto en sus declaraciones, que pretenden corroer el lugar que las universidades nacionales y públicas han ganado históricamente en el imaginario social; aún con las críticas puntuales que podamos hacer por la inclinación que marcan las políticas universitarias (desde la década de 1.990) y que incentiva el propio Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en cuanto a satisfacer necesidades del mercado, en establecer asociaciones público privadas.
Pero, aun así, tampoco hay dudas de la producción de conocimiento público que en ellas se genera, ni de la evolución en el proceso de democratización de los saberes que empezó en 1.918 con lo que se dio en llamar la Reforma Universitaria. Todo un recorrido histórico que fructificó en premios Nobel y en innumerables aportes científicos, como para que con el desembarco de “pontificias carabelas” se pretenda la esclavización universitaria en nombre de un oscuro requerimiento de obediencia al delirio libertario de “no hay plata”.
Darío Balvidares
Publicada en Tramas 1/10/2024