Buscar este blog

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Caiga quien Caiga


 

Mario Pergolini, la IA y la ignorancia acrítica

El conductor y empresario multimedial, Mario Pergolini, realizó declaraciones en las que afirma que la Inteligencia Artificial “explica mejor que un maestro”.

Mario Pergolini desde su saber mediático, afirma con toda contundencia en un video que se hizo viral, que: “…vos le preguntás al Chat GPT, en sus nuevas versiones, que le explique a un nene cómo multiplicar, se lo explica mejor que un maestro…”. El conductor, desde su propio celular, le pregunta a la IA por una operación de multiplicación y efectivamente la IA le explica y cuando le repregunta para que busque otro ejemplo, la IA responde al nuevo pedido, pero se equivoca: “… si tienes 5 bolsas con 2 caramelos en cada una, podrías sumar 2+2+2+2 y te daría 10…”; le faltó un “2” en la suma para que dé 10.

¡Puede fallar, no es humana! Lo que sí llama la atención es que tanto el humano Pergolini como su partenaire, también humano, no advierten el error y continúan como si nada en el afán de ponderar la sustitución del docente por la IA.

Estas afirmaciones, que en otro contexto serían irrisorias o propias de un sketch televisivo, justamente por el error de la IA en su segunda explicación, sin embargo, tanto los medios hegemónicos como la viralidad en redes sociales levantaron la polémica.

No se trata de debatir con Pergolini, que poco importa para los debates sobre los procesos de privatización que vienen sufriendo los sistemas educativos con el desembarco de las fundaciones, ong y sus convenios con los ministerios de educación, al igual que las EdTech (empresas de tecnología educativa) y sus grandes negocios con las tecnologías de gestión educativa y sus tecnologías del aprendizaje a través de sus plataformas digitales.

Lo importante es el mensaje, mejor dicho, la reproducción del mensaje, porque no es Pergolini quien piensa en la sustitución directa del docente por la estrella tecnológica, me refiero a la IA; son las grandes corporaciones las que decidieron, con la promoción de los organismos internacionales, que la educación sea, no solo el mercado en que la han transformado, sino un campo de experimentación a gran escala; de lo que hemos escrito y hablado mucho.

Pergolini es el mensaje: reemplazar a lxs docentes por la IA, es directo, acrítico, como el de una publicidad que genera efectos “¡Llame ya!”.

Como todo empresario, es portavoz de los mensajes, en este caso, del capitalismo digital que está reconvirtiendo el paradigma educativo y encontrando otro nicho de ganancias cautivas con los convenios ministeriales.

Claro que, como decimos siempre, no estamos en contra de la tecnología, sino que ponemos en cuestión el avance arrollador del tecno – capitalismo en su cruzada por desertificar (como el avance del capitalismo del agronegocio y sus paquetes de agrotóxicos lo hace con el ambiente) las escuelas y universidades; desestabilizar, o peor, eliminar las relaciones pedagógicas con el conocimiento como objetivo, entendiendo por relaciones pedagógicas, las relaciones humanas en contexto de estudio, algo tan simple y a la vez tan complejo como la dialéctica entre enseñanza /aprendizaje.

Las tecnologías del aprendizaje pueden ser muy útiles, tanto como un mapa o un tubo de ensayo en el laboratorio escolar, pero sin docentes no hay educación, solo instrucción, capacitación, pero se decreta el fin del vínculo pedagógico, suplantado por una voz androide y en un futuro, por un androide de apariencia humana, que va a estar entrenado con todos los (dis)valores del mercado del mundo capitalista y sus metas de eficiencia, que se traducen por eliminación de puestos de trabajo, en este caso maestrxs y profesorxs.

La era de la transeducación de la que hablamos en artículos anteriores, ese es el mensaje que promociona el empresario Pergolini, para el que la tecnología es optimización de ganancias, como para todos los milmillonarios dueños de las empresas tecnológicas de las que el ex – CQC es un fiel mensajero.

A propósito, quiero terminar esta breve nota con la intervención de la IA que no es del ChatGPT del milmillonario Sam Altman, dueño de OpenAI, sino la que nos implantó Mark Zuckerberg (ceo y fundador de la empresa Meta) en whatsapp.

Así que le consulté a la propia implicada la opinión que tenía sobre las afirmaciones del emprendedor en multimedios y su respuesta fue: “no estoy de acuerdo con la opinión de Mario Pergolini de que la IA puede reemplazar a un docente. La IA puede ser una herramienta útil en el proceso de enseñanza y aprendizaje, pero no puede reemplazar la experiencia, orientación y apoyo emocional que un docente proporciona a sus estudiantes. Los docentes desempeñan un papel fundamental en el desarrollo educativo y personal de los estudiantes, y no pueden ser reemplazados por una máquina”.

Para muestra, sobra un algoritmo.

Por si no lo vieron o escucharon, aquí está el video.

Imagen destacada: MetaData

Publicada en Tramas 5/11/2024

“Combatiendo el malestar”

 



Una experiencia distinta en teatro, específicamente en unipersonales o como el propio actor y guionista lo denominó, stand up. Alfredo Grande, de la risa a la emoción en esta puesta en la que nos interpela.

En la naciente noche de este sábado pasado, cruzada por la marcha del Orgullo, literalmente cruzada porque pasaba por la puerta de la sala donde nuestro compañero en este portal estaba por estrenar el stand up, con los coloridos colectivos, la música y los cánticos abonaban en la Avenida de Mayo un clima festivo que demoró el comienzo de la representación por cuestiones obvias, los problemas para llegar; hasta el protagonista incluyó la situación cuando dijo, “tuve que estacionar en Chascomús”.

Pero nada podía empañar el unipersonal que estaba a sala plena y demasiado fresca por efecto del aire acondicionado, aunque se fue templando con el correr de los minutos por la intensidad de la trama narrativa que nos demandaba a lxs asistentes el esfuerzo de pensarnos “encerrados” en el malestar que nos provoca la cultura represora, esa categoría tan abarcadora con la que trabaja de manera magistral, Alfredo desde su psicoanálisis implicado.

Pero no se trata de una sesión de análisis, sino del “bienestar”, aunque parezca una contradicción y a propósito de ella, el standapero nos envuelve en una atmósfera de historias, de ideas en donde  las certezas ya no son tan ciertas, de la lógica a la dialéctica, de la racionalidad a la inversión de esa misma racionalidad y entonces de las “verdades” del refranero clásico a la inversión de esa razón autoritaria y el por qué de , “más vale bueno conocido que malo por conocer”, y entonces se pregunta y nos pregunta el actor “¿acaso eso no es anular el futuro?”.

El humor como vehículo es la herramienta perfecta para producir conocimiento, para la reflexión individual y colectiva. Y eso se logra en Combatiendo el malestar. El stand up de Alfredo Grande es performativo, nadie sale como entró, eso es bienestar. La iluminación del escenario y las secuencias musicales contribuyen a generar la atmósfera donde las palabras intervienen en el pensamiento.

El humor, las risas y la emoción, todo contribuye a la constelación de la performatividad, nos lleva a repensar lo dado como simple, a lo que se esconde en un andamiaje más complejo, desde la histórica publicidad del veneno para los mosquitos (Raid), a la noción de exterminio: “… los mata bien muertos”.

Lo revolucionario también tiene su lugar (aunque en mi fuero íntimo, creo que la totalidad del stand up es revolucionario), cuando desde secuencias humorísticas, por momentos muy cómicas hasta el propio ejemplo con el Che Guevara, nos muestra la diferencia entre el límite de la limitación.

Sobre el final, pero no tanto, nos introduce en la (su) intimidad, con el relato de “Bronco”, un caballito de madera, que trajo al escenario, de esos que hace muchos años algunos teníamos como juguete al que podíamos “montar” a los 4 o 5 años para inventarnos historias, pero que ahora se transforma en parte de su historia y de las nuestras (ese u otro juguete).

Particularmente, creo que fue el momento en el que la emoción recorrió toda la sala y fue la conclusión de un gran hecho pedagógico en épocas de “exterminio” emocional para recuperar y sostener el pensamiento crítico.

Además de pasar un grato momento, Combatiendo el malestar es, sin lugar a dudas, una trinchera para enfrentar la batalla cultural contra la barbarie del pospensamiento impuesto por las minorías que traman nuestros destinos.

Publicada en Tramas 4/11/2024

domingo, 3 de noviembre de 2024

“Es una reforma educativa que lleva a profundizar el individualismo”


 

Reproducimos la entrevista a nuestro compañero, Darío Balvidares, realizada en el canal de la Izquierda Diario.

ADOCTRINADXS es un ciclo de entrevistas a educadores, pedagogos y especialistas sobre educación, que en esta primera edición conversaron con Darío Balvidares, profesor y licenciado en Letras (UBA); 30 años en la Enseñanza Media; investigador en Política Educativa e integrante fundador del colectivo editor Tramas – Periodismo en Movimiento, sobre la actualidad educativa en la Argentina de Milei y cuál es el plan de la derecha para la educación.


Publicado en Tramas 02/11/2024

Norman Briski: una clase magistral

Mientras recibe denuncias espurias de apología del terrorismo, el actor y maestro de actores, director de teatro y cine, referente cultural pasó por el aire de Periodismo en Movimiento y brindó una clase magistral.

El miércoles en el programa que se emite por Onda Latina (AM 1010) tuvimos el inmenso placer de entrevistar, quien escribe estas líneas junto a Alfredo Grande, Daniel Campione y Keila Lachner, al enorme Norman Briski, tras sus declaraciones en la entrega de los premios Martín Fierro al cine; ceremonia en la que le otorgaron la estatuilla con la distinción de Premio a la Trayectoria.

Para los medios sensacionalistas (casi todos) el breve y sentido discurso del maestro de actores en el momento de recibir su premio, la noticia lejos estuvo de un análisis de los criterios de verdad, sino que la “primera plana” la ocuparon con el repudio de la sionista DAIA y las denuncias por presunta “apología de terrorismo” y por “apología del crimen” e “incitación a la violencia”, casi un disparate de dispendio leguleyo, sin pretender entrar en comparación con los dichos presidenciales. ¿Acaso la libertad de expresión solo funciona para las minorías que traman nuestros destinos?

Pero en esta nota, no nos vamos a ocupar de tamaño delirio, ni tampoco de la “marca Martín Fierro” devenida a otorgar premios sobre cine, cuando Aptra, tiene periodistas de espectáculos para la entrega de premios sobre radio y televisión, como bien decía nuestro compañero Daniel Campione momentos antes de la entrevista.

Sí, nos sentimos interpelados, en las palabras de nuestra compañera Keila Lachner, certera en su interpretación, referida al discurso de Norman Briski en los premios Martín Fierro: “… más allá de lo que dijo, creo que además de todo, terminó rescatando el arte y la cultura como una forma de resistencia, porque lo que pasó en el momento en el que nombra a Gaza y que hace un silencio y nombra a Gaza otra vez y hace otro silencio, a ustedes no sé, a mí me conmovió y supongo que  a mucha gente logró conmoverla y me parece que ese es el rol, en última instancia, que tiene que tener el arte, en estos momentos o en ente contexto (…) el arte que es capaz de conmover (…) más que por lo que dijo, por los silencios, produce…

Y esta reflexión previa de Keila fue premonitoria, porque la entrevista fue conmovedora, con un decir que atravesaba lo íntimo y se proyectaba sobre los acontecimientos.

En el comienzo de la entrevista, nos agradece el llamado y define el momento como un “momento exótico”, sobre todo por las reacciones de “linchamiento judicial” de esas minorías portadoras de delirios omnipotentes propios de las derechas que establecen el “alucinatorio social”, parafraseando uno de los conceptos que siempre intenta que no olvidemos, nuestro compañero, Alfredo Grande, que abre la entrevista que será la clase magistral de Norman Briski, preguntando desde la simpleza: “Cómo te sentís vos”, en el contexto de las repercusiones que produjeron sus declaraciones.

La respuesta oscilaba y marcaba el estado de ánimo del actor: “por momentos, preocupado; por momentos, son cosas que pasan; momentos, hay que defenderse; momentos, hay que atacar; momentos que te hacen latir más el corazón, te hacen sentir vivo, al mismo tiempo que no quiero estar tan vivo para estas cosas…”, toda una caracterización de una subjetividad que muestra la templanza del que sabe que sus palabras provocan la reacción de las minorías que se saben sin argumentos ante la evidencia del genocidio que, efectivamente, se está produciendo en Gaza, sin embargo despliegan los fuegos judicializatorios contra el parresiastés, el que dice la verdad (parresía: decir todo, decir la verdad asumiendo el riesgo frente al poder).

Sin embargo, la verdad de la evidencia está en las palabras de Norman Briski donde se cruzan la política, la ideología, las miradas culturales transformadas por el arte, por el arte de decir que conmueve.

En el devenir de la conversación navegamos por el concepto de ficción, “…la ficción es como una interpretación que busca más la verdad que la propia realidad (…) se trata de que el arte y todas las formas expresivas estarían queriendo acercarse más a la objetividad de la realidad (…) es un juego humano de excelencia, según en manos de quién cae, si cae en manos del mercado va a hacer que seas un consumidor…”. Toda una idea sobre los alcances de la ficción, cuando es cooptada por el mercado, deja de ser formadora de subjetividad para transformarnos en un consumidor, es decir en un sujeto pasivo y estandarizado.

Pero no solo es el mercado que coopta a la ficción, al ser del arte, sino que la política burguesa la ha tomado, “… nos han sacado la ficción (…) quién la tiene, la tiene este gobierno (…) porque se apropia de los significados, de las representaciones…”.

El desfinanciamiento del cine que asumió como política el gobierno del Javier Milei, presupone también borrar su historia, por eso Briski vuelve a insistir con los cineastas que “hablaban de nuestra realidad, que se han puesto a pensar en las escenas que contiene la sociedad, que no se ven, que están oscuras, que están reprimidas…”. El cine, en tanto manifestación artística, como revelador de lo oculto/social y luego de las llamadas “industrias culturales”, las diferencias entre ese cine “industrial” de mercado y el cine “que no es industria, es heroico, es un cine heroico”, reafirma. De las “industrias culturales”, la conversación hace el enroque con la acumulación del capital y esta idea del capital atraviesa todas las capas sociales.

Pero, luego volvemos a lo subjetivo a lo íntimo que se hizo público en la ceremonia de los premios que es parte de las industrias culturales. Un interesante análisis en el que previamente aclaró que había ganado otros Martín Fierro y nunca fue a recibirlos, pero en este caso entiende que sabía que se iba a “juntar con la farándula”, reflexión que le permite pensar que todo se vuelve espectáculo, “la Casa Rosada como espectáculo” y “la gente está sometida a que va a ver el espectáculo de determinada clase política, de determinados actores, porque está involucrada la farándula…” refiriéndose, a que frente a la miseria y la carencia, el espectáculo es una “salida sensual de la imposibilidad de ser él el actor” .

La imposibilidad de que seamos los actores de nuestros destinos, es también estrategia de ese espectáculo farandulesco que funciona como disuasor e incluso disciplinador entre bambalinas, que nos entre-tiene, es decir, nos sostiene entre. Una interpretación posible, o por lo menos, la que hago luego de escuchar esa secuencia de la entrevista.

Los últimos ocho minutos de la charla con una potente matriz pedagógica, expone al ser humano en toda su dimensión subjetiva comprometido contra las formas de violencia que legitiman los que repudiaron su discurso y lo acusan de “terrorista” y “antisemita”, sin embargo, en su clase magistral, Briski se expone, “siento un enorme dolor por lo que está pasando en Gaza (…) no voy a arrepentirme de nada de lo que dije porque pienso que es mi cuerpo el que pongo  (…) yo soy judío si hay antisemitismo, pero yo soy argentino, como argentino soy judío si hace falta, negro si atacan a los compañeros de Estados Unidos (…) soy aquel que está siendo eliminado, como lo que se conoce en la historia, eliminar para tener más poder, porque lo que están haciendo es para quedarse con esos territorios, es el Estado de Israel, no son los judíos…

Esta breve nota sobre la entrevista intenta poner en la escritura algunas de las ideas que Norman Briski nos dejó para pensar un mundo mejor, con conceptos que surgen, incluso de lo cotidiano familiar: “yo tenía a mi tío, hermano de mi papá, que nos escribía diciendo ‘acá estamos con los compañeros palestinos viviendo’ y era como una alegría saber que esos pueblos semíticos estaban conviviendo en paz…”.

El parresiastés dice la verdad, la verdad que incomoda al poderoso, la verdad que se escribe con el cuerpo y con el arte, pero no con la imposición, ni el temor: “… a mí ningún gobierno me va a decir lo que tengo que hacer…”.

Para quienes hacemos el programa, Periodismo en Movimiento y escribimos en el portal de noticias tramas.ar  la charla con Norman Briski nos confirma que la búsqueda de la verdad no es una cuestión privativa de la filosofía o de las manifestaciones artísticas, el periodismo necesita abrevar en laverdad, dejar el espectáculo, el mercado y sus industrias periodísticas, incomode a quien incomode, porque sólo la verdad conmueve, porque la verdad, en los tiempos que corren, es la única posibilidad de rebelión contra la política (como dice nuestro compañero Alfredo Grande) del cinismo y la hipocresía.

Darío Balvidares

Publicadda en Tramas 26/10/2024

Universidades: libertarios, desfinanciadores parasitarios y la autonomía universitaria

 

La reciente irrupción de grupos libertarios en la asamblea de la Universidad Nacional de Quilmes, en un intento por deslegitimar la resolución sobre la toma contra el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, refleja la escalada en la confrontación ideológica sobre el papel de la educación pública.

El veto, que ha puesto de manifiesto el rechazo generalizado por todas las universidades nacionales, continúa siendo defendido por sectores políticos que parecen menospreciar el rol fundamental que las universidades públicas tienen en la construcción y en el desarrollo del pensamiento crítico.

Entre los políticos que avalan esta postura, se encuentra la diputada del PRO, Sabrina Ajmechet, cuya situación genera una profunda contradicción. Ajmechet, una figura conocida por su afinidad con las ideas en defensa de un Estado “mínimo”, ocupa un cargo de dedicación exclusiva como profesora en la carrera de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, con un salario que asciende a $1.260.000. Esta incongruencia entre su retórica antiestatal y su actividad docente en una universidad pública financiada por el Estado revela una falta de coherencia ideológica que pone en duda la legitimidad de su discurso; además de su posición parasitaria que ostenta frente al Estado “poco eficiente”, al que critica en su discurso pro-desfinanciador.  

El intento de los libertarios de interrumpir la Asamblea en la UNQ no es un hecho aislado, sino que parece formar parte de una estrategia más amplia de deslegitimación de las instituciones públicas, en particular aquellas que se posicionan como bastiones del pensamiento crítico. Las universidades, como la UBA y la UNQ, además de ser espacios de formación académica, han sido, históricamente, centros de resistencia política y de debate plural.

El hecho de que esta manifestación, primero de los docentes y nodocentes y ahora con el protagonismo estudiantil directo, haya sido específicamente en contra de la decisión de Milei de vetar la ley de financiamiento universitario subraya la importancia de estas instituciones en la defensa de la educación pública como derecho universal, accesible a todos, y no como un privilegio para quienes puedan pagarla.

Por si fuera poco, ayer por la noche policías de la Ciudad de Buenos Aires, sin permiso, irrumpían en la Facultad de Ingeniería de la UBA, según refirió, Javier Pérez, secretario general de la facultad, en el programa Campana 750 (AM 750) este mediodía. Pérez, como autoridad, se acercó a la asamblea para saber qué se resolvía y cuenta que después que se había definido la toma, “… unos 20 minutos después, se acercan efectivos de la policía de la Ciudad, queriendo ingresar a la facultad (…) y tuve que salir a hacer lo que hago todos los días, que es dar clase, le tuve que enseñar a un oficial de la policía que la Constitución nacional le impide a él entrar sin autorización de las autoridades formales de la universidad porque la universidad es autónoma…

Otra vez, crece la preocupación sobre el respeto a la autonomía universitaria, un principio consagrado en Argentina desde la Reforma Universitaria de 1918. Esta intrusión policial es un recordatorio inquietante de los tiempos en que la fuerza y la coerción se utilizaban para reprimir la libre expresión en los claustros universitarios, evocando los peores momentos de la historia reciente de Argentina, como la Noche de los Bastones Largos en 1966, o las facultades tomadas por las autodenominadas “fuerzas conjuntas” de la última dictadura genocida (1976-1983).

El ingreso sin autorización pone en riesgo no solo la seguridad de la comunidad universitaria, sino que socava la autonomía de esas casas de estudio y desarrollo del pensamiento.

El ataque a la autonomía universitaria, ya sea mediante intentos de intervención política o de intromisión policial, representa una amenaza a la libertad académica y al derecho de la sociedad a acceder a la educación pública. Permitir que se conviertan en blancos de la violencia política de minorías que traman nuestros destinos o del autoritarismo policial producto de la ignorancia o de algún mandato, constituye una traición a la histórica lucha por la autonomía.

En este contexto, es fundamental que se levanten voces que denuncien no solo el oportunismo político de figuras como Ajmechet, que ocupan cargos en las mismas instituciones que buscan desfinanciar, sino también, la peligrosa injerencia de la fuerzas de (in) seguridad que nos muestra que la defensa de la educación pública y de las universidades como espacios críticos son, hoy más que nunca, una lucha que debe continuar, a pesar de los intentos de silenciarla desde el gobierno y sus dispositivos represivos y pararepresivos

 hasta la posición de algunos medios de comunicación y el periodismo dependiente.

Los estudiantes, docentes y trabajadores universitarios han sido, y seguirán siendo, la primera línea de resistencia en esta batalla, con el acompañamiento de vastos sectores de la población y trabajadorxs, como quedó, ampliamente demostrado en las dos marchas universitarias.

Lo que está en juego no es solo el financiamiento, sino la misma idea de universidad como espacio inclusivo, crítico y autónomo, al servicio del bien común, lo que redobla la apuesta para que, como producto de las políticas, la universidad no quede atrapada en las redes del mercado y como subsidiaria de los intereses corporativos empresariales. Otro debate que se debería poner en la superficie desde hace un poco más de dos décadas para enfrentar los procesos de la colonialidad del saber.

Darío Balvidares

Publicada en Tramas 15/10/2024

La Casa Rosada y las carabelas

 

La Casa Rosada en un posteo de la red X hace su tributo colonial al 12 de octubre, rindiendo homenaje explícito a Cristóbal Colón, reafirmando también esta fecha como Día de la Raza.

No es para nada extraño, que el señor presidente se identifique como un símbolo en sí mismo del eurocentrismo en su faceta colonial, ni que reivindique la llegada de Colón y que, como afirma el locutor del video posteado “…se abriera una nueva era de progreso y civilización en el Nuevo Mundo…”  y que desde ahí se “sentaran las bases de la modernidad en América marcando una influencia cultural, lingüística y económica que ha moldeado nuestra historia e identidad (…) la llegada de Colón representó un cambio de paradigma global. Colón como símbolo de la expansión y el progreso, nos recuerda la capacidad del ser humano, para superar lo desconocido y buscar nuevas oportunidades para el desarrollo y la civilización“.

La simplicidad del mensaje presidencial, a través del posteo/video nos recuerda, a quienes tenemos unos cuantos años, a los manuales escolares de los años 60 del siglo pasado, o a los relatos de la revista “Billiken”, de aquellos tiempos, en que la narrativa era la misma que el guion de este video.

Gobiernos militares, dictatoriales dominaban la escena, la Constitución de 1853 (tan cara al señor presidente) sobre la cuestión indígena decía: “Proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo (art.67 inc. 15)”, estuvo vigente hasta la reforma de 1994. Incluso algún manual, como el de editorial Kapelusz, los mencionaba como pueblos “prehistóricos”, extinguidos.

No hay duda que el posteo de X no solo niega la otra cara de la modernidad; la colonialidad como su complemento necesario para la “existencia” de Europa, como para el establecimiento del concepto de “raza” y la superioridad aportada por la blanquitud.

El proceso de conceptualización de lo que ellos llamaron el “Nuevo Mundo” y que la narración presidencial repite como el simulcop (un recurso didáctico que permitía copiar figuras) reafirma el etnocentrismo. El desarrollo de la colonialidad como proceso de “domesticación” y despojo. Justificación de las masacres étnicas, como dice la narración del video presidencial, para “superar lo desconocido” y justificar el “desarrollo y la civilización”.

Simulcop

Superar lo desconocido, tiene relación directa con la teoría de lo monstruoso, lo que no se conoce funciona como amenaza, en este caso nos referimos a otras culturas, aniquiladas, devastadas, degradadas por la imposición lingüísticacultural para la obtención de los beneficios económicos que harán a Europa como la representación de la modernidad y a América como la representación de la colonialidad, la contracara atroz de esa realidad existente y que no era nueva, tenía su historia, sus lenguas, sus culturas.

Los pueblos viven de acuerdo con la naturaleza (…) no poseen propiedad; en cambio todas las cosas se gozan en comunidad… Américo Vespucio (Mundus Novus 1503).

Por supuesto que tal descripción, para el señor presidente debe sonar a “colectivismo” o peor, a “comunismo”; debe ser por ese principio de lo “comunitario” que derogó, según la resolución 53/2024 publicada en el Boletín Oficial, el Registro Nacional de Comunidades Indígenas que funcionaba desde 1989.

La llegada de los conquistadores a lo que llamaron América, por Américo Vespucio que vio que las costelaciones de las estrellas no eran las mismas que veía en el Mediterráneo, se dio cuenta de que estaba en otra parte, es cuando nace la concepción de la historia, vista desde la modernidad que sustenta a Europa como el centro del mundo. De hecho, por aquellos años se decía de las Indias Orientales y las Indias Occidentales; del mismo modo que todavía para visualizar Asia desde la concepción eurocéntrica, se denomina Cercano, Medio y Lejano Oriente.

Así es como se identificó a Occidente con la modernidad y el progreso y a Oriente con el “atraso”, mientras que el “Nuevo Mundo” en vías de colonización se estableció como la periferia de “Occidente”. El señor presidente y “su” Casa Rosada, claramente, se identifican con esa posición colonial.

Es necesario recordar, el Requerimiento de Obediencia, documento escrito por Juan López de Palacios Rubio y leído en 1514 a los originarios, en el que se les ordenaba obediencia bajo amenaza de esclavizarlos, tomar a sus mujeres e hijos, venderlos y despojarlos de sus bienes, a lo que agregaba el “ingenuo documento” que les harían todos los males y daños que estuvieran a su alcance; y lo más significativo es que serían culpables si algo de todo eso les ocurriera (si se parece mucho a ciertas concepciones actuales, no es mera coincidencia, es la reproducción del colonialismo cultural).

Eso instrumentaron los que habían llegado para abrir “una nueva era de progreso y civilización en el nuevo mundo”, como dice el video presidencial.

Estaba escrito en el Requerimiento…, no es una forzada interpretación, instituyeron el plan de acción de carácter performativo que funda la relación de desigualdad entre lo americano (después latinoamericano) y lo europeo. Esa desigualdad se inscribe en la ignorancia de la lengua (cultura) y la religión. Los pueblos originarios “no están educados”; “son incapaces”. Pocos, advierten la complejidad de los dos sistemas de significación que tuvieron encuentro a partir de 1492. Uno fue exterminado, incluso con la máscara del relato heroico, el relato de los triunfos del cristianismo frente a la barbarie.

Y, así es como se origina la colonización del conocimiento y la colonialidad del saber. Más adelante, en el siglo XIX, cuando aparece la denominación de América Latina, el elemento criollo se percibe por su “blanquitud” como el “superior”, lo que profundiza la diferencia con la población afroamericana y amerindia. 

Es con ese imaginario que en estas latitudes pudo emerger el general Julio Argentino Roca y perpetrar el genocidio llamado “Conquista del desierto” en la Patagonia Argentina y la “Conquista al desierto verde”, comandada por el general Benjamín Victorica, en la zona del Gran Chaco.

Se repitieron las mismas caracterizaciones que utilizaban los conquistadores españoles incluso copiando el imaginario y el discurso que degradaba a las etnias originarias en bárbarosimpíossalvajesinferioresno humanos; pero lo que se imponía era el mismo proyecto de despojo territorial y esclavismo, para el enriquecimiento de la élite dirigente.

La Casa Rosada festeja esa modernidad y progreso sobre la negación de la historia de los pueblos que habitaban los territorios de Tawantinsuyu que era la región andina, Anáhuac, lo que en la actualidad es el valle de México y Abya-Yala, la región que hoy en día ocupa Panamá (Mignolo W. 2007)

El video presidencial rinde homenaje a la “raza” (blanca) y los valores de “occidente” (Europa y luego Estados Unidos), como si se tratara de una cuestión natural en ambos conceptos, cuando de lo que, realmente, se trata es de constructos de dominación para la obediencia y la colonización cultural.

Un video como el posteado para celebrar Día de la raza es un insulto a la historia de la emancipación, a sus luchas, es un billikenesco ademán de prepotencia colonial, como cada uno de los actos de gobierno que emanan de la rosada casa.

Y para finalizar, sugiero la lectura de “El rol de la historia en la disputa por la hegemonía: a propósito del video gubernamental sobre el 12 de octubre” de Mauro Berengam y “Sobre el tenebroso video de Milei acerca del 12 de octubre” de Marcelo Valko, ambos en este portal.

Darío Balvidares

Publicada en Tramas 13/10/2024